Op.- Si yo te
preguntara, ¿cuál es el estado actual de la cultura en Campeche, que me responderías?
SWR.- en este caso que está prácticamente al inicio de una administración que
vive un momento difícil de transición política y una difícil situación económica, y
si a esto se le agrega que no ha existido una búsqueda necesaria de hacer lo que es la
cultura, pues realmente es difícil evaluar lo de un año de gestión.
Ahora por otro lado hay que tomar en cuenta que la sociedad campechana, los artistas,
salvo dos o tres voces, los demás no hacen una crítica por que no quieren enfrentarse al
director de cultura en turno ni perder privilegios, como perder las becas, hay un fondo
estatal para la cultura y las artes, la mayoría aceptan las cosas sin mayores problemas,
les pasan de noche y aceptan todo para no perder su lanita, sin embargo no lo cuestionan
por que piensan que el año que viene les puede tocar la beca.
Por otro lado yo siento que debe haber un acercamiento con los artistas, y por otro lado
vivimos en una simulación y no es de esta época sino desde Carrillo Zavala.
Op.- ¿Se ha venido copiando administración tras
administración?
SWR.- Exactamente, por otro lado lo que se necesita es infraestructura cultural, no
se puede desarrollar una política cultural, Campeche es un estado que tiene edificios que
se puden reconstruir y uno de los proyectos que ojalá se concreten sea el de la
biblioteca, por que las que tenemos son bibliotecas rurales, ejidales.
Por otro parte quienes dirigen la cultura deberían ser gentes, personas que tengan una
formación cultural y que le den prestigio a la propia institución. En todas partes del
país los Institutos de Cultura son gente con gran trayectoria, con prestigio. Tampoco no
hay que tratar de meter a un artista a un puesto de cultura y dictarle lo que se va a
hacer, sino que el que encabece las instituciones debe surgir del consenso con los
diferentes grupos de artistas.
Op.- Pero por las individualidades, sobre todo las
recalcitrantes, ¿no sería muy difícil ponerse de acuerdo?
SWR.- Estoy de acuerdo, el sector cultural es muy difícil y muy ingrato, cuando tu
elogias un trabajo, te conviertes en amigo, pero cuando lo criticas te conviertes en
enemigo.
Op.- Sergio, si te entregaran la varita mágica y te dijeran,
haz todo lo que tengas que hacer, pero que el sector cultural de un vuelco y Campeche se
convierta en el non plus ultra de las artes, ¿qué harías?
SWR.- Mira yo jamás voy a aceptar una responsabilidad de ese tipo. El director de
Cultura debe acercarse a los artistas, el medio de Campeche es un medio pobre, por que
nadie ha trascendido las fronteras de nuestro estado. En Campeche el artista necesita
apoyos, pero la creación se va a dar con o sin el gobierno. Un Instituto de Cultura sólo
es promotor y fomentador de la cultura, pero el director de esa institución debe conocer
muy a fondo el ambiente cultural, los alcances, todo, pero si el director del Instituto de
Cultura tiene aspiraciones políticas, entonces estamos jodidos, porque su enfoque es
utilizar a los artistas como un peldaño, como escalera para lograr sus fines y de ahí,
para mi son los grandes errores por lo cual se ha estancado la cosa cultural de Campeche.
Op.- Pero después de todo no estás sustraído de la realidad,
así que si te pidiera tu opinión que ofrecerías como argumentos para mejor la política
cultural, después de todo era uno de sus más severos críticos¿no?
SWR.- Finalmente el asunto es que tiene que crearse la infraestructura cultural y
segundo atraer a los artistas, darles un lugar para que creen y pagarle su trabajo
cultural. Con estas dos acciones puede mejorar en mucho el ámbito. No es posible que a
los artistas locales no se les pague su trabajo, y que cuando se ofrece en exposiciones,
en libros, en actuaciones, en conferencias la tarea del artista campechano, se le haga ver
y sentir que se le está ¡haciendo el favor de promocionar su obra!, casi, casi le piden
que pague el evento, pero eso si, al artista que viene de fuera, aunque sea mínimo viene
cobrando, ¿por qué a ellos si y a los de aquí no?
Ahora, ¿quién de los escritores o qué artista de Campeche ha tenido la oportunidad de
trascender fuera de Campeche?...¡nadie, absolutamente nadie!
Op.- Bueno, pero por lo que vemos la promoción de la cultura en
Campeche es dentro del ámbito local, no hacia fuera, ¿eso es error?
SWR.- Siempre he pensado que los escritores de Campeche nos conocemos, los de la
región nos conocemos, pero en el D.F ¿quién nos conoce?, en el norte del país,
¿quién nos conoce?, y ya no digamos en el extranjero...
Op.- Todo redunda o aterriza en un asunto, el dinero. ¿Quiénes
son los que hacen la cultura, los directores de las instituciones de cultura o los
ministros de finanzas?
SWR.- Jejejejeje, estoy de acuerdo con eso un poco, te quiero decir que en la
fundación Rockefeller te dan una beca y te dejan trabajar abiertamente, cuando valoran a
cierta gente que tiene calidad. Pero si tú a un artista lo quieres encajonar y le quieres
decir o coartar la libertad, prácticamente lo estas apachurrando y el artista muchas
veces no acepta.
Para despegar en el aspecto cultural se necesita una visión política que creo que debe
ser primordial y que dejemos de jugar a hacer cultura, desde que tenemos uso de razón se
ha jugado con la cultura, porque no ha habido un compromiso real.
Op.- ¿Crees que podemos crecer ofreciendo la cultura dentro del
recinto amurallado o hay que salir de esas fronteras?
