SITUACIONES DE PELIGRO
PERDIDA DE SUSTENTACIÓN
Se produce cuando un parapente vuela demasiado lento, muy frenado
o con mucho ángulo de ataque, tanto que el flujo de aire
que atravesaba el perfil deja de resbalar por el extradós
y aparecen en las capas de aire adheridas al perfil, remolinos
y turbulencias. La pérdida de sustentación desaparece
cuando el ángulo de ataque disminuye y se gana velocidad;
las capas de aire junto al perfil vuelven a ser laminares, creando
una serie de presiones cuya resultante es la sustentación.
Resulta evidente pues, que para salir de una pérdida,
hay que soltar los frenos dando máxima velocidad. Si
por el contrario, frenamos aún más el parapente
se deforma la vela y cae bruscamente.
Al mirar para arriba el ala está perfectamente hinchada,
pero la trayectoria es vertical; si no se reacciona se llega
al suelo a gran velocidad. Un ala que vuela siempre avanza,
nunca cae en vertical, a no ser que haya mucho viento de frente
y casi no penetre, pero en este caso su velocidad vertical es
siempre menor.
Nunca es tarde para dar máxima velocidad; Si conseguimos
que un flujo de aire atraviese el perfil de nuevo, al llegar
al suelo podremos frenar y aterrizar. Si nos mantenemos en pérdida
por mucho que frenemos, al llegar al suelo no disminuirá
la velocidad de caída.
TURBULENCIAS
Cualquier objeto que interrumpe el paso del aire crea una serie
de remolinos en la dirección en la que se aleja de él,
a sotavento del objeto; pueden ser árboles, casas o edificios,
la misma ladera, otro parapente en vuelo, etc. La intensidad
de la turbulencia depende de la velocidad del viento y de la
forma del objeto.
También existe otro tipo de turbulencia, llamada dinámica,
que es la que se crea por fricción de dos capas de aire
de distinta temperatura y velocidad; por ejemplo en las térmicas,
o cuando tenemos viento en altura sobre una masa de aire en
calma en un valle, en la frontera de las dos capas de aire se
crea una zona de cizalla que provoca turbulencias
Un ala flexible como es un parapente, se ve afectada por las
turbulencias y nos pueden deformar el ala. Por eso siempre vamos
a evitar volar en sitios encajonados como valles muy cerrados,
sobre todo con viento fuerte. Y tendremos mucho cuidado con
el sotavento de cualquier objeto, especialmente de las laderas.
La actuación en vuelo ha de ser rápida para solucionar
cualquier deformación de nuestra vela e intentar alejarnos
de la zona afectada. Si se mete hacia el intradós el
borde de ataque, frenamos con los dos mandos para aumentar el
ángulo de ataque.
LOS FRENOS NO RESPONDEN
El continuo roce del cordón de freno con la anilla produce
un desgaste que puede acabar en rotura. Así como la tensión
que se ejerce sobre la cinta que sujeta la anilla, puede provocar
que se descosa progresivamente hasta desprenderse, o puede ocurrir
que la anilla sea tan grande que la empuñadura del freno
se cuele a través de ella. La revisión sobre estas
importantes zonas de nuestro parapente debe ser constante, cambiando
el cordón deteriorado antes de que se rompa, cosiendo
de nuevo la cinta que empieza a desprenderse, o colocando un
tope en la empuñadura mayor que la anilla.
Si esto llegara a ocurrir, podemos controlar los giros con las
bandas traseras. Al tirar de la banda trasera derecha aumenta
el ángulo de incidencia en el plano derecho y disminuye
su velocidad, con lo que el plano izquierdo lo adelanta, provocando
un giro a la derecha y viceversa.
También podemos mantenernos con el viento por el lado
contrario al que se haya roto. Por ejemplo, si se rompe el freno
izquierdo, y nos mantenemos volando de tal forma que el viento
entra por el plano derecho, cuando soltemos el freno derecho
que todavía conservamos, el parapente girará hacia
la izquierda, y el giro contrario lo realizaremos normalmente
sin llegar a enfrentarnos totalmente al viento. Observar que
el freno roto no actúa sobre el borde de fuga dando máxima
velocidad al plano.
En cualquier caso, el aterrizaje siempre se realizará
con las bandas traseras, nunca usaremos el freno que conservamos
a la banda trasera contraria, pues el freno manda más
y se inclinará para ese lado en el último momento.
