El Sol de Marzo

Julio del 2000
Edición no lucrativa.
- Edición en Español  -


Serie fotográfica No. 7
Vista aérea de la cordillera volcánica de
Guatemala. 

 



Contenido:
 


Juan Ruiz, Arcipreste de Hita


En el mes de Julio, el poeta Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (1283-1350)
 recibe la conmemoración  del 650º aniversario de su muerte.  El siglo XIV se inicia poéticamente con un hombre que encarna como nadie lo que, simplificando, se ha dado en llamar caracteres de la literatura española: Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, personaje vitalista, socarrón, satírico, deslenguado, anárquico y rebelde frente al poder de su casta religiosa; ardoroso en sus pasiones, que rasga la vestidura talar para gozar de la vida y luego la recompone para arrepentirse, escribe sobre la propia piel de su vida los grandes versos del medioevo español. Ruiz, Juan (c. 1283-c. 1350), también llamado Arcipreste de Hita, poeta español y uno de los poetas más desbordantes de la Europa medieval. Se supone que nació en 1283 en Alcalá de Henares. Fue arcipreste en el pueblo de Hita (Guadalajara). Y se cree que escribió su Libro de Buen Amor en la cárcel, a la que fue enviado por orden del cardenal don Gil de Albornoz, arzobispo de Toledo entre 1337 y 1350. Siguiendo el estilo de los escritores del siglo XIII, como Gonzalo de Berceo y el anónimo del Libro de Alexandre, el extenso poema de Juan Ruiz abarca más de 1.500 estrofas en cuaderna vía, la combinación métrica y estrófica propia del maese declerecía (aunque la norma del alejandrino se desliza hacia versos de 16 sílabas), además de un "prólogo en prosa", los gozos y cantigas de la Virgen (con tetrasílabos combinados con octosílabos y eneasílabos), las cánticas deserrada y los cantares de ciego. Pero el tono y las intenciones del libro apuntan a una fusión entre las normas de la clerecía y el maese de juglaría: "por vos dar solaz a todos, fablévos en juglería". El autor se propone, por un lado, informar e instruir a sus lectores sobre los peligros del loco amor o amor mundano, y acerca de las ventajas del buen amor o amor de Dios, pero su novedoso ingrediente, el humor -que es una de las formas de la ambigüedad-, le permite aclarar: "Empero, porque es umanal cosa el pecar, si algunos, lo que non los consejo, quisieren usar del loco amor, aquí fallarán algunas maneras para ello". Junto con el humor, se destaca el uso de la primera persona, que es a veces la del propio arcipreste y otras la del personaje Melón de la Huerta o Melón Ortiz. Este tránsito en el uso del yo acentúa ese juego dual para "solaz de todos", pecadores y virtuosos cristianos. Desde el punto de vista de las influencias, Juan Ruiz recoge una amplia tradición que incluye las falsas vidas de Ovidio difundidas en la edad media (concretamente el De Vetula); una adaptación de la comedia elegíaca latina Pamphilus, de raíz ovidiana, de un anónimo del siglo XII; la poesía pastoril (la pastorela) provenzal y francesa que retoma bajo forma de parodia en los episodios de las serranas; las fábulas y cuentos provenientes de las colecciones orientales, las sentencias y los refranes. Debe señalarse también la coincidencia de la obra de Juan Ruiz con ciertos rasgos (especialmente el humor, la parodia y la sátira) de la literatura de los goliardos, poetas y clérigos mendicantes de los siglos XII y XIII que se burlaban de la hipocresía de ciertos dignatarios de la Iglesia y proponían el placer como respuesta a la fugacidad de la vida, cuyo testimonio más célebre, que no se difundió hasta el siglo XIX, son los Carmina Burana. En el XIV la palabra goliardo se asocia a la de "juglar", sobre todo en la literatura inglesa y francesa. Esta ficción autobiográfica amorosa que es el Libro de buen amor abarca los de seducción por parte del arcipreste, intentos que suelen acabar en fracaso. Así le ocurre inicialmente con una "dueña" y con una mujer llamada doña Cruz, que acaba entendiéndose con Ferrán García, el propio mensajero del arcipreste enamorado. Después de una serie de batallas y discusiones con el Amor, éste lo alecciona diciéndole: "Quisiste ser maestro ante que discípulo ser", le recomienda la lectura de Ovidio, le describe la mujer ideal, le aconseja que consiga una tercera en amores ("busqué trotaconventos cual me mandó el Amor"), que no beba demasiado vino tinto o blanco y que sea mesurado en todos sus actos. La ficción del yo se traslada a la figura de don Melón de la Huerta, quien requiere de amores y acaba casándose con Doña Endrina. A continuación se suceden otras aventuras amorosas, en las que desfilan diversas mujeres: una dueña, una viuda, una monja, una mora y, finalmente, las serranas, porque, como dice el narrador: "Probar todas las cosas el Apóstol lo manda". Al morir Trotaconventos, el arcipreste hace su planto en el que demuestra a la muerte: "¡Ay Muerte!