VII

Ángel caído

n algún tiempo perdido, en algún cementerio caminaba, mientras lloraba, un ángel. Estaba ebrio de dolor, sus alas se avergonzaban de él, parecían querer desprendersel, mas no podían, tenían un pacto:
“...las alas nunca podrán abandonar a un ángel, de lo contrario estas morirán...”
Y era por esa orden que ni siquiera intentaron huir.
Mientras la luna irradiaba su luz blanca tan sensual y las estrellas la cortejaban invitándola a bailar con la música de los cometas, el ángel, sentado en una cripta, maldijo a Dios y lo sentenció a una pronta decadencia.
Los por que le atormentaban, los cuando retumbaban en sus ser, los quien recorrían todo su cuerpo. Solamente sabía que había mostrado a los mortales el paraíso, que había enseñado a los mortales que el cielo realmente existía, no sabía si por eso andaba ahí y así.
El ángel agarró su botella y caminó un largo rato, se tambaleó hasta caer en una tumba con tierra fresca, las coronas de flores aún estaban en pie; en el mármol blanco y brillante de la cruz se reflejó y se vió llorar; una lágrima recorrió su mejilla pálida, una lágrima que pasó por sus fosas nasales mientras se dilataban agitadamente, una lágrima que se mezcló con el alcohol en su boca, una lágrima que haría renacer la esperanza de los mortales, una cristalina lágrima de ángel.
Súbitamente estrelló sus puños en la cruz hasta tirarla; sus largas uñas desgarraron el concreto donde estaba inscrito el epitafio, desesperadamente removió la tierra que cubría el féretro hasta dar con él, y lo abrió descubriendo un hombre muy joven. El ángel lo tomó y lo elevó por los cielos dejándolo caer repentinamente; el cuerpo cayó sin hacer ruido y pronto fue acompañado por decenas y cientos de cuerpos de hombres y mujeres, de niños y ancianos, de toda la gente que jamás sería aceptada en el cielo, en el falso cielo, en el maldito cielo.
Cuando el último cuerpo fue depositado, el ángel se mantuvo en el aire observando su obra, mirándola con un llanto desgarrador que podría haber revivido a los muertos, pero que no fue así, contemplaba lo que ahora sería su mundo, su reino, por que había sido corrido del cielo, por que ahora era un ángel caído...

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