VALORÉMONOS
DE UNA BUENA VEZ
Comúnmente, andamos pidiendo que la
sociedad nos dé un lugar a las personas ciegas. Deseamos que se nos tome en
cuenta, y se aprecien nuestras habilidades. Buscamos que se nos abran puertas para
estudiar, trabajar, es decir, para incluirnos por usar este término que hoy
está tanto en boga. No hay ocasión en la que no pidamos con justo derecho, por
cierto, que la gente cambie sus actitudes negativas para con nosotros. Ya
estamos hartos que nos marginen.
No es nada nueva aquella historia, según
la cual, día a día somos ninguneados, tratados cual personas de segunda o
tercera categoría. Los micros no nos quieren recoger porque piensan que todos
pensamos como aquellos que suponen tener el derecho de ir gratis. De repente
vamos a un banco y no falta quien nos pregunta con sorpresa al vernos:
"¿Que operación va a ser usted aquí"?, como si una persona ciega
fuese ajena a las finanzas. Estamos muy lejos todavía, pero muy lejos de
integrarnos en términos reales. Y evidentemente hay mucho pan por rebanar
mientras vamos por el camino. No son pocos ni fáciles los cambios que tienen
que producirse. Que es la sociedad la que tiene que cambiar, es muy cierto. Que
hay muchos mitos y leyendas por derrumbar, también. Que el Estado tiene que
poner de su parte todo el apoyo que sea necesario para que ello sea posible,
por supuesto. Y nosotros como personas ciegas, ¿que?
En nuestras manos está dar el play de
honor a toda esta recatafila de cambios que andamos pidiendo y exigiendo. No
digo esto amanera de arenga sino de reflexión y quizás cuestionamiento. No
esperemos que los demás cambien frente a nosotros, si nosotros no somos los
primeros en cambiar. No queramos ni esperemos que los demás nos valoren si
nosotros no somos capaces de VALORARNOS a nosotros mismos como personas y como
colectivo.
En lo personal tenemos que hacer que la
gente aprenda que por el hecho de ser "cieguitos" no tenemos porque
regalarnos y hacer cosas gratis. A veces cometemos la torpeza de creer que por
el hecho de colaborar la gente que ve nos va a integrar, y eso no es así.
Permítanme modificar un refrán que quizás describe lo que nos ocurre según mi
opinión: "El vivo vive del ciego y el ciego de su colaboracionitis. Es
hora de cambiar todo esto.
En el terreno de nuestra comunidad o
colectivo lo primero que tiene que cambiar es nuestra actitud de andarnos
dividiendo, redividiendo, creando y recreando una y otra institución. Claro que
el divisionismo no es una característica exclusiva de las personas ciegas como
tales, pues es parte de nuestra idiosincrasia. Pero quiero hacer hincapié en
esto porque si consideramos lo álgida que resulta la problemática social
derivada de la ceguera debemos tomar conciencia de la importancia de estar
unidos frente a ella para superarla juntos. Cuando nos unamos ya veremos lo que
seremos capaces de conseguir y no será solo la gente la que nos valore.
Nosotros nos daremos nuestro propio valor y los demás tendrán que aceptarnos.
Dejémonos de cosas y empecemos a cambiar nuestra propia historia ya.
Autor: Lic. Luis Hernández Patiño.
Sociólogo.
Lima, Perú.