EVOLUCION DE LA LUCHA POLITICA DE LOS
TRABAJADORES MINEROS
(Extractado de los Cuadernos de Capacitación N° 1 FSTMB-SIDIS)
PROLOGO
La fundación de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) el 11 de Junio de 1944,en el distrito minero de Huanuni, es consecuencia
de un largo periodo de lucha cruenta y sacrificada por mejores condiciones de
vida y trabajo. Aunque las fechas de fundación de los actuales sindicatos, que
son los que dieron origen a la FSTMB, provienen de 1936 para adelante, las
luchas sociales se remontan al inicio mismo de las labores mineras y los
primeros gérmenes de organización aparecen a principios de este siglo.
El 21 de diciembre de 1942, la oligarquía
tiene que recurrir a la masacre, seguida del retiro masivo, para frenar el
avance de los trabajadores. Sin embargo, este método represivo empuja a muchos
trabajadores y dirigentes a la conspiración junto a militares agrupados en la
logia RADEPA (Razón de Patria) y el MNR (Movimiento Nacionalista
Revolucionario). Un año mas tarde, diciembre de 1943, el régimen oligárquico
era derribado y daba paso al gobierno de Gualberto Villarroel.
Se abre un espacio democrático durante el cual se realizan los I, II y III Congresos Nacionales Mineros
(1944, 1945 y 1946). En ese período del gobierno de Villarroel,
los trabajadores mineros logran una presencia política importante que se
refleja en la conquista de reivindicaciones y planteamientos en contra del Super Estado Minero como el control de divisas, que en
1939, su solo anuncio, provocó el “suicidio” del Presidente Germán Busch.
La caída de Villarroel
provocó la oposición de los trabajadores mineros al nuevo Gobierno que
significaba además el retorno de todo el esquema de dominación de los “Barones
del Estaño”, Patiño, Hoschild y Aramayo..
Es en este contexto que se reúne el Primer
Congreso Extraordinario minero, a los pocos meses del 21 de Julio de 1946, en
el distrito de Pulacayo (8 de Noviembre de 1946). Allí
se aprueba la Tesis que llega a ser el primer documento donde los trabajadores
mineros empiezan a señalar el camino de los explotados bolivianos.
La tesis, constituye un paso adelante en la
maduración de la conciencia de clase, luego de caracterizar al país como
“capitalista atrasado”, fija las tareas de la clase obrera: Tácticas y
Estratégicas. Las primeras de construcción orgánica de su propia fuerza en los
marcos de lucha frontal con el poder político asentado sobre la propiedad
privada de los medios de producción; Las segundas de construcción del
Socialismo cumpliendo previamente las tareas democrático-burguesas, todo dentro
de un proceso de dictadura del proletariado, superando las salidas
mediatizadas.
El documento tiene la claridad de
identificar al reformismo y su papel en el seno del movimiento sindical, de la
misma forma que a las corrientes que con el transcurso del tiempo se llamarán
“nacionalismo revolucionario”. La falencia del documento está en la absolutización de la Huelga General e Indefinida como
método para la toma del poder, sin considerar la presencia del campesinado sin
cuyo concurso y participación no es posible el objetivo estratégico.
Luego de seis años de intensas luchas, los
trabajadores de las minas y las ciudades, el 9 de abril de 1952 convertirán un
golpe de estado en una insurrección popular que destruye al ejército de la
oligarquía, pero por la ausencia de condiciones subjetivas, inexistencia del
partido revolucionario, los trabajadores y el pueblo delegan al MNR la
administración del gobierno.
Este partido se acumuló el apoyo popular
con posturas demagógicas, es obligado por los trabajadores en armas a adoptar
medidas tales como la Nacionalización de las Minas y la Reforma Agraria. La
Embajada de EE:UU: recomendó
la compra del 51% de las acciones de las tres empresas mineras y la
promulgación de una Ley que disponga el funcionamiento de los directorios de la
Patiño Mines, la Hoschild y Aramayo
de Mines en territorio nacional. Esa era la nacionalización de factura
norteamericana pero la presión popular fue mayor. Por eso los gobiernos de la
incipiente burguesía y los monopolios extranjeros pugnan por hacer fracasar la
nacionalización de las minas con medidas atentatorias a su integridad, una de
esas, por ejemplo, es el pago de indemnización. Mientras en el discurso se
mostraban como revolucionarios, acaparando el apoyo popular, en la práctica,
desde el 31 de octubre de 1952 inician el proceso de destrucción de COMIBOL
(Corporación Minera de Bolivia).
