Marcelino José Benito Champagnat Chirat, creador de la obra Marista, nace en Francia el 20 de Mayo de 1789. El nacimiento de Marcelino ocurre cuando Francia atravesaba por una mala situación financiera, política y social. La pésima administración de Luis XVI llevó al país a la crisis, lo que provocó una reacción popular conocida como La Revolución Francesa.

El joven Marcelino entendió la revolución como la "liberación del pueblo de toda servidumbre" y fue así como decidió dedicar su vida a luchar contra el hambre, la miseria y la ignorancia, tanto de ciencia como de Dios. El 22 de Julio de 1816 se ordena como sacerdote y comienza la batalla que le ocuparía el resto de su vida: salvar al pueblo formando a sus hijos en la fe cristiana y en el saber humano.

Para lograr su objetivo, funda la Congregación de los Hermanos Maristas el 2 de Enero de 1817. Marcelino Champagnat fue un gran devoto de la Virgen María y quiso cada uno de los Hermanos que le acompañaban en su empresa la considerasen "Madre, recurso Ordinario y Modelo de Educadora".

Para Champagnat, el Hermano, el Maestro, es el ejemplo  y el guía de sus discípulos y por lo tanto debe ganarse su respeto a través del amor y la buena preparación personal. "Para educar a un niño hay que amarlo".

Para él, la educación no debe entenderse como simple transmisión de conocimientos sino como el cultivo de los valores del hombre en todos sus niveles: inteligencia, actitud crítica, sentimientos, responsabilidad, sociabilidad, voluntad y aptitudes artísticas y físicas.

El alumno es forjador de su propia educación. Debe realizarse como persona y encontrar su propio camino. Es entonces su derecho recibir una instrucción con calidad e impartida con amor. De esta manera, el individuo será capaz de volcar a la sociedad todo el aporte que sus maestros le han legado.

La pedagogía de la "presencia", permanecer el mayor tiempo posible con los alumnos, en el aula y en los patios, en el colegio y fuera de él, constituye una de las innovaciones pedagógicas del Padre Champagnat. Esto se traduce por la "cercanía" del alumno, por la sencillez y la llaneza de trato. De ahí el nombre de "Hermano".

Esta es la obra que Marcelino dejó al mundo: una congregación de hombres que comprenden que su principal misión es Educar para la Libertad, para ser "un buen cristiano y un buen ciudadano".

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