Educación para la no
violencia. He llegado al convencimiento (aunque naturalmente podría equivocarme) de
que la violencia ha disminuido en los últimos tiempos. En cualquier caso, opino que
debería investigarse si educamos a nuestros hijos para el consentimiento de la violencia
o no. En caso de que sea que sí, es urgente actuar: pues una actitud que se resigna con
la violencia amenazaría claramente nuestra civilización. Pero preocupémonos de nuestros
hijos realmente en una medida satisfactoria: ¿les damos la ayuda que necesitan? Parece que esta cuestión está estrechamente relacionada con algunas de las precedentes, por ejemplo, con la explosión demográfica. Creo que deberíamos inculcar a nuestros hijos, si no la virtud de la no violencia, al menos la verdad de que la crueldad es el mayor de todos los males. No digo 'crueldad innecesaria', pues la crueldad no sólo no es nunca necesaria, sino que tampoco se debe permitir nunca. Esto comprende también la crueldad psíquica, de la que muy a menudo nos volvemos culpables por irreflexión, esto es, por imprudencia, indolencia o egoísmo. Tal como me temo, ha pasado de moda hablar de los problemas de educación mismos, puesto que la moral establecida a menudo tiene que ver con la hipocresía. Kant ya dijo: ¡Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento! Yo les quiero decir algo más modesto: tengan el valor de no hacer caso de modas viejas o nuevas, y vuélvanse cada día un poco más conscientes de su responsabilidad. Esto es con mucho la mejor contribución que pueden hacer para la libertad. |
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* | Karl Popper |