Cazadores Blancos: Writer's Corner |
Una asesina en Tokyo por Mina Resumen: El destino de los asesinos es la soledad, el dolor, las cicatrices... Disclaimer: Weiß Kreuz © Koyasu Takehito and Project Weiß. |
"Una asesina en Tokyo"
Parte 1
Iba caminando... sí, absolutamente sola. Las calles de Madrid eran más
solitarias durante este período del año. Sentía frío, era frío? a lo mejor
era miedo... no, no podía ser miedo. Ya no recordaba la última vez que
había sentido miedo. O quizás siempre había sentido miedo... pero no me
animaba a enfrentarlo, a decir que lo que estaba sintiendo era miedo. Es
que cada vez que pensaba en ello las palabras de Mani volvían a mi mente...
*Flashback*
-pero tu no tienes miedo Mani?
-ayyyyyyy niña... hace tanto tiempo que convivo con mi miedo que ya ni
siquiera lo percibo, pero sé que ahí continua, en lo más profundo de mi
corazón.
*Fin de Flashback*
Pero cuando trato de recordarla algunas pocas imágenes sueltas vienen a mi
mente, son algo borrosas, desde hace 5 o 6 años que no te veo Mani...
aunque siempre te voy a visitar al cementerio. Pero es en vano, porque sé
que tu cuerpo no descansa ahí.
Seguí caminando, ya había visualizado mi departamento. Mi ¿hogar? No, no
reconocía ya nada como hogar. He vivido por poco tiempo Mani, pero para mi
es una eternidad. Siento mis brazos pesados, y mis pasos lentos. ¿ya soy
vieja Mani? No lo creo, miro mi pasaporte que está en mi bolsillo, 16 años
de edad, eso es lo que dice. Imposible, ¿tan solo 16? para mi fueron 60
años.
Seguí caminando, ahora subiendo a mi departamento, hace más frío. Frío,
frío, hace frío, porque el frío indica que la muerte está cerca, sí, y a mí
la muerte me persigue, no, yo soy la muerte, yo doy muerte... yo soy el
frío. Mani, no me quejo, es todo lo que hago, y gracias a ti puedo hacerlo.
Mi unico propósito en la vida, ¿propósito? No, más bien es todo lo que
puedo hacer, es mi forma de vida aunque no lo quiera.
Llegué a mi departamento, saqué con cuidado las llaves y abrí la puerta.
Desordenado... ja... pero huelo algo en el ambiente... ese olor...
sangre... miro la prenda que está sobre la mesa. Está manchada con sangre.
¿Es mía? No, es la de alguien más. Sangre de alguien más impregnada en mi
ropa. No me sorprende, ya no me sorprende nada.
Me senté en mi sofá, para ver algo de televisión... cuando algo más llamó
mi atención. Una carta sobre la TV, no la había notado antes.
Me levanté y la abrí. Es una carta muy rara. Ahhhhhhhhhh... (suspiro) otro
trabajo.
Hace mucho tiempo que me estaban mandando trabajitos ordinarios.
Simplemente, encargarme de uno, de otro, por venganza, por traición...
simples. Encontrar la presa, acabar con ella, limpiar la sangre de mi arma,
y volver a cobrar la recompensa. Ya no me divertían mucho. Desde que Mani
murió, muchos de nuestros contactos desaparecieron, muchos de los clientes
o socios eran conocidos de ella, porque yo era aún muy pequeña, por eso
tenía que comenzar yo sola. Buscar nuevos clientes yo sola, pero algunos
contactos que eran muy amigos de Mani confiaban en mí todavía, y en
ocasiones me daban trabajos.
En la carta me citaban, era para mañana en la tarde. En el café, Luna
Creciente. Un lugar que no había podido conocer hasta entonces.
Esa noche me fui a dormir sin más.
*
* *
Otra tarde más... en mi ¿corta? vida. Ya era hora de vestirme. Busque
lo indicado hasta encontrar algo más o menos aceptable.. Lo encontré, una
falda, algo corta para mi gusto, pero era lo unico limpio que tenía; con
una camisa blanca bastante cómoda, y una delgada campera. Me miro al espejo
durante unos minutos.
Me comencé a sentir rara, en verdad parecía una chica normal. Pero mi
expresión estaba fría, sonreír, desde hace un tiempo que no sonreía, trate
de hacerlo, ¿una mueca? ¿era eso todo lo que podía soltar?, que triste
parecía. Pero me miro más fijamente, en verdad pasaría como una adolescente
normal si no fuese por las cicatrices, abrí para ver un poco mi camisa y
toqué la cicatriz que me atraviesa el hombro. Me la volví a prender,
después me toqué el corazón, el lugar que guarda las heridas más dolorosas
que con el tiempo se volvieron cicatrices que me cubrieron todo el corazón,
haciéndome una persona fría y calculadora. Pero después de todo era esa la
actitud que necesitaba para hacer mi trabajo.
Salí de mi departamento, eran las 6 de las tarde.
Comencé a caminar por la vereda, un barrio de mala muerte es el mío por
suerte. Y no es porque no tuviese dinero para uno mejor, sino que era mejor
una zona así, después de todo mi profesión no era la de una simple camarera
de medio tiempo. Me reí en mi interior ante tal ironía.
Llegué a una esquina y me tropecé con un grupo de estudiantes, unos chicos
me miraron de arriba a abajo en forma bastante pervertida. Me enfurecí con
esto, luego pensé que ponerme una minifalda había sido un grabe error,
llevaba a mi arma en el bolsillo de la campera y la presione con furia, no,
no debía hacerlo, incluso en mi corazón sabía que no quería, pero lo
hubiese hecho de así me lo hubieran ordenado.
Seguí caminando, hasta que llegué a ese lugar.
Era bastante común, generalmente me citaban en lugares menos concurridos, o
en mansiones lujosas. Pero ese lugar?? tan lleno de estudiante... me
pareció bastante extraño.
Entré cuidadosamente, y me dirigí a una mesa vacía, tome asiento. Me sentía
como siempre en cualquier lugar público, desadaptada. Pero después de todo,
era eso lo que era.
Noté que comencé a llamar la atención de algunos estudiantes y eso me
alarmó un poco, pero para mi suerte alguien entro y captó toda la atención
de la gente. Era una mujer muy bonita, con un cuerpo bastante bien formado,
era pelirroja y tenía unos ojos muy bonitos, cosa que llamó más la
atención.
Enseguida la vi. y supe que era mi cliente, porque portaba un arma que
llevaba escondida en su vestido.
Me miró y fue directamente a mi mesa, tomando asiento. Era una mujer
pelirroja, dos mechones de cabello caían delicadamente sobre sus hombros.
Vestía muy sexy y sus ojos eran grandes y bonitos.
-Buenos días- me dijo, su español era muy notable.
-Buenos días, ¿usted me mandó la carta?- directamente pensé en ir al grano.
-Un placer, soy Manx.
-¿Cómo? ¿Manx?
-En este rubro si das tu nombre verdadero estas muerto, no crees?
-...- me sonroje un poco, después de todo llevaba años en esto y esa
pregunta había sido más que obvia.
-Señorita Bianca, en verdad me he quedado muy sorprendida al verla. Pensé
en encontrar a una mujer de 20 años mínimo.
-En este rubro si das tu verdaderos datos estas muerto...
-Jajajaja... es verdad. Pero dime ¿cuántos años tienes entonces?
-Tengo 16 años.
-Uhmm...(se notó pensativa)
-Escuche, si no confía en mi habilidades solo por mi corta edad no debería
en molestarse en contratarme- dije frustrada.
-Para nada, eso es lo de menos. Es cierto que tienes muy buena reputación
en el bajo mundo... por eso te necesitamos como soporte en nuestro grupo.
-¿Soporte? discúlpeme pero yo trabajo sola. Solo dígame a quien hay que
matar y cuanto es la paga.
-Tranquila tesoro, es más complicado de lo que crees. Este no es
simplemente un trabajito de una persona y ya. Es más duro. Por eso te
necesitamos.
-¿Cómo es eso?
-El señor Persia me ha mandado a buscarte, para hacer de soporte a Weib
Kreuz. La organización Kritiker te necesita.
-¿Cómo, y eso que es?
-Un grupo de asesinos que se encargan de todos aquellos criminales que
están por encima de la ley.
-¿Pero....?
-La paga será generosa jovencita. Y si el señor Persia te necesita, es
porque realmente debes de ser muy buena...
-...¿por cuanto tiempo será?
-Hasta que la misión acabe...
-¿En donde?
-(Manx esbozó una sonrisita) en Tokyo...
* * *
Estaba empacando... ya desde hace un buen tiempo que no empacaba... me
estaba acostumbrando a dicho
departamento...
Japón... pensaba, jamás había ido a Japón. Conocía LA, Italia, Francia,
Argentina, Brasil, Alemania, hasta España, pero no Japón... Tan joven...
tan vieja... y ya concia todo eso. Una vieja sin rumbo, eso soy Mani.
Bueno Mani, me voy otra vez. La forma de vida que tu me enseñaste me manda
a Japón, tan lejos Mani? ¿Qué me esperará allá?
No estoy segura, esta vez tendré que trabajar con otras personas Mani,
persona que como yo son las brisa de la eternidad. La muerte... gente
fría... porque la muerte se siente fría... ¿no es lo que decías Mani?
Tome un taxi hasta el aeropuerto, quería despedirme de ti Mani, pero sé que
seria en vano... despedirme de un trozo de piedra que tiene tu nombre no es
muy práctico.
En el aeropuerto me encontré con esta mujer llamada Manx, con quien viajé.
-¿Tu nombre real es Bianca?
-No, Bianca es solo un seudónimo que uso.
-Eso pensé. Supongo que mantendrás ese seudónimo ya que no ingresas
oficialmente al Weib Kreuz.
-Señorita Manx, ¿podría suministrarme más información sobre Weib Kreuz?-
pregunté con mi clásico tono frió.
-Es un grupo de asesinos. Está conformado por cuatro jóvenes. Abisinio,
Balinés, Siberiano y Bombay.
-¿Más seudónimos?
-Pero... ya los conocerás...
*
* *
Tokyo, Japón
-Llegamos señorita Bianca, espero que la ciudad de Tokyo sea de su agrado.-
dijo Manx
-...- me mantuve seria como siempre.
-Bueno, vámonos. Primero tenemos que encontrarnos con el señor Persia.
-Bien...- murmuré.
Es cierto Mani que Japón me sorprendió mucho, es verdad, solía viajar, pero
ninguna ciudad había a llegado a perturbarme tanto como esta. Recuerdo que
en Italia y España sentí paz... pero aquí sentí cosas que nunca antes había
sentido. Del aeropuerto fuimos a conocer a ese tal señor Persia, tenía
mucha curiosidad. Cuando al fin llegamos me sentí un poco tensa, cosa que
no entendía, ya que nunca había temido o me había dejado intimidar con mis
clientes. Pero esto era algo más, sentí que volvía a los viejos tiempos,
cuando aún estaba Mani, en Francia, cuando la misión con Roché todavía
estaba pendiente.
Lo ví, era ese extraño hombre.
-Señor Persia, aquí traigo al soporte- dijo Manx
-¿Es quien yo pedí?
Ambos hablaban en japonés, por eso no logré entender muy bien lo que
decían...
-Sí señor, la señorita Bianca- me presentó.
-uhmm...(se mostró pensativo por un momento) es algo joven...
-Aún así mi capacidad es bastante superior a la que usted cree señor.- dije
en español- No entiendo muy bien el japonés, pero aún así se que esta
cuestionando mi edad...- me mostré ofendida y desafiante.
-uhmm... desafiante...-dijo en español- y esos ojos, fríos y duros, propios
de alguien que ha matado muchas veces... Muy bien. Ella es lo que
necesitamos, no me equivoqué, buen trabajo Manx.
-Gracias señor Persia.
-Señor Persia...-dije algo aturdida ante el último comentario- me gustaría
que me diera más información sobre el caso, y sobre Weib Kreuz.- ahora con
algo de valentía, pero con el mismo tono lúgubre que tengo.
- Eso se le proporcionará nuestra base de datos. Manx, lévatela- dijo con
tomo duro.
-Sí señor.
Manx me tomó del brazo y me sacó del lugar y me llevó hasta una florería.
Seguía en silencio, dulce silencio. Recuerdo Mani que tu me dijiste que el
silencio absoluto no existía, porque el silencio era la carencia de vida.
Era verdad, cada vez que eliminaba a alguien todo se envolvía en silencio.
Manx me miraba de reojo.
-¿Por qué me mira así?- pregunté con mi tono desafiante y peligroso.
-jaja ( se rió por un momento) no eres mala...
-¿Cómo?- me asombre muchísimo.
-Eres una muchacha buena. Pero te gusta aparentar que eres una chica dura.
-Si quieres sobrevivir en este rubro tienes que ser de esa manera.
-Bueno, cuando vuelvas a España sé que no pensaras igual...
-...- mi asombro fue en aumento.
-Bueno, ya llegamos.- nos detuvimos en frente de una florería.
Aún estaba asombrada por el comentario de Manx.
-Vamos, ah! es cierto que no comprende el japonés?
-Bueno... no, pero no me tomará tiempo aprenderlo, ya he pasado por esto
antes.
- De todas formas tendrás que comunicarte usando el inglés.
-En eso no tengo problema.
-Muy bien señorita Bianca.¿Puedo llamarte Bianca?
-... claro.
-Bien Bianca, es en esta florería.
-¿Coartada?
-Jaja... entendiste bastante rápido, nadie sospecha de una florería.
Esbocé una ligera risa en mi rostro.
-Esperame un segundo en la entrada. Ya vuelvo.
Manx entró, y me hizo pasar a la florería. Era una especie de
florería-vivero, estaba muy bonita. No sabré mucho de belleza, pero sé lo
que me gusta, y ese lugar resultó tan cálido que me sentí incómoda, pero
extasiada por el aroma fuera de lo común que lo inundaba. Manx subió al
segundo piso. Yo seguía con la maleta sujeta a mis manos. No estaba pesada,
porque mis pertenencias no eran muchas, vi un espejo en una esquina y
caminé lentamente hasta el. Me miré, mi semblante no había cambiado, estaba
vestida con una falda corta, en verdad estaba haciendo calor, y non estaba
para ponerme un pantalón largo. Y llevaba una camisa, de mangas cortas. Mis
aspecto no era como lo que realmente soy, mire mi rostro, mis fríos ojos
eran iguales que siempre. Mani, tu siempre me decías que mis ojos eran
bonitos, eran de color miel verdosos, cuando estaban lleno de brillo. Pero
ahora, opacos. Recuerdo cuando me despreciaste, odiaste en lo que me habías
convertido, pero yo no me arrepiento Mani, porque esto es lo que estoy
destinada a ser.
De pronto escuché unos pasos que me sacaron de mis pensamientos, volteé
para ver quien era. Era un muchacho, de cabello rubio oscuro, no era muy
alto, apenas tenía mi misma estatura, es más, creo que yo era más alta que
él. Tenía un rostro lleno de calidez, y sonreía mucho. Sus ojos eran
azules, y venía vestido con unos shorts y una remera azul.
-Konichiwa,watashi tte Omi desu,¿ Anata-sama no namae ha?- me dijo con su
enorme sonrisa.
-...- no contesté puesto que no había entendido más que Konichiwa.
-OH, discúlpame. ¿No hablas japonés?- me preguntó en inglés.
-No.-dije seriamente en el mismo idioma.
-Te decía que mi nombre es Omi. Mucho gusto, ¿cómo te llamas?
-Bianca...-es todo lo que dije.
-Que bonito nombre, jamás lo había escuchado antes. Bianca-chan. Subamos,
Manx me pidió que te hiciera subir, arriba están los otros.
-...- no dije nada, como era posible que ese muchachito insolente me tomara
tanta confianza. Pero por parte hacia mucho tiempo que nadie me trataba con
tanta naturalidad.
-Dame tu equipaje, yo lo llevaré.-dijo tratando de quitarme la valija de
las manos.
-No, yo puedo sola. Solo limítate a llevarme con Manx.- otra vez usé mi
tono amenazante.
En verdad no quería hacerlo, pero simplemente así soy yo. El muchacho se
puso serio por unos segundos, y después me volvió a sonreír.
-Como quieras, sígueme.
Comenzé a seguirlo hasta que llegamos a lo que parecía ser su casa. En una
especie mini-sala (las casas japonesas son bastante pequeñas) donde se
encontraba Manx, en compañía de tres muchachos más. Un momento, ¿esos eran
los miembros del Weib, no era posible. Eran bastante jóvenes, de seguro no
tenían más e 25 años... realmente me quedé asombrada.
Ellos también se asombraron un poco cuando me vieron entrar, de seguro no
esperaban alguien tan joven como yo.
-Pasa Bianca.-dijo Manx en español.
-¿Ano ko?- dijo uno de cabello moreno con una cara muy inocentona.
-Ella es Bianca.-dijo el chico que se había presentado como Omi.
-Hola, es agradable conocer a tan hermosa muchacha- se me acercó uno de
cabello castaño claro hasta los hombros. Era bastante alto y parecía el
mayor.- Mi nombre es Youji.
Quiso tomarme de la mano, pero cuando lo hizo inmediatamente me aparté de
este, quien me miró con un semblante confundido.
-Ya basta Youji-dijo Manx
-No te pongas celosa...-se acercó murmuró unas palabras en japonés. En ese
momento Manx murmuró otras palabras en el mismo idioma. Y Youji se sentó de
nuevo, mientras que otro chico se comenzaba a reír.
-Bianca, ya conoces a Omi y a Youji este es Ken- señaló al chico que no
paraba de reír- y él es Aya. Hizo un ademán con la mano mostrándome a un
chico de cabello rojizo con pinta de rebelde. Lo mire atentamente, ni
siquiera me dirigía una mirada, tenía los ojos vacíos, sí, como los de un
asesino, como los míos. Estaba triste, eso lo podía notar.
-Ken, muéstrale su habitación. Ya es tarde y debe estar cansada por el
viaje.- dijo Manx guiñándome el ojo.
-E-contesto Ken.
Entendí que simplemente E quería decir Sí. Ken se dirigió a mi con una
sonrisa, tomó mi valija antes de que yo pudiese decir cualquier reproche, y
me hizo señas de que lo acompañara. Le seguí el paso.
