El Sol de Marzo
Octubre 1999.
Número dedicado a el LV aniversario de la Revolución de Octubre de 1944.

 

 


 

NUESTRA LUCHA EMPIEZA

Recapitulemos. Objetivamente, analizando la realidad y los factores colectivos e individuales, internacionales y nacionales, he buscado las causas generales de la tragedia guatemalteca. Y son incontrovertibles, ante todo y sobre todo, una, toral: la intervención armada norteamericana, y tres secundarias; los intereses de clase y la falta de conocimiento de la realidad interior y de la realidad exterior. Y, asi-mismo, falta de conciencia de la grandeza de nuestra tarea histórica.
Querer explicar la desintegración sin aceptar responsabilidades, es eludir el problema burdamente. Todos los partidos, todos los revo-lucionarios, las compartimos en grado distinto. Frente a la crisis, la conducta de los partidos fue parecida. Sobre este punto, espero hacer más tarde, nuevos desarrollos complementarios: la burguesía como clase y el proletariado como clase; luego, las excepciones individuales en ambas clases: individuos de la burguesía, revolucionarios firmes, e individuos del proletariado o del partido del proletariado, claudicantes y de mentalidad burguesa. La teoría, los principios, Son una cosa, y otra -la realidad lo demuestra irrebatiblemente - la táctica de lucha en el atrasado medio guatemalteco Pretender responsabilizar s6lo a los comunistas es excusar al imperialismo, ignorar por completo la rea-lidad internacional y la etapa de lucha de los pueblos semicoloniales. Además de falso y estúpidamente superficial, es no plantearse el pro-blema como debe plantearse, y el más vulgar aspecto de viejo oportu-nismo: 98 el punto de vista de Foster Dulles y de la reacción feudal guatemalteca y de todas partes. ¡a complejidad del cuadro político interno, así como la violencia de la intervención extranjera, nunca debe-mos perderla de vista.
He analizado las bases generales de la revolución guatemalteca, la necesidad hist6rka de haber luchado aun con grandes sacrificios. Y también, primero, la caída de nuestro gobierno revolucionario, muy
grave en sí; y, segundo, algo mucho más grave y doloroso: la forma en que caímos- El esfuerzo mayor, el más coherente y patriótico de nuestra historia, dirigido por Arévalo y Arbenz, repentinamente deshizo como una pastilla efervescente. La epopeya se transformó en melodrama. ¿Por qué ocurrió así? He dado ya mis puntos de vista. Durante diez años se templó el espíritu de Guatemala para que cono-ciera sus derechos y combatiera por ellos en todos- los terrenos. La decisión del pueblo fue probada, su voluntad no desmayó nunca y sigue hoy viva. Acaso, el pueblo de Guatemala necesitaba y necesita, para forjar mejor nuestra nacionalidad, la lucha a la que siempre ha estado dispuesto. La independencia, el código de trabajo, la reforma agraria, se alcanzaron pacíficamente, institucionalmente. Nos habíamos prepa-rado para batirnos las armas llegaron para ello y el pueblo se hallaba enardecido para todos los sacrificios-. El pueblo superó infinitamente a todos sus líderes. Creo que pasarán varios anos para que en Hispa-noamérica se vuelva a presentar una posibilidad semejante. Nuestra tarea fue y sigue siendo gigantesca y nobilísima. Las metas y la lucha están más vivas que antes en la conciencia y en la acción populares. Los mejores hombres dc Guatemala sostuvieron y defendieron a los gobiernos populares de Arévalo y Arbenz. América, el mundo, estuvo con nosotros siempre y en los días trágicos nos dio su apoyo seguros de que no habría un derrumbe de castillo de naipes. ¡Qué oportu-nidad histórica tan excepcional y universal, en momento tan propicio, no supimos aprovechar para servir la causa de nuestros pueblos! Hemos vuelto a ser un feudo de la United Fruit Company y del Departamento de Estado. Vivimos una pesadilla y hemos retrocedido más de cien anos-

La resistencia después de la capitulación de Arbenz es nacional:
se debe al pueblo de todas las tendencias. Los estudiantes, de nuevo, luchan como en sus mejores días. Y ha sido una resistencia nacional que ha llegado hasta la propia gran burguesía- por lo fecundo y justo de la revolución de Octubre de 1944, que no puede negarse ni erradicarse con ninguna clase de patrañas y represiones. El pueblo siente vivamente la diferencia- entre los regímenes de octubre y el de la traición. La realidad se impone: tuvo esperanza de saciar su hambre de siglos, se abn6 un camino justo y se creo' conciencia de sus derechos. El oportunismo clásico, una vez más, se ensaña en acusar del fracaso sólo a un hombre y al partido comunista, sin aludir a los errores de todos los partidos, a las condiciones históricas y a la responsabilidad
de todos y de cada uno de nosotros. Ya la verdadera causa, a la de mayor peso: el imperialismo.
La libertad hay que ganarla minuto a minuto. Hay que defen-derla con los dientes y los sueños Que no nos asuste el desasosiego de la lucha por los ideales revolucionarios y estudiemos, para servirlos, nuestras lacras sin hipocresía, con valor civil y patriotismo. Juzguémonos nosotros y no permitamos que sean sólo nuestros adversarios los que juzguen a la revolución. Pongamos los puntos hasta sobre la jotas Lo realizado no es perfecto ni intocable.- Quienes pretenden vedamos el derecho de discutir Tos errores con este o aquel pretexto, son los reaccionarios más peligrosos, los que imaginan que aceptamos una sumisión cómplice, un silencio indecente, como en las viejas dicta-duras o en la actual del coloniaje yanqui.
La Revolución de Octubre es el acontecimiento histórico más importante de nuestra vida independiente. Tan importante que el imperialismo decidió destruirlo con traidores y mercenarios. Es -y seguirá siendo- un movimiento popular de emancipación, cuya influencia re-basó pronto las fronteras. No defiendo ni las flaquezas ni los errores de personas o partidos. Pero es evidente que la Revolución de Octu-bre encarna y simboliza la lucha del pueblo contra el extranjero que nos explota y el connacional esclavista aliado a los intereses antiguatemal-tecos. Jamás nuestro pueblo había adquirido mayor conciencia, liber-tad y soberanía. Jamás se había luchado por finalidades más justas, más guatemaltecas y populares. La Revolución de Octubre vive por encima y más allá de cualesquiera de Sus hombres más significados:
pertenece al pueblo y constituye su más alto patrimonio y la más noble bandera de Guatemala.

