VIVENCIAS ÍNTIMAS II
Por: Dr. Alberto López Villarías
En esta ocasión, les ruego me permitan tratar sobre un tema, que para algunos, pudiera constituir un tema poco atrayente y para otros impactante.
Pero seguramente todos agradecerán que haya alguien que se decida a enfrentar "AL TORO TOMÁNDOLE POR LOS CUERNOS", que resulta la única manera digna de habérselas con el enemigo.
Silenciosamente nos toma por asalto, cuando nos percatamos de su indeseable presencia, ya se ha instalado en regiones donde su acción resulta, en no pocos casos, fatal e incapacitante, lo que hace mucho más difícil la defensa de nuestro organismo en su auto combate por la existencia del individuo.
A finales del año 1998 asomó su rostro enmascarado tras una, aparentemente traumática, hemorragia uretral, que en verdad fue sólo el inicio de una prolongada batalla que nadie se atrevería a pronosticar el epílogo, que quiera Dios, con el concurso necesario de la ciencia, constituya un final feliz, para una "ESPERANZA", que han albergado muchas personas pero, que son pocos los que han sido afortunados en disfrutar.
Para el "CÁNCER" NO EXISTEN límites de edad, sexo, rasa y la variedad de ellos conocidos y ampliamente difundidos en las diferentes latitudes, convierten a esta dolencia, en la más temida entre todos los males que aquejan a la humanidad.
Luego de una, aparentemente exitosa intervención quirúrgica, en junio de 1999 de un Adenocalcinoma Prostático, la tumoración reapareció dos años más tarde. En tales casos la única alternativa que me ofertaba el destino, era el tratamiento con radiaciones el que trae aparejado efectos colaterales, por lo general bastante adversos, y cuyos efectos beneficiosos, para muchos resulta de dudosa eficacia y de carácter terminal.
Fue en ese instante crucial en mi existencia, cuando conocí de la introducción en Cuba, desde los finales de los años noventa, de una planta oriunda de las Islas de la Polinesia Francesa, que ancestralmente constituyera el único recurso curativo para una variada gama de enfermedades, por parte de los aborígenes de ˇtan remoto Archipiélago del distante Océano Pacífico!
Esta planta de amplia aplicación en el tratamiento de más de cien enfermedades, recibe el nombre científico de Morinda Citrifólea, siendo conocida por los nombres de Nonis o Árbol del Queso por su peculiar olor que recuerda a ese producto lácteo.
Para que podamos establecer una relación comparativa de los efectos beneficiosos de este fruto en mi sistema orgánico, he de acotar los siguientes datos arrojados por el "chequeo médico", el que me fuera realizado luego de ser sometido a 33 sesiones de TERAPIA RADIOACTIVA.
Transcurridos seis meses del tratamiento:
Volumen prostático, 54 milímetros cúbicos, Antígeno Prostático en Sangre (P S A) 0,62, lo que resultaba normal pues la cifra máxima admisible es hasta 5 unidades, y otras pruebas menos significativas se movían en el rango adecuado.
Luego de los tres meses de estar consumiendo el fruto:
Volumen Prostático, 27 milímetros cúbicos, Antígeno Prostático en Sangre, (P S A), 0,50. Las restantes pruebas de laboratorio también arrojaron marcadas mejorías.
Luego de quince meses de estar consumiendo sistemáticamente el Nonis:
Volumen Prostático, 13 milímetros cúbicos, Antígeno Prostático en Sangre, (P S A), 0,19, esta cifra por sí sola, constituye un verdadero reto para la imaginación. Añádase que al concluir las radiaciones, como secuela padecía una severa gastritis que me hubiera conducido a la muerte al provocar una acelerada desnutrición generalizada, como consecuencia de la ausencia de los deseos de ingerir alimentos, la que desapareció antes de haber concluido la primera semana de estar consumiendo el jugo del NONIS.
Características físicas de la planta: Se obtiene de semillas las que son pequeñas y de color negro, se plantan directamente en el sitio seleccionado, que ha de estar situado en un lugar soleado, la germinación resulta rápida y transcurridos unos ocho meses ya aparece la primera inflorescencia, pudiéndose obtener los primeros frutos antes de un año.
Sus hojas son de color verde oscuro y brillante grandes como las de la planta del tabaco, los frutos recuerdan en su aspecto externo al anón aunque más pequeñas, su corteza presenta unos circulitos distribuidos en toda la superficie del fruto el que es de color verde mate y que sufre una marcada metamorfosis al ir madurando, llegando a presentar coloración blanca que nos sirve de señal para su recogida.
La maduración ha de realizarse a la sombra y en un área bien iluminada de la casa, su consumo se realiza en el instante que la coloración de la corteza se torna color hueso.
Cierto es que he puesto mi fe en Dios, como es mi costumbre, pues ella sola ˇPUEDE MOVER MONTAÑAS!, pero en mi caso, al menos, los efectos curativos del fruto de la Morinda Citrifólea no admite duda y les prometo abundar en el tema en futuras colaboraciones, tratando incluso, de realizar una entrevista al Dr. Isidoro Scull, introductor del cultivo de la planta en mi País, quien ha estudiado sus efectos curativos, desarrollando productos farmacéuticos de muy diversos usos.
Para su consumo se tritura la fruta manualmente, con una máquina de moler o empleando una batidora eléctrica, procedemos a colar el jugo obtenido y lo mezclamos con agua hervida a partes iguales, y podemos comenzar a disfrutar de sus beneficiosos efectos.
Del NONIS además, se emplean sus hojas y raíces en cocimiento o infusión en el tratamiento de diversas enfermedades dermatológicas y en la cicatrización de úlceras gastrointestinales, varicosas, siendo sus infusiones especialmente empleadas en tratamientos antialérgicos en general, y si todo esto resultara insuficiente, señálese que su gran contenido de endorfinas naturales lo convierten en algo maravilloso para todo tipo de enfermedades que aquejan al paciente con persistentes y molestos dolores.
"Créanme", resulta en la práctica algo digno de ser divulgado, y partiendo de mi personal experiencia y de los beneficios obtenidos por un gran número de pacientes que, al igual que yo asistíamos al experimento realizado en el Instituto Politécnico Villena Revolución", es por lo que lo pongo en vuestro conocimiento.
Nota del autor:
Permítanme los lectores, rendir un "HUMILDE" reconocimiento a la buena amiga española, SRA. Ana María Crespo Quevedo, gracias a quien conocí la "Revista Esperanza Ciegos", con la que hoy puedo colaborar, haciéndome llegar numerosos artículos de nuestra AMADA REVISTA, ˇGracias Ana!