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Capitulo II - Taganrog |
En Taganrog y bajo el reinado de
Zar Alejandro II, nace el 17 de enero de 1860, Antón Pavlovich
Chéjov. Para ubicarnos geográficamente, Taganrog (en ruso:Таганрог),
es una ciudad portuaria
al sudeste de la Rusia Europea, situada sobre la costa del mar de Azov.
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Como explique en la página
anterior, Antón fue el tercer hijo de una familia de seis hermanos.
Alexander, el fue el mayor, Nikolái el segundo, a quien siguió Antón;
Iván, fue el cuarto y María, precedió a Mijaíl, el menor de los
hermanos. |
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Gracias a las muchas cartas que
dejó como testimonio, y que fueron publicadas en cinco tomos (1951)
-aunque intuyo que algunas desaparecieron entre las manos del
gobierno, sus hermanos o su esposa- podemos deducir que tuvo una
infancia infeliz: la mas clara en cuando confiesa: “En mi niñez no
tuve infancia (...) El despotismo y las mentiras desfiguraron nuestra
niñez a tal grado -recordaba- que me repugna y horroriza pensar en
ella". En otra que escribió a los veintinueve años dice: "Cuando niño,
fui tratado con tan poca benevolencia que ésta me parece algo
extraordinario. Me gustaría ser bondadoso con la gente, pero no sé
cómo." |
Su padre era dueño de una tienda
de artículos de importación. Fue un padre dominante, severo,
golpeador, con cierta inclinación al fanatismo religioso que obligaba
a los niños a levantarse muy temprano en la mañana para asistir a misa
y cantar en el coro de adolescentes que él mismo había organizado. El
padre tocaba el violín y los hijos cantaban. Ensayaban de 10 a 12 de
la noche, todos los días, y luego a rezar de rodillas y tocando el
piso con la cabeza. Y al otro día había que concurrir al colegio... |
Sin ánimo de justificar a los
padres, es bueno aclarar algunos datos, que muchos textos suelen
obviar. El apellido de Antón proviene del
apodo Chejos, y esto se debe a que tanto su padre como su abuelo,
fueron siervos (esclavos) de un terrateniente de apellido Chertkov y
su madre también fue hija y nieta de siervos. En 1861 el Zar Alejandro
II de Rusia abolió la servidumbre, es decir un año antes del
nacimiento de Antón. |
El autoritarismo
del padre los obligaba cuando niños, no sólo a cantar en el coro - “El canto
fortalece el vientre de los niños”, -decía- sino también a hacer
presentaciones en público y atender, en ocasiones, el negocio.
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En otra de sus cartas, vuelve sobre el tema de la infancia,
diciendo:“Al rememorar mi
infancia ésta se me presenta sumamente sombría; la religión ahora no
está en mí. Cuando con mis otros dos hermanos cantábamos en la
iglesia, la gente nos miraba enternecida y envidiaba a nuestros
padres, pero nosotros nos sentíamos como pequeños presidiarios. (....)
nuestra niñez fue un sufrimiento.” |
Cuando sus hermanos mayores
alcanzaron la adolescencia, -me refiero a Alexander y Nikolái- bebían,
jugaban y rehuían toda obligación. Y era a Antón quien debía hacerse
cargo de todas las responsabilidades; a las ocho de la mañana se
encontraba ya trabajando en la tienda familiar. Quizás esa vivencia
haya sido la causa de que después y a lo largo de toda su vida,
protegió y sostuvo (económicamente) a toda su familia. |
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Catedral de la Asunción en Taganrog,
donde el 10 de Febrero de 1860, fue bautizado Antón Pávlovich Chéjov
(Антон Павлович Чехов). La catedral ya no existe. |
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Fachada de la casa que el alquilaban
desde 1859 y donde nació Antón Chéjov el 17 de Enero de 1860. En
Marzo de 1861 se mudan a otra propiedad. |
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“El colegio de
Taganrog representaba una especial división de prisioneros, adonde
enviaban a soldados en castigo, cambiando el garrote y el palo por el
griego y el latín”, - diría más tarde. |
Aun así, quienes
conocieron a Chéjov en su época estudiantil en Taganrog recalcan en él
su humor, su alegría contagiosa y sutil ironía. Cuenta Mijaíl, el
menor de los Chéjov, que un día Antón lo llevó consigo al mercado.
Compró un pato y durante todo el camino de regreso a la casa, hizo chillar al
pato a todo
trapo: “Para que todos se
enteren que nosotros también comemos pato”,- dijo. |
Como aficionado, participaba en
espectáculos familiares creados por él mismo y en las representaciones
teatrales del colegio. A los trece años asistió por primera vez al
teatro en compañía de su madre. Ella se sentaba en la platea, -
recuerda su hermano Mijaíl -, y los chicos iban al
gallinero. Antón era el más revoltoso. Al final de cada acto gritaba y
silbaba, pero no a los actores, sino a los aristócratas griegos
sentados junto a su madre en la platea. Era tal el alboroto que armaba
que muchas veces los griegos abandonaban la sala antes de terminado el
espectáculo. |
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Componía pequeñas
obras que luego de representadas en casa de amigos las destruía.
Escribía poesías y cuartetas a las amigas de su hermana María de
quienes siempre terminaba enamorado. Años más tarde declararía que la
poesía no era su fuerte ni tampoco motivo de particular seducción. “Yo recelo de la
poesía. De todos los poetas, al único que puedo leer es a Pushkin”. |
Los negocios del padre, que nunca
descolló como buen administrador, aunque sí como buen bebedor,
comenzaron a ir de mal en peor. Hasta que un día, agobiado por las
deudas y los acreedores, huye de la ciudad llevándose a sus dos hijos
mayores. Las penurias económicas se agravan, la comida escasea y la
madre envía a los más pequeños a casa del abuelo. Junto a ella, quedan
Antón y su hermana. Al poco tiempo llega la orden del inminente remate
de la casa con todo el mobiliario, y es entonces que la madre se ve
obligada a irse tras su marido e hijos a Moscú, llevándose consigo a
Maria y los mas pequeños. Es así, que Antón, con dieciséis años, quedó en Taganrog, viviendo en casa de
un vecino a cuyo hijo daba lecciones, a cambio de techo y comida.
Aquí, algunos biógrafos afirmar que en realidad Antón siguió viviendo
en la misma casa familiar, pero ahora con nuevos dueños y el acuerdo
que hizo su madre, es que alojen a su hijo y a cambio de ello, él
ayudaría en los estudios al hijo del señor. Según sus cartas, en esos
años de soledad, pasaba largos ratos en la biblioteca estudiando y
solo regresaba a la casa para cenar y dormir. |
A pesar de todo, no se extinguió su
natural alegría, que se desbordaba en bromas, anécdotas y cuentos
ligeros que enviaba a su hermano Alexander, quien trabajaba para
algunos periódicos cómicos de Moscú. Su hermano logró que algunos de
sus cuentos fueran publicados, lo que significó que ganara algunos
rublos más para sobrevivir en Moscú. |
No tuvo muchos amigos. Su familia era su fortaleza. La soledad de
esos años en Taganrog, marcaron su carácter
de hombre solitario, reservado, discreto. Era querido y
respetado por la gente sencilla que diariamente encontraba en su
camino, "por la gente de a pie, hombres y mujeres de pueblo". Sin embargo se sentía un solitario y
comentaba:
“Viviré solo en la tumba, como he vivido siempre”. |
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