¡Muerta seas, muerta e mal!". Mención especial merecen uno de los tramos de la pelea entre el arcipreste y Don Amor, donde se establece un paralelo entre los pasos de la seducción y las horas canónicas, antecedente del tópico literario de la "misa de amor", como reaparece en el romance en el que los monaguillos, en lugar de decir "amén, amén", dicen "amor, amor"; la lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma, cada uno dirigiendo su propio ejército de animales y cuyo vigor plástico permite un cotejo con el cuadro de Brueghel, de 1559; el ejemplo del pintor Pitas Payas que, debiendo viajar a Flandes, dibuja un cordero en el ombligo de su mujer como prueba de castidad y a su vuelta encuentra un carnero, situación adulterina que se conecta con el texto sobre "las propiedades que el dinero ha", que retomará Francisco de Quevedo y al que pondrá música el cantante Paco Ibáñez. El personaje del tercero en amores, que aparece ya en El collar de la paloma. Tratado del amor y los amantes, del poeta Ibn Hazm de Córdoba (siglo XI), según ha señalado Américo Castro en su comparación con el libro del Arcipreste, adquiere en la Trotaconventos el relieve de un personaje consistente que adquirirá nuevo vigor en La Celestina de Fernando de Rojas un siglo después del Libro de buen amor.         Enigmático era este personaje, contemporáneo de Boccaccio, del que no se conoce ningún otro dato fuera de los que consigna en su obra, como si hubiera querido hacer una caricatura humorística de sí mismo, no exenta de cierta vanidad, porque si aceptamos como válida su biografía, también pudieron serlo sus aventuras. Se hacía llamar Arcipreste de un pueblo de la provincia de Toledo, Hita, sin embargo sabemos que, al menos en 1351, ya no lo era, porque aquel año el arcipreste se llamaba Pedro Fernández, según Tomás Antonio Sánchez. Su vida está envuelta en un halo de misterio que sólo se puede desvelar intentando interpretar las claves contenidas en su libro. Los tres manuscritos que han llegado hasta nuestros días no llevan título, fue R. Menéndez Pidal quien propuso llamarlo "Libro de Buen Amor" basándose en los versos del propio Arcipreste. Su vida está envuelta en un halo de misterio que sólo se puede desvelar intentando interpretar las claves contenidas en su libro. Los tres manuscritos que han llegado hasta nuestros días no llevan título, fue R. Menéndez Pidal quien propuso llamarlo "Libro de Buen Amor" basándose en los versos del propio Arcipreste (c.1629-1630), el arcipreste era un artista desprendido y sin ningún afán exclusivista sobre su obra, deja vía libre a los juglares para que añadan y enmienden lo que quisieren. En esa época era frecuente que los clérigos escribieran coplas para juglares en vez de hacerlo para la clerecía. Eran los llamados "goliardos", que con el pretexto de ir a estudiar a distintas escuelas y universidades, se pasaban la vida peregrinando de ciudad en ciudad, permitiéndose toda clase de libertades. discrepa de los goliardos en que no es un poeta tabernario, aficionado al vino y al juego, pero coincide con ellos en su apetito amoroso, aunque, dice R. Menéndez Pidal, no lo concibe como "libertino desorden de juventud" sino como "acatamiento rendido a los vitales mandatos de la naturaleza, gozoso rendimiento al eterno triunfo del Amor". Supone que estuvo preso entre los años 1337 y 1343 y que en la prisión preparó la segunda versión de su libro. ¿Pero por qué motivo se le encarceló? ¿Tal vez se juzgó que el libro atentaba a la moral? Resultaría absurdo entonces que dedicara su estadía en la cárcel para preparar la segunda versión del delito que allí lo retenía, como bien apunta María Brey Mariño.          Se supone que nació en Alcalá de Henares, atendiendo a la copla 1510, donde la vieja Trotaconventos requiere los amores de una mora para el Arcipreste.      
   Si aceptamos el retrato, que de él hace la vieja Trotaconventos, para conseguir esta vez los amores de la monja doña Garoza, su imagen sería: "- Señora - diz la vieja-,

