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Hoja 4 -
"El
solitario Chéjov" - por Pablo Sodor.
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Antón Chéjov |
Анто́н Па́влович Че́хов
- Antón Tschechow |
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Isaac Ilyich Levitan |
(Исаак Ильич Левитан) |
1860 †1900 |
Durante sus estudios en la Escuela de
Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú, Isaac Levitan
conoció al pintor Nikolai
Chéjov,
quien le presentó en 1891 a su hermano, el escritor Antón
Chéjov.
A partir de allí, Levitan y
Chéjov
se convirtieron en amigos íntimos; tenían entonces -ambos- 21
años. |
Si bien en un primer momento, los restos
de Levitan fueron sepultados en el cementerio judío de Dorogomilovo,
al tiempo se los trasladado al Cementerio Novodevichy, al lado
de la tumba de
Chéjov.
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Levitan no tuvo familia ni hijos. La
enorme herencia artística de Isaac Levitan consiste en más de mil
pinturas, entre ellas acuarelas, pasteles, gráficos e ilustraciones,
aparte de los óleos |
Levitan vivió los últimos años de su vida
en la casa de Antón Chéjov en Crimea.
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Foto
(1885) |
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Capítulo III - Moscú 1879 |
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En 1879 Antón culmina sus estudios
y parte hacia Moscú, para reunirse con su familia. Con él, lleva
una beca bajo el brazo; 25 rublos otorgados por la Municipalidad de
Taganrog y dos estudiantes que, a cambio de una modesta paga, se
alojarían en su casa. Los hermanos mayores -Alexander y
Nikolay- ya no
vivían con la familia, se habían independizado. El resto, sobrevivía
como podía en un piso tipo sótano "desde cuya ventana solo se
podía
ver los pies de los transeúntes". |
Al poco tiempo se convierte en el
sostén principal de la familia.
"Su voluntad -decía su hermano Mikhall- era la que dominaba". No fue sólo el apoyo económico, sino
también moral de todos. En una cartas que escribe a su hermano Nikolay, le
reprocha su conducta y la finaliza firmando: "tu hermano
severo, pero justo". |
Alentado por Alexander, su hermano
mayor, "comienza a publicar bocetos humorísticos, historias breves,
anécdotas, chistes y hasta columnas sociales en diarios y revistas de
la época. Había un elemento esencial: la frase final con la que
remataba sus escritos y que a la postre marcaría su inconfundible
estilo narrativo". |
Se entregó por igual a sus estudios
médicos y a escribir sátiras ligeras, parodias y otras obras hechas de
prisa para ganar algún dinero.
Usaba variados
seudónimos: Hermano de mi hermano; Médico sin pacientes; G. El tonto;
El hombre que rápidamente se pone furioso; y el más conocido, Antosha
Chejonté. Este último fue sugerido por un profesor del colegio que había
intuido el talento literario del joven Chéjov. "La escritura era para
él como un juego, una fuente de placer, pero también, un medio seguro
para continuar con sus estudios y mantener a su familia".
Tenía sólo veinte años cuando vendió su
primera historieta, pero comprendió que carecía de valor literario y
la firmó con el apodo: "Antoshe Chejonte".Se
cuenta que escribió su primer cuento con la única finalidad de obtener
dinero para comprarle a su madre una torta de cumpleaños. Poco a poco
se va convirtiendo en su ocupación principal, desplazando la práctica
médica, aunque siempre habría de volver a ella. Tres meses antes de su
fallecimiento escribe: “Si me encuentro bien de salud, en julio o
agosto viajaré al Extremo Oriente, pero no en calidad de corresponsal,
sino como médico. Me parece que un médico ve mucho más que un
corresponsal.” Solía bromear diciendo que la medicina era su legítima
esposa, y la literatura, su amante. |
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Gymnasium (Taganrog) - |
Escuela donde fue pupilo y estudio
hasta 1879 |
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Fachada de la tienda del padre de
Chèjov y casa donde vivieron desde 1869 a 1874. |
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Las historias que
cuenta son muy breves, acotadas al espacio que le imponen los
redactores. Escasos diez minutos lleva la lectura de una publicación
suya. Circunstancia ésta que redundará en una magistral economía de
recursos literarios que a la postre revolucionará la técnica del
cuento contemporáneo.
“La brevedad es hermana del talento” (...) “El lenguaje debe ser
sencillo y elegante” (...) “El arte de escribir consiste menos en
escribir bien que en tachar lo que está mal escrito”,- recomendaría
más tarde a los jóvenes escritores. Ante la primera expresión de
reconocimiento por parte de un escritor mayor, Dmitri Grigoróvich, no
puede contener su emoción y le contesta: |
“Me siento como
embriagado. Soy incapaz de saber si soy merecedor de este gran lauro.
Sólo puedo repetirle: me ha transformado.(...) Hasta ahora mi relación
con el trabajo literario ha sido ligera, descuidada y sin seriedad. No
recuerdo uno solo de mis cuentos en el que haya trabajado más de 24
horas. “El guardabosque”, que a usted tanto le gustó, lo escribí en la
caseta. Como un reportero redacta sus impresiones sobre el incendio,
así escribo yo mis cuentos, mecánicamente..” |
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