LA EVOLUCION DEL NACIMIENTO HUMANO.
En marzo de 2000 el sur de Mozambique fue arrasado por torrenciales lluvias; Sofía Pedro, una lugareña para salvar la vida subió a la copa de un árbol, estando ahí, se Le presento su trabajo de Parto y parto, dio a luz a un bebé; junto con él sobrevivió en el arbol cuatro días, hasta que afortunadamente para el binomio, fueron rescatados dramáticamente por un helicóptero. Parir en la copa de los árboles no es la forma en que EL ser humano logra sus partos, Las salas de labor y de expulsión en los árboles son inusuales para él ser humano, pero no para otras especies de primates. Por millones de años, éstos se han aislado en Las copas de Los árboles o la maleza para dar a luz. los humanos somos la única especie de primates que busca regularmente asistencia en el trabajo de parto y parto. ¿Entonces cuando y porqué nuestras antecesoras femeninas abandonaron él habito de parir sin asistencia y en forma solitaria? Probablemente, la respuesta a esta pregunta, la pudiéramos empezar a buscar hace más de cinco millones de años, cuando emergieron los primates conocidos como horno, y comenzaron a caminar en forma vertical regularmente. Lo que sí es seguro desde el punto de vista antropológico y debido a los cambios anatómicos de canal del parto, evidenciados por descubrimientos fósiles; a los humanos se nos ha complicado el trabajo de parto y parto, por lo menos desde hace 100,000 años.
En los primates actuales encontramos que los diámetros de la cabeza y los hombros de los bebés, son más reducidos, que él
canal de parto y nacen sin asistencia y aislados en alguna zona de su hábitat. La expulsión del producto, por ejemplo, de los pequeños simios, es con (a madre en cuclíllas y/o en cuatro patas, en cuanto corona La cabeza, la madre se levanta y apoyada en tres " patas", con la mano libre prensa de la nuca al producto, que nace en Occipito-Sacro, lo tracciona y al mismo tiempo ella se queda apoyada totalmente en cuctillas y se lleva al bebé hacia su región pectoral, para que el pequeÑ6o simio se prenda en alguno de sus pezones e inície la succión de la mama materna. La pelvis de tos simios, tiene las mismas dimensiones tanto en su estrecho superior como inferior, en contraste con la pelvis humana. Los bebés simios entran al canal del. parto con su occipucio, descienden y emergen en esa posición, y en la expulsión salen viendo hacia los ojos de su madre. La posición de cuclillas te facilita a la madre ir orientando el trabajo de parto y él cambiar la posición en dos patas y cuatro patas facilita (a orientación de( pequeño simio hacia el exterior, y la expulsión en occipito sacra, te ofrece a (a madre simio en cuando tiene de frente al bebé, aspirar la boca y nariz de su pequeño, para eliminar el exceso de secreciones y facilitarte la respiración. Los infantes simios son lo suficientemente fuertes al momento de nacer para participar activamente en su nacimiento, ya que al liberarse los hombros y tener las manos fuera del. canal de parto, se pueden asir del cuerpo de la madre, y al mismo tiempo que la madre los traccíona hacía afuera y hacia arriba, ellos se jalan hacía afuera.
Recordando en forma breve, el. nacimiento humano, actualmente está en relación a las condiciones de la pelvis materna y las condiciones de [a cabeza fetal; en forma universal aceptamos que la pelvis humana se divida en cuatro planos, para en que en forma asistida podamos evaluar (a rotación y orientación del punto toconómico de la cabeza fetal, la cual puede tener ocho variedades de posición posibles en las presentaciones de vértice. El estrecho superior de la pelvis humana o plano de entrada , se limita, por el promontorio del sacro y el borde superointerno de la sínfisis del pubis; el plano de máximas dimensiones o estrecho medio, se extiende entre la parte media del borde interno de la sínfisis del pubis y la unión de las vértebras sacras 2 y 3; e( plano de mínimas dimensiones (plano de las espinas ciaticas) que está limitado en su parte anterior por el borde interno inferior de la sínfisis del pubis, en la posterior por la articulación sacrococcígea y a los lados por las espinas ciáticas; el plano de salida, en forma de cuadrilátero, limitado por la articulación sacrococcígea, las tuberosidades isquiáticas y el borde inferior de la sínfisis del pubis. Dependiendo de las distintas dimensiones y ejes de los diferentes componentes de la pelvis, en las primates humanas, consideramos cuatro tipos de pelvis, ginecoíde, platipeloide, antropoide y androide; y dependiendo de las condiciones que se presenten en el mecanismos de trabajo de parto, se puede producir en la cabeza fetal humana cambios como pueden ser, e( moldeamiento, asinclitismo, deflexiones incluyendo las presentaciones de cara o variedades de posición posteriores, etc. Si tomamos en cuenta las condiciones que guarda la pelvis femenina humana, antropológicamente, se sabe que la cabeza fetal tiene que realizar una serie de movimientos y rotaciones para reducir sus diámetros e ir pasando a través de los diferentes estrechos de (a pelvis y poder lograr su salida, pero la dificultad al nacimiento de los humanos no termina con la expulsión de la cabeza, al nacer ésta también se deben orientar los hombros y poder extraer el resto del cuerpo del bebé y a diferencia de los parientes primates cercanos el infante humano no puede ayudar a su nacimiento. Si nos remontamos hacía atrás en los antecesores humanos, es posible presuponer que el nacimiento humano no era tan difícil. Hace cinco millones de años vivió el Australopithecus, primate humano, que caminaba erecto, que no tenía cola, pero que se movía como un simio, la pelvis femenina era como la de los monos actuales y creemos que no necesitó asistencia en sus partos.