Ese es el marco en el que el gobierno del
MNR organiza y realiza el Primer Congreso Nacional de los trabajadores de
Bolivia. Es obvio pensar que el régimen hizo todos los esfuerzos para
garantizar la asistencia de todos sus militantes como delegados al evento,
aunque contaban con una mayoría abrumadora. Por ello no es raro que allí se
hayan aprobado todos los planteamientos del MNR. Se continuó hablando del
cogobierno MNR-COB cuando toda la cúpula de la COB estaba constituída
por militantes del MNR, es decir que demagógicamente se mencionaba cogobierno,
cuando en la práctica solo existía gobierno del MNR. Luego se identificó al
partido o a sus intereses con los de los trabajadores y del pueblo. Se
sustituyó en el CEN (Comité Ejecutivo Nacional ) de la
COB a dirigentes campesinos con
militantes del MNR. Se redundó sobre el modelo boliviano distinto al
“capitalismo explotador” y a “la
dictadura comunista”. En resumidas cuentas se “legaliza” la manipulación de las
organizaciones sindicales por el partido en función de gobierno.
Pero, así como los empresarios y sus
gobiernos se han afanado en sujetar y controlar al movimiento sindical, de la
misma manera los trabajadores han luchado por su independencia de clase como
única garantía de seguir su propio camino, que en ese momento significaba
profundizar la nacionalización de las minas completando la producción de
materias primas con la fundición de estaño.
Los trabajadores mineros que imponen el
Control Obrero con Derecho a Veto en la COMIBOL; aportan el salario de un día
para la instalación de hornos de fundición de estaño, sin éxito; se oponen al
pago de indemnizaciones a los exbarones del estaño;
se oponen al Plan Eder de estabilización monetaria y
después a los planes Triangular y Decenal, se enfrentan a la burocracia movimientista en una y otra oportunidad. Es en este
transcurso que se van desenmascarando el verdadero rostro del MNR, partido que
ejecutaba fielmente la política dictada en Washington y controlada desde la
embajada de EE.UU. en La Paz.
La posición más clara germina en Catavi y Siglo XX, “Territorio Libre de Bolivia”, distritos
donde las corrientes marxistas tienen mayor influencia. Esta es la época en que
la balanza de las fuerzas sociales empieza a inclinarse a uno y otro lado. O
sea que la nueva empresa privada, la que nace después de 1952 y crece
succionando las riquezas generadas por las empresas estatales, intenta borrar
toda la influencia que hubieran ejercido los sectores populares en la
administración del gobierno. Por su parte los trabajadores se oponen tenazmente
a todas las medidas gubernamentales que en la línea de la dominación
norteamericana tienden a liquidar desde ese tiempo como dijimos antes la
economía estatal, obra de la lucha del pueblo contra la propiedad privada. La
fuerza revolucionaria, logra arrancar del seno del MNR a su sector de
izquierda, que en la práctica era el instrumento del gobierno y su partido,
para manipular el movimiento sindical.
En ese contexto, a los once años de la
nacionalización de las minas, se realiza el XII Congreso Nacional Minero en Colquiri. Este
evento es histórico porque vuelve a la línea antiimperialista y de liberación.
Expresa vehementemente la independencia de la clase obrera, ideológica,
política y orgánica, de los gobiernos y partidos de la burguesía.
Sin embargo, hay que recalcar que para
llegar a esto, los trabajadores derramaron su sangre enfrentándose los unos a
los otros en Colquiri ,San José y Huanuni donde el
gobierno del MNR logró mantener, en base a la corrupción y la prebenda, a
grupos de sus partidarios, además que a nivel nacional intentaban la división
de la COB a partir de los ferroviarios y campesinos.
