Horóscopos
ARIES, TAURO Y GÉMINIS
Pero que adviertas es bien,
si en estas estrellas tocas,
que son estables muy pocas,
por más que un Perú les den.
No ignores, pues yo no ignoro,
que un signo el de Virgo es,
y los de cuernos son tres:
Aries, Capricornio y Toro.
Juan Ruiz de Alarcón;
La verdad sospechosa.
Aries
Del 21 de marzo al 20 de abril
La primera casa del Zodíaco es Aries. Aries está regido por el planeta belicoso por excelencia Marte.
Aries es un signo poderosísimo. Es el signo de los caudillos, los conductores y los líderes de pueblos.
Lamentablemente, sucede con muchísima frecuencia, que el poder que otorga Marte a su regido es canalizado por Aries de una manera no constructiva sino enteramente destructiva.
El pueblo que cae bajo un gobernante nacido en Aries puede ser llevado -aunque no necesariamente siempre sucede así- al más irracional fanatismo, a la violencia más descontrolada, a los juicios y posturas más extremos.
Ejemplo típico de este aserto es el caso de Adolfo Hitler, el Führer de la Alemania nazi, quién nació bajo la conjugación de Aries.
Sin embargo, subyacente en esta tendencia a las posiciones extremas y radicales, se encuentra en los arianos un idealismo del más noble cuño, que debe ser adecuadamente canalizado para que no se convierta en fuerza destructiva.
Hay en Aries una tendencia a sentirse protector y abrigo de los indefensos. Siempre se sentirá entre los elegidos y entre los poderosos: nunca entre los mediocres y entre los débiles.
El entusiasmo ardiente y las iniciativa personal son características constantes de los arianos. La actividad incesante, la infatigable laboriosidad y una fe sin límite en sus propias fuerzas los impulsan siempre adelante y hacia el futuro, sin desfallecer jamás.
No obstante, ese exceso de confianza en sí mismos que caracteriza a los nativos de Aries suele, a menudo, llevarlos a comenzar muchas acciones simultáneas y, en consecuencia, a no terminar apropiadamente ninguna de ellas.
Por tales razones, los arianos suelen ser individuos de mente dispersa, incapaces de concentración profunda. Por su dispersión, lejos d ser un defecto, acaba por convertirse en una cualidad.
El espíritu de Aries está "abierto a todos los vientos". No hay idea ni actividad que rechace. El ariano es, por temperamento, un espíritu enciclopédico y ecleptico, un individuo que gusta saber "un poco de cada cosa" y no "mucho de una sola cosa".
El cerebro de Aries no es analítico, pero va los detalles: es sintético. De una sola mirada puede abarcar la totalidad, aunque -bien es cierto- no siempre logra distinguir los elementos que integran ese todo. Es el que "ve el bosque, pero no los árboles que lo componen".
Por otra parte, todas las virtudes de Aries pueden degenerar en sus correspondientes defectos.
Aries es valeroso, pero la falta de autocontrol puede hacerlo camorrero y temerario. Aries es fuerte, pero puede caer en terco y caprichoso. Aries es idealista, pero puede llegar a perder el sentido de la realidad, puede llegar a "no tener los pies sobre la tierra".
El hombre de Aries
El hombre de Aries siente una vocación congénita hacia la resolución de los problemas políticos y sociales. Le interesa la totalidad de los problemas inherentes a la marcha de su país.
Pero no es en ningún caso un mero observador y testigo. Por el contrario, se siente fuertemente impelido a actuar, y no sólo a actuar en un papel secundario.
En efecto, el hombre de Aries siente el irreprimible impulso y posee la necesaria fuerza para convertirse en el máximo protagonista de un proceso político determinado.
Maneja con gran claridad y discernimiento al conjunto de factores que componen el complejo campo de la política nacional e internacional. Esta cualidad es advertida por los demás miembros del equipo dirigente, que subordinan sus opiniones a las más acertadas de las de Aries.
La mujer de Aries
Así como el hombre de Aries suele asumir el papel de protector, la mujer de Aries también lo intenta.
Es que la mujer ariana, puesta a protectora, se convierte fácilmente en esas mujeres entrometidas que, llevadas de su propia solicitud y generosidad, caen a menudo en la indiscreción y en la tendencia a querer resolver problemas ajenos, con la consiguiente reacción de los interesados, a quienes no siempre agrada esa intromisión.
Por eso, la mujer de Aries de Aries debe tener especial cuidado en no superar la esfera de sus propias actividades. Cuando pretenda intervenir en las ajenas, será mal recibida.
El amor para los nativos en Aries
A Aries no le interesa tanto ser amado como amar. El amor para Aries, equivale, en cierto modo, a dominación, a posesión del ser amado y a subordinación de éste.
