PIONEROS DE LAS RADIONOVELAS

POR: JORGE PULIDO.

jorgepulido@prodigy.net.mx

El 30 de octubre de 1938, mientras Estados Unidos vivía una noche de pánico, en la que se consumaron varios suicidios, cuando miles de norteamericanos quedaron petrificados al escuchar un radio-teatro que describía la invasión de los marcianos, adaptación de la obra "La Guerra de los Mundos" de H.G. Wells, al día siguiente, en la ciudad de México inició sus trasmisiones la XEQ, ubicada en la calle de José María Marroquí número 11, altos del cine Alameda, en el corazón mismo del Centro Histórico.

Transcurría entonces la segunda década de vida de la radiodifusión en nuestro país, que dio comienzo el 9 de octubre de 1921 en la sultana del norte, con la primera trasmisión formal de la emisora "Tárnava Notre Dame", que más adelante tuvo el nominativo CYO como estación experimental, y a partir de 1929: XEH, creada por el ingeniero regiomontano Constantino de Tárnava. Por aquellos días, la XEB "La Estación del Buen Tono", inaugurada en 1923, y la XEW que salió al aire por primera vez el 18 de septiembre de 1930, lo mismo que la XEFO, la estación del Partido Nacional Revolucionario, surgida en 1931, se disputaban el interés de los radioescuchas con programas en vivo desde sus respectivas instalaciones o a control remoto desde jardines, teatros y plazas públicas. Muy a pesar de lo rudimentario de los equipos de trasmisión, la escasa potencia de la señal radiofónica y de los contados aparatos de radio, dichas emisoras se esforzaban por ofrecerle a los capitalinos una programación de calidad con la participación de cantantes y orquestas, que en muy poco tiempo se convirtieron en importantes figuras artísticas como: Pedro Vargas, Agustín Lara, Amparo Montes, toña "La Negra", Francisco Gavilondo Soler "Cri- Cri", Emilio Tuero, Pedro Infante, Miguel Lerdo de Tejada,Gonzalo Curiel, Pablo Beltrán ruiz, Mario ruiz Armengol y Lucha Reyes, entre muchos más.

Poco tiempo después, surgieron más estaciones de radio tanto en la ciudad de México como en la provincia. Los contenidos de las emisoras se diversificaron. Fueron creados programas para todos los gustos y edades: series humorísticas, noticiarios, de concurso, trasmisiones deportivas y taurinas a control remoto, sin faltar las radionovelas que se convirtieron en fecundo semillero de actores, actrices y locutores de primera línea.

En 1940, la XEW trasmitió las primeras radionovelas: "Los Tres Mosqueteros" y "Anita de Montemar". A partir de ese momento, ante la desbordante aceptación de la gente, escritores como: Francisco Márquez García, Mimí Bechelani, Benjamín de la Torre de Haro, Marisa Garrido, Raúl del Campo Jr., Manuel Canceco Noriega, Carlos González Dueñas, el Dr. José Guerrero, Caridad Bravo Adams y Manuel Bauche Alcalde, se dieron a la tarea de fecundar en su inagotable imaginación un sinnúmero de historias de todo tipo: sentimentales, campiranas, religiosas, de suspenso, policiacas, de terror, históricas, y hasta humorísticas. Así surgieron las radionovelas: "El Abismo y la Cumbre", "Del Altar a la Tumba", "El Fistol del Diablo", "Apague la Luz y Escuche", "La Dama del Antifaz", "Balum Canam", "Juan Diego", "San Martín de Porres", "El Mariachi", "Juan Charrasqueado", "Las Abandonadas", "El Descubrimiento de América", "El Panzón Panceco", "Felipe Reyes", "El Monje Loco"... Los patrocinadores, "Colgate Palmolive" y "Procter & Gamble", supervisaban personalmente los libretos y la producción. Cada radionovela de 60 capítulos tenía un costo promedio de 20 mil pesos.

LÁGRIMAS DE JABÓN.

