RESEÑA DEL SPECULATIVE
MASON
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René Guénon |
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El
Speculative Mason (número de octubre de 1949), después
de dar una ojeada general sobre el contenido de los Old Charges,
de los que se conocen actualmente cerca de un centenar, y de ofrecer las
indicaciones concernientes a la existencia de un secreto, indicaciones
que evidentemente no pueden ser muy explícitas en documentos escritos
y también "semipúblicos", estudia más especialemente
la cuestión del nombre que es dado al arquitecto del Templo de Salomón.
Cosa singular, esto nombre no es nunca el de Hiram; en la mayor parte de
los manuscritos dicho nombre es, ya sea Amon o cualquier otra forma
que más bien parece ser una corrupción; parecería
entonces que el nombre de Hiram substituyó a aquel muy tardiamente,
probablemente porque la Biblia lo menciona, aunque en realidad no le atribuye
la cualidad de arquitecto, en tanto que en ninguna parte de ella aparece
Amon. Lo que también es extraño, es que este nombre
tiene precisamente en hebreo el sentido de artesano y arquitecto; nos preguntamos
entonces si un nombre común ha sido tomado por un nombre propio,
o si, al contrario, esta designación fue dada a los arquitectos
porque ella había sido primeramente el nombre del que edifica el
Templo. Sea como sea, su raíz, de donde deriva también la
palabra amén, expresa, en hebreo como en árabe, las
ideas de firmeza, de constancia, de fe, de fidelidad, de sinceridad, de
verdad, que concuerdan bastante con el carácter atribuido por las
leyendas masónicas al tercer Gran Maestro [Hiram]. En cuanto al
nombre del dios egipcio Amon, aunque su forma sea idéntica,
tiene no obstante una significación diferente, que es la de "oculto"
o "misterioso"; sin embargo, podría ser que en el fondo existan
entre todas estas ideas más de una relación, aunque a primera
vista no lo parezca. En todo caso, no deja de ser curioso constatar que
las tres partes de la palabra del Royal Arch a las que hemos aludido
en uno de nuestros estudios ("Palabra perdida y nombres substitutivos"),
y que son consideradas nombres divinos en las tres tradiciones hebraica,
caldea y egipcia, están, en la Masonería operativa, relacionadas
respectivamente en este orden con Salomón, con Hiram, rey de Tiro,
y con el tercer Gran Maestro [Hiram Abif], lo cual podría hacer
pensar que la conexión "egipcia" sugerida por el antiguo nombre
de este último [Amon] no puede ser accidental. A este respecto,
añadiremos otra observación no menos interesante: se supone
que lo que es dado como un nombre divino egipcio, siendo en realidad el
nombre de una ciudad, fue introducido por la confusión entre una
divinidad y el lugar donde se le adoraba; por consiguiente, dicho nombre
entra realmente, bajo una forma apenas diferente, e incluso totalmente
semejante teniendo en cuenta la indeterminación de las vocales,
en la composición de uno de los principales nombres de Osiris, que
se dice es también su "nombre real" [de realeza], y lo que es aún
más singular, es que él tiene propiamente el sentido de "ser",
como el nombre griego [Amén] del que es casi homónimo y que,
según algunos, podría haber contribuido también a
la confusión; no queremos sacar de ello ninguna conclusión,
puesto que, en cuestiones de este género, no ha de tenerse una confianza
excesiva en las soluciones que parecen muy simples cuando las cosas no
se examinan con mayor atención.
Nota
*
Octubre de 1949. Etudes sur la Franc-Maçonnerie
et le Compagnonnage T. II, págs. 176-177-178.
EL
TALLER. Revista de Estudios Masónicos
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