Los arianos pretenden obtener una atención exclusiva de sus consortes y no pueden tolerar la mínima desviación en ese sentido.
Por ello suelen caer demasiado a menudo en excesos de celos injustificados.
El hombre de Aries encontrará su mujer más apropiada entre las nativas de Géminis y de Tauro.
La mujer de Aries, en cambio, tendrá éxito en su matrimonio si se casa en geminiano, pero no le convendrá un taurino.
Tauro
Del 21 de abril al 19 de mayo
La segunda casa del Zodíaco es Taurus. Taurus está regido por el planeta del amor: Venus.
El signo del Toro no es casual. Al contrario, el taurino tiene como característica su predisposición a la lucha, al empleo de todas sus facultades a la consecución de sus fines de los fines que anhela.
Como Venus -planeta regente de Taurus- simboliza el amor, de igual modo significa un llamado implícito a la belleza y la perfección estética. A Taurus la belleza "le entra por los ojos". Los taurinos pueden ser grandes arquitectos, si bien sus construcciones no se distinguen tanto por sus comodidades o por su aplicación práctica, sino más bien por su severa belleza de sus líneas y por su concepción esteticista.
Lamentablemente, así como Taurus puede tener una tenacidad a toda prueba, puede también caer en una inexplicable negligencia, que terminan por estropear aquella magnífica virtud.
No son revolucionarios. En general, prefieren las formas conservadores de gobierno. No les agradan los cambios bruscos.
Son amantes de la paz, la tranquilidad y los placeres sensuales. Son partidarios de la comodidad, de la buena mesa y del alcohol bebido con moderación.
El taurino siente amor por el orden y la rutina. Son admirables trabajadores, muy cumplidores y constantes. Es por esa razón que son reacios a los cambios de actividades. Nunca dejarán un empleo razonablemente pagado por otro que prometa el oro y el moro.
El lema del taurino es: "Más vale pájaro en mano que cientos volando".
No suelen ser de inteligencia de rápida captación, pero su ínclita tenacidad los lleva a aprender las nociones más difíciles y abstrusas. Y, una vez logrado el conocimiento de algo, ya no se borra de la admirable retentiva del taurino
El taurino no es individualista. Gusta desarrollar sus actividades en colaboración con los demás. Ahora bien, si su compañero de tareas no le responde con el mismo afán y la misma diligencia que pone él en su labor, el taurino empezará por rechazarlo y terminará por guardarle rencor.
Porque, en efecto, el rencor es uno de los defectos que acompañan a los nacidos bajo este signo. Es como si su prodigiosa memoria, además de ayudarle a conservar los datos más difíciles, albergara por siempre un sentimiento de aversión hacia aquel que lo ha defraudado.
Taurus siempre oscila entre dos tendencias: una, que lo impulsa hacia la lucha, la perseverancia, el batallar y superarse de continuo. La otra, que lo lleva del lado lindo de la existencia: la tranquilidad, los placeres, la molicie.
Ahora bien, conocida por el taurino esta segunda condición, está en sus manos rehuirla y dedicarse por entero a encausar sus energías hacia la primera. Cuando el taurino se fija un objetivo y cree firmemente en él, no ceja hasta alcanzarlo.
El hombre de Taurus
La practicidad es el rasgo dominante del hombre de Taurus. No es ajeno al sentimiento del amor, pero no se excede en él ni es demasiado comunicativo ni demostrativo.
Siente como una especie de pudor en declarar su sentimiento amoroso. Sin embargo, este es fuerte y duradero.
El hombre de Taurus siente adoración por su familia, a la que dedica su máximo cuidado y sus mejores energías. El hogar es el primero para él.
Siendo como es su carácter, el hogar es para el taurino el refugio ideal donde debe imperar el orden y la tranquilidad, posición que los pede llevar a caer en cierta rutina, de pretender hacer todos los días exactamente las mismas cosas.
La mujer de Taurus
La mujer de Taurus brinda y exige constantemente amor y más amor. Amor en el sentido más amplio de la palabra: amor espiritual y amor sensual.
Además, la taurina es exclusivista y exige de su compañero una dedicación total.
Al mismo tiempo, son extremamente fecundas y tienen muy desarrollado el sentimiento de maternidad, por lo que son en general magníficas madres, preocupadas siempre por el bienestar de sus hijos.
El amor para los nativos de Taurus
El taurino y la taurina, no conocen el "amor a primera vista". Hasta en ese aspecto son metódicos y rutinarios.
Van conociendo poco a poco a su compañero ideal, hasta que están seguros de que realmente lo es. Pero, cuando están seguros de ello, el amor del taurino es duradero y total.
Taurus no soporta la soledad. Necesita el amor y el matrimonio. Cuando, por cualquier razón, el hogar de un taurino queda destruido, él o ella procurarán comenzar una nueva vida con otro compañero.