Los orígenes de las radio-historias noveladas se remontan hasta el siglo XVIII en el melodrama que entrelaza la actuación teatral y la creación literaria. "Pigmaleón" y "La Nueva Eloísa", escritos por el filósofo francés Juan Jacobo Rousseau son considerados claros ejemplos de dicho género artístico. Ya en el siglo XIX, el melodrama floreció en la pluma y el ingenio de Guilbert de Pixérécourt, dramaturgo francés, que retrató en sus historias la realidad social imperante por esos días con matices de exageración y dramatismo. En la puesta en escena de estos melodramas, la gente del pueblo encontró un fantástico remanso de entretenimiento. En forma paralela a la representación teatral, surgió en esa misma época la llamada novela sentimental con el inglés Samuel Richardson quien escribió en 1740: "Pamela" que llegó a los lectores en forma de folletín impreso por entregas periódicas. Así, esta variante del melodrama es en pocas palabras una narración fragmentada y ofrecida al público en pequeñas dosis, que logran mantener su interés por espacio de muchas semanas, incluso meses.

En el siglo XX, a mediados de los años treintas, da comienzo en los Estados Unidos la industria de las radionovelas. En virtud de que sus patrocinadores fueron anunciantes de jabones y detergentes, la gente las identificó simple y llanamente como: "Soap Operas". "Ma Perkins" fue la primera radionovela trasmitida por la cadena radiofónica NBC que atrapó el interés de miles de amas de casa en la unión americana a lo largo de tres lustros. Ante tal aceptación, se produjeron otras muchas radionovelas como: "The road of life", "Young Doctor Malone", "Life can be beautiful", "Backstage wife" y "The guiding light", (esta última contabilizó la friolera de diez mil capítulos difundidos en radio y televisión durante 50 años).

Sin embargo, Cuba fue la verdadera meca de las radionovelas. Muchos de sus escritores, actrices y actores vinieron a nuestro país aportándonos lo mejor de su creatividad y talento artístico. "El Derecho de Nacer", radionovela protagonizada por Eusebia Cósme, Patricia Zamora y Julio Lucena, fue escrita en 1948 por el cubano Félix B. Caignet, fue el primer producto melodramático que llegó desde la isla antillana a nuestro país, y cuyo éxito radiofónico lo compartieron más adelante el cine y la televisión, que le permitieron trascender fronteras en América, Europa y Asia.

"Lágrimas, susurros y una felicidad siempre pospuesta son elementos consustanciales al melodrama radiotelevisivo", afirma el escritor cubano Reynaldo González, en su libro "Llorar es un Placer". Estos ingredientes combinados con pasajes musicales que enfatizan las intenciones del relato contenidas en el libreto radiofónico, y apoyadas por la magia de los efectos sonoros que presentan ante los oídos y la imaginación del público ambientes tomados de la realidad cotidiana, le dieron su sello más genuino y característico adichas producciones.

En la década de los años sesenta, la radio tomó nuevos derroteros. Buen número de emisoras dejaron de trasmitir programas en vivo para dar paso a la programación de discos con la finalidad de consolidar la imagen artística de cantantes y grupos musicales. El interés por las radionovelas, en cierto modo se vió desplazado por la televisión. La XEW "La voz de la América Latina desde México", fiel a su tradición radiofónica, lo mismo que RCN, continuaron con la programación de radionovelas en la mañana, tarde y noche; y así lo hicieron hasta mediados de los ochentas cuando se inició la era de los noticiarios de larga duración. Sin embargo, y a pesar de que las actuales generaciones las califican como anacrónicas y cursilonas, todavía hay mucha gente que insiste que vuelvan al cuadrante las radionovelas. En años recientes, Radio Red ha incluido en su programación nocturna de fin de semana añejas radionovelas como: "Los Bandidos de Río Frío" y "La Casa Roja"; mientras que la XEB, en el 1220 de amplitud modulada, trasmite desde 1997 nuevas producciones de este género con temas que reflejan nuestra actual realidad social, entre las que se cuentan: "Eres Un Sueño", y "Eramos Seis", relacionadas con los grupos migrantes que se desplazan en forma ilegal de México a los Estados Unidos.

Jesús Flores Escalante, recién nombrado Director de la XEB, rebautizada como "El Buen Tono de la Radio", espera en estos días que la doctora Dolores Béistegui, Directora General del Instituto Mexicano de la Radio, le dé luz verde al proyecto que presentó junto con su inseparable compañero de andanzas radiofónicas, Pablo Dueñas, para arrancar con la producción de tres radionovelas. "Una de estas primeras tres radionovelas -comentó Jesús Flores- está basada en la vida de Valente Quintana, que fue un detective muy famoso en los años veinte, avocado a la investigación, entre otros casos, del asesinato del General Alvaro Obregón y de "El Tigre de Santa Julia".