Al terminar el congreso de Colquiri, en el retorno a su distrito, fueron apresados en Caracollo, los principales dirigentes de Siglo XX, medida
que fue respondida con una huelga general indefinida en toda la minería
nacional. El CEN de la FSTMB se constituyó en esos distritos y desde allí se
dirigió el conflicto que ocasionó el
“cerco de Catavi” por fuerzas del ejército
reorganizado por el MNR.
En 1964, el movimiento popular derribó al
gobierno de Paz Estensoro, sin embargo en el último momento, las fuerzas
armadas se interponen entre el movimiento popular y el poder. El pentágono (Ministerio
de Defensa de EEUU) había jugado su carta, encumbrando en el gobierno a dos
generales que iniciaron un largo periodo de dictaduras militares.
En mayo y septiembre de 1965, y en junio
1967 se derramó nuevamente sangre obrera: Catavi,
Siglo XX, las Pampas de la Hilbo (Oruro), Milluni y Villa Victoria en La Paz, fueron escenarios de la
furia fascista pronortamericana.
Esas luchas sangrientas fortalecieron el
espíritu de los mineros que luego de un periodo de clandestinidad mezclado de
“legalidad” se enfrentan a una “apertura democrática” generada por el ex
dictador Gral. Ovando. Este militar que nacionalizó el petróleo (octubre de
1969) luego de declararse “responsable” de la masacre de San Juan (Junio de
1967), fue motivo de presiones tanto de los militares fascistas como de los
trabajadores y pueblo.
El ascenso de los trabajadores y el pueblo,
se refleja en la incertidumbre de las clases dominantes. Los temas de la
revolución y la contrarrevolución eran los principales en todos los niveles y
confines del país. En ese marco se realiza el XIV Congreso Nacional Minero en
Siglo XX, del 11 al 13 de abril de 1970.
El documento de ese evento se aprobará
luego el 1º. de Mayo
del mismo año en el IV Congreso de la Central Obrera Boliviana para
llamarse desde entonces: Tesis Socialista de la COB. Sin embargo era mas ruido y bulla que trabajo concreto y consecuente, en el
camino de la revolución, los partidos “eran mas importantes” cuanto mejores
oradores y más votos tenían, utilizaban así la tribuna sindical como caja de
resonancia para aparentar su “vigencia”. La Tesis no se equivocaba en sostener que
los trabajadores y la nación toda resolverían sus problemas solamente con la
construcción del socialismo; más aún, la conciencia colectiva de trabajadores y
pueblo aprobaba ese camino.
Pero las “vanguardias políticas”, antes que
dedicar su estudio y análisis a la realidad nacional, se perdían en discursos
que trataban de hacer coincidir los acontecimientos revolucionarios de la Rusia
de 1917 con lo que sucedía en nuestro país; inclusive se trató de encontrar en
Bolivia a los personajes de la gesta bolchevique.
Y mientras la “izquierda revolucionaria”
dejaba pasar el tiempo en esos falsos afanes, la embajada norteamericana y los
empresarios organizaban y alentaban a los militares fascistas. El golpe más
importante para interrumpir ese proceso, se da en Octubre de 1970. Luego de la
renuncia del General Ovando y la posesión de un triunvirato, aparece el General
Juan José Tórrez que con el apoyo de la fuerza aérea
y de la COB, asume el gobierno y posterga las ambiciones reaccionarias.
El papel determinante de los trabajadores y
el pueblo en la definición del conflicto militar, permite un ascenso que además
vuelve a demostrar la debilidad en cuanto a condiciones subjetivas. Es evidente
la ausencia del partido revolucionario. La lucha ideológica entre las tendencias
es enconada, se nota visiblemente la presencia del Partido Comunista de Bolivia
(PCB de orientación pro-soviética), el Ejército de Liberación Nacional (ELN que
fundara el Ché Guevara en Ñancahuazú);
el Partido Obrero Revolucionario (POR troskista), el
Partido Comunista Marxista leninista (PCML maoísta), el Partido Revolucionario
de la Izquierda Nacional (PRIN nacionalista revolucionario) y el MNR que
paralelamente a actuar en el seno de la clase obrera, estaba conspirando con
los sectores fascistas ligados a la embajada americana. Si bien se forma el
comando político y la Asamblea Popular, sin embargo existe incapacidad total
para generar por lo menos un frente que se plantee la defensa del proceso, por
el único método que utilizarían los golpistas: el de las armas.
