México, D.F. septiembre 23 de 1999

DR. JORGE MADRAZO CUELLAR
PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA
Presente

Sr. Procurador:

No salgo de mi asombro. Las declaraciones suyas que consignan los periódicos el día 23 de septiembre de 1999 en relación al conflicto universitario, me hicieron recordar una célebre sentencia de un amigo mío que decía "... en dándonos Dios boca (aunque para ser fieles a la verdad mi amigo utilizaba el vocablo hocico, el cual reemplazo para no ser insolente de inició) para que queremos ciencia"

Los periódicos ponen en su boca, palabras más, palabras menos, que usted afirmo: "lo digo categóricamente, yo estoy cierto de que los universitarios no son delincuentes" (LA JORNADA, 23 de septiembre de 1999, pg. 41).

Su frase me da vueltas en la cabeza y créame que no logro desentrañar su profundo significado; al contrario mi confusión aumenta cuando veo que la misma nota, de LA JORNADA está cabeceada con un "Hablo como, titular del M. P. y como universitario`.

En cuanto a su carácter de M.P. no tengo ninguna duda; la posición que ocupa en el aparato gubernamental: Procurador General de la República, le confiere ese status. Mi duda surge respecto de su carácter de universitario.

La multicitada note de LA JORNADA da a entender que su carácter de universitario está dado por el hecho de que "pasó 15 años trabajando en la UNAM y otros cinco como estudiante, y además de estar orgulloso de ser egresado de la UNAM, conoce los conflictos universitarios..."

¿Estoy en lo correcto, Sr. Procurador?

Pues bien, si la respuesta es afirmativa como creo que lo es, la sinapsis de mis neuronas se acelera a velocidades que sólo puedo definir como alucinantes.

Me explico

Hasta donde yo sé hay muchas personas que aún compartiendo con usted los rasgos que en su decir le confieren su carácter de universitario, la Procuraduría a su cargo -en cumplimiento de lo que la Constitución General de la República le ordena-ha puesto a disposición de las autoridades competentes y ha exigido el castigo de ley que sus actos reclaman. Si ello es así, yo le pregunto ¿porqué los ha consignado sí son universitarios y en su decir categórico los universitarios no son delincuentes»?

Una de dos o la Procuraduría a su cargo ha cometido gravísimas injusticias o su decir no resiste la más simple confrontación con la lógica elemental ¿no le parece?

A manera de ejemplo le planteo un caso en el que sin lugar a dudas esa es mi apreciación- en su aparición frente a los medios de comunicación se ha ido de la boca, poniendo en entredicho -planteado sea de paso- la honorabilidad de la institución que le ha sido confiada,

El caso al que me refiero es el del Lic. Mario Ruiz Massieu.(Q.E.P.D.)

¿Estará usted Sr. Procurador de acuerdo conmigo que de acuerdo con su autodefinición de universitario el Lic. Ruiz Massieu, lo fue? ¿o no?

Es más, es de¡ dominio público que con el Lic. Mario Ruiz Massieu Q.E.P.D. compartió usted responsabilidades universitarias durante el Rectorado M Dr. Jorge Carpizo y no solo eso sino que también según el decir de su hoy viuda -hasta francachelas "universitarias"-, sin embargo su presencia descompuesta frente a los medios al reaccionar, en su carácter de Procurador General de la República (perdón ¿también lo hizo en su carácter de universitario?) a su muerte y a las cartas que se hicieron públicas, no solo se te olvidó un pasado universitario compartido con el hoy occiso, sino que se le olvidó también algo elemental en la procuracíón de justicia, según sé, el que juzga es el juez, el ministerio público sólo instruye la causa.

¿En que quedamos entonces, Sr. Procurador?

Un universitario que toma lo ajeno ¿es un delincuente o no?

Un universitario que ejerce la violencia en contra de otra u otras personas ¿es un delincuente o no?

Un universitario que difama a otra u otras personas ¿es un delincuente o no?

Un universitario que no respeta la ley ¿es un delincuente o no?

Un universitario que hace mal uso del` patrimonio nacional ¿es un delincuente o no?

Un universitario que trafica con sustancias tóxicas prohibidas ¿es un delincuente o no?

La formulación de preguntas, Sr. Procurador, se puede continuar, interrogando a cada una de las conductas ilícitas contempladas en nuestra legislación vigente, con objeto de desentrañar si su decir respecto de la inmunidad que otorga el ser universitario se sostiene, o no.

Ojalá Sr. Procurador se dé el tiempo para en compañía de sus más cercanos colaboradores completar el ejercicio, estoy seguro que al concluirlo harán una gran aportación a la comprensión del fenómeno de la impunidad en México.

