JOSE COHEN ESPINOZA

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Nació el 21 de febrero de 1953 en Carmen de Bolívar (Colombia). Graduado como Maestro en Artes Pláticas, especialización en Pintura, en la Universidad del Atlántico, Facultad de Bellas Artes en Barranquilla. También realizó un curso de dibujo y pintura en Of Arts Institute Of Chicago (Illinois, USA).

Entre 1996 y 1997 se desempeñó como decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Ha sido docente en la Academia de Artes Plásticas de Los Ríos, el Instituto de Estudios de Artes de Marcel Lombana, el Laboratorio de Artes Plásticas, y en la Fundación Tecnológica Antonio de Arévalo.

DISTINCIONES


EXPOSICIONES INDIVIDUALES


2002 "Fantasía, realidad de la imaginación", Combarranquilla, Barranquilla
1997 "La Ultima Primera del Milenio", Centro Cultural Comfamiliar, Barranquilla
1997 Centro Cultural Comfamiliar, Barranquilla
1988 Galería Arco, Barranquilla, Colombia.
1984 Galería Diners, Santafé de Bogotá, Colombia.
1982 Museo de Arte Moderno, Cartagena de Indias, Colombia.
1981 Galería Exanorte, Barranquilla, Colombia.
1980 Horwitz Art, Chicago - Winsconsin, U.S.A.
1979 Galería Centro Colombo Americano, Barranquilla, Colombia.
1978 Galería La Escuela, Barranquilla, Colombia.
1977 Galería Alianza Colombo Francesa, Barranquilla, Colombia.
1974 Galería Extensión Cultural, Cartagena de Indias, Colombia.

EXPOSICIONES COLECTIVAS


2004 Galería Elida Lara, Hotel El Prado, Barranquilla
1998 "I Encuentro de Artistas Interiores", Centro Cultual Comfamiliar, Barranquilla
1998 "Feria del Agua", Universidad del Atlántico, Barranquilla
1998 Centro Cultural Comfamiliar, Barranquilla
1997 Centro Cultural Comfamiliar
1996 Colectiva Centro Cultural Comfamiliar, Barranquilla, Colombia.
1995 I Feria Donarte, Plaza de la Aduana, Barranquilla, Colombia.
II Muestra Asociarte, Teatro Amira de la Rosa, Barranquilla, Colombia.
1994 I Muestra Asociarte, Teatro Amira de la Rosa, Barranquilla, Colombia.
1992 El Eterno Mar, Villa de Arte, Barranquilla, Colombia.
Colombo Americano, Barranquilla, Colombia.
1991 Galería Elida Lara, Barranquilla, Colombia.
1990 Salón 90 del Caribe Itinerante, Toda Colombia.
Arte del Caribe Colombiano, Santafé de Bogotá, Colombia.
1989 Vidarte Teatro Amira de la Rosa, Barranquilla, Colombia.
Museo del Arte Actual, Santafé de Bogotá, Colombia.
1988 Galería Elida Lara, Barranquilla, Colombia.
1987 XXXI Salón de Artistas Nacionales, Medellín, Colombia.
1986 Colectiva Galería Elida Lara, Barranquilla, Colombia.
1985 Arte del Caribe Colombiano, Barranquilla - Santafé de Bogotá, Colombia.
Bienal de la Candelaria, Museo de Arte Actual, Santafé de Bogotá, Colombia.
1984 Colectiva Galería Diners, Santafé de Bogotá, Colombia.
1983 Bienal de la Candelaria, Santafé de Bogotá, Colombia.
Colectiva MAC (Minuto de Dios), Santafé de Bogotá, Colombia.
1982 Colectiva Galería Elida Lara, Barranquilla, Colombia.
1981 Cuatro Pintores, Galería Atenea, Barranquilla, Colombia.
1980 Colectiva Colombo Americano, Barranquilla, Colombia.
Colectiva Galería de Comfamiliar, Barranquilla, Colombia.
1979 Chicago Festival de Arte Internacional, Chicago, Illinois, U.S.A.
Artistas Costeños, Casa de la Cultura, Bucaramanga, Colombia.
Diego Angel and José Cohen, Marina City, Chicago, U.S.A.
1978 XXVII Salón Nacional de Artes Visuales, Museo Nacional, Santafé de Bogotá, Colombia.
2o. Salón Regional de Artes Visuales (Colcultura), Teatro Municipal, Barranquilla, Colombia.
XII Salón de Agosto MAC, Santafé de Bogotá, Colombia.
Primer Salón Regional de Artes Visuales (ICETEX), Teatro Municipal, Barranquilla, Colombia.
1976 Grabados e Intaglios, Galería La Escuela, Barranquilla, Colombia.
1975 I Salón Nacional de Artes Visuales, (Colcultura, MAM), Cartagena de Indias, Colombia.
1974 XXV Salón Nacional de Artes Visuales, Museo Nacional, Santafé de Bogotá, Colombia.
1974 Colectiva, Galería Barrios, Barranquilla, Colombia.
Pintura 74, Galería La Escuela, Barranquilla, Colombia.



