Secretaría de Cultura Casa de la Cultura de Cancún

 

“LA SILLA FANTÁSTICA DE TILI MAGUILI”

 

Como parte del compromiso de seguir impulsando el amor a los libros, la Secretaría de Cultura, a través de la Biblioteca de la Casa de la Cultura de Cancún, este jueves 24 de abril, en el espacio “Círculo de Lectura para Niños” presentó la lectura del cuento “La Silla Fantástica de Tili Maguili” de la autora Vivian French editado por el Fondo de Cultura Económica, en el año de 1997, mismo que forma parte de los libros para niños en la biblioteca de esta institución.

Como información para los propios niños, la bibliotecaria Isabel Flota Medrano, nos comentó que: “Tili Maguili vive en lo más alto de un espigado edificio con ochenta y dos escalones”.

Tili Maguili tenía, 10 gorros de lana, 9 bufandas de lana, 8 vestidos de lana, 7 calcetines de lana, 6 suéteres de lana, 5 cobijas de lana. Y tiene 4 tías tejedoras, 3 tíos resopladores, 2 piernas temblorosas y 1 abuelita que era casi un hada y que un día llegó por sorpresa a tomar el te.

-Hola Abue- dijo Tili

-Mmjm-dijo

Abue-¿Por qué tanta lana?

Es por mis piernas -le explicó Tili- A las tías les gusta que me mantenga caliente.

-Las teteras deben mantenerse calientes

-dijo Abue- los niños necesitan aire fresco.

Tili suspiró

-Subirme y bajarme ochenta y dos escalones hacen que los tíos resoplen mucho.

-Mmjm-dijo Abue- algo haremos sobre eso.

Las tías salieron presurosas de la cocina.

-¿Le sirvo una taza de té, abue de Tili? –preguntó tía Inés

-¿Pan tostado?-dijo tía Bibi.

-De haber sabido que vendría hubiéramos preparado un pastel- dijo tía Clara.

-¿Estas bien arropada, querida Tili?- preguntó tía Nora.

-mmjm- Exclamó Abue. Sacó un pañuelo moteado de su bolsillo y lo agitó.

-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

-Las tías gritaron al verse dando vueltas y vueltas.

Abue agitó el pañuelo otra vez.

-¡Ayyyyyyyyy! gritaron todas al salir girando por la puerta rumbo a los ochenta y dos escalones.

Los tres tíos entraron resoplando.

-¿Por qué hay tanto ruido?-preguntaron.

Abue agitó su pañuelo.

-¡Uf! ¡Uf! –Gritaron los tíos- ¡Ay! ¡Uf! ¡Uf! ¡Uf! ¡Uf!- Y en fila, tomados de la mano, se fueron escaleras abajo resoplando tras las tías.

-Eso fue deshacerse de ellos- dijo Abue- ahora, querida ¿qué haremos contigo?

-¿Es un pañuelo mágico? ¿Lo vas a agitar para mí?

-Preguntó Tili ansiosa.

-Calma- dijo Abue. Se quedó mirando la silla de Tili- ¿Es cómoda?

-Si –contestó Tili preguntándose qué iría a ocurrir.

Abue dio unas palmadas al respaldo de la silla de ruedas.

-Mmjm, podemos intentarlo – cerró los ojos con fuerza y dijo-

Silla Fantástica de Tili Maguili

Puedes brincar, puedes saltar,

¡Por los aires puedes volar!

La silla de Tili dio un ligero salto.

-¡Bravo! – Abue también pegó un brinquito-

¡Sujétate fuerte Tili!

Tili se sujetó. La pequeña silla roja soltó un gruñido, tosió y se lanzó al aire.

-Arriba…Arriba….Arriba… -dijo con su voz ronca- ¡Arriba…. Arriba!

Abue abrió la ventana de par en par.

-Aire fresco- dijo con firmeza al pasar Tili y la silla volando junto a ella- No lo olvides.

Tili vio a Abue agitar su pañuelo mientras la silla se elevaba hacia el cielo por encima del edificio. Quiso decir adiós también pero no se atrevió a soltarse.

-Todo está bien –dijo la vocecita ronca de la silla-

-Gracias –dijo Tili sin aliento, y agitó su mano.

-Yuuuupiii. – exclamó la silla y voló y sobrevoló sobre el techo del espigado edificio de los departamentos.

Quieres saber que aventuras vivirá Tili Maguili,

Si te gustó la introducción a este cuento, solicítales a tus padres o maestros lo localicen por internet para que terminen de contártelo.

Vivian French autora de este cuento reside en Edimburgo, aunque no le importaría vivir en otras ciudades, como Londres, Newcastle (en el norte de Inglaterra) Swansea (en la costa sur), Bolonia (Italia) o Nueva York (Estados Unidos)... ¡Hay tantos sitios hermosos en el mundo! Vivian está casada con Davy, y tienen cuatro hijas ya mayores: Alice, Jessica, Jemima y Nancy. ¡Ah, y un pez llamado Rod!

Vivian comenzó su carrera como actriz. Trabajaba en escuelas y teatros, interpretando papeles de lo más raros: hacía de Viento del Suroeste, de Rata Roerrábanos, de Plato de Sopa... ¿Que si era de fideos o de pescado? Pues, vaya, ¡eso no se lo dijeron! Lo peor fue cuando hizo de Oruga: el disfraz daba un calor horrible.

Luego, empezó a contar historias por todo el Reino Unido y algunas zonas de América. El peor día que tuvo fue uno en que estaba explicando un cuento en un barco, y llovía a mares: tanto que el barco se iba hundiendo, hundiendo, hundiendo... ¡Y el cuento estaba tan emocionante que los niños no la dejaban bajar de la embarcación! ¡Ni tan siquiera ir a buscar un paraguas!

Al cabo de unos años, se puso a escribir sus propios cuentos. Sus tres primeras historias se publicaron en 1990. Hoy ha escrito más de doscientas. Parece una barbaridad, pero algunas tienen solo unas poquitas palabras, porque son para los niños que empiezan a leer.

Además de escribir para niños y jóvenes también ha incursionado en el teatro actuando y escribiendo. Disfruta... la lectura y aprende.

 

 

 

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