-¿estás cansada? Es un viaje muy duro de España a Japón, me imagino. Esta
es tu habitación, era de Omi anteriormente, pero no te sientas incómoda.
Bueno... será mejor que me calle, estoy hablando tonterías... jaja- se rió
algo tonto. Bueno, si quieres tomar un baño avísame.
-Prefiero dormir.
-Deacuerdo, entonces nos vemos.
Entré a la habitación, me encontraba realmente cansada, pero al mismo
tiempo desconcertada de estar ahí, viviendo esa situación. Miré a mi
alrededor, estaba muy bonita. Bastante limpia, y ordenada, algo a lo que no
estoy muy acostumbrada.
Abrí mi maleta que se encontraba sobre "mí" cama. Busqué algo para ponerme.
Me quite la ropa cuidadosamente y me puse ese especie de camisón que tengo
desde hace un tiempo. Me acosté, pero no dormí, solo estaba ahí, acostada
mirando al techo.
* * *
-¿Ya te vas Manx?- preguntó Omi.
-Antes... quiero preguntarles lo que piensan de esta muchacha- se mostró
tranquila, pero algo intrigada.
-Está muy bonita, ¿será realmente profesional?- se aventuró a decir Youji.
-Eso creo Youji-kun. Su rostro es el de una persona que ya ha matado en
numerosas oportunidades- dijo Ken.
-Aún así, no creo que sea mala.-defendió Omi.
-Tiene...-dijo firme Aya mientas que todos lo miraban atentos- cicatrices
en las manos, como las de una daga.
-¿Y eso que significa?- preguntó un Ken despistado.
-Todavía no lo sabemos- contestó Manx.
-Esta muy bonita, lástima que tiene aspecto de ser pariente de Aya,
demasiado seria.
-Aún así es muy joven para ti Youji, tan solo tiene 16 años.
-¿16 años????, pero si es casi más alta que Omi-hizo notar Ken.
Youji comencé a reír y Omi se encontraba totalmente sonrojado.
-Antes de irme, Omi, quiero que la ayudes con su aprendizaje del japonés
serías más útil si así fuese, está acostumbrada a adaptarse a un nuevo
idioma debido a los viajes que hace. También necesito que le facilites
información sobre el caso.
-Sí.-Omi asintió con la cabeza.
-Y Ken, ayúdala a familiarizarse con todo.
-Claro...- dijo el chico.
* * *
Me dormí profundamente, recuerdo que desde ese día comenzé con mis
horrorosas pesadillas. Me desperté abruptamente y muy agitada. Respiré
profundo, y sentí que algo en el hombro me quemaba, me agarré de la
cicatriz que me dolía bastante, lancé un profundo gemido silencioso. Cuando
el dolor cesó me levante cuidadosamente de la cama. Entonces me sorprendí
mucho, en la mesa de luz había una flor, no recordaba que estuviese antes
ahí. Me acerqué a verla, parecía muy fresca. Esta en un lindo florerito muy
delgado, que era transparente, de vidrio color azul. Que bonito que era. La
flor era de color amarillo y desprendía un olor muy fuerte, que era
bastante agradable.
"Una Genciana", pensé para mis adentros. ¿Pero quién la habrá puesto allí?
Me puse de pie y tomé el florero hasta acercar la Genciana a mi rostro.
Desprendía un olor embriagante. La volví a dejar en la mesa de luz y me
dirigí al mueble guardarropa para cambiarme. Noté que mi valija no estaba,
y eso me preocupó. Abrí uno de los cajones y encontré mucha ropa en el. "Es
de alguno de los chicos" pensé, pero cambie totalmente de idea al
percatarme de que debajo había ropa interior femenina. Después vi. que
había una nota que decía más o menos:
"En verdad eres bonita, pero pensé que un cambio de guardarropa te caería
bien,
no lo tomes como iniciativa propia, el señor Persia me ordenó hacer esto,
se supone que los miembros de Weib tienen que pasar por desapercibidos por
la sociedad.
así que tómalo como una orden directa.
Manx"
Quedé muy frustrada al respecto, en verdad me molestaba que me limitaran
hasta el punto de no poder escoger lo que iba a vestir. Pero me
tranquilicé, no podía ser tan malo después de todo. Escogí algo más o menos
pasable, pero esa ropa no era del tipo que yo solía vestir. Me puse un
vaquero muy ajustado para mi gusto, y una musculosa que me andaba un poco
ceñida al pecho. Sin duda no era de mi gusto. Me recogí el cabello en una
cola alta, no me había percatado de lo largo que tenía mi pelo, en verdad
ya tenía que cortarlo. No era muy práctico.
Salí de mi habitación, y me sorprendí al notar que no había actividad,
"¿será muy temprano'" pensé, pero mis pensamientos se vieron interrumpidos
por unos ruidos en la florería. Pensé en bajar, luego medité si eso sería
un error, aún así bajé lo mismo.
Me encontré con uno de los muchachos, me esforcé por recordar su
nombre...¿Cómo se llamaba?... él se veía tan contento, estaba tarareando
una melodía, mientras que arreglaba unas flores. Sí, se llamaba Ken, era el
mismo que me había acompañado hasta mi habitación la noche anterior.
Enseguida se percató de mi presencia se dio vuelta para enfrentarme.
-Buenos días Bianca-chan, ¿dormiste bien?
-...tú...pusiste la flor en la habitación... ¿verdad?- pregunté con un tono
frió que usualmente uso.
-eh? Sí, ¿te gustó? en realidad mi idea era de ponerte tu flor favorita,
pero como no sabía cual era puse mi flor favorita...
-Una Genciana...es una flor un poco peculiar, son muy útiles, increíbles
plantas medicinales, es usada como febrífugo- dije interrumpiéndole.
-Jaja... sabes bastante.- estalló en carcajadas.
-Es mi trabajo, algunas plantas con frecuencia se utilizan como drogas. Es
un tema que tuve que aprender.
-Aún así... te gustan las flores, ¿no es verdad?- me intimidó con una
simple sonrisa.
Me mostré confundida ante tal pregunta. No supe que contestar y Ken se dio
cuenta. Me sonrió porque ya había adivinado mi respuesta.
-Ven, mira esto- me jaló del brazo hasta quedar en donde él estaba
trabajando.
Este gesto en verdad me dejó anonadada y algo molesta. Me estaba manejando
física y emocionalmente a su antojo.
-Puedes decirme que flores son??- me dijo, mostrándome varias flores de
diferentes tipos y colores.
-Son Orquídeas, no trates de confundirme, aunque son diferentes son todas
orquídeas. Paphiopedilum, Orchis longicruris, Huntleya meleagris,
Dendrobium phalaenopsis, Ngraecum sesquipedale, esta... una Cattleya.
-En verdad que sabes mucho, lamento haberte subestimado.- se rió
enérgicamente.
Yo sólo me limite a mirarlo e hice una ¿mueca? casi una sonrisa, "casi".
-Bianca-chan, ¿no tienes hambre? Vamos a desayunar.
-eh...claro.-susurré.
Nos dirigimos a la cocina, donde Ken comenzó a preparar el desayuno.
- Bianca-chan...
-Sí?...
-En verdad esa ropa te queda muy bien- me dijo sin darse la vuelta mientras
cocinaba.
Yo sentí que mis mejillas comenzaban a arder en llamas, a Dios le agradecí
que no se hubiese dado vuelta, porque no quería que me viera con el rostro
tan rojo. Él seguía preparando mientras que yo estaba en la mesa, mirando
con cuidado cada paso que daba para preparar eso que ellos llaman
"desayuno".
Yo lo miraba anonadada, ¿ESE era un ASESINO? no me lo podía creer. Tanta
vitalidad, tanta inocencia, parecía que en todo lo que hacía ponía la vida,
¿incluso cuando mataba?. Que parecido a ti Mani, en verdad te le asemejas.
¿Habría sido yo igual si no hubieras muerto en ese entonces? Jamás lo
sabré.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos de nuevo cuando Omi llegó. Llevaba
su uniforme del colegio.
-Buenos días Bianca-chan y Ken-kun!!- dijo enérgicamente.
-Buenos días Omi-kun- dijo Ken.
-...buenos días...Omi- dije otra vez con mi tono inexpresivo.
- Es muy temprano Ken-kun, ¿qué hacías despierto?
-eh? bueno, yo estaba...jaja, no hacía nada en especial- me guiñó el ojo
-Bianca...-me dijo Omi mientras engullía una tostada- Ahora tengo clases,
pero cuando vuelva te daré lo que pediste.
-Eh... sí, claro.- al principio no tenía idea de lo que hablaba, pero luego
recordé que Persia me dijo que alguien de aquí me hablaría de la misión.
Supuse que Omi era ese "alguien".
En ese momento Youji llegó y se sentó a la mesa haciéndonos compañía. Justo
en ese instante Ken se sentaba a la mesa dejando una extraña mezcla en la
misma.
-Buenos días todos. ¿Esto que se supone que es?- miró por encima de sus
lentes.
-Es... una mezcla de huevo, con algo más que Ken inventó- se burló Omi.
-¿Esto que es?- se acercó Youji hasta quedar frente al plato, mientras que
un Ken algo enfadado y ofendido solo era testigo.
-¿Y se supone que tengo que comerla?
-¿Esto es natilla?- preguntó Omi divertido,
-¡Quién seria tan estúpido como para ponerle natilla!- se burlaba Youji-
Aunque esto parece queso....
Omi y Youji estallaron en risas, en verdad me enojé un tanto. Encima que
era comida ellos se reía así, Ken había hecho su mejor esfuerzo. Yo, que
permanecía inmóvil, tome un tenedor y agarré un pedazo llevándomelo a la
boca. Todos, incluyendo Ken, me miraron impresionados.
-¿Cómo pudiste hacer eso?- me preguntaba Youji.
-¿A qué sabe?-preguntó divertido Omi.
Terminé de tragar.
-...no está feo...-fue todo lo que dije.
Youji se aventuró y me imitó.
-Es verdad... no sabe nada mal...-dijo el mismo.
-Esta rico!!!-dijo Omi tras imitar a su amigo.
-Disculpa Ken-kun esto esta bastante bueno.
-Lo ven, lo más importante es el sabor, no la apariencia.-dijo Ken.
-¿Pero cómo se llama?- preguntó Omi mientras seguía comiendo.
-No sé... tengo que pensarlo.
-Ey, Ken-kun, ¿donde está Aya-kun?- dijo Omi.
-Salió muy temprano.-sólo se limitó a decir.
-Ya me voy- se puso de pie Omi- no quiero llegar tarde.
Omi se fue corriendo, mientras que Ken lo imitaba.
-También me voy, tengo que terminar unas cosas en la florería.
-Ken! un momento, ¿quién va a lavar todo esto?- se quejó Youji.
-Yo preparé el desayuno, al menos lava los platos, ¿no te parece?- se burló
Ken.
- Ahó...-se quejó por lo bajo.
-Yo puedo lavar los platos...
-Eso no, no permitiré que una bella señorita haga tal cosa-me guiñó el ojo.
-estoy acostumbrada a hacer cualquier tipo de trabajo sucio...
Mientras Youji comenzaba a lavar, y claro, una que otra maldición en
japonés decía, yo bajé de nuevo a la florería, no supe el porqué, pero ese
lugar me gustaba mucho. Me encontré con que Ken se volvía a poner el
delantal.
-¿Ya vas a abrir?-pregunté tímidamente.
-Eh?-se dio la vuelta para verme-Sí Bianca-chan.
No le di mucha importancia a su respuesta, y comenzé a recorrer
silenciosamente el lugar. Dibujando cada detalle en mi mente, yo sabía que
pronto viajaría de vuelta a España, quizás, o a lo mejor iría para
Argentina, pero ese lugar era tan bonito que quería llevarlo en mi memoria
por siempre.
Me acerqué a el enorme vidrio de la ventana, tenía escrito unas letras,
claro que en Japonés, sería el nombre del lugar supuse. Me esforcé en
leerlo, pero lo unico que pude entender fue la palabra neko, que quiere
decir gato. Algo frustrada, le dirigí una mirada a Ken.
-oye... me puedes decir que dice?...
Él se acercó hasta donde yo estaba y señaló lo que iba leyendo.
-Koneko no sumu Ie...-dijo
-...y eso... que signi...
-La casa de los gatitos- me volvió a sonreír.
* * *
Esa tarde en verdad me aburrí, estaba esperando con ansias la llegada de
Omi. Quería saber ahora mismo por lo que había tenido que venir a Japón. Me
encerré en mi habitación, Aya no tardó en llegar, sentí que se metió en su
cuarto, que quedaba frente al mío. Me sentía una completa inútil allí,
tenía muchas ganas de comenzar con mi trabajo. Omi iba al colegio, mientras
que los otros se encargaban del Koneko no sumu Ie, yo en verdad me sentía
una molestia en ese lugar. En mi cuarto me puse a buscar algo con que
entretenerme. Encontré a mi dulce compañera de la muerte; mi espada. Era
una espada corta bastante pesada, pero con los años ella se había vuelto
parte de mi cuerpo, como una más de mis extremidades.
No tenía idea de cuanto tiempo estuve allí, pero pasó muy rápido. Entonces
me comenzé a aburrir mucho, ya estaba harta de esa situación. Estaba en un
país raro, con gente rara, sin mi idioma, y ni siquiera sabía que tenía que
hacer. Ese tonto de Omi me había dicho que me diría todo pero no lo había
hecho. me harté de una vez, y salí disparada a la bendita florería. Pocas
eran las veces que me enojaba, pero estaba vez creí haber perdido la
paciencia.
-Tranquilo Ken-kun, no...- dijo Omi al ver como Ken maltrataba las flores,
-Ya sabes que soy algo torpes con estas...- dijo Ken afligido.
-Mira Ken, son bonitas y frágiles; como mujeres. Así que imagina que son
mujeres, trátalas con delicadesa y te darán lo que estás buscando...-dijo
Youji.
Ken y Omi, incluso el mismo Aya miraron confundidos a Youji. Al parecer no
se había percatado de mi presencia.
- ¿Una mujer???- preguntó Ken.
-Sí, yo creo que la comparación de Youji-kun es bastante acertada. Estas
flores son muy delicadas y pequeñas, por eso hay que ser más cuidadosos
todavía, para no dañarlas...- explicó con una sonrisa Omi,
- Bien... trataré...
-Omi...- dije yo mientras que todos, a excepción de Aya, se dieron la
vuelta para verme.
- Bianca-chan...- me dijo Ken con una encantadora sonrisa; y yo caí sin
quererlo terminé por sonrojarme. En verdad odiaba eso, no me gustaba
mostrar mis sentimientos de esa manera. Pero cuando él sonreía de esa
manera tan inocente yo... perdía el control de mis emociones.
-Omi, me prometiste...
-Sí, disculpa. Vamos a mi habitación, ¿quieres?- dijo Omi mientras se
quitaba el delantal.
Nos dirigimos a habitación de Omi, lo primero que hizo fue sentarse frente
su computadora y me invitó a imitarlo. Miré alrededor, estaba algo
desordenada, bastante diría. Cd´s regados por doquier, una consola tirada
en el piso, y algo de ropa en la cama distendida. Posters y todo tipo de
cosas. Sin duda la habitación de un adolescente.
Estuvo unos minutos en silencio, es cierto que el silencio es uno de mis
mejores compañeros. "Silencio y velocidad" me decías Mani "para tener un
trabajo limpio y seguro" porque ese siempre fue tu estilo, que imité y
amoldé a mi forma.
Pero en esos momentos me molestaba que él hiciera tanto silencio, porque
tenía muchas ganas de saber.
-Hace unas dos semanas comenzaron las desapariciones de jóvenes. De entre
15 y 20 años. De los 9 reportes a la policía, sólo dos son varones, y el
resto chicas. Fueron encontrados 4 cuerpos, todos en lugares muy alejados
unos de otros.
Yo prestaba mucha atención a cada detalle. Pero Omi volvió con su silencio.
- ¿Estás lista? Espero que tengas buen estomago...- dijo dándome una
sonrisa dura.
-Suelo hacer los trabajos sucios...- contesté de igual manera.
- Entiendo...- dijo con cierto lamento en su voz.
Yo seguí con los ojos puestos en él y en la computadora de vez en cuando.
En la pantalla apareció una fotografía, de una chica completamente desnuda
con el vientre abierto.
- Este cuerpo fue hallado hace dos semanas exactas, el resto... velo por ti
misma...
Me quedé mirando cuatro fotos, las cuatro muchachas en la mismas
circunstancias.
-¿Ves algo fuera de lo común en las fotos?- preguntó Omi.
-Tienen el vientre abierto de par en par...
-Mira atentamente una vez más.
Miré por unos segundos detenidamente.
-... sus...sus órganos...
-Sí.
-¿Tráfico de órganos?
-Eso es lo que pensamos.
-¿Algo más de información??
-Sospechosos???
-eso mismo...
- Este sujeto, Yagami Shiheo. Dueño de un club nocturno en Tokyo. Bastante
popular entre chicos de más o menos nuestra edad.
- ...hmm...
-Pensamos ir esta noche... Ken y yo entraremos. Pasamos más desapercibidos
que Aya y Youji. Además, las victimas son jóvenes...
-jaja...
-¿Nani?- me miró asombrado.
-Principal factor común Sherlock...- dije poniéndome de pie dándole la
espalda- las victimas son mujeres...
-¿Y qué propones?
-Desde luego que ir yo...
-Es lo más peligroso.
-Y es de eso de lo que vivo...¿o no te has dado cuenta?- mi voz sonó más
dura que de lo común.
No escuché respuesta por parte de Omi. ¿Se habría enojado? No creí que eso
fuese posible, parecía tan risueño...que no pensé...pero las apariencias
engañan en ocasiones.
Lo siguiente que pasó me sobresaltó un poco.
Sentí una cálida mano en mi hombro. Y su presencia muy cerca a la mía, no
recordaba la última vez que alguien se me había acercado tanto.
- Eres tan bonita que en ocasiones pareces un ángel...no creo que seas tan
dura como aparentas...- me murmuró al oído.
Yo me estremecí totalmente. No sabía que hacer.
-En ocasiones la muerte tiene cara de ángel...- le dije con el mismo tono-
tú no me conoces...
Salí de la habitación. Y directamente me tumbé sobre mi cama.
La frustración era muy grande. Tan solo un maldito día en ese lugar y ya me
había sonrojado tres veces.
