La Otra Cara de la Integración

Por José R. Romero González.

Mexicali, México

"Si me envías a otra escuela por mi bien, te lo agradezco mucho; pero si fuera por otras causas que desconozco porque no me las has dicho, eso sí me inquietaría demasiado..."

Sería demasiado irreal, querer creer que en la integración educativa y social de niñas y niños con y sin alguna discapacidad, no existen más de un problema serio. Es decir, al ser la integración un componente importante de la educación en general, por antonomasia, posee todas las virtudes y todos los defectos de la sociedad en la que nos ha tocado vivir o sobrevivir. Sin embargo, no hay que espantarnos de lo anterior, pues, la esencia de los principios en que se sustenta la multicitada integración, deben ser suficiente fortaleza para insistir e intentar nuevas estrategias para incidir con mayores probabilidades de éxito que redunde en mejores oportunidades educativas de nuestras niñas y niños.

Hace ya tiempo, abordé en público, un caso de cierto alumno; claramente, indiqué, que omitiría el nombre de tal educando, por mantener la confidencialidad debida a esa persona. Todavía no había concluido tal precisión, cuando, alguien señaló: "Oh sí, ya sé de quien se trata; es...."

Así, en el caso que referiré, no mencionaré nombre alguno, lo cual, no significa, que sea algo ficticio. Además de guardar el correspondiente respeto a la persona no aceptada por el profesor de primaria regular; y sinceramente espero que nada más ocurra eso con él. Quiero intentar el juego de: "identifícate con algo de lo que aquí se dice" o: "no te identifiques con nada" porque tú sí que perteneces a otra realidad de ninguna manera perfectible.

El método que seguiré en este sencillo abordaje, es simple: recurriré a algunas notas de observaciones, que a lo largo de algunos meses, he ido recopilando. Y, solamente al adquirir una relación más estrecha con mi trabajo, he considerado oportuno tomar el atrevimiento, de tratar de darles un determinado orden y presentación. Cualquiera de las frases enumeradas tal vez nos diga muchas cosas en su entrelineado. Pero, las frases que más me impactan, son las que recientemente, en el transcurso de una clase, dice la propia persona en cuestión.

Sin más preámbulos, y sin afanarme por encontrar culpables, aquí está nuestra comunicación.

Ya en el Siglo XXI, todavía hay niñas y niños que no son aceptados en las escuelas regulares. ¿Cuáles son las razones o sinrazones que se aducen para cometer semejante injusticia? Podría, cómodamente, señalar: no lo sé; o, no es asunto mío...

A continuación, en forma muy breve, se mencionan los argumentos esgrimidos por los docentes:, de las escuelas ordinarias:

1. No estoy preparado; en la Escuela Normal donde estudié hace veinte años no se abordaba a la educación especial de ninguna forma. Digo que aquello estaba bien, porque para qué entonces, son los especialistas; esos que ahora nos quieren enseñar a nosotros; cuando ellos ni siquiera saben aplicar los planes y programas de estudio; los patos tirándole a los misiles;

2. para eso están las escuelas especiales; sí, con tan poquitos alumnos; hasta dan ganas de estudiar otra vez e irnos a un CAM, por mencionar algún centro;

3. creí que a mí nunca me iba a tocar una alumna con problemas, o discapacitada, creo que así es como se dice; pero por ahí he oído, que me saqué la lotería, y sin jugar;

4. mi grupo ya tiene un ritmo de trabajo, y, esta personita es demasiado lenta; rompe totalmente mi esquema de las actividades que se han programado para mis alumnos;

5. la verdad, es que no sé qué hacer; con esa alumna, porque con los demás, por supuesto que sé y lo hago; por algo soy un maestro con un reconocimiento ganado a pulso y con uno que otro premio; el cual, modestia a parte, he logrado tal éxito sin ninguna asesoría de los especializados en complicar vidas ajenas;

6. no me avisaron a tiempo, si lo hubieran hecho, posiblemente; y tengo que enfatizar el posiblemente; no tendría estas dudas

7. considero que los discapacitados, no deberían estar en nuestras escuelas; y no es que uno no los quiera, pero...;

8. bueno, si me dan algo más de tiempo, pensaré si puedo atender o no a esa persona discapacitada. aunque es tan lenta; qué digo lenta, lentísima... ¿Qué cuánto tiempo requiero? Por ej., un mes, con cuatro días, tres horas, 59 minutos y algunos segundos más. Los puntos de carrera; son tan pocos, que se pueden conseguir de manera más sencilla y simple; por ejemplo, yendo con la ahora "heroína" de la integración; …no recuerdo cómo se llama, pero, seguro que doy con ella; faltaba más.

9. además, luego vienen y nos dejan a estos niños y quedamos sin ningún apoyo y nosotros tenemos que cargar con "todo el paquete.."

10. Si donde no los quieren es allá en las escuelas especiales. Los pretextos no faltan: que para socializarlos; para que aprendan lo que ellos no pudieron enseñarles.

11. Luego, ya de que empiezan con eso de hacer adecuaciones curriculares; y se nos dice: ustedes siempre las han hecho, es cuestión de ahora seguir mis indicaciones.

