ACÚSOME PADRE

Publicado en Gran Valparaíso

Como muchos, encuentro espantosa la agresión de los Estados Unidos a Irak. Si bien el gobierno de la nación árabe es una dictadura que se ha enriquecido de manera turbia y ha abusado de su pueblo, no creo que la forma de instaurar un régimen más justo sea tapizando de bombas las tierras de Hammurabi. Imagínense si para poner fin a la dictadura de Pinochet hubiéramos invocado el concurso de una potencia extranjera y hubieran arrasado nuestra patria para que "llegara la alegría".

No es la primera vez que la mano del imperialismo gringo se posa sobre alguna nación de diferente cultura y sumida en la pobreza. No será la última. Sin embargo hay algo que me aleja de la simpatía pro Iraquí. Más allá del desprecio por su régimen perverso, no hay nada que me identifique emocionalmente con los mesopotamios, a excepción del sufrimiento de su gente. Por el contrario, el águila malévola del imperio yanqui está muy enraizada en nuestra cultura. Por eso, acúsome padre.

Acúsome padre de ser admirador de varios aspectos de la cultura gringa.

Acúsome padre de considerar genios a Chaplin y Buster Keaton (aunque el primero era inglés y el segundo canadiense), en todos sus cortos y películas.

Acúsome padre de haber visto "Casablanca" como veinte veces, y emocionarme cada vez como si fuera la primera. De encontrar geniales a Laureen Bacall y Humphrey Bogart en "Key Largo" y "El Sueño Eterno". De asombrarme y maravillarme con la insolencia de los Hermanos Marx. De ver una y otra vez, con cara embobada, "Dos Adanes para una Eva", con una encantadora Marilyn.

Acúsome padre de gustar del blues, género nacido en el corazón de los Estados Unidos, e intentar penetrar en el alma negra a través de Robert Johnson y Bessie Smith. De tenerle bastante simpatía al swing, sobre todo a Glenn Miller.

Acúsome padre de amar las películas de guerra gringas, con John Wayne, Robert Mitchum o Robert C. Scott derrochando virilidad en su lucha contra las ratas del Eje. Y también de ser fanático de varias series de televisión sobre el mismo tema, como "Los Tigres Voladores", "Combate" o "Los Comandos de Garrison".

Acúsome padre de ser amante del jazz, de encontrar sedosa y seductora la trompeta de Miles Davis en "Ascensor para el Cadalso" o el saxo de Charlie Parker, las trompetas de Dizzy Gillespie y Wynton Marsalis así como el piano de Thelonius Monk.

Acúsome padre de tener como lectura de cabecera al viejo y querido Charles Bukowski, hijo ilustre de la costa oeste norteamericana y gringo hasta los huesos. De ser admirador y hasta envidioso del talento de Martin Scorsese; de haberme desternillado de la risa con varias películas de Woody Allen, ambos productos 100% neoyorquinos. De encontrar geniales a Terry Gilliam, Jim Jarmusch y a los hermanos Coen.

Acúsome padre de ser fanático de la saga de "La Guerra de las Galaxias" y agradecerle eternamente a George Lucas haber ayudado a definir mi forma de ver el mundo. Así también de ser admirador de la serie de películas "Indiana Jones" y de encontrar varios filmes de Steven Spielberg (como "Encuentros Cercanos del Tercer Tipo") simplemente como obras maestras.

Acúsome padre de quedarme pegado a la pantalla si están dando una de Robert de Niro, Al Pacino, Harrison Ford, Gene Hackmann, James Coburn, Clint Eastwood o Denzel Washington, entre otros.

Acúsome padre de, en distintas ocasiones, haberme enamorado de esbirras del imperio tales como Michelle Pfeiffer, Winona Ryder, Uma Thurman, Sigourney Weaver, Laureen Bacall (la de los años 40-50), Hedi Lamarr (de la misma época), y algunas otras más.

Acúsome padre de ser fanático de la serie "Los Simpson", de haber visto todos sus capítulos (creo) y conocer en detalle las características de muchos de sus personajes, a parte de poder recitar de memoria varios de sus speeches. También de alucinar con los personajes de la Warner Brothers (el conejo Buggs, el pato Lucas, el gato Silvestre, etc.) y encontrar al Coyote y el Correcaminos como la cumbre del arte surrealista. De reirme como un niñito con los capítulos de "Tom y Jerry". De encontrar a la serie "Southpark" más subversiva que todos los discursos antigringos de los melenudos locales. De encontrar a la serie animada del Hombre Araña como lo más notable que produjo la sicodelia. De hallar a "Beavis & Butt-head" como el retrato más acertado de la juventud de los años 90, más potente que doscientos mil estudios sociológicos. Y de considerar a los "Peanuts" (Charlie Brown, Snoopy y compañía) como una maravilla de contenido y síntesis, y también como piedra angular de mi estructura de pensamiento.

Acúsome padre de ser parroquiano de boliches de comida rápida con excepción de McDonalds y Kentucky. De disfrutar de los partidos de la NBA y de la Budweiser, cuando me puedo dar el lujo. De no encontrar nada más rico que una Coca Cola con hielo.

Acúsome padre de haber disfrutado sobremanera ciertas series televisivas muy gringas como "Los Ángeles de Charlie", "Baretta", "Las Calles de San Francisco", "Starskie & Hutch", "Taxi", "Friends", y muchas más que en este momento no recuerdo.

En mi pieza no hay banderas gringas, águilas calvas ni ampliaciones de billetes de a dólar. Soy un crítico de la política prepotente de los norteamericanos, pero su cultura ha dejado en muchos de nosotros una marca indeleble que no podrá borrar ninguna guerra.

Cristián Orellana

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