EL NACIMIENTO ASISTIDO.
La anatomía pélvica paleontológica, es ahora claramente conocida gracias a los fósiles humanos encontrados y podemos estimar el tamaño de los cerebros, considerando las dimensiones de los cráneos encontrados. Los humanos comenzaron a enterrar a sus muertos hace aproximadamente 100,000 años; con base a estos elementos de investigación antropológica, se ha podido estimar la evolución del mecanismo de trabajo de parto y parto de la especie humana. Han sido de mucha utilidad para este tipo de investigaciones los fósiles encontrados como Australopitecus, que no media más de cuatro pies de largo y su cerebro no era más grande que de un chimpancé actual. En la región transval del Sudáfrica, se encontró, un fosil que vivió hace mas de 2.5 millones de años y en Hardar Etiopía, hace más de tres millones de años vivió Lucy; basados en esto fósiles C. Owen Lovejoy de la Universidad de Kent State y Robert G. Tague de la Universidad de Lousian State, concluyeron que éstos fueron los primeros primates humanos que ya se diferencian de los demás. Al intentar reconstruir las pelvis femeninas de éstos, que ya caminaban en forma vertical, se supone que mantienen un estrecho superior amplio y estrecho inferior que empieza a reducirse, dando como resultado que la cabeza pudiera expulsarse posiblemente sin grandes dificultades, pero es muy probable que los hombros tuvieran que rotar un poco para poder liberarse, claro con un movimiento externo de la cabeza del. bebé hacia la región occipito sacra, pero también es probable que no se realizara el movimiento y diera como resultado un 50% de probabilidades en estos primeros humanos de partos más fáciles y/o más difíciles. La bipedestación no fue lo único que dificulto el parto, sino también el crecimiento del cerebro, los fósiles mejor preservados donde es mejor apreciado este cambio en la especie humana, son [os encontrados en Nariokotome Kenia, con una antigüedad de 1.5 millones de años; es un adolescente referido como un niño 'Truhana", Los investigadores han estimado que los familiares adultos del. niño, tuvieron un cerebro de[ doble del. tamaño que el del. Australopitecus, pero una talla 2/3 partes menor que de los humanos actuales. Christopher B. Rufa de la Universidad John Hopkins y Atan Walker de la Universidad de Pennsylvania, reconstruyendo la pelvis de este niño '7ruhana", y realizando un calculo de cómo hubiera sido la pelvis femenina de esta especie humana, concluyen que es muy probable que el mecanismo de parto y parto, no fuera muy diferente al de australopitecus, aunque la cabeza ya presentaba cierto riesgo de atorarse por el crecimiento del cerebro. Pero también existe la posibilidad que la pelvis se expandiera un poco más para permitir el paso de una cabeza mayor. Aunque también es probable que se experimentaran Las primeras asistencias del, parto humano, y en tiempo se estima 2 millones 100 mil años atrás. En Sierra Atapuerca, España, se encontraron los huesos pélvicos de un macho, con 200 mil años de antigüedad; y una hembra en Jinniushan, China, de 280 mil años de antigüedad y otro macho Kebara Neandertal, arcaico horno sapiens, en Israel, de 60 mil años de antigüedad; todos estos huesos pélvicos tiene en común, los modelos femeninos, que ya presentan las características óseas retorcidas, como los de las pelvis humanas actuales. Lo que sugiere que sus bebés con grandes cabezas por tener cerebros grandes, tuvieron que realizar los movimientos de rotación de la cabeza a través de este canal del. parto y la expulsión de los productos fue con la cara en sentido opuesto al de la madre, ocasionando un gran reto a la madre para poder, ella, en forma aislada parir a su producto. Es muy probable que desde el Australopitecus, también haya aparecido la Obstetricia, o sea la asistencia o ayuda en el parto de los humanos. En la actualidad en la tribu Kung de Sudáfrica, del. desierto delKalahari, que es conocida por que se cree que sus mujeres, no reciben asistencia en los partos; se sabe, que en los primeros nacimientos, son asistidas por otras mujeres miembros de su familia o clan y después haber tenido varios partos, se [es deja solas para que tengan a sus hijos. Se considera que estos grandes cambios evolutivos; bipedestación, crecimiento del. cerebro y nacimiento con movimientos rotatorios
de la cabeza, llevaron a la necesidad de asistencia en el trabajo de parto y parto, pero también fue un mecanismo de seleccion natural, para que los individuos que lograran vencer este triple reto, estuvieran mejor dotados para sobrevivir.
