Casa de la Cultura de Cancún

EL LIBRO DE LA SEMANA: "JUEGO MORTAL" DE JUSTO MAY CORREA

El Instituto Quintanarroense de la Cultura a través de la Casa de la Cultura de Cancún, siguiendo con su tarea de comentar cada semana un libro, en esta ocasión presenta "Juego Mortal", publicado en julio de 1996, de Justo May Correa, periodista y escritor de Cancún.

Sobre este libro, el escritor y poeta, Miguel Angel Meza Robles, escribió bajo el título "Consideraciones en torno a la primera novela policíaca de Cancún" el siguiente artículo: "En su primera incursión en la literatura, el periodista Justo May ha construido una novela policiaca sin mayores pretensiones, pero con un logro digno de destacar: capturar la atención del lector desde el inicio, aun en detrimento de la crítica social a través de la ficción. Esta capacidad para retener al lector, y la disciplina formal que se percibe tras la sencillez de la trama, son, me parece, dos de los mayores méritos de Juego mortal (Cancún, 1996). El escritor se propuso escribir una novela policiaca tradicional y se ciñó con rigor a los moldes clásicos del género: un personaje central conduce la acción, un enigma debe resolverse, y el suspenso está astutamente sostenido; además, para el descubrimiento del asesino se nos proponen varias pistas, y existe, por supuesto, un final muy sorpresivo.

Sin embargo, considero que la trama de Juego mortal se prestaba para realizar una crítica incisiva de las costumbres de ciertas clases sociales, y una crítica política de la corrupción y el caciquismo —flagelos ancestrales en la zona en donde está ambientada la novela—, o para hacer más evidente la densidad psicológica de los personajes, a través de diálogos y comportamientos más diferenciados y más apegados a la época actual.

Igualmente, si la novela se desarrolla en un ambiente de provincia, en un poblado de Chiapas, probablemente debió hacer notar la presencia de la población indígena de la zona, para resaltar el color étnico y, por lo tanto, sacarle más filo político al relato, dadas las condiciones conflictivas actuales que se viven en ese sitio.

Eso sí, hay una leve crítica a la frivolidad y oportunismo de los políticos en la figura del alcalde Montalvo; hay también un atisbo a los monopolios ganaderos de la región; hay, así mismo, un sutil cuestionamiento a la imposibilidad pragmática del clero ortodoxo de evitar el mal y la corrupción moral de los feligreses; y hay, efectivamente, un correcto dibujo de personajes, aunque, en este sentido, tal vez faltó trabajar más los claroscuros que humanizan al ente de ficción y lo individualizan al grado de que al final se nos vuelva memorable.

En fin, Justo May, sin excesivas ambiciones, optó por no complicar su esquema formal ni su línea temática: desentrañar un enigma. Y para ello utilizó con gran tino elementos que, debido a su trabajo en el periodismo, domina con suficiencia: economía narrativa y lenguaje directo y preciso, aunque quizá evidencia intenciones efectistas innecesarias al crear el suspenso.

El correcto mecanismo compositivo de Juego mortal arranca al inicio de la obra, al utilizarse como detonante el primer asesinato, continúa con un propósito definido hacia el final de la intriga, y logra con ello una unidad formal coherente. Esto abona la credibilidad en lo que se nos cuenta. May administra con éxito los intervalos entre los sucesos culminantes, para recordarnos a través de los personajes el estado en que se hallan las investigaciones, lo cual ayuda al lector a elaborar sus propias hipótesis y a mantenerse interesado en resolver el acertijo planteado por los hechos. La historia, así, tensa adecuadamente su hilo narrativo y fija la atención del lector gracias a un pujante ritmo que no permite que aquélla decaiga un momento.

Yo le haría un serio reparo a un personaje, que en nuestro contexto es imposible creerse: el inspector de policía Vicente Jordán. Por su flema, su circunspección y su moralidad burguesa, Jordán parece más bien salido de una realidad británica del siglo XIX, que de una provincia mexicana de finales del siglo XX. Por este rasgo, y por su esquema formal, Juego mortal es deudora de la clásica novela policiaca inglesa, más que de su vertiente negra en la literatura norteamericana, o de la reciente novela policiaca mexicana, mucho más cercana al trhiller gringo, aunque con sus propias características tercermundistas.

No obstante, Juego mortal, al descubrir honestamente sus intenciones y no prometer falsas expectativas, resulta una lectura de grato entretenimiento, porque vence uno de los mayores retos que se le presentan al escritor: mantener la atención del lector hasta el final, con una buena y sencilla prosa narrativa. Debemos, por lo tanto, celebrar su aparición en el casi desierto panorama de la literatura local. No desdeñar a nuestros primeros autores, leerlos y valorarlos en la medida de nuestra incipiente cultura crítica, nos ayudará a crecer como comunidad cultural, responsable y madura", concluye Miguel Angel Meza Robles.

 

Regresar.

1