SONETO DE LO ABSTRACTO
No conozco tu voz, mas la imagino
Mágico néctar de la flor más pura
O caudaloso río cristalino
Que me arroba y me anega de frescura.
No conozco tu piel, mas la adivino
Tibio nidal de sin igual tersura;
Paisaje azul donde feliz reclino
La cruel fatiga de mi noche oscura.
Ni tu voz, ni tu piel, ni tu sonrisa…
Sólo tengo de ti, cual dulces prendas,
Tu nombre y las cartas que me escribes;
Pero a cada momento con la brisa
Vienes a mí por encantadas sendas
Porque sin tú saberlo, en mi alma vives.
Autora: María Cejas. Buenos Aires,
Argentina.