VIVENCIAS ÍNTIMAS IV
La vida es, no le quepa la más mínima duda, la "concreción tangible de la suprema divinidad y e insondable manifestación del poder del Dios, al que muchos niegan, pero al que todos invocan en instantes de peligro o temor incontrolables".
Hay quienes se preocupan por la existencia de sus semejantes, a otros ni siquiera les hace perder el sueño el que haya quienes estén en peligro de perderla, pero existe otra categoría de gentes, cuyo negocio es arrebatarle la vida a millones de seres indefensos, si ello les reporta ganancias y la dominación de pueblos, riquezas y la sumisión de gobernantes traidores a sus conciudadanos.
Resulta cruel que, los adelantos de la ciencia, sean empleados para exterminar Naciones, cuando más justo resultaría librarles del hambre, la incultura y enfermedades, que ya en otras regiones geográficas ni se conocen porque se cuenta con los recursos económicos para prevenirlas, que es el modo más inteligente de combatirlas, aunque para garantizarlo, existan quienes no se detengan en analizar la "indigna e inhumana forma de obtenerlos".
Nuestra ESPECIE, SUPUESTAMENTE INTELIGENTE", como nos hemos auto calificado", se encuentra al borde mismo de su extinción, no por que existan seres vivos que conspiren para masacrarnos, sino por nuestra incapacidad de ser piadosos con nosotros mismos.
Impresionante resulta esa verdad, que ojalá no se constituya en una verdad absoluta, pudiendo alcanzar la unicidad como lo indican los irracionales atajos por los que encaminamos nuestros comunes destinos.
Algo he leído y no me he tropezado con el primer caso en el que especie biológica alguna, pueda acusársele de ser los únicos responsables de la auto aniquilación como especie viviente, ya sea en el reino animal o vegetal, ¿será el hombre el acreedor de tan infausto privilegio?
Los Estados Unidos de Norteamérica, generadores del 36 por ciento de los elementos contaminantes de la atmósfera terrestre, son los únicos que no han acatado lo estipulado en el Protocolo de Kyoto, señalándose como responsables del más gigantesco y silencioso genocidio contra la Humanidad en su conjunto.
El terreno comenzó a roturarse, desde el instante mismo en el que un "hombre", hiciera detonar el primer artilugio explosivo, pasando luego por la dinamita y increchendo en su ritmo destructivo, no se ha detenido un solo segundo en su progresivo avance hacia los medios más sofisticados para aniquilar o aniquilarse como estamos a punto de realizar.
Si yo fuera capaz de comandar a un "EJÉRCITO DE PUEBLOS HAMBREADOS Y AL BORDE DEL HOLOCAUSTO NUCLEAR O POR LA MUERTE AGONIZANTE DEL CALENTAMIENTO DEL PLANETA, tocaría a degüello para poner en fuga a quienes verán sonrientes nuestro exterminio, si no nos revelamos poniendo fin a tanta injusticia y crueldad acumulada a lo largo de nuestra historia, ¡que nosotros, y nadie mas estamos en capacidad de impedir pues somos mayoría y nos respalda una larga historia de esfuerzos y sacrificios que avalan nuestra personalidad histórica tanto colectiva como individualmente hablando.
Este es justamente el instante preciso para que la HUMANIDAD diga ¡Basta! O se postre de rodillas para recibir la muerte que nos habremos merecido por cobardes sin que podamos culpar a otros de lo que se nos eche encima.
Les propongo promover con ¡entusiasmo de vida! La idea de escoger el 1º de febrero, para tomarnos de las manos (físicas o espirituales), y generemos una gran cadena que libere toda la energía universal necesaria para que seamos capaces de salvar nuestro Planeta Azul para proseguir haciendo la historia que muchos intentan ponerle punto final.
Dr. Alberto López Villarías
La Habana, Cuba.
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