Adolescencia desde el punto
de vista psicológico, se le llama al período comprendido entre la niñez y la
edad adulta. El concepto de
adolescencia se solapa parcialmente con un término de uso medico “pubertad” y con
otro de carácter sociológico “juventud”.
Las transformaciones psicológicas
que se producen en este período del desarrollo humano producen, en primer
término, de las transformaciones somática y hormonales previas, que introducen
un desequilibrio en el medio interno y en el comportamiento del adolescente.
Aspectos físicos. En el plano físico, la adolescencia se caracteriza
por una serie de fenómenos como la aceleración del crecimiento, el desarrollo
de la morfología del cuerpo y los cambios hormonales que da lugar al
surgimiento de los deseos sexuales.
Aspectos psicosociales. Las trasformaciones físicas ejercen también una
influencia en el plano psíquico. La conciencia creciente de la propia
masculinidad o feminidad provoca en la adolescente un sentimiento de
autoafirmación, que se traduce en un deseo de independencia respecto al marco
familiar, en el que antes se había sentido protegido.
La
adolescencia es una de las metamorfosis más complicadas e importantes en la
vida. Pero con todas sus virtudes y defectos, lo extraño de esta etapa no sería
el comportamiento rebelde de los hijos sino que ésta no sucediera.
En
primer lugar es importante saber que esta etapa puede prevenirse desde que los hijos
se encuentran en la niñez. Si es advertida desde entonces, padres e hijos
tendrán más herramientas para hacer frente a la adolescencia. La familia deberá
establecer una relación basada en la comunicación: así, los padres estarán
enterados de la vida de los hijos en todo momento y sobre todo, éstos tendrán
más confianza en ellos.
Si
por el contrario se descuida la comunicación, los hijos permanecerán encerrados
en un mundo propio que no compartirán. Entonces será más difícil romper los
escudos, ya que desde la perspectiva del adolescente los padres le prestan
atención justo en el momento en que él desea todo lo contrario; es decir, la
comunicación con sus padres habrá llegado demasiado tarde.
Sin
embargo, es posible sobrellevar y manejar esta etapa, aunque costará más
trabajo. La solución será el tiempo y la paciencia.
Cuando
los padres tratan de aliviar el mal de la adolescencia, cometen uno de los
errores más comunes: pensar que la cura está en el poder de su autoridad,
materializada en castigos y gritos. La consecuencia es que ellos mismos
desgastan el ánimo y los hijos se hacen más rebeldes.
Al
mismo tiempo, debemos entender que el hecho de estar detrás de los hijos todo
el tiempo es materia prima para la rebeldía. Por el contrario, es importante otorgarles
una responsabilidad que exija cuentas al mismo tiempo, y les enseñe a tomar
decisiones.
Concepto
muy importante en el trato del adolescente ya que es una de las características
más sobresalientes de esta etapa. Este tema es muy amplio y evidentemente habrá
personas que compartan mis ideas y otras no. La razón de este tema es brindar
ideas que podrían ser útiles en algunos casos; en otras personas pudiera llegar
a no ser suficiente y requieran de una consulta profesional: psicólogos,
psiquiatras, orientadores, etc.
La rebeldía se define como una sublevación, faltando a la obediencia
debida. Indócil, desobediente, opuesto con tenacidad. También podemos definir a
la rebeldía como la actitud de oposición violenta y tenaz a lo prescrito o sólo
establecido.
En la
mayoría de los casos esta rebeldía se puede interpretar como un desacuerdo
respecto a lo establecido por los padres, maestros, o cualquier autoridad. Esto
incluye a lo establecido en relación a conductas, estructuras, ideas, valores,
etc. Los adolescentes manifiestan ese desacuerdo, oposición, sublevación de
distintas formas; verbalmente (murmurando, gritando, reclamando, etc.); en su
comportamiento (lanzando o golpeando objetos) o violenta (agresiones físicas
hacia las personas).