" yo le veo a menudo;
el cuerpo tiene alto, piernas largas, membrudo,
la cabeza no chica, velloso, pescozudo,
el cuello no muy alto, pelinegro, orejudo.
"Las cejas apartadas, negras como el carbón,
el andar muy erguido, así como el pavón,
el paso firme, airoso y de buena razón,
la su nariz es larga; esto le descompón.
             

  Ciertamente no es un retrato para que nadie pueda sentirse orgulloso, pero tal vez lo hiciera para darle, irónicamente, mayor realismo a sus coplas.     La sociedad española del siglo XIV en la que vivió, amó y disfrutó el Arcipreste es un tanto peculiar. En plena reconquista continuaban conviviendo cristianos, árabes y judíos, con su correspondiente mestizaje racial y cultural de moriscos y mudéjares (musulmanes que habían adoptado el cristianismo y mozárabes (cristianos que vivían en los territorios musulmanes). Por eso, el Arcipreste en sus lances de amor, tan pronto pretende una monja de convento como una mora. El propio idioma castellano estaba en formación y ha sido necesario modernizar el texto con la gramática actual, para que lo podamos leer los no especialistas.
El maese Juan Ruiz puede ser considerado como padre de la poesía castellana, pues antes de él, hallábase sometida a influencias extrañas, latinas particularmente, y fue el primero en emplear variedad de metros amén de haber abandonado los temas históricos o religiosos, para producir algo más personal y lírico, que se distanciase del obligado poema épico. Pero su principal mérito consiste, a mi ver, en haber sido el primero que cultivara el género festivo y humorístico, manejando la aguda sátira con portentosa habilidad, como se ve en sus poemas, principalmente en el que hace mofa de las costumbres de los religiosos de su época, con la ficción de un concilio en que, entre otras decrétales, hay la de prohibirles que vivan con mujeres,etc.
Y no se crea que afirmamos que el arcipreste hiciese burla de la religión, ni que descuidase la moralidad, pues que en todas sus obras, según el gusto de la época, intercala fábulas o ejemplos que hacen que se le pueda considerar como el más antiguo fabulista español. También es de agradecer a este delicioso autor el haber roto con los moldes de la poesía anterior a él, cantando el amor profano, pero con gracia y donaire, y hasta cierta sorna, cuyas delicia y donosura tanto encantan, como repugnan las maneras de los novelistas contemporáneos que se complacen en naturalismos que nada tienen que ver con el arte, sino que revelan la intención baja de halagar los bajos instintos de un vulgo inconsciente.
No quiere esto decir que hayamos hoy de prologar las producciones con una dedicatoria a Jesús Nazarenas, rex judeorum, sino simplemente que se tenga un poco más de instinto artístico, y se dejen de lado las jactancias que en cierto prólogo de un libro que alardea de erótico he leído tiempo ha...... cualesquiera que sean las orientaciones de la literatura de lo por venir, el naturalismo de buena ley de aquellos pobres señores del pasado que no cobraban derechos de autor, ocupará un lugar eminente dentro de la universal consideración, mientras las procacidades deliberadamente bajas de ciertos novelistas de nuestra época no pasarán de ser consideradas sino como engendros independientes de toda idea artística, y solamente encaminados a una explotación puramente industrial.
Obras que, salvo detalles de presentación y orden exclusivamente relacionados con el conocimiento de la habilidad mecánica del oficio, en nada difieren de las vanas declamaciones de los churuleros que en las ferias populares explican, con comentarios, el último crimen sensacional del reino.