El cordón del freno, debe revisarse siempre desde el
borde de fuga hasta la anilla antes de cada despegue, para evitar
salir con él liado. Si recogemos bien el parapente colocando
los frenos en su sitio, no se producen estos enredos; si al
despegar, sobre todo en zonas de matorral, colocamos todos los
cordones encima de la vela, evitaremos que un palito se enganche.
En vuelo, si el freno está liado a la altura de la anilla,
quizás podamos desenredarlo, si no, cogeremos el cordón
por encima de la anilla, esto puede resultar molesto al no tener
empuñadura, recordar que también se puede pilotar
con la banda trasera.
Si el enredo no está a nuestro alcance, quizás
con unos tirones se suelte, pero en ocasiones una frágil
ramita no se rompe ni con fuertes tirones, o el nudo se aprieta
más, entonces desistiremos de liberarlo y nos concentraremos
en el pilotaje.
Daros cuenta que un enredo en el cordón del freno acorta
su longitud, manteniendo frenado ese plano continuamente, con
lo cual el parapente se irá hacia ese lado, (esto puede
ocurrir con un grupo de cordones cualquiera, sobre todo si el
parapente tiene más de dos bandas por cada plano). Si
el enredo es grande, será particularmente peligroso en
el despegue al girar inesperadamente cerca de la ladera. Una
vez en vuelo, mantendremos frenado el otro lado para conservar
nuestra trayectoria; si para ello es necesario frenar demasiado
el otro plano será mejor buscar una zona de emergencia
hacia donde dirigirse antes de provocar una pérdida.
El aterrizaje se puede realizar con los frenos, si el cordón
corre bien por la anilla.
ARRASTRONES
Cuando un ala comienza a levantarse es cuando mayor resistencia
al viento ofrece y mayor riesgo de que nos arrastre hay; una
vez que se ha levantado ya no ofrece tanta resistencia, el parapente
tira de nosotros hacia arriba, sobre todo si nos encontramos
en una ladera descendente.
Con mucho viento nunca se intentará salir de la cumbre
plana de una
montaña, sino unos metros más abajo en la ladera.
Levantaremos el ala de espaldas al viento mirando como se infla,
de esta manera es más fácil aguantar el tirón
que nos da al hincharse, y en caso de que no podamos con él,
corremos hacia adelante para perder la tensión de los
cordones. Por el contrario si despegamos con el viento de cara
y no aguantamos el tirón, al no poder correr hacia atrás,
es fácil que caigamos y nos arrastre por el suelo de
espaldas y con la cabeza por delante. Si el viento es fuerte,
es mejor despegar con ayuda, siempre y cuando nos sujeten del
arnés, nunca del cuerpo.
Pero si el parapente nos arrastra, no intentaremos sujetarlo
por los cordones, procuraremos no caer, y tirando del freno
cuyo plano esté más cerca del suelo correr hacia
él, recogeremos el freno si hace falta con las dos manos
hasta llegar al borde de fuga, de esta manera cae al suelo y
se convierte en un trapo sin fuerza. Es importante soltar completamente
el freno contrario.
NO LLEGAMOS AL ATERRIZAJE
Desde un principio debemos acostumbrarnos a calcular nuestra
senda de planeo. Por eso al ver que no llegamos al aterrizaje
previsto, hay que saber buscar con tiempo y altura un lugar
de emergencia; nunca nos mantendremos en la trayectoria con
la duda, ¿pasaré o no? pues si el obstáculo
es peligroso nos encontraremos en una situación comprometida
que si esperamos al último momento será más
difícil de solucionar.
Los cables del tendido eléctrico suponen un gran peligro,
pues aparte del obstáculo físico corremos el riesgo
de quedar electrocutados; nunca infravaloréis una línea
eléctrica por pequeña que parezca, aunque los
cables son difíciles de ver, los postes nos indicarán
su presencia y cambiaremos nuestra trayectoria con tiempo suficiente
para evitarla, en caso de ver los cables en el último
momento, nunca es tarde para realizar un giro radical, es preferible
aterrizar viento en cola, con el parapente muy inclinado, o
contra otro obstáculo antes que dejarse Ilevar hacia
una línea de tendido eléctrico.
En caso de producirse el choque, puede ocurrir que el cable
se rompa dando un latigazo, o bien que el parapente quede enganchado.
El piloto tendrá precaución de no tocar nada más
que un cable, y nunca se intentará ayudar desde tierra
mediante una escalera o similar, hasta que la línea no
está cortada. Mientras tanto se puede preparar el suelo
para que el piloto se desenganche y salte si no hay mucha altura.
