EL OLVIDO: ¿ENFERMEDAD SOCIAL O MATERIA
LITERARIA?
En su obra cumbre “Cien Años de
Soledad”, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, dedica un segmento de
la novela al olvido. Trata el tema haciendo gala de su particular estilo literario,
y valiéndose de la magia y la fantasía que le dan permiso para imaginar, invita
a reflexionar al lector de una forma exquisita a cerca de lo que experimenta un
pueblo cuando carece de memoria.
El olvido puede ser enfocado desde dos
perspectivas: una individual, y otra colectiva. Analizando la perspectiva
individual, podríamos señalar que existe un olvido de tipo involuntario,
resultado por ejemplo de alguna traba psicológica.
Desde este mismo enfoque, hay otra clase
de olvido que tiene que ver con la ancianidad, y se debe a lo que podríamos
llamar "desgaste de máquina". Llega un momento en la vida, en el que
la memoria del individuo ya no tiene lugar para más información, ni velocidad
suficiente como para seguir recibiéndola.
Ahora bien, la perspectiva colectiva
vincula directamente al olvido con la falta de conocimiento a cerca de lo que
ocurrió en relación a un pueblo, a un país o a una determinada parte del
mundo. Aquí, como en el más puro texto
literario aparecen en escena las sociedades, situadas en un tiempo y en un
espacio que le son propios. Así, esa falta de conocimiento podría ser producto
de intereses creados, que apunten a generar un olvido colectivo de tipo
inducido, cuyas consecuencias no deseables pero más lógicas serían la desorientación,
la división y la manipulación. Para poder crecer y avanzar, toda sociedad debe
conocer su historia, pues constituye una parte esencial de la identidad de un
pueblo.
Por otro lado, el olvido también se
produce en el terreno colectivo, por un alejamiento en el tiempo de los
acontecimientos. A modo de ejemplo, el
año 1976 para algunos está lejos; y mientras unos no conocen, otros se olvidan
paulatinamente de lo que entonces sucedió, porque no lo vivieron sino que se lo
contaron, tal vez de una forma distorsionada. Desde el mismo enfoque colectivo,
hay quienes interpretan el abandono como una forma de olvido. Suele decirse:
"ése es un pueblo olvidado"; pero frente a tal afirmación, podríamos
preguntarnos: ¿No se tratará quizá de un pueblo abandonado a su suerte, por el
poder que está concentrado en la capital de un país? Aquí otro elemento básico
para definir si tal como ocurrió en la novela de García Márquez, el olvido es
una peste que enfermó circunstancialmente a un pueblo, o se trata de un recurso
que utilizan quienes tienen acceso a él: el poder.
Es indiscutible en la mayoría de las
sociedades, el hecho de que los políticos mientras están en campañas
electorales, ofrecen la panacea para aquellos que deberán votarlos pero cuando
llegan al poder, olvidan sistemáticamente todas sus promesas.
¿El poder modifica aparentes
convicciones? ¿Induce el poder a la pérdida de memoria en una sociedad? Algunos
sectores de la sociedad argentina parecen estar dotados de una facilidad
asombrosa para el olvido, mientras que otros eligen hacer un culto de la
memoria y mantenerla viva todos los días. Sería deseable que entre los
aprendizajes naturales y necesarios para cualquier sociedad, la argentina sepa
discriminar entre ficción literaria y realidad, sin que permanezca atrapada en
Macondo durante demasiado tiempo.
Autora: María Eugenia Fabro. Córdoba,
Argentina.