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La concentración mayor de glándulas sudoríparas en el cuerpo humano se da en el rostro (rubor facial, rosácea, facial blushing), en pies, en manos, en axilas y también en el perinè ( trasero ). La hiperhidrosis puede derivar en otra enfermedad llamada Bromhidrosis que consiste en el mal olor del sudor debido a la mala descomposición del sudor por parte de las bacterias encargadas de ello.
La hiperhidrosis es una enfermedad del sistema nervioso simpático autónomo (el involuntario, el que no controlamos), que origina una sobreestimulación de las glándulas sudoríparas del cuerpo. Esta sobreestimulación se realiza por medio de los neurotransmisores que afectan a los receptores de acetilcolina a nivel de las glándulas sudoríparas.
Toda esta descripción técnica se traduce en un exceso de sudor incontrolado en palmas de las manos, palmas de los pies, axilas, cabeza y cara. Este sudor no es normal, es un exceso que molesta exageradamente al que lo padece. Limita a la persona que lo padece tanto física como mentalmente.
Físicamente: Se resbala el volante al conducir, te escurres al agarrarte a las barandillas (metro, autobús, escaleras). Mojas el papel al escribir, se te resbala el telado y el ratón del ordenador, es imposible jugar al tenis (se te va la raqueta), los vasos de cristal se caen. Manchas toda la ropa con sudor que estropea la ropa y produce mal olor. Dar la mano a alguien que conoces se hace algo imposible.
Mentalmente: Preocupación constante por el clima (espero que haga frío), preocupación por la ropa (con esta se me notara más o menos el sudor), preocupación por tener todas las situaciones controladas y tratar de evitar prematuramente las que creemos que nos van ha hacer sentir incómodos, esto es algo que provoca una ansiedad muy fuerte en la vida diaria.
La persona con Hiperhidrosis va a ser muy sensible a los cambios de temperatura, a los contrastes frío - calor. Acciones como entrar de la calle a un restaurante pueden suponer un golpe de calor incontrolado que pondrá a esa persona muy tensa e incomoda. El sudor socialmente siempre ha sido síntoma de debilidad, de vergüenza y de falta de higiene, cosas que en la sociedad actual no están nada bien vistas.
Al ser consciente de estas situaciones y no tener poder para retenerlas se va creando un miedo a todas estas situaciones y lógicamente se tiende a evitarlas. Se dice que estas personas son tímidas o que les gusta poco salir o que son introvertidas, pero no es así, son personas totalmente normales que por condiciones físicas se ven imposibilitadas a relacionarse como los demás.
Lista de Tratamientos que existen en la actualidad
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