AHORA QUE TODOS ESTAMOS EN CAMPAÑA.

 

Por José Francisco Gallardo Rodríguez

La relación de candidatos con el electorado es indispensable en todo proceso político-electoral, el conocimiento que los candidatos demuestren respecto de las necesidades, demandas y expectativas de los electores, es de vital importancia ya que permite identificar alternativas de solución y enmarcarlas en la Declaración de Principios, El Programa de Acción y La Plataforma Electoral del Partido a que se refiera.

Los procedimientos para integrar la oferta política no se limitan a uno solo, pues todo mecanismo para establecer comunicación con la población y captar sus inquietudes, preocupaciones y aspiraciones, es válido como estrategia para integrar un programa en el que éstas se incorporen y se asuman compromisos concretos y realistas en torno a su naturaleza.

La oferta política es el conjunto de propuestas que presentan los candidatos en el marco de las estrategias de campaña a los ciudadanos. La oferta política es un elemento fundamental de las acciones de proselitismo en el que se integran las líneas generales de acción que habrán de seguir los candidatos, de resultar electos, para contribuir a satisfacer las necesidades y demandas de la población.

Teóricamente la oferta política debe estar estructurada con los siguientes elementos: necesidades y demandas de la población, principales logros de la administración pública federal, estatal o municipal, declaración de principios, programas de acción y plataforma electoral del partido correspondiente.

La Declaración de Principios estará sustentada en los postulados políticos que defina el partido en cuestión, por ejemplo: la justicia, la democracia, la libertad, los derechos humanos etc.; por su parte, el Programa de Acción es el fundamento ideológico y programático -del partido político- que orienta su actuación en el cumplimiento de sus compromisos con la sociedad, es decir, es un documento que sirve de apoyo para sustentar las estrategias y objetivos que se pretenden alcanzar mediante el quehacer gubernamental, de esta manera se constituye el eje rector de las acciones de los funcionarios para contribuir al logro de los objetivos de la población. Bueno, todo esto, es en teoría.

La realidad es que los partidos políticos de cualquier corriente, lejos de inscribirse en estas premisas, se dedican a lucrar con las necesidades de la población, a burlarse de los reclamos sociales y en una actitud ruin a buscar sus propios intereses, así vemos luchas internas entre los grupos, descalificaciones del adversario, gastos excesivos en las campañas y precampañas, negociación y manipuleo del voto y de las decisiones ciudadanas en las cúpulas partidarias y finalmente, bajo el manto protector de la "democracia", la inscripción de aspirantes a puestos de elección popular de bajos perfiles y sin escrúpulos.

La próxima legislatura que da inicio el 1º de septiembre de 2006, debería implementar una profunda reforma político-electoral, que fortalezca la representación uninominal para el Congreso, se termine con la fórmula plurinominal, se legisle sobre los gastos y tiempos de las precampañas y campañas, en síntesis, se revise profundamente el sistema electoral mexicano.

México no puede seguir secuestrado por la vorágine electorera, los gastos escandalosos de campaña, y el engaño que los partidos políticos hacen a la población.

¿Quién salvará a nuestro país? Nadie vendrá a hacer por nosotros lo que a nosotros nos corresponde hacer como ciudadanos.

generalgallardo@yahoo.com.mx

 

 

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