Por su parte, de manera paradógica, Televisa suscribió en 2003 un convenio con la agencia Literaria Latinoamericana para adquirir los derechos de autor de una treintena de exitosas radionovelas cubanas y venezolanas para convertirlas en telenovelas.

La mayoría de los escritores, productores, efectistas físicos, musicalizadores, operadores de audio y artistas que participaron hace más de medio siglo en las radionovelas ya han fallecido. Sólo queda su presencia etérea en 1200 radionovelas grabadas en la XEW y en la XEQ, que a la fecha aún se conservan en cintas de vinil en una olvidada bodega de la planta trasmisora de televisa Radio, localizada en Tulyehualco, al sur del Distrito Federal, y cuyo abandono y descuido físico han provocado su inminente deterioro progresivo. Hasta ahora, los actuales directivos de la W únicamente han desempolvado de sus errumbrosas cajas de cartón las numerosas cintas de la radionovela "Chucho el roto", escrita por el productor radiofónico Carlos Chacón en 3200 capítulos de 20 minutos cada uno, y que se trasmitieron de lunes a viernes por espacio de 13 años consecutivos en el 900 del cuadrante, para digitalizarla y reprogramarla entre semana a las cinco de la madrugada. Dicha radionovela contó con la actuación del tabasqueño Manuel López Ochoa, ahora radicado en la ciudad de Los Ángeles, en el papel del célebre bandido generoso, Amparo Garrido como "Matilde", Rosa Elvira Cano y Luciano Hernández de la Vega (ya fallecidos) en los papeles de "Carolina" y el acaudalado banquero porfiriano "Don Diego de Frizac".

PUÑALADA TRAPERA.

Con 50 años de labor ininterrumpida en la XEW, Pablo O'Fárril Márquez comparte con nuestra revista "Esperanza Ciegos" algunos pasajes y anécdotas incluídas en su libro próximo a publicarse.

"Tras el fallecimiento de mi padre, director de orquesta y pionero de la XEW, yo ingresé a los 14 años de edad como operador en la legendaria estación de Ayuntamiento 52. En un principio, yo me encargué de hacer los efectos físicos en las radionovelas que en ese tiempo se hacían en vivo. Uno de mis grandes maestros fue Pepe Guzmán. Él me enseñó a sacar de la nada cada uno de los efectos sonoros. Con un teléfono hacíamos el sonido de una máquina de cocer, agitando un pañuelo simulábamos el vuelo de unas palomas o de un murciélago, con unos cerillos hacíamos el ruido de una víbora de cascabel, con papel celofán imitábamos el crepitar del fuego, con unas láminas creábamos los relámpagos durante una tormenta... La verdad, teníamos que ingeniarnos mucho para lograr un ambiente muy parecido a lo real. Para hacer un determinado efecto, muchas veces teníamos que buscar hasta en la basura; imaginarnos y ensayar varias veces hasta dar el efecto requerido: los remos de una canoa, el trino de los pájaros, el vuelo de las campanas, el trote de uno o varios caballos, los pasos de una mujer o de un hombre sobre la hojarasca.

"En el caso de los programas humorísticos como "El Panzón Panceco", protagonizado por Arturo Manrique, Rita Rey, Lucila de Córdoba y Salvador Carrazco, teníamos que exagerar los efectos para hacerlos más chistosos; por ejemplo, frotábamos dos lijas cuando el personaje se estaba rasurando, o un beso lo rematábamos con la boca como si se descorchara una botella de sidra.

"En ese tiempo las radionovelas se ensayaban antes de presentarlas en vivo. en uno de los estudios, primero se hacía un ensayo leído y luego uno general, y finalmente se pasaba el capítulo al aire. Nadie podía equivocarse porque la radionovela era totalmente en vivo. Un día de tantos, estábamos haciendo uno de los capítulos de "Apague la Luz y Escuche", protagonizado por Arturo de córdoba, llenamos una tina con agua, y con unos popotes hacíamos burbujas constantemente ya que los personajes estaban dentro de un submarino, de pronto, me resbalé y caí dentro de la tina; el público presente en el teatro estudio se rió mucho, como pude me salí de inmediato y seguí haciendo burbujas como si nada hubiera pasado.