CONCLUSIONES
Por supuesto que nuestros antecesores y también las mujeres de ahora, pueden dar a luz solas exitosamente. Los antropólogos que han estudiado a través del. tiempo y en diferentes culturas la atención del parto concluyen que no es tan fácil y que la gran mayoría de las veces tenían y/o tienen asistencia las madres. En la actualidad todas las mujeres en todas las sociedades buscan asistencia para parir, inclusive las Kung. En los cambios y evolución de la pelvis humana, que han permitido al hono sapiens, caminar erecto, se necesita que la mayoría de los productos, en forma natural, salgan con el. occipucio en contacto con el borde inferior del pubis, viendo en el mismo sentido al campo visual de la madre, que en Obstetricia se llama Occipito Anterior, considerando este tipo de expulsión, la madre debería estar en cuctillas en posición ginecológica sería más difícil, para la madre guiar la expulsión sola de su bebé, podría inhibir la habilidad o facilidad, para limpiar la vía aérea del. infante, para remover el cordón umbilical que se encuentre alrededor del, cuello o levantar al bebé hacia su pecho. Si la madre quisiera acelerar la expulsión, podría doblar o flexionar demasiado la espalda del. bebé y causarle alguna lesión muscular o de la columna vertebral. Para los humanos contemporáneos la respuesta a estos retos es buscar la asistencia durante el trabajo de parto y el parto, ya sea por un profesional, partera o algún miembro de la familia familiarizado con los partos. Tampoco podemos olvidar la limitación motora que tiene el bebé humano e incompetencia para ayudar a su madre a la expulsión durante el nacimiento. Se cree que las madres no predijeron los riesgos que pueden ser el nacimiento humano y por ello solicitaron asistencia en el parto, pero sin embargo el dolor, el temor y la ansiedad, es probable que si la llevaron a solicitar compañia y con ello tener mayor seguridad durante el parto. La Psiquiatría, ha argumentado, que la selección natural pudohaber favorecido estas emociones, también comunes durante las enfermedades y las lesiones, [levando a los individuos a la búsqueda y protección del. compañero o miembros del, clan, dándole así una mejor oportunidad de sobre vivencia. Es posible que también la ansiedad y el miedo, sea parte del. proceso evolutivo, y no es de sorprender que las mujeres experimenten estas emociones durante el trabajo de parto y parto. Da como resultado un legado dual evolutivo, necesidad física y apoyo emocional. No debemos olvidar, que durante el proceso de educación para la salud, en el momento actual, se debe enseñar a las parejas humanas, que gracias a la asistencia y/o ayuda durante el trabajo de parto y parto, se ha logrado disminuir la morbi-mortalidad del binomio, pero también hacer hincapié, que éste es el mecanismo de selección de los individuos con que nos dotó la naturaleza, no como se pretende hacer creer que es un simple parto.
Finalmente, cuando Sofía Pedro, logro sobrevivir a las terribles inundaciones que afectaron el sur de Mozambique, por cierto murieron 700 personas; y la prensa mundial mostró imágenes y reseñas derescate de ella y su bebé, jalados por una cuerda, por el helicóptero, desde la copa del. árbol donde dio a luz. La pregunta que varios reporteros te hacían era que como había logrado ella sola en un árbol parir a su bebé; la respuesta la dio meses después, y reconoció que fue asistida por su suegra, que también se encontraba en el árbol.
EL DESEO DE ESTA FORMA DE APOYO PARECE SER TAN VIEJO COMO LA HUMANIDAD MISMA.
Este artículo esta basado, en la publicación que hiciera el Scientific American, en Noviembre del 2001.
Titulo original: The evolution of Human Birth.
Autoras:
Karen R. Rosenberg (Paleonto antropóloga, de la Universidad de Delaware, Especialista en Morfología Pélvica y ha estudiado fósiles humanos en Europa, Israel, China y Sudáfrica).
Wenda R. Trevathan (antropóloga y Bióloga, de la Universidad de Nuevo México State. Especialista en la evolución e historia de la medicina)
DR. GERARDO MANZANARES CARRILLO