Ya que no existe un único formato de pantalla en la que se pueda visualizar la que va a ser nuestra página web, intentaremos realizarlas de manera independiente a la resolución de la pantalla en que se visualice la misma. Para ello nunca utilizaremos un ancho de pixel fijo, sino que optaremos por la utilización de porcentajes de espacio en pantalla.
En cuanto a las imágenes también hay que tener en cuenta la resolución, optando por una que sea adecuada y sobre todo, legible, que es de lo que se trata. Para acelerar la carga y evitar la pérdida momentánea de información se recomienda no insertar texto en los gráficos, y más si son de extrema utilidad dentro de la página, como pueden ser los propios elementos de navegación.
En cuanto a la plataforma en la que se va a leer nuestra página web, lo más recomendable es usar formato HTML 1.0 que será legible por cualquier navegador. Si queremos actualizar nuestra página con última tecnología de navegadores, debemos de poner "en cuarentena" estos avances hasta que estén debidamente testados e implantados, ya que es habitual la realización de ediciones beta con correcciones a las primeras ediciones