NO PENETRA, VUELA HACIA ATRÁS
Para no encontrarnos en esta situación al salir, la mejor
solución es no despegar, por eso debemos conocer la velocidad
del ala con nuestro peso. Un anemómetro para medir la
velocidad del viento nos servirá de ayuda para saber
si penetraremos o no. Si el viento es superior a la velocidad
de nuestra ala, volaremos hacia atrás. Si todavía
estamos decididos a volar, se puede usar lastre; al aumentar
el peso aumenta nuestra velocidad. En vuelo, si el parapente
no penetra te sientes como una hoja que se lleva el viento,
pero no hay que dejarse abandonar hay que seguir pilotando.
Con el viento de lado, ir derivando hacia una zona de aterrizaje.
Nunca nos dejaremos ir para atrás si nos dirigimos a
un sotavento. Al acelerar (meter bandas delanteras) se consigue
penetrar algo más; si no avanza al menos pierde altura
sin volar hacia atrás.
Conviene prestar atención a las zonas de la ladera que
están afectadas por la compresión del viento,
pues allí será donde con mayor dificultad vamos
a penetrar, la cima de la montaña, los laterales así
como barrancos que interrumpen la uniformidad de la ladera.
EL
GPS
El
Sistema de Posicionamiento Global (GPS)es un sistema de navegación
concebido en 1970 y ha sido desarrollado y controlado por el
Departamento de Defensa de los EE.UU.
Diseñado originalmente para uso militar, el máximo
nivel de precisión ha sido reservado para ellos, pero
adicionalmente emite una información ligeramente modificada
para uso civil, en cualquier lugar y hora.
¿Como funciona?
La red de satélites:El sistema GPS utiliza un conjunto
de 24 satélites,que orbitan a una altura de unas 11.000
millas.
Captando las señales que emiten estos satélites,cualquier
receptor GPS puede, con gran precisión, triangular su
posición y mostrar la coordenada en la que se encuentra.
Estos satélites operan las 24 horas del día, bajo
cualquier condición meteorológica,
pudiendo ser utilizados para una navegación precisa,
ya sea en agua, aire o tierra.
La teoría es sencilla: se calcula el tiempo que tarda
en llegar la señal de cada satélite al receptor
y multiplicándola por la velocidad de la luz, es posible
averiguar a que distancia nos encontramos de dicho satélite.
Realizando esta operación con, al menos, tres satélites,
es posible calcular la latitud y la longitud actuales (2D).
Si un cuarto satélite está disponible, dispondremos
también de la altitud (3D).
El receptor GPS
Hay dos tipos de receptores GPS: Receptores
Multiplexados y Receptores con Canales Paralelos. Estos términos
se refieren a como el receptor recoge y procesa la información
de los satélites, recordando que es necesario que el
receptor recoga "simultáneamente", al menos
la de tres (triangulación).
Los Receptores Multiplexados (Multiplexing Receivers) utilizan
un truco para realizar la triangulación: contactan con
un satélite solo el tiempo justo para recibir los datos
mínimos, después buscan otro y un tercero y un
cuarto. Con toda esta información (que puede tardar varios
segundos) cálcula la posición. Al necesitar menos
(o uno sólo) canales de recepción, los Receptores
Multiplexados son los más baratos, aunque menos exactos
y más lentos en la respuesta a cambios de dirección
o velocidad. Además, como solo utilizan un canal para
recibir, toda la información tiene que ser acumulada
y promediada; por lo que con tantos cambios tienen más
problemas para mantener la posición en bosques, ciudades
o montañas.
Los Receptores con Canales Paralelos, mantienen simultáneamente
la conexión con varios satélites a la vez. Eliminando
los problemas de los cambios de los Receptores Multiplexados.
Por ejemplo, en un GPS con 12 canales paralelos, existe la posibilidad
de "enganchar" hasta 12 satélites simultáneamente.
Esto se utiliza de la siguiente forma:
Tres canales se enganchan rápidamente a los tres satélites
que tengan la señal más potente y que se encuentren
en una posición geométrica más optima,
para triangular la posición. Un cuarto se conecta a otro
para conseguir la altura. El resto de canales testean los satélites
restantes y los tienen preparados, en previsión de que
se pierda alguno de los satélites principales (los que
generan la posición). Esto sucede en bosques o ciudades
constantemente. También si alguno de los restantes empieza
a estar mejor situado geométricamente que alguno de los
principales (en un viaje, por ejemplo), también pasará
a ser de los principales.
