puesta
Ella había dicho que
el ambiente estaba dulce
siluetas de agujas
contra la piel de ballena
nacida al carao
La luna se figuraba
mujer sobre lecho de onduladas cerezas
sin cuerpo
ante una faz de leche y miel hechas vapor
se creía orgullosa perla, plana, ostentosa
y en desafío siempre irreverente
a veces de aduladoras caricias
se traza a sí misma
contra una pared que
aún permite rasgos de oro
y sus paulatinas muertes a través de
escurridizos, pacientes rojos en flor
hasta que su metamorfosis
la lleva a ser punto final
ya sin envidia, todavía ladrona
única marca en la frente
entre modestas lámparas
que no considera compañía
y sus vástagos sin forma
infinito en hojas de espejo derretidas
caprichos sin nombre
secuestradas por un ser de fieras
que ya habían aprendido sutilezas
ya contenían el tacto de vertientes
sin ser cosecha