PARCAS

 Divinidades romanas del Destino, que se identifican con las Moiras griegas. Las Moiras fueron en su origen, al parecer, los espíritus del nacimiento. Ellas atribuían al niño al nacer el lote que iba a corresponder en vida; y como este lote incluía el momento y forma de la muerte, las Moiras eran unas divinidades temibles, revestidas de tintes siniestros. Hesíodo las hace hijas de la Noche (aunque aparecen también como hijas de Zeus y Temis, y hermanas de las Horas) y las presenta como tres hermanas, cuyos nombres, Cloto (la que hila), Láquesis (la que asigna los lotes) y Átropos (la inflexible), recogen distintos aspectos de estos espíritus. Así, el contenido de la vida individual depende la voluntad de Láquesis; el momento de la muerte coincide con aquel en que se rompe el hilo que va hilando Cloto; y el individuo no puede influir en absoluto sobre las decisiones de estas diosas. A medida que se fue racionalizando dentro de la mentalidad determinista esta dependencia divina del hombre, la imagen de las Moiras fue haciéndose cada vez más abstracta, hasta llegar a convertirse en un concepto que, expresado por el singular -la Moira-, representó primero el lote atribuido a cada individuo y, finalmente, la fuerza misteriosa del destino. En este sentido, la Moira era identificada a veces con Ananque (la Necesidad), ó con Tique (la Fortuna). Sin embargo, a pesar de este proceso de abstracción, la Moira conservó siempre algo del primitivo carácter de las Moiras, ya que aparece identificada con Ilitía, la diosa benéfica protectora de los partos. Por otra parte, la mentalidad popular conserva su idea tradicional de las Moiras, a quienes imaginaban como tres ancianas hilanderas, imagen que, aplicada tambien e las Parcas latinas y obedeciendo a un tabú lingüistico, ha dado lugar al conocido tópico literario de las "Hilanderas".  

PARCAS
CLOTO
LÁQUESIS
ÁTROPOS

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