LOS PRIMEROS MOMENTOS DE LA OCUPACION DE CERCADILLA


Aún cuando la fase de mayor relevancia y espectacularidad proporcionada por el registro arqueológico del yacimiento corresponde a la construcción del amplio conjunto palatino fechado en época romana bajoimperial, la secuencia estratigráfica presenta, además, interesantes vestigios de una ocupación prácticamente continuada a lo largo de más de mil años.
Los primeros testimonios con que contamos respecto a la ocupación del yacimiento de Cercadilla responden a parte de una necrópolis de incineración. De este momento inicial, que podemos fechar entre la segunda mitad del s. I a. C. y la primera mitad del s. I d. C., contamos con un único enterramiento, constituido por una urna de tradición ibérica  decorada con líneas de diferente grosor pintadas en rojo vinoso y que conservaba en su interior restos de un individuo de corta edad, sin ningún elemento de ajuar.
Aunque este es el único enterramiento localizado en el yacimiento que puede ser adscrito a esta primera fase de ocupación, son muchos los vestigios epigráficos encontrados en el mismo relacionados con este momento. En su mayor parte se trata de fragmentos de inscripciones funerarias, que aunque se encuentran desplazadas de su contexto original, son una evidencia más de la función que en esta primera fase hubo de recibir esta zona del espacio extramuros, encuadrado en el perímetro funerario de la ciudad.

LA CONSTRUCCION DE LA VILLA ALTOIMPERIAL

Villa altoimperialNo mucho tiempo después, este espacio funerario experimentó una profunda transformación como consecuencia del abandono de la necrópolis y la construcción de una villa, cuyo conjunto es el resultado de un proceso continuo de transformación y crecimiento, que cuenta con distintas fases constructivas.
Durante sus primeros momentos es posible que este asentamiento constituyera un establecimiento de tipo agrícola o similar, para más tarde convertirse ya con seguridad en una auténtica villa suburbana, en la que a las zonas productivas se unirían las áreas residenciales -ausentes, por lo que hasta ahora sabemos, en los primeros momentos-.
 
 

instalaciones agrícolasEn relación con las instalaciones agrícolas, destaca especialmente un gran espacio de planta trapezoidal, delimitado por muros de sillares, que cuenta con una sólida plataforma adosada. Esta plataforma está constituida por un muro poligonal que delimita un pavimento de grandes losas de pudinga -material de gran dureza aplicado para la confección de los enlosados de las calles de la ciudad en época romana-, conformando lo que muy bien podría ser el soporte para una o varias prensas de aceite.
En los alrededores de la posible instalación destinada a actividades oleícolas, que pudo consistir en un espacio no cubierto o sólo parcialmente cubierto a juzgar por lo irregular de su planta, debieron situarse áreas de almacenamiento, de las que pudieran ser testimonio varios fragmentos de ánforas y de otros contenedores cerámicos (dolia) allí localizados. Del mismo modo, se recuperaron algunas semillas de olivo, evidencia también de la más que presumible producción de aceite.
mosaicoEn el s. III este establecimiento experimenta una importante transformación que lleva consigo la creación de la zona residencial (pars urbana ), articulada en torno a un peristilo, de la que se han documentado parte de los elementos constructivos y decorativos que hubieron de conformarla. De hecho, se han localizado algunos de los mosaicos que decoraban sus pavimentos, así como numerosas placas de mármol, muchas de ellas de importación, que pertenecieron en algunos casos a pavimentos de taracea marmórea (opus sectile) y en otros a revestimientos parietales.
Son también numerosos los elementos arquitectónicos recuperados, correspondiendo la mayor parte de ellos a cornisas de pequeño formato realizadas preferentemente en mármol blanco, junto a capiteles -uno de ellos corintio y otro corintizante producido en un taller local-, un fragmento de fuente de mármol, etc.
Además, se han hallado dos fragmentos de escultura, una cabeza femenina mal conservada y un torso juvenil perteneciente a una representación de Dionysos, muy cercano formalmente al magníficamente conservado de la villa del Mitra en Cabra. Estas dos esculturas aparecieron en el entorno de la villa y, sobre todo en lo relativo a la segunda, muy bien pudo formar parte del ambiente ornamental que rodeada la villa de Cercadilla, siguiendo los parámetros propios de este tipo de establecimientos.
Por otra parte, de los revestimientos parietales en estuco que decoraban las distintas estancias tan sólo contamos con algunos fragmentos desgajados de su posición original. En ellos se pueden reconocer algunos esquemas decorativos, como son las imitaciones de mármol, en especial brocatel y moteado. Del mismo modo, se han localizado también enlucidos de columnas, presumiblemente realizadas con ladrillos en forma de medio círculo y decoradas mediante la incorporación de revestimientos de estuco que contaban con el concurso final de la pintura.
También a la fase de ocupación altoimperial corresponde el tramo del acueducto recientemente localizado en el solar de la nueva estación de autobuses, gracias a las excavaciones arqueológicas allí desarrolladas por la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba. En estas excavaciones se ha localizado, junto a otros vestigios, un considerable tramo de ese interesante acueducto, fechado en la segunda mitad del s. II d. C. y relacionado con el abastecimiento del circo de la ciudad -previsiblemente situado en el solar que actualmente ocupa la Facultad de Veterinaria-, y con el abastecimiento del barrio que se extendía al Oeste del perímetro amurallado.

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