-Esos idiotas...- dije a regañadientes- espero que no estorben en mi
trabajo.
Golpearon la puerta.
Yo me paré para abrirla y me encontré con que era Ken.
-Bianca-chan, ¿podías venir conmigo?- me dijo serio pero sonriente al mismo
tiempo.
-Sí.
Abandoné una vez más mi cuarto y me dirigí tras Ken. Aya, Youji y Omi
estaban reunidos y entablaban una conversación, pero en japonés. Cuando
llegué cambiaron de nuevo de idioma.
-¿Cómo es eso que te gusta el peligro?- preguntó Youji con una simpática y
pícara sonrisa.
- Bianca-chan, ¿en verdad quieres ir?- preguntó Ken algo angustiado.
- Sería mejor que dejes que esos dos se encarguen...- dijo Youji.
- Yo iré... es lo conveniente.- dije seria.
-No, este plan ya ha sido tramado de esa manera- dijo Aya. No conocía a
Aya, es más, esa era la primera vez que me dirigía la palabra- No irás. Si
bien estás aquí solo como apoyo, no eres más que eso.- me dijo con tono
duro.
El semblante de Omi y de Ken se mostraron con algo de pánico. Pero Youji
parecía divertido.
-es verdad lo me que dices...- dije calmada- Aún así sabes que eso no es lo
más conveniente, no me margines a un nivel inferior al tuyo, porque yo he
matado gente desde que tu estudiabas en la secundaria básica, no me digas
como debo actuar... ya sabía yo que trabajar con un grupo iba a
fastidiarme, pero hago mi mejor esfuerzo, propongo que al menos intente
colaborar algo, entiende que tampoco es fácil para mí.- mi tono de volvió
más brusco de un momento a otro.
-A... a lo mejor ella tiene razón. Ella sería la presa perfecta... ¿no
crees Aya-kun?- dijo Ken tratando de apaciguar las cosas.
- Yo no te margino...solo te muestro tus limites aquí.- solo se limitó a
decir Aya- Pero si eres lista te darías cuenta que si Youji y yo somos
quien nos quedamos es que ambos atacaremos en caso que hubiese que hacerlo.
Omi y Ken solo se encargaran de investigar dentro del local. ¿Qué dices
ahora?
En esos momentos pensé que había callado al pelirrojo. Pero es hasta ahora
que comprendo la actitud de Aya para conmigo. El chico podría haberme dicho
un par de palabritas que me habrían molestado, pero no lo hizo...
-Deacuerdo... yo me quedo.- dije a regañadientes.
-Bianca...el baño está listo, ¿no te gustaría tomar un baño?- me sonrió con
su forma tan tradicional.
-Ehh... sí. Gracias...- llegué a pronunciar.
Entré a bañarme, se sentía tan rico. Estaba parada bajo la ducha, y el agua
calentita resbalaba sobre mi cuerpo. Toqué repentinamente mi hombro... esa
cicatriz que atravesaba me molestaba tanto. Ese recuerdo que jamás iba a
desaparecer porque se quedaría inmortalizado en una cicatriz maldita que
llevaría a todas partes...por el resto de mi vida, hasta que con los años
se desvaneciera. Pero cuanto tiempo más hacía falta? Yo ya me sentía
bastante vieja, mi cuerpo, tan bien torneado a causa del constante
ejercicio me decía que yo era joven, pero mi alma me gritaba que ya quería
descansar en paz... tantas muertes...tanta sangre...tanta soledad.
¿qué quieres? esa palabra salió desde el fondo de mi ser. ¿Quieres dejar de
ver muerte, sentir muerte? Entonces deja de matar... ¿Quiere dejar de ver
sangre, de oler sangre? Entonces ya no sigas con esto, pero la sangre se
seguirá derramando sobre la tierra, y eso no podrás evitarlo... ¿Quieres
estar acompañada? - No!! dije para mi misma, no quiero estar acompañada.
Porque todos los que me querían terminan dejándome sola de nuevo. Todos en
los que confío me traicionan... esa es mi vida. La esencia de mi vida es la
soledad.
Bien terminé de bañarme me até una toalla a la altura de mis axilas y
estaba a punto de salir. Abrí la puerta, y me quedé bastante estupefacta
cuando vi. que Aya estaba frente a mí mirándome con sus penetrantes ojos.
Al parecer él se bañaba después de mí, pero me siguió mirando
silencioso...ese sujeto era verdaderamente raro, no creo que nunca fuese a
cambiar, la gente así solo cambian muriéndose o... enamorándose. Eso lo
decías siempre Mani, el señor Atilio era igual a él, y tu lo aborrecías
tanto como yo...
Yo lo miré de la misma forma penetrante, pero recordé...
* Flashback*
-Ey, no hagas tanto berrinche pico.
- Pero yo quiero salir a jugar!!!- suplicaba entre lágrimas.
- Mira que si sigues llorando vas a ser muy fea para siempre...
-Yo soy fea Mani, además yo quiero ser como tú.
-Justamente por eso, si soy la más linda de todas las chicas aquí, ¿no
crees?- presumió Mani.
-Sí!! Pero... si las únicas chicas somos nosotras... y la señora
Kippies...pero ella es una gata.
-Jajaja, que graciosa Pico- mientras la niña sonríe- ves, eres linda cuando
sonríes, si sonrieras siempre todos los chicos dejarían que hagas lo que
quieras...jeje
*Fin del Flashback*
Era verdad... yo no solía sonreír, y si sonreía le iba a dejar
perplejo...era buena idea.
De pronto cuando estaba ya muy serio y yo igual, le sonreí. Su rostro
mostró reacción rápidamente. Wow! si que estaba sorprendido. Después me
hice lugar y pasé a mi cuarto.
* * *
Entré al cuarto que estaba justo al baño por suerte. Me miré en el espejo
de nuevo. Tomé mi equipaje y comencé a buscar. Esa ropa que siempre me
ponía cuando era hora de salir... a acabar con una mision. Rogué a dios que
no tuviese que matar a nadie, aunque ya sabía que iba a ser inevitable.
tenía un pantalón negro que era pescador. ese sí que era mi favorito, casi
no lo había usado porque era muy nuevo, pero era el mejor. Una remera
negra, que dejaba ver mi ombligo; algo molesto pero ya me había
acostumbrado; y una campera negra de tela que estaba nuevísima (era la
primera vez que la usaba). Me recogí el pelo... el pelo... lo tenía muy
largo...
*Flashback*
-Ey Mikki!!! Pico!!! vuelve!!! -No quiero que me corten el cabello!!!! Lo quiero largo, como todas la
niñas.
- Pico...- se acercó y le acarició la cabeza- a mi me gustaría también
tenerlo así, pero ya sabes cuales son las órdenes del señor Atilio. ¿Y no
querrás desobedecerlo?
-No, pero... Mani...
- ya sabes que me encantaría que fueses como las niñas normales, a mi me
gustaría ser una muchacha normal, pero no lo somos...
*Fin del Flashback*
Suspiré profundamente, y salí de mi cuarto. Youji al parecer también salía
de su cuarto.
-¿estás lista?- me preguntó.
-Sí, siempre lo he estado...
-Perdona el comentario de Aya, a él le cuesta enfrentar que una chica esté
trabajando en nuestro grupo.
-uhmm...
- Aunque debo declararte que me dejó sorprendido tu comentario...
-Cada uno tenemos nuestro oscuro pasado.
- Eso tienes razón...
- ¿Y el resto?- pregunté mientras él se sentaba en la cocina.
- Ya vienen...- dijo mientras hacia un gesto invitándome a sentar.
-Bianca... es un lindo nombre.- dijo Youji después de un prolongado
silencio.
- No es mi nombre verdadero...
-¿No? ¿Cuál es entonces?- preguntó mientras encendía un cigarrillo.
- Eso... eso es un secreto- dije con una cara menos fría que antes.
- Como quieras, no te obligo a decírmelo.
-Gracias... pero es que he tenido tantos nombres que no creería recordar el
verdadero.
-Claro que puedes. El nombre con el cual tus padres te bautizaron nunca se
olvida...
-Yo... yo soy huérfana Youji-san.- le dije.
Yo no tenía ni idea de la cultura japonesa, pero -sama, -san, -chan y -kun
fue lo único que llegué a aprender.
- ...Pero no pienses en el pasado, el futuro es lo que importa. Y con esa
carita tan hermosa que tienes de seguro te espera un gran futuro.- dijo con
una sonrisa.
- ¿Futuro? No sé... para mí solo existe el presente, un pasado que me
tortura y un fututo incierto.- murmuré.
Después me percaté de que Aya estaba parado en la puerta escuchando lo que
decía. Su cara carecía de expresión alguna, pero ya no era tan fatal como
antes.
- ¿Aya vas a quedarte ahí parado para siempre o vas a venir a sentarte?-
preguntó Youji.
Aya caminó silencioso y se apoyó contra la pared, ni siquiera se sentó.
-Bueno... al menos lo intenté.- me sonrió.
Yo ni me inmuté.
-Bianca-chan, deberías sonreír si no quieres llegar a ser como Aya algún
día- me guiñó el ojo.
Omi llegó ¿mencioné que vestía de un estilo bastante similar al mío?, y se
sentó en la mesa, justo a la silla que Aya no había querido sentarse.
- ¿Qué hablaban?- preguntó.
- Solo decía que Bianca-chan podría tener un gran futuro si se lo
propusiera. Pero ella no lo cree.
Omi me miró y sonrió de nuevo. Ese mocoso...que me había logrado
intimidar... pero su sonrisa era tan tierna que no podía sentir odio hacia
él. Pensé en hacerle algún reproche, pero con ese bobo es imposible, tiene
una cara infantil tan tierna que me está empezando a enloquecer.
Omi me miraba extrañado y de repente preguntó.
-¿Qué es eso que traes en el bolsillo?
Me miré el bolsillo de la campera. Era verdad que se notaba un bultito en
el diminuto bolsillo. Abrí el bolsillo y saqué el crucifijo. Me quedé
mirándolo durante unos segundos y lo quería volver a guardar.
-Que lindo!!!!!!!- dijo Omi estallando como siempre sonriente.
-es verdad, está muy hermoso.- dijo Youji mientras se acercaba a verlo.
Yo se lo presté a Youji para que lo viera, bueno, yo seguía inmutada ante
tal sorpresa. Ese era el tesoro de Mani, ahora recuerdo como el señor
Atilio te golpeó cuando intentaste protegerme. Te caías al suelo y un
disparo de oyó a lo lejos. Cuando te ibas reincorporando noté que tu pecho
estaba lleno de sangre y con la mirada perdida volviste a caer. estabas
muerta... tu cruz de plata brillaba en la oscuridad y con mis inocentes
manos te quité la cruz...
-¿Bianca-chan?- la voz de Youji me sacó del trance.
-Eh?
-¿Qué es lo que dice? está escrito en español creo...- dijo mostrándome el
dorso.
-Dice... "Carga con la cruz el resto de tus días, que el camino que escojas
será siempre el correcto si es que tu lo escogiste"- dije con la voz
temblorosa.
Los muchachos notaron que me estaba afectando y no volvieron a preguntar.
-¿Listo?- preguntó Ken que recién llegaba.
-Sip, nos vamos.
Omi, Youji y Aya iban en el auto. Yo iba a subir cuando Ken apareció en su
moto.
-¿No te gustaría venir conmigo? Es más emocionante...- me preguntó
sonriente.
-... bien...- solo respondí
Me subí con Ken en su motocicleta, me sujeté de su cintura. ¡Diantres!, me
sentía algo nerviosa.
-Espero... que esta noche no haya la necesidad...- dijo él.
Yo me puse a pensar, "de matar" pensé para completar mi frase. Por
desgracia así también pensaba yo. Es verdad que estas personas eran malas,
pero matar es igual de malo... y es mi destino.
Nos detuvimos como a una cuadra del susodicho Club, estábamos ocultos en la
noche, diciendo en forma dramática. Pero en verdad estábamos ocultos.
-Yo voy, quédate con los chicos, hai?- me dijo con una sonrisa.
-Sí.
Yo me bajé y me fui hasta el auto donde estaban los demás.
-ey!- le dije a Ken mientras se iba- Ten cuidado...
Ken sólo sonrió y siguió de largo.
-No te preocupes, Ken-kun se puede cuidar solo.- dijo Omi.
Pasó un rato, Omi tenía un dispositivo portátil con el que rastreaba a Ken
y escuchaba todo gracias al micrófono que Ken tenía. Aya estaba serio como
siempre, y Youji preguntaba a Omi de vez en cuando si pasaba algo. Omi solo
se reía y decía "Ten paciencia".
En un rato de distracción me puse la cruz de plata de Mani, para que me
protegiera.
-Ken ya tiene noticias.. dice algo de una camioneta- dijo Omi
- ¿esa de allá?- señaló Youji a una camioneta negra.
- Vamos, Omi quédate hasta que Ken vuelva, Youji vamos.- Dijo Aya mientras
salía.
Yo me quedé ahí mientras que él se volvió a mi.
-también tú, que esperas!- me dijo bruscamente.
Mi furia creció pero la controlé. Salí del auto con ellos. Qué se
dirigieron a un callejón en donde estaba aparcada la camioneta. Estuvimos
por unos momentos escondidos, hasta que vimos salir a un hombre alto y
bastante apuesto acompañado por una chica bastante bonita. Ambos se
dirigían hacia la camioneta. Ken apareció por atrás y nos hizo señas de que
ese era el sujeto. El hombre tomó a la chica de la cintura muy fuerte, la
chica pareció enojarse y comenzó a resistirse. El sujeto la golpeó muy
fuerte en la cabeza y ella cayó al piso inconsciente...o muerta...talvez.
Aya y Youji salieron al encuentro de este sujeto, pero vio que Ken, que
parecía furioso, salió antes y ahora estaba cara a cara con el tipo. No
llegué a escuchar lo que decían, pero Ken sacó una arma muy rara, unas
especie de garras. No recordaba haberlas visto antes, por eso me parecieron
curiosas. Y cuando iba a atacar al sujeto, después de un rato de hablar
claro, salieron varios tipos de la camioneta. Habrán sido unos 10 más o
menos. Y Ken estaba totalmente en desventaja. Al parecer mío, pero en un
momento comenzó a pelear con todos ellos. Era bastante bueno, jamás había
conocido a alguien así.
Aya salió al encuentro de Ken.
-Nuestro turno pequeña.- me sonrió Youji.
No me gustaba que me dijeran pequeña, pero ahora no era el momento de
discutir.
Aya comenzó a pelear con su katana, creo que ese era el nombre de dicha
espada. Y Youji lo siguió. Yo estaba lista para ir, cuando alguien me jaló
del brazo.
-Espera un momento.
-Omi...
- Vamos por la camioneta, no dejan que los demás se acerquen mucho, debe
haber algo allí dentro.
-Bien.
-Pero ¿como haremos para pasar por desapercibidos?- preguntó Omi
Yo me puse a mirar a a todas partes , miré arriba de mi cabeza y divisé la
tapia.
-Por ahí- señalé.
-está un poco alto...
-eso es lo de menos, vamos.
Yo pequé un salto hasta alcanzar la escalera que estaba bastante alta. Omi
pareció sorprenderse, pero después se concentró. Bien subí le di mi mano a
Omi para que subiera, y él lo hizo. Ambos subimos al muro y comenzamos a
caminar despacio. No tenía idea que que fuese tan estrecho. Comenzé a
aumentar la velocidad hasta el punto de correr. era algo que estaba
acostumbrada a hacer. Nos encontramos justo arriba de la camioneta y omi
saltó. Yo lo imité.
-Oops... la pintura es contra las mancha, pero no contra las abolladuras...
-se burló.
Varios sujetos vieron que estábamos arriba y comenzaron a acercarse, yo
bajé de golpe y le hice señas de que entrara para ver. Omi lo hizo y
comenzé a pelear... uno sacó un arma, yo salté y le rompí el cuello. Ken y
Aya que estaban cerca mío me miraron sorprendidos con la facilidad que
acababa con los sujetos. Cuando creí haber acabado con todos uno se acercó
a Omi para tratar de sacarlo a la fuerza, pero Omi seguía viendo algo allí
adentro.
Yo me di la vuelta para ayudarlo, cuando apareció otro que estaba a punto
de dispararme. Yo me quedé sorprendida por una fracción de segundos y me
dispuse a utilizar esa técnica tan básica y fácil que utilizabas siempre
Mani, eso sería suficiente para que el tipo muriese, pero el rostro del
sujeto cambió y se formó una mueca de dolor. Algo de sangre saltó de
repente y eso me ensució un poco la cara. Cuando cayó al suelo vi quién lo
había matado, era el mismo Ken, tenía los guantes con algo de sangre y su
rostro no era el que hasta ahora había conocido, sino que mucho más crudo.
Sin duda el no disfrutaba hacer eso, pero no había más remedio.
Solo quedaban dos tipos en pie, el alto, que había logrado tirar a Youji al
suelo, pero solo por un descuido, porque Youji-san era mucho más fuerte. Y
otro que intentaba subir a la camioneta.
-Omi!!- pensé
Pero el chico ya no estaba, miré al sujeto y una flecha de repente le
atravesó el tórax. Miré en que dirección había venido y vi. que Omi estaba
en sobre la pared nuevamente. Con su arco todavía en posición de haber
sido quien disparó la misma.
Yo salté de nuevo a la camioneta y fui con Omi a la tapia, pensaba
preguntarle qué había estado haciendo ahí dentro.
* * *
Parte 2
-¿Qué encontraste?
-Más de lo que crees...
-Omi!!!!!!!!!- gritó Ken mientras nos miraba.
Después de eso intenté darme vuelta y me encontré con el sujeto alto que
había escapado; el tiempo se detuvo por unos momentos, mi mente se nubló al
ver ese rostro... ese hombre... yo lo conocía... y él pareció sorprenderse
también... estaba detrás nuestro y con una espada hizo un movimiento
cortándonos a ambos. A mí en la mano, a Omi en la cintura. Con ese impulso
ambos perdimos el equilibrio y caímos al vacío. Después de eso debí quedar
inconsciente porque no recuerdo que pasó.