 


Varios:

 

Celebración del Apóstol Santiago en la Fiesta Patronal de La Antigua Guatemala.

Como todos los años se estarán llevando a cabo las tradicionales celebraciones de Santiago Apóstol patrón de la ciudad de La Antigua Guatemala, para tal fecha 25 de julio, se llevara a cabo la procesión del santo patrón acompañado de autoridades locales y de organizaciones religiosas y Cofradías de todo el Departamento de Sacatepéquez. También la tradicional Feria del Libro en la parte baja del Palacio del Ayuntamiento hasta el 31 del mes y se tienen previstas este año actividades como concursos de oratoria a nivel inter escolar así como la condecoración del Alcalde y los miembros de La Legión de Santiago a coterráneos que sobresalen en sus que hacer diario. Todo el mes se están llevando a cabo diversas actividades en las ramas de la literatura, la danza, la música, además de actividades populares, sociales y religiosas.


 
Sophos Antigua y Proyectó Cultural El Sitio
 
En el conocido local del Centro Cultural El Sitio en La Antigua Guatemala, fue inaugurada recientemente la librería Sophos Antigua, el lugar muy antigueño, se presta para pasar una parte de su tiempo leyendo lo que usted desee cómodamente, si usted busca un libro y no lo tienen, se lo traen de cualquier parte del mundo.. puede saborear un delicioso café y pastelillos, así como degustar una copa de buen vino  y música escogida. Un local que complementa al centro cultural y le invita a la buena lectura y a la buena tertulia. Puede también ser una buena sala de espera para la sala de cine o teatro del proyecto cultural, que todo el tiempo mantiene actividades culturales y para lo que circula un programa especial que usted puede también solicitar. En El Sitio, también encontrará sin duda , alguna muestra de pintura en la sala de entrada.
Para mayor información tanto de Sophos Antigua y del Proyecto Cultural El Sitio pueden informarse en las direcciones a continuación.
sophos@gold.guate.net                         
elsitio@guate.net

 
Se encuentra ya en circulación la versión electrónica del informe Guatemala, memoria del silencio

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico. Guatemala, memoria del silencio. Edición íntegra del informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los Hechos de Violencia que han Causado Sufrimientos a la Población Guatemalteca. (CD-ROM) Guatemala: Comisión para el Esclarecimiento Histórico/AAAS, 2000.

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico fue establecida en el marco del proceso de paz de Guatemala mediante el Acuerdo firmado en Oslo el 23 de junio de 1994. Integrada por Christian Tomuschat, Otilia Lux de Cotí y Alfredo Balsells Tojo, tuvo como mandato dar respuesta a interrogantes que continúan vigentes en estos tiempos de paz: ¿Por qué un sector de la población recurrió a la violencia armada para alcanzar el poder político? ¿Qué explica los actos de violencia desmedida, de diverso signo e intensidad, cometidos

por ambas partes en el enfrentamiento armado? ¿Por qué la violencia, especialmente la proveniente del Estado, afectó a la población civil, en particular al pueblo maya, cuyas mujeres fueron consideradas como botín de guerra y soportaron todo el rigor de la violencia organizada?

Guatemala, memoria del silencio es el informe de la Comisión, cuyo propósito principal es dejar constancia del pasado sangriento de Guatemala.

Esta versión electrónica, compatible con Macintosh y Windows, se encuentra en formato "pdf" de Adobe Acrobat. Gráficamente reproduce cada una de las páginas de la versión impresa (12 tomos). Incluye índices de búsqueda.

