Tras la derrota
alemana, Olga -por entonces enamorada de un entrenador olímpico, Albert
Sumser- reinventó su pasado y manifestó haber sido incluida en una lista
negra nazi por discrepar de Goebbels en lo concerniente a la guerra
contra la URSS. Pero lo cierto es que en plena guerra rodó por lo menos
siete films. |
Según el
libro "The
Mystery of Olga Chejova" (de A. Beevor), las
ideas polìticas de Olga Tschechowa pertenecían "a la época anterior al
nazismo" y despreciaba a Hitler y a su régimen. Mientras que en una
de las escenas de
"Hotel Berlin 1933", Olga increpa a su amiga Gretel cuando le propone
escapar de Berlin, diciendo: "ya huí de los bolcheviques, dejando incluso a mi
hija, no repetiré dos veces el mismo error. Ahora soy una sobreviviente
rusa en Alemania y si tengo que sonreír a Hitler para sobrevivir, lo harè...".
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Tras la caída
de Berlín, el SMERSH (servicio de inteligencia militar soviético)
envió a la actriz a Moscú. Allí, protegida por Beria, fue alojada en un
apartamento donde jugó con sus vigilantes y redactó un diario
exculpatorio destinado a ser leído por aquellos, como ilustran estas
reflexiones que contenía: "Por lo que se ve, hay quien dice tener
información de que yo era íntima de Hitler. ¡Dios mío, cómo me he reído!
¿De dónde saldrán tantos infundios y qué pueden pretender?"
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En junio de
1945, siguiendo órdenes de Beria, Olga fue enviada a Berlín. Allí,
tutelada por los servicios de información, fue instalada en una
residencia acomodada (donde convivió con su amante), surtida de
provisiones y con libertad de movimientos. Entonces algunas
publicaciones la acusaron de ser "la espía que coqueteó con Hitler", lo
que despertó suspicacias entre la inteligencia soviética, que se planteó
la posibilidad de que Olga fuese una agente doble. Parece que Beria
trató de preservarla de tales sospechas en vistas a utilizarla en el
futuro. |
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Olga Tschechowa
junto a Adolf Hitler. |
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Desde 1947 Olga permaneció largo tiempo
en su residencia, aunque recibió numerosas visitas, y en 1951 se
instaló en un apartamento de Berlín Occidental. En cuanto a Liev,
permaneció al servicio de Sudoplatov hasta 1949. |
Al fallecer Stalin en 1953, Beria,
convertido en hombre fuerte de los servicios de seguridad y del
Gobierno, concibió un plan para acabar con la confrontación de la
Guerra Fría: ofrecer a EE.UU. la reunificación de Alemania a cambio
de ayuda económica para la URSS. Para tantear la reacción occidental
ante tal propuesta, una de las piezas que deseó mover fue Olga. Esta
fue contactada en junio de 1953 para actuar en tal sentido, pero el
plan quedó en nada, pues Nikita Jruschov ordenó detener a Beria (su
plan fue denunciado como una "patente capitulación ante el
imperialismo"), mientras que Sudoplatov fue condenado a quince años
de cárcel. |
Olga, ajena a tales vaivenes políticos,
reemprendió su actividad fílmica: fundó su propia productora
(Venus-Film Munich/Berlín) y participó en veintidós películas entre
1949 y 1974. Se mudó a Munich en 1950 para impulsar su carrera y
alentó a seguirla a su nieta Vera (la cual tuvo un breve y
publicitado romance en 1959 con Elvis
Presley). |
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"Recuerdos de
un Juez" |
José Luís Parodi
Sánchez |
Al terminar la guerra mundial
, en cuyo espacio se sustituyeron los documentales ’Noticiario
Fox’ por el NO-DO, que se exhibían antes de las películas, saltaron
rumores de que la bella Olga Tchekova (Chejova), que descendía del
ruso Tchecov (Chejov), había sido amiga de Hitler y que la habían
fusilado, mas no fue cierto. Claro está que sí lo fue que
Goebbels, el del pie zopo y genial propagandista, tenía una
corte femenina muy nutrida. |
Como en Cádiz la vida diaria se
normalizó seguidamente -el orden, la disciplina, la
organización, dígase lo que se diga-, en aquel primer invierno
comenzamos a ver cine, que en uno de los tres locales que había
en Cádiz era especialista en películas alemanas. Nosotros, al
menos yo, no habíamos visto ninguna película de esa nacionalidad
-"Cuatro de infantería" no sé si era alemana-, ni por nuestra
edad habíamos presenciado el magnífico cine mudo de los años 20,
con directores como Murnau, Pabst, Long y Lubitsch, entre otros,
huidos a Estados Unidos, por la furia nazi contra los judíos,
que desconocíamos, y acudimos, como espectadores aficionados, al
cine que hacía la U.F.A.
Recuerdo como artistas femeninos a Marika Roch, Zara Leandro,
Lida Baarova, Anny Ondra, Olga Tchekova. Y entre los
varones, a Heinz Ruman, siempre de gracioso ’esaborío’, Hans
Albert, Willy Frist, todos bajo la producción de la U.F.A. que
exhibía películas, bajo el nacional-socialismo, procurando
reflejar las costumbres alemanas. O faltaban guionistas, o no
existían directores, pues la masiva huida de los judíos había
dejado ese enorme vacío. Esto hizo que el cine fuera pesado,
tostónico, aburrido, falto de agilidad y ritmo; tan es así, que
pronto los gaditanos tradujeron la U.F.A. como siglas auténtica
de una frase: "Un follón alemán". |
Canarias, 1992 |
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La hija de Olga |
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En Marzo 1959, la
joven actriz Vera Tschechowa (18 años), hija de Olga, ocuparà la
atenciòn internacional por su intima amistad con el cantanta Elvis Presley.
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