Mensajes Sheng Zhen

El AMOR no conoce ni ve cualidades porque lo abarca todo. No hay nada que no esté contenido en el amor. Cuando el deseo hace al corazón y a la mente inflexible y obstinados, la fe y el amor disuelven la llamada del deseo en dulce entrega.

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ES la fe y el amor lo que conecta las disparidades entre el corazón y la mente. El amor vuelve a la mente humilde al creer, y la fe abre el corazón a experimentar el amor. No importa si las pulsiones naturales del corazón no son congruentes con la lógica de la mente. Hay expansión cuando el Qi fluye y las contradicciones se pueden asentar, lado con lado, en compasiva armonía. El Qi se vuelve entonces un vehículo que puede traerle a uno la dulce experiencia de tan sólo ser.

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Un corazón humano que está a gusto está en su estado natural. Está completo. Refleja la perfección de la creación. Es consciente de la perfección de la creación y ve su unidad con todo. Como una ola sostenida por las profundidades del oceano, debe su existencia al oceano. Un corazón a gusto participa en la luz del amor incondicional. Incluso en medio de negatividades sólo experimenta la mano de Dios en todo. Un corazón que está a gusto está en un estado de constante entrega al flujo del Qi. Confía en la sabiduría del Qi y sabe que el Qi lleva la chispa del amor.

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¿QUE es la armonia? ¿Es solamente aquello que es agradable de escuchar, agradable de mirar? Desde un punto de vista limitado quizás sí. Pero cuando uno puede escuchar y ver armonía incluso en notas discordantes y en formas y colores chocantes, es porque uno ve todo, más allá de tiempo y espacio, más allá de cuerpo y mente. Sólo un corazón que se ha donado a sí mismo incondicionalmente puede experimentar la perfección en todo. No queda nada para distorsionar la visión. No hay ni una traza del pequeño yo para limitar la experiencia. Hay sólo amor y nada más que amor.

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Cuando la vida de uno se centra en el amor incondicional, cada país, ciudad o lugar es el hogar. Uno está completamente a gusto en cualquier ambiente porque el ancla se halla adentro. Esta clase de confort no pide requisitos. El estado de uno no está sujeto a fuerzas exteriores. La realidad para tal individuo se basa en una experiencia interior que colorea todo de dentro a fuera. De hecho, para un ser centrado en el amor, no hay dentro ni fuera. Sólo hay una realidad ininterrumpidamente indiferenciada. No hay tal cosa como vida espiritual o material. Hay solamente vida. Para tal individuo, todas las cualidades, tanto positivas como negativas - todos los matices de gris - se disuelven en amor.

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No hay palabras que puedan igualar la experiencia de dulzura del propio corazón. El corazón está perfectamente situado entre Cielo y Tierra. ¿Qué es eso que contempla el corazón? Es el mismo Uno que mira desde cada par de ojos. El corazón es un espejo que refleja ese Uno que está mirando.