SWR.- Hablar de que la cultura debe ser de masas, es como pensar que todo tiene que
ser un mitin y que todo llegue al pueblo. Hay cosas que se tienen que hacer en lugares
cerrados, pero para instrumentar programas en municipios y colonias debe haber primero
recursos, sobre todo con esos cabrones presidentes municipales, que ni les interesa el
fomento a la cultura y si lo hacen es por moda o por que se los ordene el gobernador.
Op.- En tu ámbito, en la literatura, ¿con qué cuenta
Campeche?
SWR.- Hay una generación de literatos que viene muy importante. Una generación
que ojalá no caiga en los errores de mi generación. Hay un desencanto mío hacia mi
generación, por que muchos de nosotros, desafortunadamente no trascendimos, aunque
todavía tenemos la oportunidad de hacerlo, pero para ello hay que emigrar. Hay gente muy
joven que está escribiendo y que lo está haciendo bien pero que hay que apoyarlos y que
publiquen aquí. Hay mucho talento. En cuanto a las artes plásticas, Luis Carlos Hurtado,
vive en San Miguel de Allende pero está estudiando en Europa. No hay que perder de vista
otro proyecto importante que es la Enciclopedia Campechana, pero hay que ver dentro de
tres años si se cumple con lo prometido.
Op.- ¿Tienes alguna propuesta cultural?
SWR.- Sí, una y muy importante, que se respete el trabajo cultural y que se pague.
Op.- ¿Cómo han recibido los campechanos tu propuesta
literaria?
SWR.- Soy alguien que no cae bien, que lo arriesga todo y que me dicen que estoy
loco. Y yo lo tomo como algo normal. Prefiero arriesgarlo todo, que no hacerlo, aunque
tengo problemas con mis amigos. Yo nunca me dejo llevar por lo que dicen los demás, soy
sincero, mi literatura peca de sincera.
Op.- ¿Y tu percepción de la vida?
SWR.- Soy pesimista, no puedo ser otra cosa ante un mundo que se va derrumbando. No
puedo decir que hay ilusiones por que no creo en eso, cuando veo un país al borde de una
guerra civil, porque en esa perspectiva estamos. Además nos acercamos a un cambio de
milenio que va a ser trágico y por eso no puedo reflejar otra cosa más que la verdad.
Op.- ¿No es pose?
SWR.- No, para nada, así soy y así pienso. Nos enfrentamos diariamente a un mundo
violento y la poesía tiene que ser reflejo de eso, de lo contrario nos estamos evadiendo
y yo no puedo hacer eso, eso lo hicieron los románticos y yo no lo soy.
Op.- ¿ Y tú que calificativo te pones, además de loco?
SWR.- Me gusta el término de existencialista, me gusta vivir el momento, existir.
Op.- ¿Y que le piensas dejar a tus hijos?
SWR.- Mi poesía.
Op.- Espero que vivas muchos años, sobre todo después de la
transición hacia el nuevo milenio, si algún día dejaras de existir, ¿cómo te
gustaría ser recordado?
SWR.- Por mis libros, ahí demuestro mis agradecimientos, alguien dijo por ahí que
yo odio a mi familia, cosa que no es cierta, yo los amo, a pesar de ser pesimista.
Op.- ¿ Para tí que es el amor?
SWR.- La vida misma , la entrega.
Op.- Y cuando amas, ¿eres intenso?
SWR.- Totalmente, soy muy intenso, cruel y violento.
Op.- Me llama la atención tu negatividad para todo, ¿no hay ningún resquicio
para el positivismo?
SWR.- No, en lo absoluto, yo y todos los autores que leo, vemos la vida como una
ironía. Somos animales pensantes, pero que nos matamos y eso nunca puede ser muestra de
positivismo.
El poeta es un gusano de sí mismo que se aparea para hacerse daño, pero eso lo puedes
trasladar a cualquier ser humano.
Op.- ¿ Y los campechanos que podemos esperar de tí como poeta?
SWR.- A mí lo de campechano, no me interesa gran cosa, el poeta no tiene
gentilicio. La palabra campechano, ha sido tan utilizada y sobada políticamente. Por eso en mi libro,
defino la campechanía como sinónimo de pendejos que todo lo hacen al revés. Y así nos
vemos, así los veo, y así me veo. En Campeche vivimos en la simulación, todo es una
farsa, cuando eres alguien o tienes un cargo público todo mundo te saluda, te abraza,
pero luego cuando no tienes ese estatus, eres un pinche perro. La campechanía es un
gentilicio de mierda.
Siempre nos comparan con los yucatecos, que el yucateco es trabajador, que ellos si tienen
iniciativa, que son chingones; en cambio los campechanos, que somos güevones, que somos
flojos, que todo lo hacemos al revés, que nos comemos los unos a los otros; pero eso sí,
si tienes iniciativa, inteligencia y si eres chingón, te madrean, te apabullan, te hacen
mierda, pero además con saña. Y por otro lado, la gente, los políticos, no están
acostumbrados a que cuestiones las cosas y cuando lo haces te conviertes en enemigo de
todos.
Por ejemplo, a Justo Sierra le digo que es el padrote de las letras. Respeto su vida, su
obra, no estoy cuestionando al artista y al hombre de su tiempo y de su siglo, que lo fue,
no, lo que estoy cuestionando es el uso que se hace de la figura, de su nombre, de las
palabras de su nombre, ¡cóño cómo va a ser posible que en cien años sólo tengamos
más que a un pinche Justo Sierra!, no es posible. |