§
La rebeldía regresiva: en donde
el adolescente adopta una postura de protesta muda y pasiva contra todo.
§
La rebeldía agresiva: se
expresa de forma violenta. Es propia del débil, de quien no pudiendo soportar
las dificultades que se presentan en la vida diaria intenta aliviar su problema
haciendo sufrir a los demás.
§
La rebeldía transgresiva:
consiste en ir contra las normas de la sociedad, bien por egoísmo y utilidad
propia, bien por el simple placer de no observarlas.
Según
crecen los hijos (entre los diez y doce años y en la adolescencia), desobedecen
no tanto por fastidio de lo que se les manda, sino para protestar contra la
idea de subordinación contenida implícitamente en la noción de obediencia. El
contenido de la orden les importa menos que el tono de voz de quien la da. No importa
tanto el qué sino el cómo. Nos encontramos en el momento de ejercer con
especial prudencia la autoridad, para no echar más leña a un fuego que podría
ser muy destructivo.
Un
adolescente se rebela cuando:
a)
Las disposiciones, reglas, indicaciones y demás criterios
establecidos son absurdos, ridículos y fuera de la realidad. Antes de imponer
su autoridad como padre, maestro o educador, es importante que revise esa
disposición porque posiblemente no sea adecuada a las circunstancias.
Retomando
el ejemplo de los permisos para salir, es común que la rebeldía se manifieste
por un permiso que se le ha negado al adolescente (salir con sus amigos al
cine, a cenar, a una reunión, a una fiesta, etc.).
En el
caso de los permisos para salir no puedo dejar una idea única y terminal sobre
esto. Es imposible dejar la idea de que deban salir los adolescentes de sus
casas porque las circunstancias son las que determinarán la decisión. Lo que sí
puedo afirmar y pidiendo que se interprete hasta su último sentido es: ante
un peligro físico o moral inminente, no se debe permitir salir a los
adolescentes de casa. Quiero resaltar la palabra "inminente"
porque es la que nos ayudará a tomar la decisión; inminente nos indica que es
un peligro que sucederá, que no tenemos duda de su existencia. Con esto dejo a
un lado todo tipo de suposiciones que sólo son producto de una actitud
enfermiza de la realidad; por ejemplo: "...¡de seguro habrá drogas!",
"...¡no hay duda que quieren hacer cosas malas!"... "... ¡todos
sus amigos son unos maleantes!", "...¡quiere ir para beber
alcohol!", "...¡le pueden hacer daño!".
Tomemos
en cuenta que ser sociable es una característica que todo ser humano debe
desarrollar y que a veces dejar ir a su hijo adolescente a una reunión o
festejo significarán un esfuerzo extra de parte de usted para tratar de estar
al tanto de las características de esa reunión o festejo. Fijar horas de
regreso a casa, sugerencias de los cuidados que debe tener, tratar de llevarlos
a esa reunión para tener una idea del ambiente que se desarrolla, pedirles que
se comuniquen con frecuencia a casa, son solo algunas ideas que le pueden
servir. Pero por favor, dejen que sus hijos tengan vida social.
b)
Las amistades influyen en algunas disposiciones familiares
y les muestran un escenario atractivo haciéndoles pensar que deber reclamar
esas limitaciones familiares y obligarlos a que vivan de otra manera.
El tema
de las amistades es muy amplio y tratando de dar un buen mensaje les puedo
decir lo siguiente: Trate de determinar si la actitud rebelde de su hijo es por
ideas que ha ido escuchando de sus amigos. Tenga especial cuidado de no ofender
a esos amigos para que pueda permitirle a su hijo confiarle los detalles y
poder realmente llegar a un diálogo.
En la mayoría de los casos esta
rebeldía se puede interpretar como un desacuerdo respecto a lo establecido por
tus padres, maestros, o cualquier figura de autoridad.