JOSE COHEN Y SU OBRA ARTISTICA

Cuando un artista plástico recorre un largo camino en el trajín de la pintura, se presupone que ha estado investigando y desarrollando, en busca de algo. Y ese algo, como principio, debería también ser importante en todo ese tiempo, que al parecer es donde se reconoce el punto de partida, pero no el de llegada, todo se vuelve un misterio.

En el camino se hacen paradas alucinadas, marcadas por el espacio y el tiempo, que determinan las nuevas experiencias del artista: plenas de luchas y de esperanzas. Este resiste, ya sea porque encuentra momentos de refugios en lo que crea y expone; o simplemente espera un buen resultado para así llenar los deseos de continuar.

En José Cohen, artista plástico de las generaciones del 70, se cumple todo ese itinerario. Participa en el entorno de la plástica en las tres últimas décadas del arte colombiano, pero no se diluye en sus estilos, escuelas y tendencias, logrando conservar una identidad: un estilo propio de identidad contrastante.

Como se puede apreciar, en esta nueva muestra: "La última/primera del milenio", el inconsciente étnico lo acosa en sus nostalgias y se refugia luego en el paisaje temprano vivido en los Montes de María. Pero ese paisaje no es estático, ahistórico. En Cohen evolucionan, se modernizan introduciéndole en planos cortantes y colores iridiscentes e interferentes; elementos de la nueva tecnología, que han transformado la ecología misma del paisaje. Pinta en ellos las carreteras de un profundo negro asfáltico, con rayado amarillo franja, que denotan la modernidad, avance y mutilación simbólica. Pero Cohen logra que a la vez sean bellos e imponentes: al fin, pintura, arte. Así, todo enmarcado en un surrealismo geométrico, en donde -en un supuesto reduccionismo al absurdo- parte de una flor buscando un colibrí, para entregarle su néctar.

ALVARO COGOLLO BERNAL
Investigador Universidad del Atlántico
Noviembre de 1999


DESPUES DEL INFINITO

La obra de José Cohen se alimenta de infinitos acotados en puntuales ventanas de la noche. Atisbos de otros mundos, contemplados como al sesgo del asombro, desde una placidez que, enhebrando nubes, nos devuelve hacia los cielos de la infancia. Linderos de lo fantástico, que juegan con la capacidad analítica de la pintura para interrogar al espacio, desafiarlo con cortesía y colocarle un elegante ribete de comillas.

Todo ello sin mayores inquietudes, como quien pinta al desgaire, para que el arte diga en una pincelada aquello que la filosofía viene diciendo desde los griegos, que el espacio no existe. Paisajes contradictorios los de Cohen: por un lado, se nutren de infinitud y, por el otro, la demarcan con precisión poética.

De estirpe surreal. por supuesto; de ascendencia geométrica, claro está. Arquitecturas oníricas que saben de dónde vienen (de Gaspar Friedrich, Giorgio De Chirico y René Magritte), pero tampoco ignoran hacia dónde van: hacia la personal reconstrucción pictórica que José Cohen hace de sus recuerdos. Y así la tradición que es la historia del arte, entronca con la memoria subjetiva, que es la historia del individuo.

Porque en su niñez vio un primigenio cielo estrellado, y quiso abrir un hueco a la montaña para seguir viéndolo, ese es el cosmos que está pintando desde que tomó un pincel por primera vez; un cosmos interior que atraviesan cometas fugaces como sutiles signos de interrogación de metafísica ascendencia.

Agobiados por un medio artístico que se debate entre la incomunicación y la obsecuencia, entre el gesto incomprensible y la más burda improvisación, hallamos en los sucintos lienzos de José Cohen un lenguaje pictórico formado por largos años de reincidencia tenaz en el oficio. Con esos signos, mediante fulgurantes guiños de inteligencia, le sugiere al espectador una mayor participación imaginativa en el ámbito milagroso del cuadro.

Cohen logra una elipsis pictórica, donde bastan unos cuantos elementos -ventanas, nubes, estrellas- para construir una gramática del universo. Esta operación sintética supone un enorme esfuerzo de concentración, que obliga al pintor a buscar dentro de sí mismo el sueño de sus íntimas razones. Y en el camino se topa con el silencio, que pervive en estos cuadros con un valor de carácter musical, como en la expresión "música de las esferas", que ha fascinado a poetas y astrónomos durante siglos.

Ilusión suprema del arte; el instante en que el espacio-tiempo de la mirada es abolido, dejando de existir un sujeto que contempla y un objeto que se "deja" contemplar, para que tenga lugar esa operación mágica que nos transporta al seno mismo del hecho estético. Usted no mira ese paisaje cósmico; usted está allí. Mejor aún: "es" en ese espacio sin espacio, en ese tiempo sin tiempo. Antes y después: el infinito.

DIEGO MARIN CONTRERAS
1998


GALERIA


Ultima actualización, Junio 8 de 2005


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