"Los balazos los creábamos con polvo de clorato que comprábamos en la farmacia. Hacíamos un envoltorio con unos cerillos, y luego con un martillo le pegábamos sobre el piso, y se escuchaba la detonación. En una ocasión me falló el efecto de balazo y el actor tuvo que improvisar diciendo: Ħay, vil traidor, me has dado una puñalada trapera !".

Comentó Pablo O'Fárril que los costos publicitarios en aquellos días eran más bajos que en la actualidad. ganaba 20 pesos como efectista físico y 25 como musicalizador por cada capítulo. "Se hacían radionovelas todo el día. Se grababan cinco capítulos en tres horas, de lunes a viernes. Cada radionovela tenía su día de grabación. No me puedo quejar, me pagaban muy bien".

Fue hijo único. Nació el 2 de noviembre de 1942 en la provincia cubana de regla. A las pocas semanas vino a vivir en la ciudad de México. Su niñez y juventud trascurrieron en la calle de Luis Moya 101, en el Centro Histórico, a dos cuadras de la XEW."En esa vecindad vivieron, el comediante rafael Inclán y el torero Alberto Balderas".

Confiesa que fue muy mujeriego, "en cada estudio de la W tenía a mi lado unachamaca". se casó a los 31 años con teresa duque, originaria de Chiapas, luego de un efímero noviazgo de tan sólo una semana. Es padre de dos hijos: Cathia, licenciada en pedagogía, y Juan Pablo, estudiante del doctorado en ciencias políticas en la Sorbona de París. Actualmente trabaja seis horas diarias en el área técnica de la XEW y se da tiempo para atender a su mamá, doña Teresita Márquez, de 104 años de edad, quien a la fecha toma una copita de tequila todos los días.

VOCACIÓN DE TIEMPO COMPLETO.

Don Vicente Morales Pérez, capitalino de 74 años de edad y padre de cuatro hijas profesionistas, En la actualidad, como desde hace seis décadas, continúa trabajando de tiempo completo en la musicalización y efectos sonoros en Radio educación y el Instituto Mexicano de la radio.

"Cuando llegué a la radio, los programas se hacían en vivo y a todo calor. El equipo era muy rudimentario, sin dejar de ser profesional, pero no era ni siquiera estereofónico, ni tampoco era digital como en nuestros días, era todavía con sonido monaural.

En la XEQ comencé a hacer mis pininos como ayudante de operador del novio de mi hermana mayor. Me encargaba de poner al aire los spots, acomodar los micrófonos en el estudio, colocar las sillas para los músicos de la orquesta y los atriles para las partituras. Para la transmisión de controles remotos usábamos equipos O P 6 y O P 7, una consola de tres canales y un medidor de volumen. Eran aparatos de bulbos. Si salíamos de viaje nos llevábamos el equipo cargado sobre las piernas, además de las líneas telefónicas para enlazarnos con la estación; cada pedestal pesaba como 18 kilos y cada micrófono RCA o General Electric pesaban hasta 4 kilos.

"Recuerdo que en ese tiempo, los sábados se trasmitía un programa para la mujer conducido por consuelo Colón, donde se anunciaban productos cosméticos, salones de belleza, y se daban recetas de cocina. En cada sección había un tema musical que las identificaba. Así comencé, poniendo los discos en la tornamesa que tenía cuatro platos y los discos eran de acetato de 78 revoluciones, el brazo del tocadiscos tenía una aguja de acero que parecía clavo. Ese era mi trabajo todos los sábados, y mi cuñado me pagaba por ayudarlo. No recuerdo cuanto ganaba pero me alcanzaba para pagar la entrada del cine y ver hasta tres películas, desde las cuatro de la tarde hasta las once de la noche.

El primer programa que hice como efectista físico fue una serie policiaca en la XEQ y después vinieron otros programas donde ya me pagaron un sueldo, como Cárcel de Mujeres, una flor en el pantano, apague la luz y escuche, panceco,y corona de lágrimas, y de ahí para el real. Trabajé en Arte Radiofónico que produjo radionovelas para la XEW, y luego en Radio Programas de México que produjo "Kalimán" para RCN, que constó de ocho mil capítulos, escritos por Héctor gonzález dueñas, quien los firmó con el seudónimo de víctor fox. Una etapa de esta radionovela contó con la actuación de Luis Manuel Pelayo como Kalimán, "El Hombre Increíble", y cuando se fue a la televisión, lo sustituyó víctor Mares, actor de doblaje; poco tiempo después, cuando cambió la voz de Luis de Alba que personificaba a Solín, entró Pedrito gurrola. También hice los efectos físicos y la musicalización de "Porfirio Cadena, el Ojo de vidrio", escrita por el productor radiofónico regiomontano Rosendo Ocaña y con la actuación principal de Mario fernández.

