No. 091 del 11 de noviembre de 2000

Análisis de la Información Política
Burócatas estatales:
llamarada de petate
*El "sindicato espurio" tomó las instalaciones sindicales
*En respuesta, los empleados de Gobierno se plantaron en el Palacio de Gobierno por algunas horas, y luego declinaron

 

Por José Landa

 

Luego que los burócratas nacionales se unieron para exigir más prestaciones laborales, los estatales hicieron lo propio. Pero mientras los federales resistieron varios días, los campechanos, que no cuentan con una dirigencia sólida, ni tienen noción del sindicalismo, no duraron más de unas horas. Llegaron al Palacio de Gobierno, apenas lograron vencer la puerta del edificio, y luego de una acalorada discusión con las autoridades, se marcharon sin conseguir nada. Fueron llamarada de petate.

Enfrascados en una discusión interna, en pugna por no dar el poder a lo que consideran una mesa directiva espuria, comandada por Javier Castillo y algunos empleados más del Ayuntamiento.

Javier Castillo, del "sindicato espurio" y Carlos Mauricio Sansores, del oficial, se enfrentaron y cada quien contó con "fieles seguidores" que rechazaron al contrario. Los "espurios" tomaron las instalaciones del Sindicato de los Tres Poderes y, aferrados a lo que se convirtió en castillo o, en el peor de los casos, equivalente a un Palacio de Gobierno, no salieron de él, y se negaron a dejar entrar a cualquiera que pudiese cuestionar sus intereses: derrocar a quien han considerado no merecedor del grado de secretario "tripoderil" -que no tripoderoso-.

 

Plantón en Palacio

Animados por la toma de su edificio sobre la avenida "Luis Donaldo Colosio", y por la añeja demanda de una mejoría, por leve que pueda ser, de sus salarios, tres centenares de burócratas estatales decidieron llegar hasta el Palacio de Gobierno, para exigir que les atendieran, ya que un día antes, cuando acudieron por las buenas, ninguna autoridad gubernamental tuvo tiempo, ni quiso, atenderlos.

Volvieron pues, en masa. Los recibieron el subsecretario de Gobierno Ramón González Flores y el secretario de Finanzas, Víctor Santiago Pérez. Ninguno de los dos pudo frenar los ímpetus de la turba que había abandonado sus escritorios para acudir al Salón de Gobernadores, a gritar, ya que cuando hablaron, en voz baja, un fueron escuchados.

Ninguno de los dos funcionarios pudo hacer nada. Al contrario, echaron en cara a Víctor Santiago Pérez ser el principal responsable, como manejador de los recursos del Estado, de los bajos salarios que han mantenido a los empleados sumidos en la pobreza y al borde de la miseria.

Salieron a relucir aquellos que apenas ganan 33 pesos diarios, como obreros de la imprenta gubernamental. Incluso entregaron a aquellos que ganan varias decenas de miles de pesos, sendas carpetas donde se incluyeron los nombres y comprobantes de sueldos de los obreros del gobierno.

Otras y otros aprovecharon la ocasión para plantear sus casos personales, tan parecidos a la gran mayoría de representados por la directiva sindical que, horas después, al final de infructuosos gritos, exigencias, no lograron un sí a ninguna de sus peticiones y apenas alcanzaron un remota esperanza de, cuando menos, no ser reprendidos por sus jefes, equivalentes a los capataces de las antiguas haciendas.

Ni el subsecretario de Gobierno como el secretario de Finanzas fueron capaces de resolver el problema. Altisonantes, desquiciados, ninguno de los dos hizo más que gritar, ordenar y ordenar que se resignaran -con otras palabras, claro. Fue necesaria la intervención de un molesto gobernador para que se calmaran los ánimos. Persuadió a la mesa directiva de continuar en su lucha. El propio Carlos Mauricio Sansores renunció públicamente, aunque al terminar la reunión cambió de opinión, sus agremiados exigieron que resolviese el problema y después, si quería, que se marchara, pero no resolvió nada ni se marchó. El resto de los empleados sublevados se cansó de escuchar discurso tras discurso. Finalmente volvieron a sus casas y desde la tarde, y al día siguiente, a sus oficinas.

Los "espurios" permanecieron en el edificio del sindicato, cerrados a todo y a todos. Los ánimos bajaron y no se supo nada más que de los trabajadores de la Sagar, y de los jubilados. Todos exigiendo bono.

Especiales

aquiy2.gif (869 bytes) INDICE
 aquiy2.gif (869 bytes) Resumen informativo
Por: Jhaqueline Euán Pérez
Los acontecimientos mas relevantes en el estado. (Campeche)
Del 6 al 12 de Nov. 2000
Burócratas estatales: llamarada de petate
 

Los derechos de la información aqui presentada pertenecen a su emisor noticioso, Grupo Opción no se hace responsable del uso que a esta se le de.

1