Hubo promesas y juramentos
que quizás no fueron eternos,
hubo malos y buenos momentos,
momentos tristes y tiernos...

Pero la primera noche,
bien presente la tengo,
entonces no hubo reproche,
sólo nuestro ardiente fuego...

Suaves caricias y húmedos besos,
mis manos palpando tus redondeces,
de tu boca ligeros murmullos
que entrecortaste muchas veces...

Esa noche fue mágica,
nuestros ojos se cruzaron primero,
despues le siguieron nuestros labios
y por último el cuerpo entero....

Mis manos temblaban,
mis labios buscaron tus senos,
las piernas se entrelazaban,
se entrecerraban los ojos...
una y otra vez cabalgaste
como amazona en su potro,
hasta lo más alto llegaste
sudoroso estaba tu rostro...

Mis manos sintieron tus gluteos
mis labios probaron tus mieles,
fueron sueños etereos
soñados esa noche de fieles...

Descansamos uno al lado de otro,
juntamos nuestros cuerpos,
entre las manos ocultamos el rostro
y nos amamos sin tiempos

Hoy todo parece un sueño nocturnal,
un suceso que se pierde en la memoria,
una noche que de amor fué la primera,
por alguien que supo enseñar a amar...

( Poema: Agustín Zarco M. )
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( Fotos de: Tim Phillips )
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