Si subes a la fuente de la Espina, donde brota el agua de las entrañas
de la tierra, fresca y cristalina, oirás con frecuencia, cada vez
que hagas una parada para recobrar fuerzas, los latidos de tu corazón.
Una vez arriba, entre sorbo y sorbo de aguas plácidas y apacibles,
contemplarás uno de los espectáculos más sublimes de
la naturaleza. |