Estaba sentada en el pasillo. Miraba mis pequeñas manos, había estado
esperando que Julián y Mani salieran de la sala en donde siempre los
grandes eran reunidos para que el señor Salazar informara sobre lo que
haríamos. Yo no podía entrar porque era pequeña, y los pequeños no
entraban... pero si yo era la única niña del lugar, y por alguna razón
todos me querían. Mani salió, y me dirigió una mirada tierna.
-¿Qué pasó? ¿qué dijeron?- pregunté
-Esta es la ultima Pico, contra Roché, después de que todo pase viajaremos
de vuelta a nuestros hogares para ser felices, como siempre te prometí.
-¿Y ya no tendremos que hacer nada malo de nuevo?
-Con suerte no pico, con suerte no.
- ¿Y a donde nos vamos?
- Qué te parece Madrid?? Ahí es donde mi abuelita y yo vivíamos, es un
lindo lugar. Te mostraré donde yo jugaba de niña...
Después de eso sentí un fuerte dolor en la cabeza y comencé a abrir los
ojos. me sentí muy mal, pero antes había estado peor. Giré mi cabeza para
ver en donde estaba, era un cuarto, pero no era el mío... era uno un poco
más grande y con un balcón. Miré a mi izquierda y vi. otra cama. Abrí bien
los ojos y noté que era Ken, que estaba sentado al costado de la cama
ayudando con algo a Omi, que estaba con todo el torso desnudo cubierto en
la parte inferior con vendas.
Me senté en la cama, noté que tenía el brazo izquierdo vendado y también la
frente.
-¿ya estás despierta?- preguntó Omi.
- Bianca-chan, no te levantes, fue un golpe duro.- dejo Ken con tono
afligido.
- Estoy bien, no te preocupes....
- Bueno, ya te cambié las vendas Omi, mejor recuéstate, no hagas mucho
esfuerzo. - aconsejó Ken mientras se ponía de pie.
- Menudo golpe, Bianca-chan nos caímos de 4 metros y medio.- dijo Omi como
si le hubiese dado gusto.
- Fue mi culpa, no debimos subir...- dije apenada.
-No te preocupes, estoy acostumbrado a este tipo de golpes..jeje- dijo
acostándose.
- Yo ya me siento bien...-dije tratándome de levantar.
-No lo hagas, aún estás débil, tienes suerte de ser tan fuerte, cualquier
chica común hubiese muerto.- dijo Ken.
-Sí, no te vayas, no quiero aburrirme sólo.
- Me voy, hay mucho trabajo que hacer.
-Ken-kun!! antes de irte abre el ventanal del balcón... - rogó Omi.
Ken obedeció y de inmediato salió del cuarto.
-Este cuarto...¿de quién es?- pregunté
-De Aya-kun. Es el que más me gusta, por el balcón.
- Omi... ¿qué encontraste en la camioneta?- pregunté
-uhmmm..., habían muchos frasquitos. Droga por supuesto y algunas
fotografías.
-¿Fotografías?
-Aya, Ken y Youji se están encargando de eso. Ahora no te preocupes, solo
descansa...
No dije nada y me volví a acostar.
- Hace rato estabas hablando dormida...- dijo con una risita mirando el
techo.
- uhmm...
- Pero no entendí qué decías, porque hablabas en español...si tan solos
soñaras en inglés o japonés, te entendería... jaja.
- Baka...- murmuré-
- Que lindo, tu primera palabra en japonés y dices baka!!! jajajaja...-
dijo Youji que acababa de entrar
- Youji-kun.
-Youji-san...-murmuré
-Que tiernos que son los niños peleando...-se burló
-No estábamos peleando.-aclaró Omi
-Y no me digas niña, chiquilla, pequeña ni nada que haga alusión al
respecto!!- dije sentándome en la cama.
-No te enojes- dijo sentándose en mi cama mientras me sobaba la cabeza- ¿ya
te sientes mejor?
-Eh...sí, pero me duele el brazo...
- ¿Y tú Omi-kun?
- Adolorido aún.
-No es para menos, se dieron un buen porrazo...jaja. Ambos se cayeron y
quedaron inconscientes. Aya y yo los tuvimos que cargar hasta el auto, y
vaya que !- dijo con tono burlón.
- Arigatou Youji-kun.
- No agradezcas, además no íbamos a dejar a dos adolescentes indefensos
inconscientes en un callejón a altas horas de la noche.
- Vine a traerte esto Bianca-chan- me mostró la cruz- se te cayó durante la
pelea.
-Arigatou Youji-san.
-Jajaja...bueno, mejor me voy. No toquen nada, me sorprendió que Aya se
hubiera prestado su habitación, pero procuren no tocar sus cosas, hai?
-Sí- respondimos ambos al unísono.
Cuando Youji salió yo traté de volver a dormir. Me estaba quedando dormida,
cuando Omi comenzó a cantar.
- ...ima ni mo koborete shimaisou na kotoba anata wa shiranai mama
de....-cantaba.
- cállate Omi.
-Pero si es una buena canción ¿no te gustaría aprenderla? Te la puedo
enseñar...
- Se la enseñarás a mi puño si no te callas!!!- dije amenazando con el
puño.
-está bien, hago silencio...- se rió.
estuvimos un rato en silencio.
-Esas palabras...
-Eh??
- "Carga tu cruz por el resto de tu vida, que el camino que escojas...
-Siempre será el correcto mientras tú lo hayas elegido...- completé.
-Son muy lindas...
- Pero a lo largo de mi vida me he dado cuenta que no son reales...
-Qué?- se sentó en la cama-¿Por qué lo dices?
- Este camino es el que yo escogí... pero no es el correcto...- dije
girando mi cabeza hacia la derecha para no ver a Omi.
- Entonces... no lo escogiste...- dijo con un tono de voz más serio.
- ¿Qué quieres decir? Hice esto por toda mi vida y...
-Pero siempre quisiste hacerlo??
-Bueno...
- ¿Quién te dió esa linda cruz de plata?- preguntó tratando de cambiar de
tema.
- esta cruz... me la dió Mani...- dije entrecortadamente.
- ¿Mani?
- Me mejor amiga... ella murió por salvarme... cuando yo tenía 10 años...
Se hizo un silencio incómodo.
-Pero no te pongas triste. Mani no hubiese querido verte así, a ella le
gustaría mucho verte feliz y sonriendo, ¿no crees?- dijo con una sonrisa
alentadora.
- Gracias... - murmuré por lo bajo.
- ¿Te gustan las fresias?- preguntó de la nada.
- eh?...¿las fresias?...bueno...sí claro, son bonitas...- dije confundida.
-Son mis favoritas... su color...blablabla- no tenía ganas de seguir
escuchándolo, quería dormir...
-ah...- se hizo un silencio incómodo.
Yo, que todavía estaba evitando la mirada de Omi, de un momento a otro me
dí vuelta para ver que hacía. Me llamaba la atención que su hubiera callado
tan de repente.
-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!- grité sorprendida cuando me di con
que Omi estaba sentado en el piso miradole directamente.
-No te asustes...jajaja... sólo soy yo..jajajaja
-No vuelvas a hacer eso!!!!!!!!!!!- dije sentándome en la cama.
- jajajajajajajajajaja....
Omi se descostillaba de la risa mientras que entre risas hacia pausas para
quejarse del dolor, y después volvía a reír.
Ken entró a la habitación para ver que estaba pasando.
-¿Qué les pasa? Por qué gritaron?? Y tú Omi, ¿por qué estás en el piso?-
dijo frustrado.
- Es que...jaja... yo quería....jaja.. y después...jaja... ella se
asustó...jajajajajajajajajaja
-Que te dejes de reír!!!!!!!!!!!!!!- dije en alemán
Ken y Omi se quedaron mirándome sorprendidos. Y Omi volvió a reírse,
mientras que Ken largó una débil risita.
No me gustaba que la gente se riera de mí, y en este lugar me tomaban todos
de broma. Omi se burlaba, Youji me decía pequeña, y Ken, quién era el único
que hasta ahora me había parecido el más agradable ahora se reía de mí.
Bajé la mirada, Omi dejó de reirse y Ken se quedó mirándome.
- No me gustan que se burlen de mí...- dije con un tono de voz como si
estuviese llorando- Pero desde que llegué todos me han tomado para
broma...- Omi se puso serio al igual que Ken- ...Youji-san me dice pequeña,
Omi se rie de mí, y hasta Ken se burla...
Me hice de llorar por unos momentos, hasta que Ken se acercó y se sentó en
mi cama.
-No llores...yo...
-Bianca-chan, discúlpame por favor...- dijo Omi mientras se acercaba a mí
para ver mi rostro.
Yo levanté la cara y le saqué la lengua.
-Baka!! te creíste todo!! jajajajajajajaja- comencé a reír.
Omi y Ken se quedaron duros como piedra. Incluso yo podía creerlo, me
estaba riendo!!!
- Creo que el golpe hasta te cambió de humor...-comenzó a reírse Ken.
-jajajajaja...- se reía Omi junto conmigo.
* * *
Me había quedado dormida por un buen rato. Hasta que me desperté cuando
Youji entraba a la habitación.
Omi estaba dormido también, Youji trató de despertarlo, pero
desgraciadamente era más difícil de lo que creía. Después de un rato Omi
logró despertarse y se sentó en la cama.
-Creí que estabas muerto... desde hace un rato que Youji te gritaba y no te
despertabas...- dije con tono cómico.
- jajaja, bien dicho Bianca-chan.- se reía Youji.
- ¿para qué me despertaron?- preguntó Omi algo dormido aún.
-¿No quieren enterarse? Manx acaba de venir y quiere que ustedes estén
presente.
-Sí, vamos.- dijo Omi
Mientras decía esto Youji cargó a Omi.
-¿Qué haces Youji-kun?- preguntó un Omi algo avergonzado.
-Tu herida aún no se cura, no puedes caminar así que tengo que llevarte.
-Kuso...- murmuró por lo bajo.
- ¿Puedes caminar sola Bianca-chan? - me preguntó Youji.
-Sí Youji-san, no estoy tan herida.
Me puse de pie, aún estaba algo adolorida y me costaba caminar, estaba
mareada, el golpe debía de haber sido duro. Salimos al pasillo, Omi seguía
quejándose y yo me reía por lo bajo. Caminaba lentamente y sentí que
alguien me había agarrado del brazo y me ayudaba a caminar. Miré para ver
quién era. Por un momento pensé que seguramente sería Ken, pero estaría muy
equivocada. Era nada más y nada menos que... Aya!!
-Arigatou Aya-san...- dije algo sorprendida, con miedo y quizás con
vergüenza.
El no dijo nada y siguió llevándome en silencio. Hasta que llegamos a donde
Ken y Manx nos esperaban.
-Aquí están, su caída debió ser dura para que terminaran de esa manera.-
dijo Manx mientras tomábamos asiento.
- Jaja... no te preocupes, somos muy fuertes para resistir este tipo de
cosas, ¿no es verdad Bianca-chan?- dijo Omi.
-Ehh... sí claro.
- Según la información que nos dieron sobre la apariencia de ese hombre que
les causó las heridas- dijo Manx refiriéndose a nosotros- ¿Cuál de todos
estos era?- preguntó mientras sacaba de un sobre varias fichas con
fotografías- ¿Podrían reconocerlo?
-Bueno... era de noche... y no llegué...- dijo Omi.
Yo me quedé perpleja al ver una de las fotos... ya lo había reconocido,
claro que me había parecido conocido, si desde hacía 8 o 9 años que lo
conocía...
-Era...- llegó a pronunciar Aya.
-Era este sujeto- señalé la foto interrumpiendo al pelirrojo.
- Déjame ver...- dijo Ken mientras observaba la foto.- Sí era ese... pero
con el cabello más largo.
- Es...- traté de decir.
-¿Ya lo reconociste Bianca? ¿O debería llamarte Minazira ?- dijo Manx
tratando de que su tono de voz no se oyera rudo.
Los cuatro muchachos me miraron muy asombrados, inclusive Aya. No tenían
idea de lo que Manx estaba hablando.
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando Manx?- preguntó Youji- Explícate.
- No te precipites...¿Quieres contárselo tú Mina, o prefiera que yo les
diga?- dijo con un tono más amable.
- Ese tipo... se llama Julián Comodo...- dije con un hilo de voz.
- Así es. Comodo trabaja para Atilio Salazar... ¿te acuerdas de ese
nombre?- me preguntó.
-Sí... era el hijo menor del señor Salazar... Pero... él está muerto, murió
hace 6 años, estoy segura, yo lo vi morir Manx- dije mientras una lágrimas
escapaban de mis ojos.
-No... él no está muerto. Comodo y Salazar los más importantes nombres
dentro de la mafia europea... no sabemos porqué es que están aquí ahora.
Pero desde hace unos meses que están, y ya tienen una popularidad
increible, drogas, asesinatos, contrabando de armas; abarcan casi todos los
ámbitos. Inclusive el tráfico de órganos, que es el que recientemente hemos
descubierto gracias a ustedes.
No creas que sabíamos que estabas relacionados con ellos, también fue una
sorpresa para nosotros. Cuando decidieron llamarte comenzamos a investigar
sobre ti. Annette, Anthoinette, Catalina, haz usado todo tipo de nombres
para no ser reconocida. Pero al fin te ubicamos como Minazira Schörfen.
-¿Pero que tiene que ver Bian...digo Mina con esos tipo??- preguntó Omi
tan impresionado como Ken.
- No sé cual es la historia completa, pero hasta ahora sabemos que la
familia Salazar fue una de las más poderosas en todo Europa. Es cierto que
eran de España, pero permanecieron por un largo perdió en Francia, hasta
que se desintegrara.
-¿Cómo? ¿Asesinos?- trató de descifrar Youji.
-Mafia... eso eran. Atilio era el hijo menor y el siguiente a ser la cabeza
de la familia y la organización, al ser el único hijo hombre. Julián Comodo
era el mejor amigo y la mano derecha de este tipo, y Mina era parte de
la organización...
-Pero... no tiene sentido. Eso fue hace unos cuantos años, y ella... tan
solo tiene 16, como pudo haber formado parte de todo eso si era muy
pequeña??- preguntó Youji.
- Eso...
-Yo nací en ese ambiente... me criaron en ese lugar como uno más de ellos-
dije- No sé quienes son mis padres, pero supuse siempre que formaron parte
de esa gente, y por eso yo estaba ahí...
- Tan pequeña...- murmuró Omi.
- Hace 6 años se enfrentaron contra el clan de Roché. Pero muchos murieron
y la familia Saladar desapareció por completo. Casi todos muertos, algunos
cobardes que se fueron. Y unos cuantos que lograron quedar con vida después
de la dura batalla.
- Esa es una historia triste...-dijo Omi.
- Si Comodo te reconoció, puede que te esté buscando.- me advirtió Manx- Si
contactas con él, eso sería de mucha ventaja para nosotros... pero... eso
ya es cuestión tuya. No puedo obligarte a que saques provecho de un viejo
camarada.
-Yo no le debo nada... no te preocupes Manx...- dije con lagrimas aún en
los ojos.
- Está bien, espero resultados favorables.- dijo Manx mientras se iba.
Todos se quedaron silenciosos, en verdad había sido duro. Tenía algo de
miedo, pero traté de calmarme, me sequé las pocas lágrimas que derramé. No
lloraría ni una gota más, ya no debía llorar, era fuerte. había sido
siempre fuerte, solo los fuertes sobreviven, y yo había tenido que
sobrevivir por mucho tiempo sola.
-Ehh...tengo hambre. ¿Que hay de comer Ken-kun?- preguntó Youji tratando de
romper el hielo.
-ehh...estee... ah! sí, hay un poco de...
- Esta noche...- interrumpió bruscamente Aya- esta noche iremos tras
Comodo. Omi y tú- dijo refiriendose a mí- no vendrán, están muy lastimados
aún.
Ken y Youji asintieron con la cabeza, y Omi murmuró un "Deacuerdo".
Yo me puse de pie abruptamente.
-Yo ya estoy bien, también voy a ir.
-No.- dijo rotundamente Aya- Estás malherida, no puedes defenderte y solo
serías un estorbo.
- Bian..Mina.. perdón, ¿cómo debo llamarte?- preguntó Ken con una inocente
sonrisa.
- Mis amigos me decían Mina- sonreí con cierta melancolía.
- Mina-chan, estás débil todavía. No puedes ir, además no nos sería de
ayuda, tendríamos que estar cuidándote.
- Es verdad, sería un estorbo. Aunque tus palabras fueron más sutiles que
las de Aya-san, ambos me dijeron lo mismo...
-Miki-chan...- dijo Ken algo apenado.
- No te preocupes, está bien. Ya sé, además todavía me siento cansada.
Mejor me voy a dormir.
Comenzé a "caminar" a la habitación de Aya. es que no sé si se puede llamar
caminar a lo que hacía. Más bien me arrastraba, parecía una cosa reptante
que divagaba por la casa. Miré mis piernas, tenía en una un moretón notable
y la otra estaba vendada.
Seguí rumbo a mi cuarto, bueno, al cuarto de Aya, abrí la puerta y me
dirigí a mi cama. Después vi el balcón, era cierto, era muy bonito. Y fui
hasta él... allí me quedé pensando durante unos momentos. Horas quizás,
pero yo seguía perdida en mis pensamientos.
- El paisaje es muy bonito- escuché que alguien hablaba detrás de mí. Me di
vuelta, era Omi quién hablaba- por eso le gusta tanto a Aya-kun...
- No estaba mirando...
- Estabas pensando... eso ya lo había notado.
Yo no contesté nada.
- Que aburrido, nos vamos a quedar solos, mientras los demás hacen todo el
trabajo.
- sí...
Giré para enfrentar a Omi. No sé que me pasó después de eso, empecé a
llorar. tenía tanto rencor guardado en mi interior... que quería sacarlo de
alguna manera.
En un acto de descuido sentí que Omi se abrazó fuertemente contra él. Yo
sólo seguí llorando silenciosamente.
-Ese canalla...
-No digas más...vamos a comer. ¿Quieres?- dijo Omi con su alegre sonrisa.
-ajá...
-En verdad me dio mucha hambre.
Dijo mientras salía del cuarto llevándome con él. Mejor dicho me arrastraba
del brazo. Omi caminaba lento, se notaba que su herida le dolía aún y yo
caminaba no mucho mejor que él. Éramos bastante patéticos, un circo para
cualquiera y nos viese en ese momento.
-¿Sabes algo? Estar enfermo tiene sus ventajas, hoy me tocaba cocinar y
Ken-kun tuvo que reemplazarme.
