No. 94 del 2 de diciembre de 2000 |
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Laura
León embriagada... de algarabía campechana En Calkiní, pensó que estaba en Yucatán, las risas no se hicieron esperar Pronunció con dificultad las palabras Por Darinka Aimee |
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Teniendo como escenografía una preciosa reproducción de la ex hacienda de Tankuché, la bella Nicte ha fue coronada como reina de la IX Feria Artesanal y Cultural de Calkiní. El conductor del evento tuvo la "brillante" idea de nombrar a las nueve señoritas que han ocupado el mismo cargo que la joven calkiniense, pero de todas sólo subieron al escenario tres de las ex soberanas. Una de ellas me impresionó demasiado porque estaba elegantísima, con un atuendo glamoroso, en color verde esmeralda de tela de chantú importado, adornado con plumas de pavorreal que resaltaba su esbelta figura y un peinado verdaderamente bien elaborado y el maquillaje ni que decir. Me di cuenta que tiene una sonrisa cautivadora, muy simpática y desenvuelta, es la reina saliente Joselyn, cuyo peinado y maquillaje fueron elaborados por el estilista Amador Martínez, quien, parece ser, se dedicará a arreglar a las niñas y señoras de la bella ciudad de Calkiní.
Escuadrón de rubios y rubias Antes de dar inicio la coronación de Nicteha, el conductor presentó a un grupo que se hace llamar "El Escuadrón de Coca Cola", aunque la gente pedía a gritos -y más el sexo masculino- a la atracción de la noche, Laura León. Nunca antes había escuchado hablar de El Escuadrón Coca Cola, pero en verdad que es un grupo muy dinámico y con mucha elasticidad en el escenario. Se conforma por tres chicos curiosos con un cuerpo impresionante. Me imagino que todos ellos se pasan horas y horas en el gimnasio, y cuatro chicas que tienen muy bonito cuerpo y la mayoría de ellas muy simpaticas. Todos comandados por un chico llamado Carlos que tiene acento y rasgos de Cubano. Ellos bailan éxitos de artistas conocidos como OV7, Ricky Martin, Elvis Crespo, y muchas más. Invitaron a subir al escenario a cuatro chicos voluntarios que no tenían ganas de bailar o les dio pánico escénico, lo que no sucedió cuando invitaron a subir a cuatro chicas. Cual va siendo mi sorpresa que ellas se desenvolvían muy bien en el escenario, con una elasticidad impresionante, con tanta desenvoltura y cadencia como si fueran unas expertas, y más que la música de fondo que tenían era el del show "Sólo para hombres". La gente ya un poco desesperada gritaba que quería ver a Laura León, y los chicos del Escuadrón dieron por terminado su acto ataviados con capas platedas.
Laura León "en Mérida"
Siguió con " Mujeres engañadas", "Dos mujeres un camino", "Suave, suavecito", y tantos éxitos más que le dan dado el cariño del público. Lo que no me explico es si la gente encargada de las relaciones públicas no le dicen al artista a que parte de la República van, porque ya son dos ocasiones que se presenta un artista en la ciudad de Calkiní, y anuncia con bombos y platillos "Buenas noches Mérida", (la primera fue Niurka). Por supuesto que en ese momento el respetable la recibe con un estruendoso chiflido y no es para menos, si ya de por sí la gente de Calkiní, tiene el problema encima de los celestunenses, como para venir a rematar con que el artista al cual le pagan con su dinero los viene a confundir con yucatecos. A la señora León, le gritábamos -desde la primera fila, por supuesto- "estás en Campeche, estás en Campeche", y ella se iba por la tangente, hablaba de cosas que no iban a lo que le estabamos diciendo, cuando la chica que hace de corista le aclaró donde se encontraba, le cayó el veinte y dijo, "bueno ¿y qué tiene estamos en Campeche y yo soy de Comalcalco, Tabasco, cuál es el problema?", inmediatamente el público le empezó a pedir canciones. No sabía que Laura León, tuviera un lenguaje un tanto florido. Será que por eso Raúl Velasco la llamó verdulera. Las cachonderías no le faltaron, tampoco los albures, las señas sexuales con las manos, el cuerpo. Incluso se pegó "a la trompeta" de uno de los músicos. La señora se bajó del escenario y al cruzar por la fila formada por un grupo de chicos que la hacían de seguridad, le dijo a uno de ellos "con un caramba, déjame pasar, coño"; le dio la vuelta al estadio, siempre custodiada por un cuerpo de seguridad que en todo momento cuidó cada uno de sus pasos". Al terminar su espectáculo la gente le brindó un aplauso y le pidió otra, otra y otra. A los os chicos que la hacen de sus bailarines los saludé de besos, cuando apareció Laura con una mujer muy mal encarada, su manager. Se dirigió al chofer y le dijo "con un demonio, carajos, apaga el aire ¿no ves que estoy afónica y cansada?", "apágalo de una buena vez, coño". Yo por lo pronto regresaré el domingo a la vaquería y a ver a mi papucho Pablo Montero, pero eso se los contaré en una próxima entrega. |
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