Agosto del 71 marcó el calendario de las
luchas sociales con la gesta heróica del pueblo
boliviano. Los trabajadores desorganizados y desarmados enfrentaron al ejército
bien pertrechado; tanques y aviones definieron la balanza a favor de la empresa
privada y el imperialismo. Se inició un período dictatorial de los mas
sangrientos, caracterizada además, su acción represiva, como sistemática.
La huella que dejó la Tesis Socialista
sirvió en la incansable lucha contra esa y las siguientes dictaduras que
acabaron en 1982, época en la que las “vanguardias políticas” cambian en la
práctica los planteamientos de la Tesis sobre el objetivo estratégico y
prescinden de los trabajadores y el pueblo. En el XIX Congreso Nacional Minero,
Agosto de 1982, realizado en Huanuni, dos tendencias
al interior de la Unidad Democrática y Popular (UDP), plantean cada una, a su
vez, “la vigencia del parlamento 80” y la “convocatoria a nuevas elecciones”
para mejorar la composición de ese parlamento, es decir se plantea la ilusión
de que lo que ocurra en el parlamento, podría definir la suerte de los
trabajadores, cuando en realidad lo que ocurre en el parlamento tiene un solo
objetivo; llevar el proceso democrático hacia una solución derechista.
Manifiestan, además, que los trabajadores y el pueblo no lucharon por el
socialismo sino por la apertura de una “brecha democrática”. Esto, sumado al
plan de la nueva oligarquía generó la vigencia del Congreso elegido en 1980,
que a su vez encumbró en el gobierno a Hernán Siles Suazo, apoyado en una gran coalición autodenominada “de
izquierda, popular, democrática y antiimperialista”.
En noviembre de 1982, al mes de asumir el
gobierno la UDP emite su primer paquete económico con el que define el carácter
de clase del régimen favorable a la empresa privada y contraria a los intereses
de los trabajadores y al pueblo, por ejemplo hasta hoy arrastramos el daño a
los fondos complementarios (N de R. Hoy,
2003, no existen los fondos complementarios) y el beneficio a la banca privada con
la famosa desdolarización. Pese a ello los
trabajadores no bajaron la guardia y continuaron en la pugna por la defensa de
la economía estatal, principalmente la COMIBOL, para cuyo fin se elabora, el
Proyecto de Cogestión.
Resalta la elevada conciencia de los
mineros que pretenden participar en la administración de COMIBOL, precisamente
en los momentos más difíciles de la empresa; después de la nacionalización de
las minas por medio del Control Obrero con Derecho a Veto; en 1970 se planteó
la coparticipación y en 1983 la Cogestión pero con representación mayoritaria.
De acuerdo a este proyecto, la FSTMB debería luchar por modificar la política
minero-metalúrgica y elaborar instrumentos legales para fortalecer la COMIBOL,
los mismos que serían aprobados por el gobierno y en ese camino se contó con la
solidaridad de los trabajadores y el pueblo en general; el monopolio en la exportación de minerales;
la importación directa; la asignación de divisas; la explotación del oro del noreste
del país; fortalecerían a las empresas y redundarían en elevar el nivel de vida
y trabajo de los mineros aparte de generar recursos para el país entero. Este
ejemplo sería seguido por los trabajadores de Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB), Empresa Nacional de Ferrocarriles ( ENFE),
Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), en un proceso de radicalización
de fuerzas, con la empresa privada y el imperialismo; para tal efecto se
sumaría a los campesinos a través de CORACA que abastecería directamente de
alimentos a las minas y a las ciudades. Esta situación generaría el
enfrentamiento de clases, donde los trabajadores y el pueblo tendrían la
posibilidad de llevar a la práctica la Tésis de 1970.