-Pero...
-Eh??
-La próxima vez... no te tocara a tí dos veces seguidas???
-Ahora que lo pienso...- dijo con una gran gota de sudor en su cabeza.
-Jaja...
-jajajajajaja que descuidado soy....jajaja
Omi se sentó a la mesa y yo lo seguí. Aya también estaba sentado. Pero nos
ignoraba totalmente.
- ¿Que vamos a comer? ¿Ken-kun???- pregutó ansioso Omi.
- Hay sushi.
-SUSHI!!!!!!!!!!! que rico!!!!!!- dijo Omi muy alegre.
Este gesto me hizo sonreír, Omi era como un niño, tan inocente, tan frágil.
Era muy amable, y hasta ahora me había ayudado mucho.
- No para tí Omi-kun. Tú vas a comer esto...- Ken puso en la mesa un plato
con una extraña masa, o algo parecido con algo liquido que rodaba alrededor
de ella.
Omi se quedó mirándola un momento, y Aya paró de comer un segundo para
mirar ese monumento a la rareza. El sushi que Aya comía parecía muy
sabroso, pero esa "cosa" que le había dado a Omi...
-Ya me lavé las manos como me obligaste Ken-kun, ¿ahora SI PUEDO COMER???-
preguntó Youji algo fastidiado mientras ingresaba.
- Muy bien. Ahora come lo que quieras.
- eh...- Youji hizo una mueca al ver lo que Omi comería.
- Ya no lo miren así!!!!!!!!! Mi mamá siempre me daba eso cuando estaba
enfermo, está lleno de proteínas y es muy saludable!!!!- dijo Ken tan
frustrado con al día anterior.
-¿Esta masa reptante se supone que es nutritivo??- preguntó Youji.
-No te ofendas Ken-kun pero...
- Incluso creo que está viva!!!!!- dijo Youji.
-Youji-kun!!!!!!!!- le gritó Ken.
-Toma Mina-chan- al escuchar este nombre me quedé congelada. Es verdad, mi
nombre era Mina después de todo. Ken puso un plato igual que el de Omi
frente a mí.
- ¿Ella también? ¿Pero que hicieron para merecer ese castigo?- preguntó
Youji medio dramático.
- Cálmate Youji, no es buena idea enfadar a Ken-kun- dijo Omi ^_^u
- Pero no creo que sea humano dar ese tipo de comida a la gente. Hasta en
los refugios para desamparados dan mejores comidas que esta...
- SI NO TE CALLAS NO VAS A COMER NADA Youji-KUN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!- dijo
Ken enfadado.
Yo pinché de nuevo la comida. Y me le llevé a la boca. Ahora con algo de
pánico, la primera vez supe que era comida lo que ingería al menos, porque
reconocí algunos ingredientes, pero en esta no veía ni un gramo de alimento
conocido por mí. Lo mastiqué con inseguridad.
Las miradas de Youji, Ken, y Omi se clavaron en mí.
- ¿Cómo lo hiciste... de nuevo?- preguntó Youji asqueado.
- A qué sabe?- preguntó Omi divertido.
- Sabe bien ¿verdad?- dijo Ken muy creído.
- Sabe... sabe a mil demonios!!!!! esto está picante!!!!- pegué un alarido.
- jajajajajajajajajajjajajajajajajjajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!- comenzó a
reír Youji desenfrenadamente.
- ¿Quieres agua?- preguntó Omi.
-Toma- me dio un baso con agua Ken- Gomen, pero yo estaba seguro de que
esta vez si me había salido bien.
- ¿Recuerdas bien la receta de tu mamá?- preguntó fríamente Aya.
-Bueno... en realidad... solo recuerdo la mitad de los ingredientes. es
resto salió por mi cuenta...jejeje- se reía nervioso Ken.
- Ken-kun.... U_U u -dijo Omi
Después de la cena yo me fui a dar un baño directamente. Cuando salí y me
puse mi pijama me encontré con los tres muchachos vestidos de noche, para
ir a matar... Esta vez no a cualquiera... a Julián o a Atilio. Pero eso no
me importaba en lo absoluto, quería que ambos sufrieran, que sufrieran como
ellos me habían hecho sufrir a mí, y a Mani.
Estaban a punto de irse, Ken estaba en el recibidor.
-Ken-kun...- le dije
- Mina-chan... no estés triste, trataré de...
-Esos hombres, me hicieron mucho daño. No dudes en eliminarlos... - dije con
algo de rabia en mis ojos.
Ken me miró asombrado.
-Está bien...
- Toma esto.- estiré la mano para darle mi cruz- Es lo que más quiero en
este mundo, es para la buena suerte...
-Arigatou Mina-chan!!- me dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Los muchachos se fueron y yo sumamente frustrada me dirigí a mi cuarto, ya
no quería molestar a Aya, además ya podía caminar mejor, era cuestión de
horas para que estuviese curada. Yo siempre me hería, pero no de gravedad.
Esta vez había sido un accidente más o menos. lo bueno fue que no tuvimos
que recurrir al hospital ni nada por el estilo. Seguí "reptando" por la
casa, hasta que vi que había unas luces que provenían del cuarto de Omi.
Con algo de curiosidad traté de ver que estaba haciendo, es cierto que
desde que llegué a este país "el gusanito de la curiosidad me picó de
nuevo" Recordaba esas palabras tuyas Mani, eso del "gusanito" me causaba
mucha simpatía.
Traté de espiar, la puerta estaba entreabierta. Llegué a ver que la TV
estaba prendida y que Omi estaba en su cama acostado con un gesto de
fastidio.
- ¿Aburrido?- le pregunté mientras entraba a su cuarto.
- No... no, para nada... - dijo sentándose con algo de dificultad en la
cama.
-¿Te duele verdad?- pregunté algo más angustiada. Sin duda el se había
golpeado más que yo.
-Jejeje... - rió con cierta dificultad como asintiendo a mi pregunta- Pasa,
no te quedes en la puerta.
Yo pasé pero aún así no me acerqué mucho a él.
Después de mirar unos momentos su herida, recordé de algo que podría ser
útil.
-Tengo una idea.- dije
-Nani?
- Espera un segundo, voy a buscar algo.
Traté de ir lo más rápido posible a buscar, después de unos minutos volví
con Omi.
-¿Qué es eso?- preguntó refiriéndose al frasquito que yo tenía.
- En realidad... no sé n_n, pero cuando me hería de gravedad siempre Mani
me lo ponía y en cuestión de horas ya estaba como nueva. ¿Quieres
ponértelo?- pregunté.
- Si eso me quita el dolor...
- Bueno.
Me acerqué a él y me senté en su cama.
- ¿Podrías mostrarme la herida? O pretendes que te ponga esto por encima
del pijama y las vendas???- le dije bromeando.
Sin decir nada se quitó la parte superior de su pijama y poco a poco de fue
sacando las vendas.
Al quedar la herida desnuda me horroricé, en verdad mi brazo no era nada
comparado con esa cortada.
- Era más de lo que creí...
Yo m acerqué y comencé a aplicarle esa cosa, recuerdo que ardía un poco.
Omi gemía de dolor, pero se esforzaba por no demostrado.
-Ya está listo, ahora no creo que duela tanto.-
- espero... - dijo Omi con los ojos brillosos del dolor.
- Jajaja... te pareces a mí cuando era pequeña...
- ¿Me estás llamando pequeño, o peor aún inmaduro? No soy un
bebéeeeeeee!!!!!!!!- dijo algo molesto.
-Jajajaja... no es por eso. Cuando era menor era muy parecida a tí. Pero...
tuve que madurar de golpe... - dije con cierta melancolía.
- ¿Por qué dices eso?- dijo Omi volviéndose a acostar.
- Bueno... bah! es una historia muy larga, triste y además ya es hora de
dormir. Itte kimasu!!- dije con una sonrisa infantil.
-Espera no te vayas!- me dijo Omi mientras me jalaba del brazo para volver
con él
-EH??
- No te vayas, no me quiero quedar solo.
- Está bien...
- A propósito, ¿Donde aprendiste a despedirte con Itte Kimasu???
- En la Tv.
- Nani?
- En la Tv. lo acaban de decir.- dije señalando el programa que Omi estaba
viendo.
-Jajaja...
Me senté en la cama junto a él. Mi mente comenzó a sofocarse, pensaba en
qué estarían haciendo los otros. ¿Ya habrían eliminado a Julián o a
Atilio???
- Mina-chan... ¿esos sujeto... Cómodo y el otro... te simpatizaban??-
preguntó cuidadosamente.
- eh...
-está bien, no me contestes si no quieres.- dijo con una sonrisa.
- Es una historia que a lo mejor no querrías oír.
- En realidad sí...
- Bueno... ya sabes que yo crecí en el clan de la familia Salazar... desde
pequeña que estaba sola. Todos vivíamos en una enorme casona detrás de la
mansión de los Salazar. O mejor dicho los vulgares asesinos o rateros, los
que no resaltaba para nada. Los que primero morían o eran atrapados... tú
me entiendes. Si pertenecías a estos y lograbas sobrevivir y hacer un buen
trabajo, el señor Salazar "te ascendía" por decirlo de alguna manera, pero
te tomaba más en cuenta y te daba misiones más peligrosas y más duras.
Yo permanecí en ese lugar por un buen tiempo, sin hacer nada. Era la más
pequeña de todos, la más inútil. Pero a pesar de lo que todos decían él
señor Salazar siempre me mantuvo en ese lugar. No vivía como una princesa,
pero por un tiempo él me dio todo lo que necesitaba. Hasta que cumplí 4
años. El señor Salazar me dijo que si no era útil para ellos me tendrían
que dejar en un orfanato.
- Pero eso no es justo, solo tenías 4 años!!!- dijo Omi alarmado.
-La vida no es justa amigo...
Entonces el señor Alejandro, el hijo mayor de Salazar dijo que sí me
entrenaban a lo mejor dejaría de ser una molestia. El señor Salazar dijo
que sería una buena idea, que Alejandro me entrenaría, para que algún día
fuese útil para ellos.
El señor Alejandro era muy joven, tan solo tenía 16 años, pero era uno de
los mejores, por eso se había ganado la posición de mano derecha de su
padre.
- Un momento... ¿Salazar tenía un hijo mayor?
- Salazar tenía 4 hijos. Alejandro, de 16 años. Mairu y Catalina, ambas de
12 años y Atilio que en esa época tenía tan solo 6 años.
Mairu y Catalina eran las gemelas malcriadas, me aborrecían, al igual que
Atilio. Ese muchacho siempre estaba serio, y jamás dirigía más que insultos
a los demás. Cuando cumplí los 6 años llegó una chica nueva.
* Flashback*
La niña estaba escuchando detrás de la puerta, Alejandro Salazar estaba
hablando con la chica nueva que acababa de llegar.
- No escucho nada... hablan muy despacio- se quejaba la niña.
-No es más que una sucia pandillera... - dijo el otro niño mientras miraba
amenazante
*Fin del Flashback*
-Aunque Atilio siempre dijo que ella era una sucia pandillera, Mani era
mucho más que eso. Llegó cuando tenía 14 años. La organización de Salazar
estaba conformada por hombres mayores. Pero se estaba poblando de infantes,
decía Alejandro. Aunque él tan solo tenía 18 años, no era el menor. Estaba
Atilio con 8 años, Mani tenía 14, y por esos tiempos apareció Julián, que
tenía 11 años. Entonces Salazar pensó en un plan para ello.- seguí narrando
mientras unas pequeñas lágrimas se soltaban- Nadie desconfiaría de unos
niños... nos entrenó por mucho tiempo, pero poco tiempo después no bastó él
entrenamiento físico... durante meses nos hicieron muchos exámenes físicos
y mentales, nos inyectaron muchas cosas que no recuerdo... me cambiaron de
por vida... comencé a matar desde los 6 o 7 años. Recuerdo la primera vez
que lo hice... mis manos tan pequeñas... llenas de sangre. Me enseñaron a
matar, pero jamás me enseñaron que matar era malo.
Mani se había vuelto mi mejor amiga, mi hermana mayor... la hermana que
jamás tuve. Era la única que me enseñó el amor fraternal. Es verdad que
hasta ese entonces nadie me había matado, pero eso no significaba que me
querían.
- ¿Qué paso después?
- Mani la pasaba verdaderamente mal... era una chica muy bella, después de
más o menos un año que estuvo con nosotros, algunos comenzaron a abusar de
ella- dije con más lágrimas- sabía que era cuestión de tiempo para que yo
también fuese victima...
- Ya no hables si no quieres- dijo Omi con su mirada llena de tristeza.
-No, me hace bien soltar todo esto. Yo pensé que todo terminaría cuando una
vez el señor Alejandro sorprendió a uno de sus hombres tratando de violar a
Mani. Alejandro la había ayudado, mató al sujeto. Pero sucedió que desde
entonces nadie más volvió a tocar a Mani. Yo me sentía muy feliz. hasta que
una noche tuve una pesadilla y no podía dormir... busqué a Mani, pero no
estaba. Entonces me dirigí a la mansión... como no la encontraba pensé en
ir con el señor Alejandro, cuando fui a su habitación...
- Nani?
-Descubrí que nada es por nada. Claro que si alguien te hacia un favor era
porque quería algo a cambio. Mani estaba en la cama con Alejandro.
-Entonces... ??
-Sí Omi-kun... yo quedé paralizada ante eso... y si sorpresa fue mayor
cuando descubrí detrás de mí al Atilio... el me jaló fuertemente del brazo y
me acercó a él. "No te preocupes, nadie te hará daño mientras estés aquí,
porque tu eres mía, y mía serás para siempre pequeña Mina..." me dijo con
su sonrisa malvada. Es cierto que jamás me hicieron nada. Ya tenía 10 años.
Un día el señor Salazar murió fue asesinado, todos se reunieron, menos
Atilio, Sky y yo porque éramos los más pequeños. Sky era un niño americano,
no duró mucho, porque los mismos hombres de Salazar lo mataron. Era débil,
y apenas había comenzado a entrenar con nosotros. Después de esa reunión,
descubrí que se trataba de la misión más peligrosa de todas "una misión
suicida". Nos enfrentaríamos contra Roché, una familia tan o más poderosa
que los Salazar, los asesinos del el jefe Salazar. Así fue. Que ese día
murieron muchos, algunos huyeron, pero más tarde acabaron muertos por
traidores. Sky había muerto días antes, Julián también murió. Una bala lo
hirió en su pecho, un mal lugar... yo me defendí como pude, pero un sujeto
me atrapó y me apuntó a la cabeza. Mani me salvó y ella recibió el
disparo... con sus ultimas fuerzas me dio su cruz, y me dijo que me
escondiese... que eran muy fuertes. Me enfade enormemente y maté al sujeto.
Pero al darme vuelta me hirieron con una espada en el hombro, quedé
inconsciente pero antes también vi la muerte de Atilio a manos de un enorme
sujeto, lo estranguló.
Eso es todo...
-Pero... ¿cómo sobreviviste después?
- Una anciana, me recogió de la calle. Estaba herida, y me llevó a un
hospital. Permanecí en coma durante unos 2 años... después de eso. ya tenía
12 años y nadie en el mundo. Así comencé con mi trabajo, hasta ahora... eso
es todo. Pero... no debería lamentarme, tuve suerte de estar viva. Muchos
murieron.
En un rato de descuido Omi se abalanzó contra mí abrazándome muy fuerte.
- Sufriste mucho... amiga...
- Cada uno carga con su cruz... pero nuestra cruz jamás es más pesada de lo
que podemos llevar. Y esto..- dije mientras abría mi pijama para mostrarle
mi cicatriz.- es la marca que me dejó la mía.
Me separó de mi, y se volvió a recostar.
- ¿Quieres chocolate caliente??- preguntó con su tierna sonrisa infantil.
- jaja... claro amigo.
Omi se puso de pie, y ambos fuimos a la cocina.
- Busca el chocolate, yo traigo la leche.- dijo señalando la alacena.
- Bien.
Sacó la leche y comenzó a preparar.
- Miki-chan...-
-sip??
- Tu me dijiste que Cómodo y Atilio habían muerto, ¿pero cómo es que...?
- Yo solo vi lo que creí su muerte. A lo mejor ellos también pensaron que
yo había muerto... pero ya vez. Quizás ellos también se salvaron de alguna
manera u otra.
- Es posible... - dijo mientras me pasaba una taza con leche.
-Arigatou gudaimazu Omi-kun- dije.
- Nani?
- eso me lo enseñó Ken-kun.- dije guiñando el ojo.
-Jaja... yo era el encargado de enseñarte el idioma y al final todos los
demás, incluso la Tv. te enseñan- se burló Omi.
Un fuerte sonido vino de la entrada, ya habían llegado los muchachos. Omi
se puso lentamente de pie y yo hice lo mismo. Aya entró con su expresión de
"todo el mundo me cae mal" como siempre. Y Youji venía ayudando a Ken, que
estaba herido.
-Ken-kun!!! ¿estás bien?
-Ken-kun... - dije yo alarmada.
-Tranquilos niños, un descuido nada más, no fue una herida muy grave. -
dijo Youji mientras nos guiñaba el ojo.
- Voy a estar bien, nada grave.- dijo Ken esbozando una sonrisa.
- ¿Qué sucedió?- pregunté.
- Mejor se van a dormir, mañana les contaré todo bien?
-Pero...
- Mejor así, fue una noche larga ¿no lo crees Mina-chan?- dijo Omi con una
tierna sonrisa.
- Está bien Omi-kun...
-Que duermas bien.
* * *
"Eres mía pequeña Mina, y siempre vas a ser mía". En mi cabeza escuchaba
aún la voz fría y amenazante de Atilio. Me desperté un poco agitada. Ese
sujeto, aún en mis sueños. Me puse de pie. Ya estaba mucho mejor, el pie no
me dolía, y el brazo era lo de menos. Lo movía con más agilidad que antes.
Me saqué la venda de la frente. No era nada, ya estaba bastante bien, y me
alegré por ello. me cambié rápidamente y me puse un vestido corto, bastante
cómodo. Me peiné al cabello con dos trenzas. Tal y como Mani me peinaba,
claro que era más difícil con el cabello corto. Pero ahora había decidido
cambiar, en la forma de vestir, en la forma de hablar, en la forma de
pensar. Había descubierto en estos asesinos a mis amigos. Y eso me hacía
ver la vida de una forma más positiva. Pero había algo de mí que no podría
cambiar. Y eran las emociones confusas del pasado.
