Larry Hannigan
Quiero la Tierra, más el 5%
La verdad sobre el dinero, el crédito y el déficit
(tres)
3/3/02
continuación
CITAS
Enciclopedia Británica, 14 ª edición:
«Los bancos crean crédito. Es un error suponer que el crédito bancario es creado por los depósitos de dinero existentes en los bancos. Un préstamo hecho por un banco es una adición neta a la cantidad de dinero existente en la comunidad».
Lord Acton, presidente de la Corte Suprema de Justicia de Inglaterra, 1875:
«La cuestión que ha atravesado los siglos y a la que, tarde o temprano, tendremos que hacer frente es la siguiente: el pueblo vs. los bancos».
Reginald Mc Kenna, presidente del Midland Bank de Londres:
«Me asusta el hecho de que a los ciudadanos corrientes no les guste oír que los bancos pueden, y lo hacen, crear y destruir dinero. Y que son quienes controlan el crédito de la nación, dirigen la política de los gobiernos y tienen en sus manos el destino de la gente».
Phillip A. Benson, presidente de la Asociación de Banqueros de EE.UU., 8 de junio de 1939:
«No existe una manera más directa de apoderarse del control de un país que mediante su sistema de crédito (su dinero)».
USA Banker’s Magazine [Revista del Banquero de los EE.UU.], 25 de agosto de 1924:
«El capital debe protegerse a sí mismo de todas las maneras posibles, ya sea por medio de cerraduras de combinación o de la legislación. Las deudas se tienen que cobrar, las obligaciones e hipotecas se tienen que ejecutar tan rápidamente como sea posible. Cuando a través de los procesos judiciales la gente común pierda sus viviendas, se volverá más dócil y más fácilmente gobernable mediante el brazo fuerte del gobierno aplicado por un poder central opulento bajo el control de los principales financistas.
«Esta verdad es bien conocida por nuestros hombres importantes, comprometidos ahora con la formación de un imperialismo del Capital para gobernar el mundo.
«Dividiendo a los votantes por obra del sistema político partidario, podemos hacer que dilapiden sus energías luchando por cuestiones sin ninguna importancia. Así, mediante una actuación discreta, podemos asegurarnos para nosotros mismos lo que tan bien ha sido planeado y tan exitosamente realizado».
Sir Denison Miller [gobernador del Commonwealth Bank, de Australia, desde junio de 1912]:
Durante una entrevista de 1921, cuando le preguntaron si, a través del Commonwealth Bank, había financiado a Australia durante la Primera Guerra Mundial por la cifra de 700 millones de dólares, respondió: «Sí, y podría haber financiado al país con una suma mayor si la guerra hubiera continuado». Preguntado si esa cantidad estaba disponible para fines productivos en esta época de paz, contestó que sí.
De Hand Over Our Loot [Entréguennos Nuestro Dinero], Nº 2, por Len Clampett:
«Hay cuatro cosas que deben estar disponibles para que haya trabajo remunerado:
«Si alguna de estas cuatro cosas faltan, no puede haber ningún trabajo remunerado. Es un sistema naturalmente autorregulador. Si hay trabajo para hacer y el material está disponible y los obreros quieren hacerlo, todo lo que tenemos que hacer es crear el dinero. Así de simple.
«Pregúntese por qué ocurrieron las depresiones. Lo único que faltaba en la comunidad era el dinero para comprar bienes y servicios. Los trabajadores estaban todavía disponibles. El trabajo que había que hacer estaba todavía ahí. Los materiales no habían desaparecido, y los bienes estaban fácilmente disponibles en los comercios, o podían ser producidos, si no hubiese sido por la falta de dinero».
Extracto de una carta escrita por Rothschild Brothers de Londres a una firma de banqueros de Nueva York el 25 de junio de 1863:
«Los pocos que puedan entender el sistema (Dinero en Cheques y Créditos) estarán tan interesados en sus beneficios, o serán tan dependientes de sus favores, que no habrá ninguna oposición por su parte. Mientras que por otro lado la gran masa de gente mentalmente incapaz de comprender las tremendas ventajas que el capital obtiene del sistema, soportará sus cargas sin quejas y quizá sin sospechar incluso que el sistema es enemigo (hostil, dañino) de sus intereses».
La cita siguiente fue reimpresa por el Idaho Leader, de EE.UU., el 26 de agosto de 1924, y ha aparecido dos veces en los «Hansard» [informes oficiales de los debates y procedimientos de los parlamentos británico y australiano, llamados así en memoria de Luke Hansard (1752-1828) y sus descendientes, quienes compilaron los informes británicos hasta 1889]. La primera, debida a John Evans, en 1926, y la segunda a M. D. Cowan, en la sesión de 1930-31:
«En 1891, se envió una circular confidencial a los banqueros estadounidenses y sus agentes, que contenía las siguientes afirmaciones:
«Autorizamos a nuestros agentes de préstamo en los estados occidentales a prestar nuestros fondos sobre bienes raíces, con fecha de vencimiento 1 de septiembre de 1894, y en ninguna otra fecha posterior.
«El 1 de septiembre de 1894, no renovaremos nuestros préstamos bajo ninguna clase de consideración.
«El 1 de septiembre reclamaremos nuestro dinero: ejecutaremos y transformaremos las hipotecas en posesión.
«Podemos quedarnos con las dos terceras partes de los campos al oeste del Mississippi y también con miles al este del gran Mississippi, al precio que fijemos nosotros.
«Podríamos también adueñarnos de las tres cuartes partes de los campos del oeste y del dinero del país.
«Entonces los agricultores se convertirán en arrendatarios, como en Inglaterra».
De Hand Over Our Loot, Nº 2:
«En los EE.UU., la emisión de dinero está controlada por la Reserva Federal. Ésta no es un departamento del gobierno, sino un comité de banqueros privados. La mayor parte de nosotros cree que la Reserva Federal es un brazo federal del gobierno nacional. Esto no es verdad. En 1913, el presidente Woodrow Wilson firmó el documento por el que se creaba la Reserva Federal, y condenó al pueblo estadounidense a la esclavitud de la deuda hasta que éste despierte de su sopor y destruya esta tiranía perversa.
«Se puede entender mejor el tema de la emisión de dinero en la comunidad si se compara el dinero de la economía con los billetes de una red ferroviaria. Los billetes son impresos por un impresor al que se le paga por su trabajo. El impresor no reclama nunca la propiedad de los billetes, y nunca podríamos imaginarnos una compañía de ferrocarril que se negara a darles a los pasajeros asientos en el tren porque los billetes se le han acabado. Por la misma razón, un gobierno no puede negar nunca el acceso de la gente al comercio normal y a los oficios, declarando que se le acabó el dinero.
«Supongamos que el gobierno pide prestados $10 millones a los bancos. Esto sólo les cuesta a los banqueros unos pocos cientos de dólares necesarios para imprimir realmente los fondos, y algo más por la contabilidad. ¿Cree usted que es justo que nuestros ciudadanos deban luchar para mantener sus casas y sus familias, mientras los banqueros engordan con estos beneficios?
«El crédito creado por un banco del gobierno es mejor que un crédito creado por los bancos privados, porque no existe ninguna necesidad de recuperar el dinero por la vía de los impuestos y no existen ningunos intereses agregados que aumenten los costos. La obra pública completada con el crédito del banco gubernamental es el bien que reemplaza al dinero creado una vez que dicha obra se acaba.
«Ninguno de nuestros problemas desaparecerá hasta que corrijamos la creación, la provisión y la circulación del dinero. Una vez que el problema del dinero se resuelva, todo lo demás se pondrá en su lugar.»
Traducción del inglés: R. D.