Las
“Vanguardias Políticas” nuevamente se enfrascaron en discusiones
teóricas insulsas. Desde descalificar a la cogestión porque la
consideraban un modo de “colaboración de
clases” y que por ello el régimen no duraría un momento en aprobarla; hasta
condenarla al fracaso porque no podría lograr salvar a COMIBOL, fueron los
argumentos esgrimidos, mientras la oligarquía paso a paso avanzaba en la
preparación de su modelo neoliberal, que quedó expresado en el decreto supremo
del 21060 del cual el gobierno de la UDP fue su antesala imprescindible.
Ese equilibrio precario entre la empresa
privada y el imperialismo frente a la clase obrera y el pueblo boliviano, que
se manifestaba en el afán de los primeros de imponer de una vez y para siempre
su modelo, en el que la conducción del Estado tiene que estar en manos de
ellos, la gestión económica también y los trabajadores y pueblo se deben
limitar a ser productores sin ingerencia en la política nacional y menos
interferir la libre empresa; ese afán de los empresarios no puede desarrollarse
plenamente por la vigorosa presencia de los trabajadores organizados. Ese
equilibrio, pretende romperse con el D.S. 21060. Pero
son los trabajadores mineros quienes se ponen al frente, a veces en condiciones
adversa, creadas incluso por la acción de las clases dominantes que actúan en
su seno por medio de corrientes reformistas y conciliadoras.
Es así que en Marzo de 1986 en el XXI
Congreso Nacional Minero, realizado en Oruro, se aprueba una Tesis como
corolario de planteamientos anteriores que reclamaban votar por Victor Paz, en el parlamento de 1985 porque
frente a Banzer “era el mal menor”.Llegaron a tanto
en su osadía que un día antes de la promulgación del D.S.
21060 propusieron plantear cogobierno con el MNR para llevar adelante la cogestión. En esa
línea, la Tesis de Catavi, así llamada por ser
planteada desde aquel sindicato esgrime todos sus argumentos en torno a la
defensa del aparato productivo, incluso del sector privado. Si bien es evidente
que los trabajadores siempre han defendido sus fuentes de trabajo, han
diferenciado lo estatal de lo privado, porque resulta demasiado oficioso tratar
de defender a la empresa privada desde el seno de los trabajadores, sabiendo
que el poder está en manos de ellos y todo cuanto hacen es para su beneficio.
La protesta causada por ese documento, en un
momento en el que el régimen arremete contra la nación toda especialmente
contra los trabajadores aplicando la libre contratación y la “relocalización” marca su punto alto cuando “la marcha por
la vida” (1986) es suspendida con un convenio que acepta la política
minero-metalúrgica neoliberal dirigida al cierre de las minas.
Más, no serán los mineros los que se mantengan
mucho tiempo con un documento y una dirección equivocados. Por ello, terminada
la marcha por la vida y firmado el acuerdo mencionado, se convoca a un Congreso
Extraordinario, en Siglo XX por un Comité Ad-hoc.
Este Congreso se caracteriza por el acuerdo (conciliación?)
entre las fracciones políticas que llegan a elaborar una “lista de referencia”
(plancha) para el nuevo CEN de la FSTMB que solamente fue aprobada por la
plenaria .
Los trabajadores mineros que resisten
a la “relocalización”
y a los planes privatistas de la nueva oligarquía se fortalecen en el plano
ideológico, para ello retoman los mejores postulados de su historia: de Pulacayo que la lucha de clases es irreconciliable; de Colquiri, que la FSTMB es independiente de los gobiernos y
partidos ajenos a la clase obrera; de la Tesis Socialista que el objetivo
estratégico es el Socialismo y será labrado por los trabajadores del campo, la
ciudad y las minas; del documento de cogestión, que la defensa de las empresas
estatales es una forma de oponerse al saqueo imperialista de nuestros recursos.
Y por eso plantea en el XXIII Congreso Nacional Minero realizado en Tupiza el año 1991 la Resistencia Activa al modelo
neoliberal oligárquico.