Aún así dejando atrás eso salí lo más rápido que pude. Fui hasta la cocina
y me encontré con uno de los muchachos.
- Ohayou!!!- saludé con una sonrisa. Pero me sorprendí al ver que era Aya
quién estaba haciendo el desayuno- eh... Aya-san... - completé con algo de
temor la frase.
El giró para verme. Se notaba perturbado después de eso, pero enseguida se
dio vuelta y prosiguió. Sin hacer mucho alboroto me dirigí a la florería.
- Ohayou!!!- saludé nuevamente
-Ohayou Mina-chan!!- dijo Omi quien estaba regando un helecho.
- Hoy te levantaste de buen humor Mina-chan??- se rió Ken que estaba detrás
del mostrador con un arreglo floral
- Sip Ken-kun. - Un día con Omi y ya te hizo esto?? Entonces deberías quedarte con él más
tiempo... jaja- dijo Youji.
- ¿Qué haces Youji-san?- pregunté acercándome a él.
- eh... descansando... no puedo trabajar sin haber comido antes...
- O sea que casi siempre tienes hambre Youji-kun??- preguntó Omi con
picardía.
- Damare Omi-kun!!!- dijo Youji. - Ken-kun ya estás bien?
- Sí, no fue nada. Solo un descuido como Youji-kun dijo... jaja
- ¿Y tú Omi-kun?
-Claro que sí!! me desperté mucho mejor. Arigatou!!! Todo te lo debo a tí.-
Dijo mientras apartaba unos mechones rebeldes de cabello que se colaban por
la gorra.
- Que bien.-sonreí complacida.
- ¿Mina-chan te gustaría ayudar?- preguntó Ken simpáticamente.
- Claro!!- dije pegando un saltito.
- Serás de mucha ayuda. Cuando llegaste me mostraste que sabías mucho de
flores y todo tipo de plantas.
- Bueno... yo solo leí una enciclopedia hace algunos años... cuando te dije
los nombres de las flores fue que recordé por las fotos y sus
definiciones... nada más.
- ¿Una enciclopedia?- preguntó Youji.
- Sip Youji-san. Aprendizaje y adaptación veloz... - dije con un tono más oscuro y triste- Es para lo que me entrenaron... - dije en un murmullo suave
y miedoso. Yo me sentí atormentada con estas palabras... "me entrenaron"
como un animalito salvaje, una máquina. No era más que eso, algo que seguía
las ordenes de su amo... muy a su pesar...
Omi se dio cuenta de inmediato, dejó la regadera y sin darme cuenta me dio
la mano. Después de eso me abrazó. Yo salí exaltada de mis pensamientos,
entonces recién caí en lo que sucedía. Omi se apartó y me regaló una
sonrisa amistosa.
- Vamos a desayunar, estoy muriendo de hambre ¿tú no?
- Yo... sí- traté de sonreír natural, pero se me fue imposible.
- Mina-chan, Aya-kun cocina bastante bien, te prometo que no comerás ningún
invento raro de nuevo- dijo Youji con una picara sonrisa.
- ¿Invento raro? ¡Ya sé que eso lo dices por mí!!!!!!!!- se enfadó Ken.
- Jajajaja... ¿a quién se le ocurriría poner picante en una comida para
enfermos???
- No te burles
Youji-kun!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
- Tranquilo Ken-kun, un momento de estupidez lo tienen todos...
- ¿Incluso tú Youji-kun?- preguntó Omi picaramente.
- No, yo no Omi-kun. Deberías saberlo... - dijo en forma soberbia.
- Ano bakana yatsu... - refunfuñó entre dientes Ken.
- Ken, tu comida no es mala. Y no le hagas caso a Youji-san, tan solo se
burla de tí porque tu caes en sus bromas... - dije compasiva a Ken.
- Y siempre cae!!!!!!!jajajajajaja... - se siguió burlando Youji
Después de todo, ellos eran mis amigos... cuando me notaban triste hacían
todo ese circo como para sacarme de mis perturbadores pensamientos. Era
verdad, la comida de Aya era verdaderamente increíble. Manjar de los
dioses... jaja, sin duda esa es el mejor adjetivo para describir su comida.
La mañana transcurrió más tranquila después del desayuno. Por parte me
había propuesto hacer mi mejor trabajo en la florería. No hacía nada en
comparación a los muchachos. Simplemente "trame esto" "¿te encargarías es
lo otro?" cosas por el estilo. Pero me hacia sumamente feliz ser útil para
algo que fuese matar... Cuando mataba sentía felicidad... no, no era
felicidad. Era satisfacción por haber hecho mi trabajo; pero no disfrutaba
matar. Disfrutaba el oler las flores, el cuidarlas y el ser útil con gente
que me simpatizaba.
Más o menos al mediodía de ese domingo Youji estaba sentado de vago porque
a esa hora del día no había muchos clientes. Ken me enseñaba a hacer un
arreglo floral que estaba complicado... Omi atendía a una señora y Aya solo
estaba arreglando unas azucenas muy bonitas. Como siempre distante y
aislado de todo el mundo que lo rodeaba.
- Lo ves. Te salió muy bien para ser la primera ves. Demasiado diría yo... -
dijo mirando detalladamente el arreglo.
- ¿En verdad?- pregunté contenta.
- Sip. Está muy bonito, si sigues practicando seguramente superarás a
Aya-kun.- dijo alzando algo la voz para que éste escuchara. Pero Aya solo
siguió con sus azucenas.
- Que remedio... - dijo Youji encogiéndose de hombros.
Segundos después una chica entró al local. Bonita, como de mi edad, con el
cabello ondulado. Estaba sonriente y se dirigió a Omi directamente.
- Ohayou Gozaimazu Omi-kun!!- saludó.
- Konichiwa Ouka-chan.- saludó Omi también.
Después ella le dijo un par de cosas en japonés. Traté de no prestarle
atención, porque me frustraba no entender nada. Ella le hizo una pregunta,
y Omi se mostró pensativo.
- ¿pondrías esta maceta allá?- señaló junto a Aya, Ken estaba prestando
atención a otra cosa.
- Claro, no hay problema.
Levanté la maceta, parecía pesada pero no lo era en lo absoluto. Y me
dirigí hasta donde estaba Aya. Pasé justo por detrás de Omi, y esa chica
notó mi presencia.
- Dare da?- preguntó mirándome por encima del hombro de Omi.
- Nani??- Omi se dio vuelta.- Ella es Mina-chan. ¿Mina-chan quieres venir
al cine con nosotros?- preguntó el chico.
Miré detenidamente a Omi, después a la chica. ese tonto de Omi, si esa tal
Ouka lo había invitado a él solo era porque quería salir en una cita con
él. Ella me miraba como confundida... claro que quería estar sola con Omi.
- No gracias Omi-kun. Yo mejor me quedo.- respondí con el tono frío que
solía utilizar.
esto pareció confundir a Omi. Youji miraba atento por encima de sus lentes.
4estaba muy divertido con esa escena.
- Está bien... si no quieres... No voy a ir Ouka-chan, disculpa.
-No digas tonterías Omi-kun!! No puedes negarte a la invitación de la
chica... - le guiño el ojo en forma picara Youji. Ouka pareció sonrojarse
con este comentario.
- Demo...
- Omi-kun, ve al cine con Ouka-chan. No te preocupes, es que Mina no puede
salir, porque va a salir conmigo ¿verdad Mina-chan?- dijo Ken guiñándome en
ojo.
- Sí, eso justamente era.- traté de sonreír, pero no tuve demasiado éxito.
- Está bien- se quitó el delantal- Vamos Ouka-chan.
Omi salió justo a Ouka del local. Yo solo me quedé mirando, en verdad
hacían una linda pareja. Y eso me ¿alegraba?... eh... uhm... no estoy
segura...
- Gracias Ken-kun - dije yo depositando la maceta.
- Ese Omi si que es un tonto. ¿Cómo se le ocurre decir que no a la
invitación de esa chica? Ese chico está solo, ya es hora de que vaya
haciéndose una novia.- se rió divertido Youji.
- Es verdad. Ouka es una muchacha muy simpática.- asintió Ken.
-¿Qué hago con esto?- pregunté mostrando unas flores que estaban en el
piso.
- Bueno... tíralas.- dijo Ken.
-Sip.
-Mina-chan, aún así te quedaste sin salida. ¿No quieres ir al cine?-
preguntó Youji.
- ¿qué? ¿yo?- miré asombrada.
- Si claro. Yo te invito.- dijo Youji.
- Y yo también.- completó Ken.
-Que te parece, dos hombres guapos que te invitan para el cine. No te
puedes negar.- dijo Youji.
-Jajaja... es cierto. Arigatou Ken-kun y Youji-san!!- dije contenta.
* * *
La tarde siguió más o menos igual. Pero mis dudas se hicieron más grandes y
no pude resistirme.
- Youji-san... - pregunté.
Ken y Aya no estaban cerca, tan solo Youji.
- Si?
- ¿Qué sucedió anoche?
- Es cierto... prometí contártelo. Bueno, la noche en la que se heriste Omi
puso en la camioneta un dispositivo para poder rastrearla. Llegó a una
lugar a las afueras de la cuidad. Anoche justamente fuimos a averiguar en
este lugar. Nos encontramos con lo que pareció ser la cueva de estas
víboras. Hicimos unas investigaciones pero por un descuido de Ken-kun nos
sorprendieron. Nos atacaron de nuevo, incluso encontramos al tipo ese... a
Cómodo. Logramos deshacernos de todos los que habían... pero no terminó
todo. esto es más grande de lo que parecía. Toda una organización criminal
más grande que lo que imaginas...
- Pero...
-Por eso hay que planearlo mejor. No te preocupes.
- ¿Quién hirió a Ken-kun?
- Mina... creo que ya saben que estás en Japón...
- ¿Cómo???
- Como debió haberte reconocido...
- eso es terrible..
-No. Mientras estés con nosotros no te pasará nada.- me sobo la cabeza
tiernamente.
- Yo...
-Bueno, me tengo que ir.- se puso de pie.
- ¿eh? ¿A donde vas?
- Tengo una cita. Prometo no decepcionarte, volveré antes de nuestra cita
al cine- me guiñó el ojo.
-Jaja... estás loco Youji-san
- No me gusta como suena eso de "san". No sé si merezca tanto respeto...
- Entonces... Youji-kun?
-Mejor pequeña.
- No me digas pequeña!!!
- Jajaja... me encanta cuando te enojas... Jajaja.
Todo siguió tranquilo, Youji salió con una de sus novias... recalco "una de
sus". Un chico con tanto carisma no se limitaba a tener a una mujer. Ken
había salido a hacer las compras para la cena, y yo me había quedado sola
con... Aya. Podrían imaginar lo ruidoso que eso estaría. Yo le tenía poca
paciencia a ese chico. Yo no le había hecho nada para que me odiase de esa
manera... un momento... puede ser que lo haya desafiado, burlado y
enfrentado un par de veces... n_n
Aya estaba detrás del mostrador atendiendo los pedidos de una extraña
mujer. Mientras que yo procuraba regar unas plantas con cuidado... era un
trabajo que llegaba a entretenerme. Aya solo me decía cosas como "Trae
esto" "Pon eso aquí" o "Podrías dejar de estorbar?" me preguntaba como
hacia preguntas con un tono tan neutro en su voz, como ordenes o
afirmaciones. Estaba esperando con ansias que Youji, Ken u Omi regresaran.
- Deshazte de eso... - me dijo señalando una bolsa.
Yo solo me limite a obedecer. El me recordaba tanto a... Atilio. Sip, era
muy parecido, pero Aya no tenía maldad en sus ojos... No, era severo pero no
malo... aún así, era un asesino... como Omi, como Youji, como Ken, como
yo...
Después de salir la mujer, entró al Koneko no sumu Ie una pareja. Un chico
un poco más grande que yo y una muchacha monísima.
Pidió algo a Aya. Claro que hablaba japonés... pero después que me detuve a
verlo mejor noté que el chico no era japonés... No, era occidental. Peor
aún, sabia que lo conocía de alguna parte.
Me acerqué un poco más al mostrador en donde Aya estaba.
- ¿No necesitas nada más?- le pregunté gentilmente.
Aya me miró con furia. Como si hubiese pecado gravemente con el solo hecho
de haberle dirigido la palabra.
Se dio la vuelta y le entregó el pedido al muchacho, quien sacó su
billetera. Al verme se quedó petrificado... su billetera calló de su mano
al mostrador.
-Daijubu ka??´- le preguntó la chica algo preocupada.
- Minazira... - me dijo- Demo...
La chica siguió preguntando insistentemente si le pasaba algo. Pero tanto
Aya, el muchacho como yo permanecíamos silenciosos. La chica pareció
molestarse mucho, pegó la vuelta y se fue. Esto no pareció molestarle al
chico.
- Pero... estabas muerta... - dijo el muchacho en español.
- Eh??? Pero... eres... Sky. ¿No es verdad?- pregunté en el mismo idioma.
Aya se dio cuenta de esto y se retiró a seguir con un arreglo que desde la
mañana había comenzado.
Sky me invitó a salir, para hablar. Yo acepté después de preguntarle a Aya.
Quien solo me contestó con un "Haz lo que quieras". Sky parecía conocer muy
bien la ciudad, porque me llevó a un lugar muy bonito, que parecía ya haber
visitado con frecuencia.
- Usualmente traigo a mis citas a este lugar... - se rió Sky.
- Uhm... - solo dije.
- ¿Qué haces en Japón?- preguntó con algo de seriedad.
- Un trabajo...
- ¿Trabajo...? Ya veo... continuas con lo de antes... - dijo con algo de
melancolía y tristeza al mismo tiempo.
- Es lo único que puedo hacer...
-Me enteré que el hijo mayor de Salazar había muerto hace un par de años...
pero no tenía idea de que siguieran trabajando.
Parte 3
- No. Yo trabajo sola. Desde hace 6 años que no estoy con Salazar...
- Eso fue después de lo de Roché...
- Así es...
- ¿Qué sucedió contigo?
- Quedé muy malherida... estuve en coma por dos años. Después de eso me vi
sola y con la necesidad de trabajar para ganarme la vida.
- Eso es lo que pasó con la mayoría que sobrevivió.
- ¿Qué sucedió contigo? pensé que habías muerto.
- Quedé malherido después de los entrenamientos. Siempre fui débil y lo
sabes... pero el señor Salazar me mandó medio muerto a un hospital. Después
de ahí caí conque estaba en un orfanato en los Estados Unidos. Comencé a
estudiar y gané una beca para estudiar en Japón y aquí estoy.
- Me alegro amigo. Al menos uno de nosotros llegó a tener una vida
normal...
- Pero tú... ¿qué hacías en esa florería?
- Bueno... eso... - me puse nerviosa- eso es un secreto...
- Está bien, te comprendo.
- Sky... ¿sabes qué pasó con los demás?
- Bueno... hace poco en un club nocturno me encontré con Julián... al
parecer estaba con una chica.
- En eso trabaja...
- Ya veo... también sigue metido en lo mismo...
-Sí.
- Supe lo de la muerte de Mani... lo siento mucho...
- Bueno... fue una victima más...
- Sí, pero era incurable. El cáncer puede ser así en ocasiones. Si no se
para a tiempo...
- Eh??? ¿Cáncer????
- ¿Cómo? No lo sabias????
- Pero, yo pensé que había muerto en lo de Roché!!!!- le paré exaltada.
- Claro que no. Ella estuvo viviendo de EEUU por un largo tiempo... hace 5
años más o menos la encontré por casualidad. Vivía en Chicago, estaba
embarazada.
- ¡Embarazada!!!!!! eso no lo puedo creer!!!
- Tranquilízate. Le pregunté por tí, ella me dijo que habías muerto en
Roché... que ella intentó salvarte pero que no pudo.
- Pero... no puedo creerlo...
- Sé que tuvo una pequeña hija. Pero por desgracia hace 1 año... ella
murió.
- ¿Y qué pasó con la pequeña?
- No lo sé... a lo mejor en un orfanato...
- Ya veo...
- ¿Sabes una cosa? Te ves realmente bonita.
-Eh? yo... bueno... - me sorprendí con este comentario.
-Es en serio. ¿Tienes novio?
- No digas estupideces Sky...
- Tienes razón... pero te vez muy bien así. Con el cabello largo... y
vestida de esa manera, nadie pensaría lo que eres en realidad.
-Las apariencias engañan Sky... - dije con una sonrisa irónica.
- Como sea, pero llámame si quieres salir algún día...
Quién iba a pensarlo, Sky había cambiado bastante. Ese último comentario no
me agradó en lo más mínimo.
Después de eso nos despedimos, Sky dijo que tenía examen al día siguiente,
por eso no podía acostarse muy tarde, pero que le había dado gusto ver
me y que me visitaría de nuevo al Koneko no sumu Ie. El lugar no quedaba
muy lejos de la tienda, y volví caminando.
Iba caminando, ya era tarde. El atardecer se veía increíble. Mani, me
alegró saber que ella había logrado sobrevivir después de todo. Y que
además tenía una hija... una preciosa bebé de seguro. Pensé mucho al
respecto. Pero no pasó tiempo hasta que llegué a mi destino.
- ¿Adónde te habías ido?- preguntó Ken mientras cerraba el lugar.
- Disculpa, pero tuve que salir con urgencia.
- Y yo que llegué temprano para ir al cine.- dijo refunfuñando Youji.
-Discúlpame Youji-kun!!- dije angustiada- pero es que necesitaba salir. - Estábamos preocupados, le preguntamos a Aya-kun, pero él solo respondió
que saliste con un amigo. Lo que sonó extraño porque no conoces a nadie en
Japón... y a propósito, ¿a donde fuiste?
-Salí con un amigo.
- ¿Qué????- preguntaron asombrados Ken y Youji.
- Un viejo amigo. Se llama Sky... perdón por no avisar.
-Está bien te perdonaré por esta vez- Youji me sobo la cabeza despeinándome
totalmente.
Subí a mi habitación, mientras iba por el pasillo me detuve frente a la
habitación de Omi, tenía ganas de conversar con él, de contarle sobre Mani
y Sky. Se escuchaba el clásico sonido de las teclas siendo presionadas a
mil por segundo. Golpeé la puerta.
