Reflotamiento

B.A.P. Pacocha luego de su reflotamiento en el Callao.

 

La misión consistía en hacer que el B.A.P. Pacocha vuelva a surcar las aguas del mar de Grau y pueda regresar a su base en el puerto del Callao.

 

Preparativos

El trabajo de reflotamiento del B.A.P. Pacocha demoró 11 meses, desde el 30 de agosto de 1988 hasta el 23 de julio de 1989. Durante ese tiempo todos los buzos del Servicio de Salvamento de la Marina, así como el personal de la base naval del Callao
Apoyando en el sembrado del campo de anclas y el remolque del submarino, etc.

Terminadas las operaciones de rescate de los sobrevivientes del B.A.P. Pacocha, los días 26 y 27 de agosto de 1988, las actividades fueron encaminadas a ubicar y recuperar a los tres tripulantes desaparecidos que se presumía habían quedado atrapados en los compartimientos de popa. Es así como el 14 de setiembre se procede al área de operaciones y se inician los trabajos para ingresar a los compartimientos del submarino. Debido a la profundidad y de acuerdo a las tablas de descompresión, los buzos podían permanecer en el fondo máximo una hora, debiendo descomprimirse por el mismo lapso al salir.

Los últimos días de setiembre, se termino con los buceos de inspección, determinándose que el submarino estaba asentado en el fondo con un ángulo de aproximadamente 6º punta arriba. El lugar del impacto se encontraba completamente enfangado, teniéndose que inyectar aire al compartimiento de controles y así poder detectar las fugas por la avería.

inicio

Estrategias

B.A.P. Pacocha en plano reflotamiento, 1989.

 

Durante las tres primeras semanas del mes de octubre se efectuó el planeamiento inicial, para poder cumplir con la tarea de levantar el B.A.P. Pacocha, de 1 219 toneladas de peso en inmersión y luego remolcarlo hasta el dique en la base Naval del Callao.

Debido a los complejos sistemas del submarino, en el interior de cada compartimento se tenían que maniobrar aproximadamente de 25 a 30 válvulas de diversos tamaños, trabajo que los buzos ensayaron cuidadosamente en el B.A.P. La Pradera, submarino gemelo, ya que disponían de muy poco tiempo de permanencia a esa profundidad y estas debían ser encontradas en lugares muy estrechos, tanteando en la oscuridad, pues la visibilidad era nula, sumándose a éste el difícil acceso con los equipos de buceo.

Se consideró que era vital parchar la avería, de lo contrario todo el aire se escaparía, siendo prácticamente imposible continuar con las operaciones.

inicio

Julio Torres Moreno. Lima 2005
1