NINGUNEADOS LOS CIEGOS EN EL METROBÚS.
OTRA CRÓNICA MALDITA DEL GOBIERNO CAPITALINO.
Por Jorge Pulido.
Completamente inaccesible y peligroso el metrobús: no hay banquetas ni señalamientos en los andénes que permitan a los ciegos detectar con el bastón blanco la entrada y salida de las estaciones.
En un recorrido que hice de la estación Reforma a Indios verdes en compañía de una veintena de personas en silla de ruedas, muletas, sordos, y yo como único ciego, dimos a conocer a los medios de comunicación que no se tomó debidamente en cuenta el desplazamiento de personas con discapacidad en este nuevo trasporte urbano.
Las rampas son tan pronunciadas que resultan inaccesibles para las sillas de ruedas. No se tomaron en cuenta las normas de accesibilidad para personas con discapacidad presentadas por Libre acceso el año pasado ante la Comisión de Transporte y vialidad del consejo consultivo de la ciudad de México para las personas con discapacidad. Federico Fleischmann, Presidente de Libre Acceso A. C., durante la evaluación del metrobús manifestó su descontento ante la pendiente tan pronunciada de las rampas y los espacios abismales entre el andén y el metrobús, lo cual dificulta y pone en riesgo de sufrir un accidente a las personas con discapacidad motora o visual, lo mismo que a personas ancianas, niños y mujeres embarazadas. Las autoridades "responsables" de la construcción del metrobús admitieron que resultaba impostergable la inauguración de este nuevo medio de trasporte, y que el pronunciado declive de las rampas ya no podía corregirse, "quizás más adelante hagamos algo, lo importante ahora es entregar la obra".
También en el recorrido, una persona en silla de ruedas no pudo entrar en el metrobús debido a los contados segundos que se dan para el ascenso y descenso de usuarios, ya que requería más tiempo para acomodar su silla ante la salida y entrada de otras personas, por lo cual fue necesario esperar el siguiente trasporte y alertar al conductor que esperara a que subiera sin dificultad.
La falta de guías o canaletas en el piso de los andénes, de banquetas en los accesos de las estaciones, ubicación debidamente señalizada y protegida para los ciegos, además de anuncios sonoros que indiquen el nombre de las paradas, igualmente entorpecen y ponen en peligro la integridad física de los ciegos durante sus desplazamientos.
Asimismo, el ensordecedor ruido de automóviles y camiones que transitan a lo largo de Insurgentes, complica más la movilización de las personas ciegas por los andénes, "no podemos guiarnos por el oído, y el motor del metrobús es casi imperceptible para darnos cuenta cuando ya llegó". No hay para una persona ciega forma de saber en donde está la puerta de entrada del metrobús; "durante el recorrido, estuve a punto de caerme y ser arrollado por el metrobús, pues al caminar al tanteo por el andén, con el bastón sentí un poste metálico, un espacio abierto y un escalón, que si hubiera dado un paso más me voy de cabeza... Por fortuna la oportuna ayuda de una persona me puso el brazo delante del cuerpo impidiéndome que avanzara".
Al preguntarle a uno de los supervisores de la nueva ruta vial si había algún folleto en braille con los nombres y ubicación de las estaciones del metrobús, nos dijo que no sabían quién podía imprimirlos y que además no se había contemplado en el presupuesto una partida para este efecto.
A excepción de una de las unidades adaptadas para personas con discapacidad, las demás no tienen espacio suficiente para el desplazamiento de silla de ruedas, y no en todas las estaciones hay rampas como sucede en Indios verdes, Eje 10 sur y La raza, donde ya no dió tiempo para hacerlas.
"Al salir en la estación "chopo", caminé por el andén con muchísimo cuidado, tratándo de no desviarme para no caerme al paso del metrobús, y cuál no sería mi sorpresa, que de pronto ya estaba a media calle porque no hay una guarnición que permita a los ciegos saber que allí es la salida y que hay que cruzar la calle. De no haberme detenido a tiempo ante el ruido de los coches muy cerca de mí, con toda seguridad hubiera sido atropellado".
Una vez más, las autoridades capitalinas encabezadas por el Jefe de gobierno, Andrés manuel López Obrador, no tomaron en cuenta lo dispuesto en la Ley para Personas con Discapacidad en el distrito federal, la recién aprobada Ley General de las Personas con discapacidad, ni la Ley Federal para Prevenir la discriminación, y sólo se conformaron con darle un cierto matiz de apoyo a la población con discapacidad.
grupos de provocadores del PRD violentaron la conferencia de prensa que a las 9:30 de la mañana del pasado domingo 19 de junio, se llevó a cabo en el cruce de Insurgentes y Reforma, por parte de casi un centenar de personas con discapacidad inconformes con la obra inconclusa. A voz en cuello pregonaron que las personas con discapacidad deberíamos besarle la mano a López obrador por pensar en nuestra minusvalía y no comportarnos como "perros rabiosos mordiéndole la mano", que deberíamos agradecerle que con el subcidio que nos da cada mes podemos comer...".
atendiendo a la invitación hecha el mismo domingo 19 de junio por parte de autoridades del gobierno Capitalino, el martes 21, dos días después de la inauguración del llamado "trasporte confinado", nos reunimos en la trinchera del peje para dialogar con el subsecretario de gobierno, Jesús Zambrano y un grupo de asesoras de la Secretaría de trasporte y Vialidad del D. F. Acudimos a la cita una veintena de personas con y sin discapacidad y uno que otro colado de una asociación ecologista, quienes, dicho sea de paso, ya rebautizaron al metrobús como "matabús". Durante la reunión que dio comienzo a las 13:00 horas y se prolongó hasta cerca de las tres de la tarde, los funcionarios del gobierno capitalino escucharon atentos y tomaron nota de todas nuestras observaciones. Establecimos posteriores reuniones de trabajo y un nuevo recorrido a lo largo de la ruta para que ellos mismos constaten con sus propios ojos y oídos las vicisitudes por las que pasamos las personas con discapacidad que pretendemos viajar en este medio de locomoción inconcluso.
Lo más pertinente a mi juicio, y no sólo por la gente con discapacidad (nada de capacidades diferentes, como insiste en etiquetarnos el perredista Jesús Zambrano) sino por todas las personas que de una u otra forma ya están siendo afectadas por la puntada mal hilvanada de López Obrador, quien dijo que "nos quiere desaforadamente", debería suspenderse el servicio del metrobús hasta que esté totalmente concluido; y si se me permite la comparación: ¿cómo vamos a remendar un calcetín roto dentro del pie, y para colmo, con todo y zapato puesto...?
Jorge Pulido
Licenciado en Periodismo
y persona con discapacidad visual,
coordinador de la comisión de comunicación social
de la asociación Libre Acceso
y presidente de la asociación Contacto braille.