- Pasa.- dijo Omi.
Yo abrí la puerta y entré. Como me imaginé estaba frente a su computadora
como hipnotizado.
- Omi-kun?- dije suavemente.
Inmediatamente se dio la vuelta para verme.
- Mina-chan!!! ya estás aquí.
- Sí, llegué hace un rato. ¿Acabas de llegar?- pregunté mientras me sentaba
en su cama.
- No, desde hace mucho tiempo que estoy.- entonó estas palabras con su
encantadora sonrisa.
- ¿Cómo te fue con esa chica?- dije con picardía.
- Eh... ¿con Ouka-chan? Ella es una buena amiga. Fuimos al cine y después la acompañé a algunos lugares... ya sabes.
- Aunque pienses eso ella no te ve como a su "amigo"- me burlé.
- No sigas con eso!! Eres peor que Youji-kun!!!- dijo levemente
avergonzado.
- jajaja... no te enojes Omi-kun!!! tan solo bromeo... aunque creo que le
gustas.
- Mina-chan!!! chigau... - se puso algo serio.
- Está bien, no te diré nada.
- Pero aunque sea así... lamento no corresponderle... - murmuró.
- Y eso?
Omi se acostó en su cama a un lado mío.
- Está bien...
- ¿Pero a dónde fuiste?
- Con un viejo amigo...
- Eh???- se sentó inmediatamente- ¿Te encontraste con Cómodo o el otro???
-No... con mi viejo amigo Sky...
- oh sí... recuerdo que me contaste de él... pero ¿no había muerto??-
preguntó confundido.
- Eso mismo creía yo... al parecer después de la golpiza fue a parar a un
orfanato en EEUU.
- Bueno, se podría decir que corrió con suerte. ¿Pero qué hace aquí?
- Una beca de estudio... continuó una vida normal. El no llegó a
involucrarse tanto como Mani, Julián, Atilio o yo misma. Nosotros ya no
podíamos dar marcha atrás.
- Bueno...
- Pero estoy muy feliz Omi-kun!!!!!- dije tomándolo de las manos
- eso lo veo, ¿pero por qué motivo?
- Sky me dijo que Mani había muerto.
- En realidad no sé que es lo que te hace feliz... pensé que ya sabias
eso...
- No!! Pero él me dijo que murió hace tan solo un año, de cáncer!!!
- Eso significa...
- Incluso tuvo un bebé. Que posiblemente esté en un orfanato de Chicago.
- Eso es maravilloso!!!!- Omi saltó de la alegría.
- Me siento feliz de saber que ella pudo ser feliz, aunque fuese en sus
últimos días...
- A propósito, mira lo que encontré!!- Omi se puso de pie rápidamente y
cuando quiso saltar de la cama se cayó y me arrastró con él. El golpe fue
duro, pero no dolió.
Cuando me di cuenta yo estaba en el suelo y Omi se encontraba en cuatro
patas sobre mí. Me sonrojé muchísimo ante tal situación, y él se puso
igual.
Como si nada pudiese empeorar la situación la puerta se abrió en ese
momento.
- Omi-kun, ¿podrías venir un momen... to??- Youji quedó petrificado con lo
que estaba viendo.
Omi se puso de pie inmediatamente.
- Youji-kun... eh... yo... por qué entras sin preguntar!!!!!!!!!
- Disculpa, podrían poner llave al menos- guiñó su ojo.
- NOOOOOOOOO!!!!!!!! No es lo que imaginas!!!!!!!!!!!!!!!!!- me puse
inmediatamente de pie totalmente enojada, confundida y avergonzada al mismo
tiempo.
- Está bien... no tienen que avergonzarse niños... a veces olvido que no
son tan pequeños- se burló Youji.
- Youji-kun!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!- dijimos ambos
al unísono.
- Como quieran...
* * *
Y aquí estoy, recostada en mi cama después de tan larga noche. Aún voy
vestida de negro... que desastre. Pero todo terminó, es el fin... Persia
dio como orden acabar con todo, entonces simplemente acabamos con todos...
absolutamente todos. Simplemente fue el fin... pero debo admitir que no fue
sencillo. No, meterse a la boca del lobo confiando en tu habilidad y buena
suerte es algo estúpido, pero el que no arriesga no gana.
En verdad esa organización era grande... drogas, armas, las preguntas
correcta seria "¿Qué no encontramos?" Si todo lo que es ilegal en este
mundo había ido a parar a ese nido de ratas.
¿Cuántos más maté esta noche? Ya no los cuento... antes Mani me hacia rezar
una oración por cada uno... llegué a rezar varios rosarios por día... pero
ya lo veía vano, o simplemente no estaba de humor. No me encontré con
Atilio o Julián. Eso me inquietaba... ¿Qué habría pasado con ellos? . Los
cobardes huyeron antes de nuestra llegada?? No, no era posible, y eso me
inquietaba. Pero en fin, ya todo había terminado... tres días... solo tres
día. Jamás esperé más tiempo, pero en tres días había sido realmente feliz,
había conseguido a tres amigos maravillosos, y a un compañero que ya no me
molesta tolerar.
Pero es el fin... aquí terminó todo. Me puse de pie, toqué mi rostro sucio.
Todo pegajoso con sangre, y algo de sangre seca en el resto de mi cuerpo.
Salí del cuarto, algo desganada, y silenciosa.
En el comedor Ken estaba sentado junto a Omi, y conversaban muy despacio de
algo. Pero estaba en japonés claro... Youji también estaba allí, parado en
un rincón tan solo haciendo uno que otro comentario.
- Muchachos... - dije mientras entraba.
- Mina-chan... - dijo Youji con un tono agotado.
Era verdad, todos estábamos agotados.
- ¿Quieres darte un baño? La sangre en tu rostro no luce nada bien... - dijo
Ken.
- Terminamos... - solo contesté.
- Es verdad... ya todo terminó.- dijo Youji con una sonrisa.
- Yo... me voy... Me tengo que ir mañana en la noche... - dije con un tono
de voz lleno de tristeza.
Ken dejó de sonreír al igual que Youji. Omi ya estaba serio desde que entré
a la habitación, lo que me pareció muy extraño.
- Lo imaginamos... - dijo Youji.
- Me voy a bañar.
A la mañana siguiente me desperté demasiado temprano y comencé a preparar
las cosas, de seguro partiría lo antes posible. Después fui a la cocina
para desayunar, Omi estaba preparando el desayuno, estaba más silencioso de
lo normal.
- Ohayou Gozaimazu Omi-kun... - esbocé una sonrisita.
- Ohayou... - dijo con una risa bastante falsa.
- Doyshitano??- pregunté con el mismo aire de tristeza.
- Jaja... ya sabes más palabras...
- Es que estuve leyendo un diccionario... cien palabras por minuto, una
habilidad que adquirí gracias al viejo Salazar... - reí irónica.- ¿Ya te vas
a la escuela??
- Eh.. sí. Pero espero que estés aquí todavía cuando vuelva.- Su sonrisa
estuvo más natural esta vez.
-Claro que sí, prometo no irme hasta que hayas regresado, te lo juro...
Me di la vuelta para seguir mi camino y sentí que me abrazó fuertemente por
atrás... las suaves manos de Omi me hicieron estremecer por completo...
-No te vayas... quédate conmigo... - dijo entrecortadamente.
-...
- No quiero que te vayas...
-Tengo que hacerlo, cumplí mi tiempo aquí pequeño Omi- dije con una
sonrisa.
- No quiero... no...
- Pero... por qué?? Tengo que partir, todos sabíamos que pronto tendría que
irme...
- Miki-chan...
-Eh??
-Ai Shiteru...
Me quedé congelada por unos momentos, ¿qué??? Mi japonés no era muy bueno,
y no estaba segura, pero esas palabras... ¿significaban "Te Amo"??? Sí, pero
dudé, no!!! Era imposible, yo no puedo dar ni recibir amor nunca, nunca
más... porque siempre termina doliéndome...
Mi corazón comenzó a latir en forma apresurada, me estaba poniendo muy
nerviosa...
-Te amo... - me dijo esta vez en inglés como para confirmar mis sospechas
sobre el significado de aquellas palabras.
No sabía que contestarle... él también me gustaba mucho, he incluso era la
única persona a la que le abrí mi corazón... mi amigo, mi compañero... mi
querido Omi. La persona que me hacia estallar de felicidad con solo su
presencia, la persona que me sonreía siempre que sabía que estaba triste o
preocupada... la persona que me amaba tanto como yo a él... ¿esto era amor?
Sí, esto mismo era... yo amaba a Omi.
-Ai shiteru... Omi-kun - dije con algo de vergüenza.
Omi me tomó de los hombros y me dio vuelta hasta quedar frente a frente. Su
rostro reflejaba mucha felicidad, al igual que el mío.
Poco a poco me fue acercando a él, hasta que nuestros sentimientos quedaron
sellados por un largo y profundo beso.
Nos separamos, yo estaba totalmente roja, él solo tenía un leve tono rosado
en sus mejillas. Que envidia que le tengo!!! Para él es tan fácil expresar
sus sentimientos...
-Quítense del camino, ¿que están viendo?- escuchamos la voz de Aya.
Ambos nos dimos vuelta para ver que Ken y Youji estaban espiándonos...
- Oh!!! Disculpen... fue un accidente... -mintió Ken.
-Es que es su culpa, andan haciendo espectáculos en la mitad de la
cocina...
Me sonrojé más todavía, pero Omi parecía muy tranquilo al respecto.
-Yo... - llegó a pronunciar-... me voy a la escuela. Nos vemos!!!+
Omi salió corriendo como siempre lo hacía dejándonos completamente
estupefactos n_nU
* * *
El desayuno pasó bastante tranquilo, como siempre. Youji burlándose de mí,
también burlándose de la estatura del pobre Omi... pobrecito el no tiene la
culpa de ser tan bajo a los 17 años... y Ken tratando de hacer que los
modales de Youji en la mesa mejoraran... a pesar de lo que el mismo pensara.
- Mina-chan, podrías pasarme esas tijeras??- me pidió Youji.
"Más del medio día... pronto me iré?? Omi... no podía dejar de pensar en
él... y eso no pasaba por desapercibido por mis compañeros en el Koneko no
sumu Ie. Estaba bastante distraída, pero a las ves confundida, porque no
sabía que haría después de todo, y tenía que hablar con él..."
-Mina-chan!!! Ya deja de pensar en ese muchachito y pásame las tijeras... -
se burló Youji.
-Eh... - un rubor invadió todo mi rostro-... no. lo siento
Youji-kun... -dije pasándole las tijeras para podar.
De pronto una canción empezó a sonar en la radio.
- Súbele Aya-kun!!! !!!!- dijo Ken.
Ken y Youji comenzaron a cantar la canción... n_n U en verdad... como
cantantes se morían de hambre... jaja...
- Esa canción es bastante buena... -asentí
- Claro!!! Si es la mejor!!!-dijo Ken
- Drive`s hight...L`arc en ciel- dijo Youji.
-Ey, tú... - me di la vuelta para ver que era Aya quien me hablaba.
-Sí???
-Esto llegó para tí... - me entregó un paquete.
Ken apagó la música para ver que era lo que me había llegado.
-¿Un paquete? Que raro, talvez sea peligroso.- advirtió Youji.
- Ya lo he revisado, no tiene nada fuera de lo normal... -dijo Aya.
Abrí el paquete lentamente, era una muñeca una muñeca de trapo.
-Eh?? Y eso??
-Es... una muñeca.
-Esto es bastante obvio Ken-kun, pero qué significa la muñeca!!
- Era mía... de cuando era pequeña.
Hice a un lado la muñeca para encontrarme con una carta.
-Eh??? ¿Qué dice?
-No sé... - comunique
- Es una dirección, en las afueras de la ciudad.
-Espera, todavía hay algo más!!!- Ken sacó una fotografía.
Yo me quedé mirándola por unos momentos. La familia Salazar, una foto de
hace unos años. En ella también salían los mayores allegados a la familia.
Entre ellos nosotros... yo.
El señor Salazar, su esposa, sus hijas, el señor Alejando, Mani... todos
ellos tachados en rojo. Sky tachado con azul... y los únicos
librados... Atilio, Julián y yo...
Qué??? No era posible, además, por qué Sky estaba tachado???
- Sky... no entiendo... -llegué a murmurar.
- OH no... - la voz de Ken sonó afligida.
-¿Qué sucede Ken-kun?- pregunté con algo de tristeza tratando de no llorar
-Mira esto- me mostró el periódico que yacía sobre el mostrador de la
florería.
"Estudiante extranjero asesinado en la noche de ayer..."
-No!!! Esos psicópatas lo mataron!!!!- comencé a llorar crudamente
abrazándome a Ken quien era el más cercano a mí.
-Tranquila... - me susurró acariciándome la mejilla suavemente.
-Quieren que vayas esta noche Mina-chan...
-Eh???- me separé bruscamente de Ken.
- Para eso es la dirección.
-Youji-kun... está bien. Si eso es lo que ellos quieren, iré y con mis
propias manos los mataré a ambos.- mi voz tomó un tono muy frío que hico
estremecer a Ken. Cuanta crudeza en tales palabras.
- Va a ser peligroso...
-No me importa!! Me enfrento cada noche a la misma muerte desde hace muchos
años, incluso desde mi mismo nacimiento!!!!
- Hola a todos!!!!!!!- dijo Omi que entraba a la tienda.
No me había dado cuenta, pero en cualquier momento llegaría la hora más
difícil del día, el horario en el que la florería se llenaba de
adolescentes entupidas... que esperaban, cuatro chicos bien parecidos bajo
el mismo techo... es tentación para cualquier chica normal.
Omi se dio cuenta enseguida de que el ambiente estaba algo tenso.
- ¿Sucede algo malo?- preguntó con su inocente rostro.
* * *
-Pero quiero ir sola!!!!
-¿Estas segura?- preguntó Ken.
-Yo iré contigo, no te dejare sola. Mina-chan... - dijo Omi con cierta
tristeza en sus ojos.
-No!! Ya dije. Perdóname Omi-kun... pero quiero ir sola... esto ya no es
asunto del Weib Kreuz, esto es algo personal...
-Omi... deja que vaya sola- dijo Youji guiñándole el ojo.
-Mina-chan, te devuelvo esto- me dijo Ken entregándome de nuevo la cruz de
Mani. es cruz me recuerda tanto a su muerte, las imágenes volvieron a mi
mente.
Ella quiso salvarme y murió, no, no habías muerto, claro que no, y eso me
hacía muy feliz. El idiota de Atilio se enfadó mucho con ella. Él siempre
decía que yo tenía que cuidarme sola. Cuando el cuerpo de Mani yacía
inconsciente en el piso yo le quité la cruz, y Atilio se enfadó dándome una
cachetada, y un reproche a Mani, aunque ella no escuchaba. Después creí ver
su muerte, la muerte de Atilio, él tampoco había muerto... tantos años de
engaño...
-Sí... - dije poniéndome de nuevo la cruz alrededor de mi cuello.
* * *
Ya estoy aquí, no puedo creerlo que lo estoy, es tan extraño.
En una fabrica abandonada, al menos eso parece... que lugar más tenebroso.
¿Miedo? Sí, tenía miedo. No creí poderlo aceptar, pero lo hice. No tenía
miedo de esa entupida fábrica, sino más bien de lo que encontraría allí
dentro.
Seguí caminando, entré cuidadosamente a ese lugar. me exalté a escuchar un
ruido.
Una rata, que tonta, había sido un simple animalejo..
- Ya estás aquí... - escuché la voz de un joven.
Me di la vuelta para ver quien era.
- Salazar... - llegué a pronunciar.
-Me alegra saber que me recuerdas... admito que he cambiado mucho en los
últimos años, por eso no creí que llegaras a reconocerme.
-La cara de un maldito no se olvida con facilidad... -mi voz retumbaba en la
habitación.
- Jajaja... ya pensaba yo que así me recordarías. Pero al menos me
recuerdas.- su voz era fría y aterradora.
- Dame una maldita explicación!!! ¿Qué le sucedió a Sky???!!! Lo mataron!!!
No entiendo por qué lo hicieron!!!
-¿Muerto?
- Ustedes lo mataron!!!
-Ah... te refieres a ese chico... el yanqui tonto y débil..
-Por qué lo mataron????
-No tenía idea de que seguía vivo...
-Eh??? No mientas!!!!!
Atilio avanzó lentamente hasta encontrarnos frente a frente.
Había cambiado, estaba bastante alto, llevaba su cabello rubio corto, más
corto que antes. Sus ojos verdes me seguían inspirando temor, y una
cicatriz atravesaba su mejilla derecha.
- No tenía idea de que ese tonto yanqui seguía con vida...
-¿Eso es verdad? Pero el periódico... - pregunté confundida.
- Me conoces, y sabes que si yo lo hubiese matado, o mandado a matar no
tendría ningún reparo en decirlo.- sonrió.
Era sumamente apuesto, pero su mirada seguía siendo fría, como la de un
asesino. No, no todos los asesinos eran iguales, no mi amado Omi. O mi
querido amigo Ken. Tampoco el encantador Youji, ellos eran... diferentes.
- ... eso es verdad... - bajé la cabeza.
Me exalté mucho cuando me tomó por la barbilla obligándome a verlo a la
cara.
- Eres más hermosa de lo que imagine... mucho más de lo que esperaba...
- La adulación nunca ha funcionado conmigo, y lo sabes... - dije apartándome
en forma violenta.
- Jajaja... es cierto. Tu carácter tampoco ha cambiado... aunque ahora eres
más decidida, claro está.
- Entonces... no entiendo que sucedió con Sky...
- Tampoco yo, y si salió el los periódicos, no fue un trabajo de los míos,
suelo ser más limpio y cauteloso...
- También... creí que tu habías muerto...
- Muerto... sí, parte de mi ha muerto si a eso te refieres... - dijo con
cierta melancolía que tan solo alguien como yo podía identificar.
- Pero ya veo que no fue así, sigues vivo... siempre pensé que tan solo yo
había logrado salir con vida.
- También yo llegué a pensar eso, pero no por mucho tiempo.
- Eh? No entiendo...
- Mi hermano, el viejo Salazar, Mani, Sky, Julian, incluso tú. Pensé que
todos ya habían muerto... cuan equivocado estaba. Si de esa lista más de la
mitad logró vivir.