En otro orden de ideas déjeme decirle también Sr. Procurador, que me siento aludido, -como pienso que muchos- cuando se refiere a "los que piden aplicar el estado de Derecho" le agradezco me (nos ¿?) conceda "buena fe" y la verdad considero fuera de lugar su calificativo de "simplista", ya que me suena a esos recursos de etiquetar al otro, a su argumentación, con miras a restarle puntos frente a los que contemplan el debate (evidentemente se asume que lo "complejista" es mejor que lo "simplista"). Sinceramente sería más positivo que explique donde está lo simplista y porqué en esta circunstancia. concreta hay qué optar por lo "complejista"  ¿será?.

Ahora bien, lo que si le pido es que me aclare como le hace para saber que "Detrás de esas palabras, (se refiere usted a la petición de aplicar el estado de Derecho) lo que se está diciendo es: hay que utilizar la fuerza pública para resolver el conflicto, como si los universitarios fueran delincuentes" porque la verdad me sorprende que usted sepa con tanta exactitud lo que hay detrás de esas palabras. ¿Acaso ya los' servicios de inteligencia con los que cuenta la dependencia a su cargo, son tan sofisticados como para estar en condicciones de leer la intimidad de los ciudadanos, el inconsciente que diría Freud? Si es así, hágamelo saber porque probablemente les haría algunas consultas, previo claro está un arreglo conveniente para ambas partes ¿no le parece?

Ahora bien con el total desconocimiento de lo que mi inconsciente piensa, siente, desea, esconde, etc, debo decirle categóricamente, como le gusta decir a usted, que cuando yo pido aplicar el estado de Derecho lo que, estoy pidiendo simple y llanamente (¡símplista al fin!) es el imperio de la razón y de la justicia; que sea la ley la que rija las relaciones entre los individuos, y la de estos con las instituciones.

Por otra parte déjeme que le cuente que una elemental congruencia con mi ser universitario, me exige tratar de entender el mundo en el que vivo, pretendiendo hasta. donde es posible, remontar mi estupidez, entendida ésta a la manera en la que la expone Manuel Gil Anton echando mano de una iluminadora cita de Adolfo Bioy Casares que dice-

"El mundo atribuye sus infortunios a las conspiraciones y maquinaciones de grandes malvados. Entiendo que subestima la estupidez"

Manuel Gil Anton reflexiona. "la primera lectura de la reflexión de Bioy Casares, me pareci6 demasiado fuerte, acostumbrado a emplear el término como insulto o calificación negativa, pero la consulta al diccionario ubico el término en una dimensión descriptiva y esclarecedora: ESTUPIDEZ f. Torpeza notable en comprender las cosas". (Manuel Gil Antón. ETCÉTERA. 215108199)

Pues bien Sr. Procurador, en ese esfuerzo que le comento le he dedicado algunas horas a leer muy diversas opiniones sobre el conflicto universitario y en esas lecturas me he encontrado referencias como estas:

"... lo cierto es que hay violación de] estado de derecho y que el gobierno está obligado a restituir a la universidad en la posesión física y jurídica de sus instalaciones. No propongo la violencia sino la simple y eficaz aplicación M derecho% (Nestor de Buen. LA JORNADA 15108199)

"Su imaginación llegó al poder y no les alcanza por distinguir entre la aplicación de la ley y la represión violenta, ¡legítima, criminal; entre la reforma de las instituciones y su desmantelamiento; entre la sujeción al Estado de derecho y la sumisión a la institución de] mercado, libre lo mismo para concentrar Hiqueza que para distribuir anarquía. (...)

"El caos no es reformable. Y las autoridades gubernamentales que recibieron el mandato han de ejercer las funciones que la ley les asigna, las facultades que la norma señala expresamente; parten de¡ juramentó hecho de cumplir y, atención Señores de la memoria generacional libertaria, hacer cumplir los dictados de la Ley Suprema. ( ... ) aplicar la ley hacer cumplir lo que la ley dicta, no equivale a reprimir" (León García Soler EXCELSIOR 25108199).

"Posponer, en aras de evitar el uso de la fuerza, la aplicación de la ley, indica una desconfianza de la democracia en su propia legítimidad, que le hace titubear ante proyectos no democráticos que le disputan el espacio político". (Francisco. Valdez Ugalde EL UNIVERSAL 29108199).

"Me parece, en síntesis, que ha llegado el momento de líberar a la universidad de quienes la tienen secuestrada, simplemente con apego al orden jurídico vigente. (...)

"Por razones éticas, jurídicas y políticas, llegó la hora de hacer el Estado de derecho en la UNAM" Renward Garcia Medrano. ETCÉTERA, 5108199).