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ELEGÍA EN LA MUERTE DE UN PERRO

 
 
Miguel de Unamuno
                       para Estrellita que está muy lejos  
 
 
 
La quietud sujetó con recia mano
al pobre perro inquieto,
y para siempre
fiel se acostó en su madre
piadosa tierra.
Sus ojos mansos
no clavará en los míos
con la tristeza de faltarle el habla;
no lamerá mi mano
ni en mi regazo su cabeza fina
reposará.
Y ahora ¿en qué sueñas?
¿ Dónde se fue tu espíritu bestia,
y encima de los cielos
te pasees brincando al lado mío?
¡ El otro mundo !
¡ Otro... otro y no éste !
Un mundo sin el perro,
sin las montañas blandas,
sin los serenos ríos
a que flanqueen los serenos árboles,
sin pájaros ni flores,
sin perros, sin caballos,
sin bueyes que aran...
¡ El otro mundo !
¡ Mundo de los espíritus !
Pero ¿ allí no tendremos
en torno de nuestra alma
las almas de las cosas de que vive,
el alma de los campos,
las almas de las rocas,
las almas de los árboles y ríos,
las de las bestias ?
Allá, en el otro mundo,
tu alma, pobre perro,
¿no habrá de recostar en mi regazo
espiritual su espiritual cabeza ?
La lengua de tu alma, pobre amigo,
¿ no lamerá la mano de mi alma ?
¡ El otro mundo... !
¡ Otro... y no éste !
Oh, ya no volverás, mi pobre perro,
a sumergir tus ojos
en los ojos que fueron tu mandato;
ve, la tierra arranca
de quien fue tu ideal, tu dios, tu gloria.
Pero él, tu triste amo,
¿ te tendrá en la otra vida ?
¡ El otro mundo... !
¡ El otro mundo es el del puro espíritu !
¡ Del espíritu puro !
¡ Oh terrible pureza,
inanidad, vacío !
¿ No volveré a encontrarte, manso amigo ?
¿ Serás allí un recuerdo,
recuerdo puro ?
Y este recuerdo.
¿ no correrá a mis ojos ?
¿ No saltará blandiendo en alegría,
enhiesto el rabo ?
¿ No lamerá la mano de mi espíritu ?
¿ No mirará a mis ojos ?
Ese recuerdo,
¿ no serás tú, tú mismo,
dueño de ti, viviendo vida eterna ?
Tus sueños, ¿qué se hicieron ?
¿ Qué la piedad con que leal seguiste
de mi voz el mandato ?
Yo fui tu religión, yo fui tu gloria;
a Dios en mí soñaste;
mis ojos fueron para ti ventana
del otro mundo.
Si supieras, mi perro,
qué triste está tu dios porque te has muerto.
¡ También tu dios se morirá algún día !
Moriste con tus ojos
en mis ojos clavados,
tal vez buscando en estos el misterio
que te envolvía.
Y tus pupilas tristes
a espiar avezadas mis deseos,
preguntar parecían:
‘¿ A dónde vamos, mi amo ?
¿ A dónde vamos ?’
El vivir con el hombre, pobre bestia,
te ha dado acaso un anhelar oscuro
que el lobo no conoce;
tal vez cuando acostabas la cabeza
en mi regazo
¡ vagamente soñabas en ser hombre
después de muerto !
¡ Ser hombre, pobre bestia !
Mira, mi pobre amigo,
mi fiel creyente;
al ver morir tus ojos que me miran,
al ver cristalizarse tu mirada,
antes fluida,
yo también te pregunto: ‘¿ A dónde vamos ?’
¡ Ser hombre, pobre perro !
¡ Mira, tu hermano,
es ese otro pobre perro,
junto a la tumba de su dios tendido,
aullando a los cielos,
llama a la muerte !
Tú has muerto en mansedumbre,
tú con dulzura,
entregándote a mí en la suprema
sumisión de la vida;
pero él, el que gime
junto a la tumba de su dios, de su amo
ni morir sabe.
Tú al morir presentías vagamente
vivir en mi memoria,
no morirte del todo,
pero tu pobre hermano
se ve ya muerto en vida,
se ve perdido
y aúlla al cielo suplicando muerte.
Descansa en paz, mi pobre compañero,
descansa en paz; más triste
la suerte de tu dios que no la tuya.
Los dioses lloran cuando muere el perro
que les lamió las manos,
que les miró a los ojos,
y al mirarlos así les preguntaba:
‘¿ A dónde vamos ?’
 
 
(Poesías, Bilbao, 1907)
 



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