- Tú sabes que pasó, sé que lo sabes.
- ¿Quieres saber? es lógico que tengas esa curiosidad, después de todo,
dudo que sepas del todo la verdad que se esconde en nuestro pasado.
- Por favor, dime que sucedió, es muy importante para mí. Es un capitulo de
mi vida que por fin quiero cerrar.- casi rogué.
- Mi madre...
- ¿Tú madre? ¿La señora Catalina? ¿Qué con ella?
- Le había pedido el divorcio al viejo...
- ¿Tu padre?
- Eso creí hasta entonces... ella le confesó que yo no era su hijo...
- Uhmm...
- Entonces mi supuesto padre se puso muy violento, al punto de intentar
matar a mi madre. Alejandro la defendió, pero en consecuencia fue
desheredado; yo también al no ser su hijo. Los más fieles a mi padre
estaban a la expectativa de quien sería el nuevo heredero. Sin duda
pensaban que alguno de ellos sería. Mi hermano me confesó que sería
Georgio, el italiano protegido de mi padre. Y él mismo dijo que así
sería... cuando mi madre confesó que Georgio era mi padre natural.
- Eso... no tenía idea de ello.
- Eso pensé- dijo con una melancólica sonrisa que me partió el corazón. - A
la vista de todos no había ningún heredero, pero ese viejo desgraciado ya
tenía a alguien en mente. Mandó a matar a Georgio, y a su segundo más
allegado le contó todo lo que tenía planeado. El viejo tenía a alguien más
de heredero, a un heredero que jamás había querido reconocer, pero que por
obligación ahora tenía que hacerlo, ese heredero era su ultima oportunidad.
- ¿Qué sucedió luego?- pregunté ansiosa pero aterrorizada.
- La pelea con Roché fue tan solo un fraude. Alguien asesinó a Salazar,
pensamos que fueron los hombres de Roché, pero fue un grupo de nuestros
propios hombre... unos traidores. Como no había heredero según ellos
creían, o por lo menos no uno de sangre.
- ¿Y contra quienes luchamos?
- Contra Roché, pero ellos jamás supieron la razón... patético.
- ¿Entonces por qué pelearon?
- Vamos, alguien viene y te ataca, lo único que puedes hacer es defenderte,
¿no lo crees?- usó un tono cínico.
- Ah... claro.- dije levemente sonrojada por la tonta pregunta.
- Cuando me trataron de asfixiar, mi hermano me defendió. Después de eso
logré salir ileso, pero no él. Mani, quise defenderla, no por mí, más bien
por mi hermano. Pero ya fue demasiado tarde cuando trate de ayudarla.
- Te enfadaste mucho...
- Eh??- me miró sorprendido.
- Cuando ella me salvó, te enojaste mucho con ella.
- Sí, pensé que había muerto. Ella no debía morir, eso fue lo que mi
hermano me dijo. Que Mani no debía de morir, no cuando llevaba a un hijo
suyo.
- El bebé, ¿era de tu hermano? Eso sospeché.
- Sí, ya ves. Pero él la amaba mucho, y creo que ella también a él.
Alejandro me dijo que se sentía feliz cuando fue desheredado, que planeaba
después de que la venganza terminara irse muy lejos con tu amiga, porque
ahora ambos iban a tener un hijo.
- Mani... - murmuré dejando escapar una lágrima.
- Ellos fueron los únicos en encontrar el amor dentro de tanta violencia.
- Los admiro, a ambos.
- No sé si lo recuerdes lo que ahora te narraré. Pero cuando la vi. morir,
mi única preocupación eras tú. Te habías desmayado, pensé que tan bien
habías muerto. Pero por suerte no fue así. Te cargué en mis débiles brazos.
No quería que murieras, iba a llevarte a un hospital. Pero unos hombres nos
interceptaron, eran hombres de nuestra parte. Pensé que nos ayudarían, pero
por en cambio nos atacaron. No les fue difícil ganarme, tan solo tenía 12
años, estaba herido, y tu inconsciente en mis brazos. Nos separaron, cuando
te vieron te creyeron muerta, y yo los convencí de eso. Me dejaron casi
muerto. Casi... ya no tenía fuerzas para nada, solo iba a dejarme morir.
Pero no antes de que te salvaras, rogué un milagro. Nunca había pedido nada
a Dios, pero esta vez lo hice con todas mis fuerzas. Una anciana pasó por
ahí y le pedí que te ayudara, que aun tenías una oportunidad de vivir.
Unas lágrimas se hicieron evidentes en mis ojos. Pero él las notó cuando
volvió a mirarme para ver mi reacción. Bajé la cabeza, mi cabeza daba
vueltas, no entendía que tenía que hacer, simplemente no lo
sabía.
- No llores... - me dijo tratando de ser amable, claro que le costó un poco.
- Por eso me dijeron que una anciana me había llevado al hospital sin
ninguna explicaron razonable. Que solo me había encontrado en la calle.
Pero... como sé que me dices la verdad?
Atilio se acercó a mi lentamente y me tomó por los hombros. Entonces
comenzó a desprenderme lentamente la prenda que llevaba. Me alarmé mucho
con esto, pero enseguida me miró como diciéndome que no me haría daño. Y
descubrió la herida de mi hombro.
- Apuesto a que no recuerdas como te hiciste esto.
Tan solo asentí con la cabeza.
- Estas dos heridas- dijo refiriéndose a la de su mejilla- fueron hechas
con la misma arma. Cuando nos atacaron, mientras estabas inconsciente.
- Gracias.
- Después de eso creí morir, pero me desperté con que el mismo hombre, el
segundo hombre más fiel de mi supuesto padre, quien sabía la verdad, me
había salvado. Porque tenía que cumplir con su promesa de reconstruir la
familia. Poco a poco me fue criando, la única persona con vida que me
apreciaba en lo más mínimo.
-¿ Y tu madre, tus hermanas?- me sequé las lágrimas rápidamente.
- Mi madre fue muerta, al igual que mis hermanas.
- No queda ni un Salazar en pie en este mundo... - dije irónicamente
- Eso pensé también.
- Cómo??
- Cuando quise buscarte, me informaron de tu muerte, en el hospital. Hace
tan solo un año me enteré de que aún vivías. Con la muerte de este hombre,
el más fiel a mi padre... me dejó una carta. En ella me informaba de la
existencia de dos Salazar de sangre, que serían los herederos. Él había
tratado de protegerte.
- ¿Protegerme? Qué me estas queriendo decir!!!
- Esto puede afectarte, pero... tú eres uno de los herederos.
- ¿Eh??- lo miré aterrorizada y di un paso hacia atrás.
- El viejo, tenía una amante. Una mujer muy bonita, Nicole DuLac... Una
muchacha que trabajaba para la familia desde mi abuelo... como podrás
imaginar, él la amaba pero no podía casarse con ella, porque ya estaba
comprometido con una joven de buena familia. Mi madre... pero ella se
conformó con ser su amante.
- No, no...
- Esa mujer quedó embarazada, nació una niña. Pero murió al tiempo de dar a
luz, por una enfermedad.
- Y esa niña...
- Esa niña eres tú.
- No, no, no.- traté de negarme.
No era posible, mi cabeza ya no pensaba, demasiadas cosas para recapacitar,
demasiadas.
- Me enteré de esto hace muy poco tiempo, pero pensé que deberías
enterarte.
- ¿Y quién es el otro heredero?
- La hija de Alejandro por supuesto. Pero es muy joven aún. El plan de tu
padre era casarnos, para que ambos siguiéramos con la familia.
- ...
- Por eso a ambos nos quisieron matar. Por suerte no lo lograron. Además
Mani se logró salvar y su hija nació.
- Y entonces...
- La cabeza de la familia no puede ser una mujer, por tradición. Por eso la
única forma de que la familia volviera a surgir es que yo me casara
contigo...
- Yo no quiero saber nada con esa familia.- dije recuperando mi tono duro.
- Eso pensé, de todas maneras tampoco yo quiero seguir con eso. Pero...
siempre estuve deacuerdo con la idea de casarme contigo.
- ¿Qué?
- Pero si eso es todo para lo que me citaste...
- Eh??? ¿Qué dices?- me sorprendí.
Un extraño sonido de armas se escuchó afuera de la vieja construcción.
-¿Qué es eso?- pregunté.
Atilio tan solo atinó a salir corriendo para ver que sucedía. Yo sin
pensarlo más corrí tras él.
- Mina-chan!!- escuché la voz de Omi.
- ¿Qué hacen aquí?- pregunté enfadada.
Los cuatro estaban afuera peleando con unos sujetos. Y batallando con el
silencioso Aya estaba el mismísimo Julian.
- Julian!!!- gritó Atilio.
- ¿Qué es esto?- pregunté otra vez.
- Julian que diablos te sucede!!!
- Jajaja... - comenzó a reír- el muy ingenuo...
- Una trampa... - llegó a pronunciar Atilio.
- Quiero acabar con todos, todos ustedes malditos. Todos debimos morir hace
6 años, TODOS!!!!!!- comenzó a gritar en forma extraña, como que ya no
estaba dentro de sus cabales.
- Tú, desgraciado!!! Tú mataste a Sky!!!!!!!!!- grité con mucho rencor.
- Jajaja... ese debilucho.
- Julian, estás loco.
- Entupido niño, no creas que tendré piedad de tí tan solo porque fuimos
camaradas en el pasado.
- Estás peleando conmigo idiota- dijo Aya que había sido ignorado hasta
entonces.
Julian sin escuchar esto se apartó de Aya si sin pensarlo sacó una pistola
y disparó. Yo me encontraba totalmente descuidada, sabía que ya no podía
defenderme, pensé que moriría. Pero Atilio se puso en el medio.
Y con la bala de dio justo en el pecho.
- Nooooooo!!!!!!!!!!!!!!!- llegué a gritar.
El rostro del hermoso muchacho se veía complacido. Poco a poco su cuerpo
fue cayendo al piso mientras la sangre poco a poco lo envolvía. Aya atinó a
hacer un buen movimiento con su katana para así dejar a Julian casi partido
por la mitad.
- No, no te mueras, no te mueras por favor- rogaba yo.
- ... es tarde... pero me siento feliz... - dijo con un hilo de voz.
- No hables, te prometo que vas a estar bien.
-... yo... yo te amo... y siempre lo hice... estoy feliz de haberte
conocido... - dijo antes de que respirara por ultima vez.
- No!!! No te mueras!!- comencé a llorar en forma frenética.
Pero ya era demasiado tarde...
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Tres meses después...
"Omi y los muchachos habían aparecido ese día ahí porque Persia se los
había ordenado. Atilio y Julian deberían de morir. Pero nunca pensaron la
vuelta que tomarían los acontecimientos.
Julian se había vuelto totalmente loco, eso es todo lo que puedo decir al
respecto. Planeo matarme a mi y a Atilio, por eso nos citó en ese lugar.
Probablemente si la ayuda de mis 4 asesinos favoritos jamás podría haber
vivido... las cosas del destino.
Al día siguiente a esa noche, Manx felicitó a todos por su trabajo, y me
dijo que estaban pensando en mi como líder de un grupo tal como Weib Kreuz
era. Pero en otra región, conformado por chicas. me negué rotundamente.
Había tomado la decisión de retirarme, ya no iba a trabajar como asesina
nunca más, nunca más mataría a nadie.
Manx y los demás por suerte entendieron mi situación. Además tenía muchas
cosas pendiente, me había planteado muchas metas. Primero, ir a Chicago a
encontrar a la hija de Mani. Además poner el apellido de Salazar, como
Alejandro y Mani hubiesen querido.
Además buscar información sobre Nicole DuLac, mi madre. Cosa que no fue tan
difícil gracias a Omi.
Pero lo principal era viajar a EE.UU..
Lamentaba tener que sepárame de mis nuevos amigos, sobre todo de Omi. Pero
les prometí volver. Y Omi dijo que me esperaría lo que fuera necesario.
Esa tarde que me fui, tomé mi equipaje y caminé hasta la puerta del Koneko
no sumu Ie. Lentamente me di la vuelta y con una sonrisa les dije a todos:
- Saraba tomo yo!!! (Hasta siempre compañeros!!)
Ellos me sonrieron y partí.
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Un año después.
El Koneko no sumu Ie, una florería bastante popular, no tan solo por sus
excelentes arreglos florales, sino también en las adolescentes por los
jóvenes sumamente apuestos que atienden el negocio.
La figura de un joven en se denota, detrás del mostrados atendiendo a una
mujer. En otra parte de la tienda un muchacho de cabello hasta los hombros
y con lentes oscuros está leyendo el periódico sin nada más que hacer.
- Los arreglos en esta tienda son tan buenos, los favoritos de mi hermana.
Ella me recomendó que viniera, y no me arrepiento.- dijo una mujer de unos
50 años, algo robusta.
- Gracias, hacemos nuestro mejor esfuerzo.- dijo el muchacho.
- Adiós jovencito, nos vemos.- dijo la mujer retirándose de la tienda.
El muchacho más joven suspira como si estuviese cansado.
- ¿Estás agotado Omi-kun?- preguntó el otro muchacho.
- No, en realidad no.
- Ok, pero creo que ya deberíamos cerrar. No creo que vengan más clientes a
esta hora.
- Bueno, si tu lo dices Youji-kun.
Omi se quitó el delantal cuando vio que una pequeña niña entró al local. No
tendría más de 7 años, y era occidental, lo que dejo sorprendido al
muchacho.
Se acercó a la niña con una sonrisa.
- Konichiwa.- saludó Omi agachándose quedando a la altura de la pequeña.
-Hi.- solo dijo ella devolviéndole la sonrisa.
- ¿Hablas en inglés?- le preguntó en dicho idioma.
- Sí, pero estoy aprendiendo japonés. Jajaja- se rió la pequeña muy
contenta.
Era una niña muy bonita, de cabello muy largo de color rubio oscuro.
Llevaba un vestido bastante hermoso, sin duda una niña de buena familia.
Pero no entendía que hacía ella sola ahí.
- ¿Estás perdida?- preguntó Omi sonriente aún.
- No, esta es la casa de los gatito??- preguntó en forma inocente.
- Jajaja, si, eso mismo. Has llegado a la casa de los gatitos.- Omi
encontró divertida la traducción inocente que la niña había hecho.
- Que bien!!
- ¿Y cómo te llamas?
- Yo... yo me llamo Hanna. ¿Y tú como te llamas?
- Mi nombre es Omi. Bueno pequeña Hanna, podrías decirme que edad tienes y
tu apellido.
- Tengo 5 años, muy pronto cumpliré los seis. Y me llamo Hanna Salazar. -
dijo más sonriente.
El rostro de Omi se notó perturbado ante aquel apellido. Youji quien solo
escuchaba la escena sin mucha atención corrió el periódico de su vista para
ver bien lo que sucedía.
- Hola muchachos, ha pasado mucho tiempo.- se escuchó la vos de una
muchacha.
Omi levantó la vista, no podía creer lo que estaba viendo. Era Mina, claro
que algo más alta y notablemente cambiada. Ahora estaba más bella, con n
toque maduro que la hacía ver mucho mejor.
- Tía!!! Mira, ya llegamos a la casa de los gatitos como prometiste!!- la
niña corrió hasta la muchacha abrazándose a sus piernas.
- Hanna, espero que no hayas causado problemas.
- Sí, fui buena.
- Mina-chan... - pronunció Omi muy feliz pero al tiempo sin palabras de la
emoción.
- Omi-kun.- sonrió la muchacha.
Tras ese encuentro ambos llevaron al parque a la pequeña, no tanto por su
insistencia sino más bien porque necesitaban un lugar tranquilo en donde
hablar.
- Ha pasado tiempo...
- Pero al fin has vuelto.
-Claro que si, te lo prometí. Y no suelo romper mis promesas.
Ambos estaban sentados mientras veían a la pequeña corretear de un lugar a
otro.
- Esa niña, te llamó tía.
- Es la hija de Mani y mi medio hermano Alejandro.- dijo con un tono que
escondía melancolía.
- Es cierto, uno de tus planes era encontrarla.
- Me tomó algún tiempo, y no fue fácil. No había manera de que Minazira
Schörfen probara ser la tía de la niña. Tampoco podría adoptarla, por ser
menor de edad y son muchos trámites. Tampoco una mujer soltera puede
adoptar.
- Qué hiciste?
- No sabía que hacer, entonces tuve que aceptar el apellido de Salazar, y
reconocerme como la heredera al fin. Fue algo complicado, pero en su
testamento el señor Salazar hablaba de mi existencia y sobre que sería la
heredera. Así fue más sencillo, después de una muestra de sangre probamos
que Hanna era la nieta de Salazar, y mi sobrina. Así al fin ella llevó el
apellido, y pudo vivir bajo mi tutela. Aunque tuve algunos problemas debido
a mi corta edad; pero gracias a Atilio quién había preparado todo de ante
mano con la ayuda de un abogado logré hacerlo.
- Esa es una noticia muy buena. ¿Qué haces ahora?
- Vivimos temporalmente en España, pero decidimos venir a Japón. A Hanna le
encantó la idea. Lo primero que quiere es que le compre un kimono, está tan
emocionada...Jajaja
-Jajajajaja...
- Pero creo que este lugar será el mejor para ambas. Quien iba a pensarlo,
dos muchachas con un futuro incierto, ambas unidas por un apellido que
apenas si conocen, y una fortuna que es demasiada para ambas chicas.
- ...
- Omi..
- Si?
La muchacha recostó su cabeza sobre el hombro del muchacho.
- Te he extrañado mucho.
- Yo también... - dijo tomándola por los hombros y dándole un beso.
-¿Qué sucederá ahora?- preguntó el muchacho.
- No lo sé... lo que el destino nos diga... - sonrió la muchacha mientras
abrazaba al joven en la hermosa tarde de otoño.
Owari,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
Holaaa? Que tal este es el primer fic que mando ( y ya se esta muy raro, enredado y en algunos casos hasta incoherente) Pero plisss, tengan compasión es el primero y espero no el ultimo que escriba a si que tengan me paciencia., gracias por leer este “intento de fic” y ya saben reclamos, aclaraciones, tomatazos y felicitaciones ( je, je se vale soñar ¿no? ^_^) mandenlos por favor a kreuzschwarz@msn.com una ves más gracias y se despide
ATTE: *eternamente suya* -_-_-_Mina_-_-_- |