NUESTRA lucha empieza. El pueblo de hoy, por obra de la revolución, no es el mismo de antes de 1944. Así me lo dice en su mudez ese guatemalteco, seguro y pequeñito -disminuido por siglos de hambre y explotación- bueno y sencillo como una brizna de hierba, corno una abeja, como una espiga, alto apenas como las cortas carabinas que van a matarle. Sin saber por qué le dieron tierra para sembrar su maíz. Y sin saber por qué le dieron tierra para descansar por fin. Es el pueblo de Guatemala, sus pies descalzos, el sombrero de petate en la mano, impasible corno si fuese de obsidiana, entero y peque-
Pequeñito, erguido sin orgullo y sin modestia erguido no rnás las piernas cubiertas por el calzón de manta que se estremece con la brisa de la madrugada, el torso por la corta chaqueta raída. Enfrente, él casi ya lo había olvidado, otros muchachos, seguros y pequeños, color de tie-rra, vestidos de kaki, impasibles como si fuesen de obsidiana, se apres-tan para sacrificar al hermano. Se recreada de los suyos del riachuelo, la loma y el perrito, de la milpa joven creciendo en la tierra que le dieron sin saber por qué. La voz del oficial le alumbra una ligerísima sonrisa y dentro siente, pero no sabe decirlo, que les perdona. Los hermanos tampoco saben por qué le dan tierra para descansar. Los her-manos sienten dentro de sí,- pero no saben decirlo, deseo de decirle, que les perdone. Un dolor oscuro, informe y punzante, gime y le grita en las entrañas de cada uno de ellos que van a disparar sobre el corazón de su pueblo. Los fusiles le ven con su ojo ciego de muerte. La última estrella de la madrugada se apaga en los ojos del asesinado. Sobre la camisa deflagran amapolas y la sangre de mezcla con su tie-rra, que toma el color de su carne campesina inánime El 5ombreio de petate sigue en la mano callosa y caliente. El sol, que ya salta sobre las montañas, pone el resplandor de una nueva aurora en el fondo de Sus ojos muertos.
Amanece.

Tomado del libro "La Revolución Guatemalteca".
Segunda Edición, Editorial Pensativo, 1994.


Editorial

 

En la actualidad y en todos lados se escucha la frase "el nuevo milenio", Guatemala no es la excepción, se manipula el término hasta para dar el falso indicio que estamos por empezar una época nueva de esperanza y bienestar.
Se habla del milenio, de la belleza de la infraestructura que maquilla nuestras ciudades, pero profundizando y dando una sencilla mirada retrospectiva desde 1954 a 1999 es muy fácil quitar la venda de los ojos de la memoria....
Cuanto derramamiento de sangre hermana entre guerrilla y ejercito de Guatemala!, cuánto intelectual acribillado a balazos, cuántos desaparecidos, tantos gobierno que han pasado sin dejar más que malestar y una huella negativa y cicatrices en el país y en su gente de carácter imborrable.
Hemos avanzado o estamos sumergidos en el mismo punto en cual los líderes y patriotas del 44 encontraron a la Patria por no decir estamos peor que en aquel entonces?.
Guatemala es Medalla de Oro en las Olimpiadas de la explotación, del racismo, de la corrupción, de la ignorancia.
Es de todos sabidos la gran pobreza que en los últimos 10 años ha aumentado, el desempleo, los índices de morbi-mortalidad no sólo materno infantil sino hay que ver cuan corta es la edad media de nuestra gente.
Ahora además contamos con otros problemas sociales que en aquella época del 44 no existían como la drogadicción y el narcotráfico y todas las secuelas sociales de los anteriormente mencionado que son la prostitución y el tráfico de niños para el efecto, alcoholismo, etc... y sobre agregado a todo esto el índice de violencia y delincuencia común.
Guatemala sigue estando entre los países con "TRAVEL WARNING" su consecuencia: la falta de turismo e inversión de la comunidad internacional que salta a la vista hasta del más pequeño artesano que vende sus recuerdos en las calles como Panajachel, La Antigua Guatemala y otros sitios turísticos. Es lamentable ya que es sabido que nuestro país después del café, que tiene al momento los precios internacionales por el suelo, tiene como ingreso principal generador de divisas al sector turístico.
Es lamentable y triste para quienes somos Guatemaltecos con mucho corazón y conciencia social darnos cuenta que nos encontramos sumergidos a mitad del siglo XIX. Ojalá que se medite muy bien el Voto para elegir nuestro destino a pocas semanas del proceso electoral para que el día de mañana nuestros hijos y nietos puedan tener la Guatemala que siempre soñaron los Revolucionarios de Octubre de 1944 y de alguna forma así se logre reivindicar sus ideales y que esos diez años de Primavera en el país de la Eterna Tiranía no se queden olvidados con nuestra generación.

La Redacción de "El Sol de Marzo"

1