LA TOVARA

 

Canales cubiertos de manglares y helechos esperan a quien decida navegar en estrecho contacto con la flora y fauna nayarita

 Muy cerca de San Blas, en la costa central de Nayarit, se encuentra uno de los sitios de mayor interés ecológico en el estado y la región, el cual es visitado por turistas procedentes de todo el mundo. Se trata de La Tovara (Tobara), nombre con que se conoce a una zona inundable cubierta por manglares, helechos y pastos acuáticos, y considerada entre las más importantes de México, donde habita fauna silvestre interesante y diversa.

 La Tovara está formada por una extensa red de canales o esteros naturales poco profundos, rodeados y cubiertos de exuberante vegetación tropical, en los cuales es posible navegar y disfrutar del contacto con la naturaleza. 

 

En el extremo sur del Puerto de San Blas se encuentra el embarcadero El Conchal, desde el cual empieza un recorrido por varios canales navegables, mismos que reciben el aporte de manantiales enclavados en las tierras más altas y cercanas a la costa.  

El entorno permite relajarse y sentir la emoción de penetrar en un sitio de extraordinaria belleza, el cual ha sido escenario de varias películas e incontables videos; pero sobre todo es un lugar donde el visitante siente la fresca brisa que lo acaricia o escucha el canto de un ave que endulza el oído. Es un ambiente que ha recibido mínima influencia negativa del hombre, y junto con la cercana Laguna Camalota, representa un adecuado refugio natural para más de 300 especies de aves nativas y migratorias, presentes sobre todo a finales y principios del año.

 

El paseo se realiza en una lancha rápida y, desde el principio, la emoción es intensa, al mismo tiempo que se conjuga con una tranquilidad provocada por el paisaje. Casi desde el inicio del recorrido, una satisfactoria frescura es producida por un gran arco formado por las ramas entrelazadas de los grandes árboles de mangle, cuyas raíces zancudas sobresalen del agua, se prolongan y nos rodean por varios cientos de metros.

 

Mientras avanza la embarcación, podemos contemplar diversos animales que aquí tienen su hábitat, como tortugas que descansan sobre troncos o ramas caídas en el agua o cocodrilos asoleándose en el claro de una orilla, y muchas aves, en especial abundan las garzas de varios colores: blancas, grises y cafés.

 El flujo constante de incontables lanchas en ambos sentidos provoca un oleaje artificial que nos mueve hacia ambos lados. Más adelante, después de pasar sinuosas curvas y recovecos, el paisaje cambia a pastizales de tonos verdosos y arbustos pequeños. Con algunas escalas para admirar varias palapas, plantas o animales únicos del área, la aventura culmina poco después al llegar a un manantial rodeado por densa selva tropical, en cuya gran poza de aguas cristalinas se puede nadar y convivir con tortugas y peces de bellos colores. El lugar rebosa frescura, y cuenta con un restaurante que ofrece platillos típicos de la región y bebidas frías. Es un breve momento para el descanso en tierra firme y recuperar la estabilidad, antes de volver a subir a la lancha.

 

El recorrido continúa hacia un segundo destino. En este intrincado conjunto de manglares y pastizales acuáticos, y siguiendo el curso de un canal más estrecho y similar a un río, se encuentra el Cocodrilario, un proyecto de rescate de estos reptiles amenazados de extinción donde se reproducen decenas y se les da albergue temporal.  

Aquí es posible admirar varias crías del tamaño de una lagartija; otras medianas, como iguanas, y algunas tan grandes con fauces que parecen capaces de devorar el cuerpo de una persona. No es recomendable nadar en estas aguas, pues algunos cocodrilos silvestres merodean en los alrededores y vienen por una ración diaria de comida que les proporciona un vigilante. 

El regreso es más rápido. La estela que deja nuestra lancha se prolonga decenas de metros atrás de nosotros. El recorrido sólo requiere de dos horas, aunque puede prolongarse según el interés de cada grupo o visitante. Sin duda, actualmente Nayarit, con La Tovara, constituye uno de los destinos turísticos mexicanos más ricos en cuanto a su belleza natural, pues aún mantiene virgen su entorno ecológico y se ha preocupado por preservarlo así.

 

Otro buen argumento para visitar el área es el aledaño y legendario Puerto de San Blas, poseedor de un gran colorido, con sus antiguos monumentos de arquitectura colonial y contemporánea, sus cálidas playas y su gastronomía típica.

 

Cómo llegar: La Tovara se encuentra siete kilómetros al sureste de San Blas, y a 62 kilómetros de la ciudad de Tepic. Cuenta con dos embarcaderos: El Conchal, en la entrada al Puerto de San Blas, y La Aguada, en la Bahía de Matanchén. 

Qué hacer: nadar en la poza del manantial. 

Qué no hacer: tirar basura, comprar animales silvestres o sus productos si no están autorizados.

 

Por Salatiel Barragán

Grupo Reforma

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