"Al observar la escalada de violencia en el conflicto universitario, lo que muchos ciudadanos deben estar preguntando es- ¿donde está el Estado? ¿Porqué pemite el enfrentamiento de sectores antagánicos del estudiantado sin hacer acto de presencía para preservar el orden y evitar la violencia? Porque el Estado mexicano ha perdido su legítimidad esencial, por lo cual no se atreve a hacerse presente para imponer el orden y la legalidad, pues ello podría ser confundido como una acción autoritaria, siendo que esa misma función la cumplen los estados democráticos, sin que por ello sean tildados de autoritarismo". (José Antonio Crespo. EL UNIVERSAL 25108199).

" ... El sendero de la renuncía del Estado y el recelo de la sociedad ante el uso legal de la fuerza para aplicar la ley, no puede conducir sino a la ilegalidad endémica y ésta es la materia de la que están hechas las crisis de gobernabilidad". (Héctor Aguilar Camín; LA JORNADA 20109199).

"Acatar la ley universalmente obligatoria; al proscribir conductas, las normas jurídicas también ordenan los actos de coacción que el Estado está obligado a aplicar en caso de inobservancia o violación de las propias normas.

Si el Estado no lo hace, el derecho no es; no hay Estado de derecho. Ese carácter de ley hace del uso de la fuerza por el Estado un acto jurídicamente legítimo; Si el Estado depone su derecho de monopolio de la fuerza, el Estado deja de ser y sobreviene la colisión de los intereses y de los actos de fuerza entre grupos e individuos. Tulyehualco a la enésima potencia de costa a costa. Si la ley jurídica no impera, reinará la ley de la selva". (José Blanco LA JORNADA. 31108199).

"La ocupación de las instalaciones universitarias es absolutamente ilegal. Piensen lo que piensen los del CGH y sus apoyos, no hay más salida que la recuperación de facultades, institutos y de todo cuanto pertenece a la UNAM. Después se podrá discutir, reformar y, si se lo proponen, cerrar la universidad y regalársela a los distinguidos miembros del consejo de huelga, Mientras el Mosh y compañía sean los ocupantes de facto de CU no tiene el gobierno autoridad para hablar de Estado de Derecho". (Rafael Segovia. REFORMA. 24109199)

Sr. Procurador, coincidirá conmigo que las referencias enunciadas proceden de la mente de distintos intelectuales con un prestigio ganado a pulso, de hombres que -coincidirá Ud. conmigo- le han apostado a la razón como piedra filosofal que puede contribuir a desentrañar el misterio que se encierra en la dinámica de nuestro coexistir social; pues bien, si usted lee detenidamente las referencias presentadas ninguna de ellas se ajusta a su "Detrás de esas palabras..."

No hay detrás Sr. Procurador, hay sí, un saber que sólo un compromiso actuante, con la verdad, la justicia, la razón y el derecho irripedirá que lo más preciado para el ser humano, porque como bien lo dijera Octavio Paz es la única posibilidad de ser: -el ser en sociedad-, sea una realidad y no la entelequia producto de la desesperanza, de la frustración, del rencor, del odio,

Para terminar le recuerdo algo que sucedió hace algunos años y que usted estoy seguro ya olvidó. Eran los tiempos en los que la estrella del Procurador Lozano Gracia Se encontraba en la fase más acelerada de su previsible declive. En esa ocasión compartimos con usted el desayuno junto con otros 6 u 8 comensales, en una institución educativa de por el poniente de la ciudad, zona de colinas famosas y ya casi para concluir la sobremesa, una de las comensales, la que lo había invitado le dijo:

-Oye Jorge ¿Sí el presidente te lo pidiera aceptarías la PGR?

A lo que usted respondió, palabras más, palabras menos, "por supuesto que

no. No está en mis planes".

Quince días después me enteré por los medios de comunicación tomado posesión como Procurador General de la República.

Espéro que en esta ocasión el cierre de la nota de LA JORNADA -

"¿Aceptaría ser rector.de la UNAM? le preguntaron los reporteros.

-Desde luego que no. No ló aceptarla. No es esa mi pretensión"

- no se asemeje en nada a la anécdota referida, porque no me cabe la menor duda de que con base en su concepción del estado de Derecho y de la impunidad que el ser universitario confiere según usted, la transformaría, de ser una de las instituciones más nobles y dignas que los seres humanos nos hemos dado a través del tiempo, a ser una institución que socave de raíz nuestra convivencia social y nos reinstale en un mundo primitivo. ¿Es eso lo que pretende Sr. Procurador? ¿Es ese el proyecto que usted y el grupo político al que pertenece (Jorge Carpizo, Diego Valadez, José Narro, y otros que se me escapan) pretenden para la universidad?

A t e n t a m e n t e

Lic. Carlos Garza Falla

c.c.p. Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León.- Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos

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