LAS OREJAS DEL NIÑO RAÚL

 

El pasado sábado 16 de agosto, los peques, nuevamente en la biblioteca de la Casa de la Cultura de Cancún, respondiendo a la buena orientación de las bibliotecarias, señoras Isabel Flota Medrano y Gerónima López Gómez, continuaron con el programa Círculo de Lectura para Niños dirigido a infantes de 6 a 12 años y leyeron “Las Orejas del Niño Raúl” escrito en 1985 por Camilo José Cela; cuenta con ilustraciones de Roser Capdovila, y es una edición de España, seleccionado por la SEP para el programa de Bibliotecas de Aula.

Como es su costumbre las bibliotecarias señoras Isabel Flota Medrano y Gerónima López Gómez nos comentaron que:

“El niño Raúl era un niño con personalidad; esto es, un niño flaquito, paliducho, que hacía más o menos, lo que le daba en gana. El niño Raúl tendía a la histeria, a la misantropía y a la holganza, como los sabios de la antigüedad”.

“El niño Raúl tenía manías, una bicicleta y diez o doce años”.

“Al niño Raúl, aquella temporada, lo que le preocupaba era tener una oreja más grande que la otra. El niño Raúl se miraba al espejo constantemente, pero el espejo no le sacaba demasiado de dudas; en los espejos que había en la casa del niño Raúl jamás podía verse las dos orejas a un tiempo”.

“El niño Raúl, preocupado por sus orejas, pasaba por largos baches de tristeza y depresión.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué estas con esa cara?- le decía su padre a la hora de comer.

-Nada…Lo de las orejas...Contestaba el niño Raúl con el mirar perdido”.

“El niño Raúl, a fuera de mucho pensar, descubrió que la mejor manera de medir las orejas era con las manos, cogiéndolas entre dos dedos, las dos al mismo tiempo, y llevando la medida a pulso, un momento, por el aire-¡por un momentito no había de variar! - para ver si casaban o no casaban”.

“Lo malo del nuevo procedimiento fue que, contra los pronósticos, no resultaba de gran precisión, y la oreja izquierda, por ejemplo, tan pronto parecía más grande como más pequeña que la oreja derecha. ¡Aquello era para volverse loco!”

“El niño Raúl empezó a prodigar las mediciones, a ver si conseguía salir de dudas, y hubo días excepcionales, días de suerte y de aplicación, días radiantes, en que llegó a medirse las orejas hasta tres mil veces”.

“Los movimientos del niño Raúl para medirse las orejas eran ya automáticos, eran ya unos movimientos casi reflejos, y el niño Raúl llegó a tal grado de perfección, se medía las orejas como hacía la digestión, o como le crecía el pelo y las uñas, o como crecía todo el que era un niño larguirucho, desangelado, desgarbado”.

“Mientras estudiaba la física, mientras se bañaba, mientras comía, el niño Raúl se medía las orejas incansablemente y a una velocidad increíble.

-¡Niño! ¿Que haces?”.... y ¿saben que pasó?

Si te gustó la introducción a este cuento, solicítales a tus padres o maestros lo localicen por internet para que terminen de contártelo.

Camilo José Cela nació en Iria Flavia, La Coruña, en 1916. Cursó estudios en las facultades de Medicina, Derecho y Filosofía y Letras de Madrid. Doctor Honoris Causa por diversas universidades de Europa y América, poeta, escritor de libros de viajes, ensayista, asiduo articulista y excelente narrador de novelas y libros de relatos, fundó y dirigió hasta su desaparición la prestigiosa revista literaria “Papeles de Son Armadans”.

El conjunto de textos reunido en 1993 bajo el título de “El huevo del juicio” es una muestra de su capacidad para expresarse en cualquier género literario, y su Diccionario secreto, de su pasión por el lenguaje.

Camilo José Cela fue censor durante el franquismo, una etapa de su biografía que no le gustaba recordar: “Censura..., todo eso ya huele a puchero enfermo; se ha escrito ya un libro de Justino Sinova y a él me remito” decía.

A los cuarenta años fue elegido miembro de la Real Academia Española. El balance de estos años es muy positivo, “aquí he aprendido muchas cosas; entre otras, normas de convivencia. Esta es una casa que es una gran desconocida, tiene grandes valores y los ha conservado siempre. Fíjese que las bajas por decreto que hizo el general Franco la Academia no las cubrió hasta que no murieron todos y cada uno de los expulsados”.

Cela fue galardonado en 1987 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, con el Premio Nobel de Literatura en 1989 y con el Premio Cervantes en 1995. En la ceremonia de la entrega del Premio Nobel de Literatura, el 10 de diciembre de 1989 en Estocolmo, Cela pronunció su discurso Elogio de la fábula, en el que el escritor rindió homenaje al español.

Una de las figuras más importantes de la literatura española, Camilo José Cela ha sido un personaje extraordinariamente polémico, que ha dicho que “en España es mayor el número de los escandalizables que los escandalizadores”. Falleció en Madrid el 17 de enero de 2002.

 

Secretaría de Cultura Casa de la Cultura de Cancún

 

 

 

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