El hombre de Taurus encontrará su mejor compañera entre las nativas de Cáncer, de Virgo y de Capricornio. Y las mujeres, entre los hombres de los mismos signo.
Géminis
Del 21 de mayo al 22 de junio
La tercera casa del Zodíaco es Géminis. Géminis está regido por el planeta Mercurio.
Géminis es el signo inconstante, variable y cambiante. "En la variedad está el gusto", parece ser su lema.
Pero, además, Géminis es un signo sumamente intelectual. Del propio nativo dependerá -mediante su fuerza de voluntad- establecer sus metas y adoptar su envidiada versatilidad a los fines perseguidos. Pues, de otro modo, aquella valiosa virtud se perdería en "todo me gusta, nada me gusta".
El geminiano es delicado, discreto, diplomático. Tiene un alto grado de intuición, de entendimiento, de cosmovisión.
Ya se sabe que Géminis simboliza a los gemelos. Y es que realmente en el geminiano conviven los gemelos. Un gemelo pretende una meta; el otro gemelo, otra meta totalmente opuesta. Y ambos pretenden simultáneamente. ¿Por cual decidirse?. That is the question: ese es el problema.
El mayor defecto de Géminis es la exclusiva dispersión, la simultaneidad ya no de dos: de veinte intereses opuestos. De este rasgo se deriva otro no menos grave: la inconstancia.
Un geminiano siempre tiene su personalidad dividida. Si durante la semana dedica su despierto cerebro a las actividades intelectuales para la que está tan bien dotado, los fines de semana, en cambio, sentirá incontenibles de dedicarlos a actividades musculares, no mentales. Se dedicará a deportes que exijan violento desgaste físico.
Al mismo tiempo existe la siguiente paradoja: los nativos de Géminis están admirablemente dotados para realizar cualquier tarea. Nadie podrá realizarla con la facilidad y la falta de inconvenientes con lo que hacen ellos.
Pero...
¡Pero no las hacen!
Se casan, se aburren, no tienen tenacidad, cambian de idea, quieren otra actividad. Exactamente todo lo contrario de Taurus, que rechaza los cambios y las innovaciones.
Por eso los geminianos siempre quieren cambiar. Cambiar, cambiar y cambiar. Un poquito de todo, pero mucho de nada.
El matrimonio no les agrada. El matrimonio supone algo duradero y repetido. ¡Y eso no es para Géminis!. Ellos prefieren ser "picaflores"; ellas gustan de galanteadas por muchos hombres.
La donna è mobille... cantan en Rigoletto, pero esa donna -cualquiera que sea su signo- nunca será tan voluble como el geminiano.
Sin embargo, el geminiano tiene voluntad, mucha fuerza de voluntad: entonces deben hacer un esfuerzo y no dejarse arrastrar por la corriente.
No a la dispersión. Sí a la concentración.
No al cambio. Si a la continuidad.
Géminis no se puede quedar quieto, ni siquiera en sus gestos. Siempre están en movimiento. Caminan, se sientan, se paran, sus gestos son nerviosos, sus manos expresan ansiedad.
El hombre de géminis
Como ya dijimos, al hombre de Géminis el matrimonio no le sienta demasiado. Sin embargo, esto no es una regla. Como toda regla tiene su excepciones. Y, si se los proponen, los geminianos pueden ser excelentes maridos.
La esposa del nativo de Géminis debe colaborar para que su esposo tenga el cambio siempre presente. Ella debe varia, para que cada día su marido encuentre una esposa distinta.
Variar su ropa, su peinado, sus actitudes, su carácter.
Recuérdelo, amiga, Géminis odia la rutina.
La mujer de Géminis
Mucho de lo dicho para el geminiano vale para la geminiana.
Pero, además, las mujeres más destacadas en el mundo por su inteligencia son geminianas.
Su versatilidad e intuición les permite adaptarse perfectamente a las exigencias de su esposo, sin que sea necesario que éste se lo indique expresamente.
Por otro lado, las geminianas son -desde el punto de vista físico- mujeres lozanas y juveniles, que conservan su frescura durante muchos años.
El amor para los nativos en Géminis
La primera regla del amor para los geminianos y las geminianas es la inconstancia.
Hoy se siente locamente enamorado de ésta. Mañana de ésa. Pasado mañana de aquella otra.
Y lo mismo sucede con ellas. ¡Qué rápido se cansan!. ¡Con que facilidad se aburren!.
Todo geminiano no es, en el fondo, infiel, sino más bien curioso: se embarca en cualquier aventura para saber que sucederá. Cuando supo lo que sucedió, se embarcará en otra aventura para ver que sucederá ahora. Y así sucesivamente.
Los mejores compañeros para Géminis son: Aries, Cáncer, Libra y Acuario.