"Antes se musicalizaba con lo que había que era música clásica. Me daban el libreto, lo estudiaba y buscaba el pasaje más adecuado para el texto del diálogo, si era dramático, triste o alegre.

"Uno de los efectos más difíciles que me tocó hacer en esa época fue en la radionovela "Áhi Viene Martín corona", producida por el Bachiller Alvaro Gálvez y fuentes, cuando en una parte del libreto me indicaba que entraba en una cantina Pedro Infante a caballo, se escuchaba el galope, el golpe de los cascos sobre la puerta, la caída de mesas, sillas y vasos y la gritería de los parroquianos, además de los balazos.

"en la actualidad, con las nuevas tecnologías de edición de audio por medio de las computadoras se perdió la magia de lo artesanal. Ahora se cuenta con discos de efectos y se pueden hacer cortes cuando algo no sale bien. Ciertamente, hoy en día ya casi no hay trabajo para los muy contados efectistas físicos que todavía andamos en este mundo, mientras que los musicalizadores tenemos que buscarle por aquí y por allá. Nos llaman para otros programas que no son dramatizados", y de este modo sacamos para el pipirín.

Don chente, como lo llaman sus amigos y colegas de radio educación, con nueve mil pesos de liquidación en los bolsillos dejó de laborar en la XEQ cuando la emisora se dedicó a programar los discos de moda. De allí pasó a trabajar como operador durante casi dos años en Radio Capital, emisora localizada en el octavo piso de un moderno edificio de Paseo de la Reforma, frente al Ángel de la Independencia, y cuyo concesionario a principios de los años sesenta fue fidel hernández, un hombre bajito de estatura, dueño de tres prestigiosos almacenes de ropa de mezclilla para obreros y ferrocarrileros.

Finalmente, luego de trabajar un buen tiempo en las estaciones de Radio Programas de México: RCN, La 660 con programación deportiva, Radio Stereo, Radio BIP (que trasmitía en inglés), y los inicios de radio red, ingresó a la plantilla de radio Educación.

"La primer radionovela que me tocó musicalizar en ese tiempo, cuando la emisora todavíaestaba en la calle de tabiqueros, en la colonia Morelos, fue: "Las Tierras Flacas", novela escrita por Agustín Yánez, que fue Secretario de educación. La producción estuvo a cargo de rosario Muñoz Ledo, los efectos físicos los realizó Manuel cabrera, y actuaron: toño gonzález, genoveva pérez, lucila de córdoba, Guillermo portillo acosta, dolores muñoz ledo, luis puente, esteban Siller y Humberto espinosa...

"Desde entonces no he dejado de trabajar como musicalizador de la gran mayoría de producciones en esta emisora, lo mismo que, tiempo atrás lo hice en "La Hora Nacional".

Es nativo del populoso barrio de santa Julia. A los nueve meses de nacido su familia se mudó a la colonia de los Doctores en avenida Niños Héroes 45 , vecindario de 30 modestas viviendas, muy visitado por sus fiestas, kermeses y posadas, muchas veces amenizadas con rumbosas orquestas.

Su padre, mariano Morales, un hombre muy estricto y refunfuñón, fue electricista en la Compañía de Luz y Fuerza. Su mamá, Juana Pérez dedicada al hogar y al cuidado de sus ocho hijos, cuatro hombres y cuatro mujeres, vendía, los domingos, a la entrada de la vecindad unas exquisitas enchiladas de mole con pollo, que ella misma preparaba en el metate.

"Me hubiera gustado mucho ser campeón de natación. De niño nadaba en la alberca de 30 metros del ya desaparecido Hotel Regis, en avenida Juárez y Balderas. Sin embargo, a la fecha no me arrepiento de no haberlo conseguido, y si me muriera y volviera a nacer, sin dudarlo ni un segundo, volvería a dedicarme de tiempo completo a la radio". Concluyó don vicente Morales.

 

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