Precisión del GPS
El Departamento de Defensa creó dos códigos de
transmisión: el código "P" (Precisión)
para uso miliar, y el código "C/A" (Acceso
Civil) para uso civil. Los militares hicieron esta distinción
para evitar que se utilizara el sistema como arma contra sus
propias instalaciones, pero se quedaron cortos e implantaron
una degradación aleatoria en la precisión de la
información que envían los satélites en
el código civil, llamada "Selective Availability"
o "S/A". Pese a esta limitación impuesta, con
los modernos GPSs, se consigue una precisión suficiente
para casi cualquier utilización. Según el gobierno
americano, la precisión emitida queda en el 95% de los
casos dentro de 100 metros o menos y el 5% restante dentro de
300 metros o menos. Pero la realidad es más optimista
y en la mayoría de los casos obtendremos una precisión
entre 20 y 50 metros.
Hay que recordar que el error aleatorio intencionado producido
varía en cualquier momento y lugar y que sin él,
obtendriamos una precisión de unos 15 metros. Es posible
observar los efectos del sistema S/A en un GPS cuando se está
quieto: se nota como las lecturas de velocidad, posición
y altura varian levemente, e incluso se va dibujando un recorrido
(track) aleatorio al fijar un zoom elevado.
Los GPS Diferenciales (DGPS)
Aunque es posible que el efecto S/A sea desactivado en el futuro,
se han desarrollado los GPS Diferenciales para aumentar la exactitud
de las lecturas hasta unos pocos metros.
Se desarrolló por el servicio guardacostas americano
y se compone de estaciones terrestres con una posición
perfectamente definida. Como estas estaciones conocen la posición
exacta de los satélites respecto a ellas, pueden comparar
la lectura recibida con los datos que deberian llegar, averiguando
el error introducido por el S/A. Este error es transmitido a
los DGPS para que corrigan en tiempo real todas las mediciones
y así obtener casi la coordenada exacta real. En la actualidad
hay dos fuentes de señales correctivas DGPS:
* Los guardacostas americanos basados en transmisores terrestres,
que emiten la información de manera gratuita, pero de
corto alcance.
* Las transmisiones vía rádio FM disponibles en
zonas costeras y de interior, pero limitadas a un pago
Para recibir la señal correctora DGPS desde los guardacostas
es necesario un receptor de señal aparte, y para recibir
las señales FM hay que adquirir un receptor especial
FM, del tamaño de un "busca". Por supuesto,
es necesario que el GPS permita recibir y procesar señales
DGPS.
Tráfico
aéreo
Un parapente que va a despegar debe esperar hasta que no exista
riesgo de colisión con otro volador.
Cuando dos alas se aproximan de frente, ambos deben girar a
la derecha

Cuando dos alas se aproximan de frente, pero hay una ladera
cerca, tiene preferencia el que tenga la ladera a la derecha
(el otro debe abrirse a su derecha, alejándose de la
ladera)

Cuando se adelante a un ala, el que esta siendo adelantado tiene
preferencia. Si se adelanta a alguien que hace ladera, hay que
adelantarle entre él y la ladera.

Cuando dos alas convergen, el que está a la derecha tiene
la preferencia.

Cuando se comienza a girar una térmica, hay que girar
en el mismo sentido de giro que los que ya la están girando.

Cuando dos velas se aproximan a diferente altura, el que está
más abajo tiene la preferencia, lo más seguro
es que no te vea.
Al girar se debe, metódicamente mirar hacia el lado al
que se va a girar antes de hacerlo.
No seguir a otra vela demasiado cerca ni mantenerse en un ángulo
en el que no te vea.
No pasar por encima, por debajo o por delante de otras alas
a no ser que esté bien claro.
Se debe mantener una separación de al menos 20 metros
en horizontal y unos 15 en vertical.
Evitar cambios bruscos de dirección y velocidad con otra
gente cerca.
Hay que volar sin provocar que otros pilotos necesiten cambiar
su dirección por necesidad.
Hay que tener en cuenta que otros parapente, pueden volar a
distinta velocidad, tienen distintos ángulos de visión
y pueden girar a distinta velocidad.
Es responsabilidad de los pilotos el realizar cualquier maniobra
evasiva necesaria para evitar una colisión.