Ahora, escuchemos la opinión de algunos miembros del personal de educación especial. También ellos tienen algo que decir al respecto.

a. A nuestros alumnos nunca los van a aceptar en las escuelas regulares; yo sé porqué lo digo.

b. Sabemos de los derechos de nuestros alumnos para estar en las escuelas regulares, pero, no podemos imponerle al maestro a ésta o aquélla alumna, sería contraproducente para ella; nosotros, como quiera.

c. Seguramente, el maestro que no la acepta, se ha visto tan presionado; también a él habría que comprenderlo, ¿no creen ustedes?

d. la alumna es tan buena, tan lista, tan linda y tan inteligente, contesta y repite todo cuánto se le pregunta. Yo no sé por qué el maestro no la quiere;

e. si acudiéramos a Derechos Humanos para que nos apoye en la solución de este caso. No, no, no, sería poner en evidencia a todo el sistema... ¿Y qué de la Ley Contra La Discriminación? ¿Qué ley es esa?

f. Me extraña que la maestra no haga valer los derechos de la niña. No te asombres; no ves que es nueva en ese servicio y quizá no se sienta apoyada. Pero deja que posea más experiencia, mientras, está haciendo lo que ella juzga que es lo mejor para la alumna.

g. Me sorprende que digan que hay problemas con esta niña; porque en varias juntas a las que he asistido, no se ha tratado su caso.

h. Cuando yo tuve a un alumno ciego, la verdad que no hice ninguna adecuación; si es muy fácil atenderlos.

i. Y también yo, sin ser del área de discapacidad visual, he atendido a dos alumnos ciegos y creo, que ninguno de ellos ha tenido problemas; son tan inteligentes.

j. No crean que se nos ha olvidado; sabemos que para apoyar a esta alumna, debemos aplicar la evaluación psicopedagógica; luego, se tomarán las decisiones pertinentes. Más antes, pondré en marcha "El Plan TN3", lo esencial de cuya estrategia, consiste en: primero, yo la atenderé todos los días; segundo, un día irá a cuarto grado; tercero, otro a quinto grado y cuarto, vendrá conmigo. Garantizado, ella se pone al corriente, en un santiamén, como que me llamo...

k. Ah, la integración es tan bonita. No sé como hay gente que se atreve a insinuar que insertamos. Eso se hacía, si es que alguna vez se hizo, cuando no había los apoyos y las experiencias que tenemos hoy en día. Estamos hasta mejor que en España; allá, con eso de la ONCE, como que se les sobreprotege mucho; dándoles materiales adaptados, como (libros y textos necesarios para estudiar y educarse), equipos tiflo quién sabe que, recursos humanos, etc., etc. En cambio nosotros, sí hemos captado lo central de dicha filosofía. Ignorantemente, la gente sin que hacer, nos llamó "los científicos o los tecnócratas", pura envidia y malísima leche. Que se desconocen nuestras investigaciones; si hasta en Europa y Uruapan, tenemos fama de...

La madre de la persona no aceptada, también tiene algo de voz en este asunto, Oigámosla con atención.

1) Sí, ya me sugirieron cambiarla a otra escuela donde está otra niña con discapacidad visual, también en 5º grado. Pero eso no es posible. El maestro, dice, que aunque está muy contento con la alumna; no admitirá ni una o uno más, con esa problemática. Además, No puedo ir recorriendo todas las escuelas de Mexicali para ver si aceptan a mi hija. Estoy tan cansada. Por otra parte, la maestra de la unidad, es tan buena, tan comprometida...

2) He notado que muestra un cierto retraso. Es que allá donde estaba, no tuvo apoyo; yo, he hecho lo que he podido y no se puede hacer todo siempre; como trabajo. Sería preferible que repitiera cuarto grado; pero que se pusiera al corriente.

3) No le ha ido muy bien. Hemos descubierto que no sabe multiplicar, ni dividir...

La persona con discapacidad:

a. No sé porqué me pasa lo que me pasa...

b. Sí quiero aprender; pero...

c. mi mamá dice que...

d. Creo que no tengo cerebro...

 

Conclusión.-

La Integración, aunque a veces, lo olvidemos, es un asunto de todos; y cada uno debemos asumir nuestro verdadero compromiso y aporte. Los requerimientos para la atención de este caso no son exclusividad de ésta o aquélla área; ésta o ésa persona: tampoco se avanza si alguien dijera con marcada e inútil temeridad: yo asumo toda la responsabilidad... lo que sí creo tener derecho de afirmar es: que en la medida que estemos dispuestos a compartir y asumir la responsabilidad que nos corresponde; nos aproximaremos a captar y asimilar la verdadera naturaleza del significado de la integración de nuestras niñas y niños: trabajo y amor no para ellos sino con ellos; en un ambiente verdaderamente cooperativo, en donde efectivamente sea importante y primordial la aceptación total de todo ser humano.

Aquí, se ha tratado de proporcionar la voz reclamada por los principales elementos de un caso real, y nos hemos aproximado a un panorama más cercano a una comprensión amplia, la cual, es imprescindible que abandone toda justificación y no forme alianza con aquello, que es a todas luces, injustificable aunque tenga completa apariencia y creamos que es afín a nuestra particular manera de pensar y sentir.

Regresar

1