Mayormente manifestamos ese desacuerdo u oposición, de distintas formas:
-
A veces esta "rebeldía" puede surgir porque algo nos da temor y
entonces no queremos hablar con nadie y mucho menos con nuestros padres y nos
encerramos en nuestro cuarto a pesar de los golpes en la puerta o los gritos de
mamá; o no hablamos y bajamos a cenar y sólo abrimos la boca para comer.
- Otras veces, gritamos y respondemos con voz alta y hasta con insultos o
tiramos las cosas y es que, encontrar como solucionar los problemas, no siempre
es fácil. Evidentemente estas conductas se presentan cuando has recibido una
negativa ante un permiso para salir, para el uso de la televisión, o cuando se
te ha indicado las reglas a seguir en alguna actividad.
- En otras ocasiones tomamos una actitud dde "de que están hablando para
oponerme" no importa lo que digan nuestros padres o nuestros profesores
igual les diremos que no.
Pero también a veces ocurre que
nos rebelamos pero "progresivamente" ¿cómo es esto?. Pues es cuando
escuchamos a los demás y discutimos "sin pelear" , con un espíritu
critico; cuestionamos, pero sin agredir, y sin oponernos solo por el gusto de
hacerlo. Es importante que puedas controlar tus emociones y encauzar tus
inquietudes hacia la persona adecuada, y sobre todo, de la manera adecuada.
Es común
que si te niegan un permiso para salir con tus amigos al cine, o a una fiesta,
te sientas enojado y tengas algunas de las reacciones que hace un momento te
comentaba.
Pero recuerda... tus padres te aman y desean lo mejor para ti, por eso es que
desean saber donde vas y que les digas a que hora volverás a casa o te dan
sugerencias de los cuidados que debes tener, pero no es que no quieran que no
tengas vida social.
Algunos
niños pueden resultar especialmente difíciles de tratar. A pesar de encontrarse
en una edad tranquila -"la segunda infancia" la llaman los
especialistas-, desobedecen, son obstinados, no hacen caso. . . Pequeños
rebeldes, con peligro de convertirse en futuros chicos problemáticos, que aún
tienen solución. En el fondo de todo chico y chica hay una serie de buenos
sentimientos que la naturaleza ha impreso en ellos, a los que hay que saber
sacar brillo.
En
muchas ocasiones, la raíz del problema se encuentra en una autoridad paterna
mal ejercida. Cuando aún son pequeños, a partir de los 7 años, los hijos
desobedecen por rechazo hacia lo que no les gusta: un plato de comida, irse a
la cama, no poder jugar con sus amigos o usar el video, ir de visita a casa de
unos familiares.. . Todos ellos pueden ser motivos de contestación, germen de
futuras rebeldías.
Según
crecen los hijos (entre los diez y doce años y en la adolescencia), desobedecen
no tanto por fastidio de lo que se les manda, sino para protestar contra la
idea de subordinación contenida implícitamente en la noción de obediencia. El
contenido de la orden les importa menos que el tono de voz de quien la da. No
importa tanto el qué sino el cómo. Nos encontramos en el momento de ejercer con
especial prudencia la autoridad, para no echar más leña a un fuego que podría
ser muy destructivo.
La pubertad es una enfermedad que pasan
los padres cuando sus hijos llegan a los catorce o quince años.
·
No se necesitan sermones o presión, sino cariño y sobre
todo aceptación.
·
Los adolescentes sienten más deseos de complacer a los
padres cuando los aprecian que cuando los atormentan.
·
Cuando los criticamos para corregirlos, es natural que se
defiendan y no acepten sus fallas o defectos: en estos momentos la crítica es
sinónimo de malestar.
·
Debemos escuchar lo que el adolescente exprese (tenga o no
la razón) con dedicada atención y no rechazarlo insinuando que lo que dice carece
de importancia.
·
Cuando el adolescente decide cómo vestirse y organizar sus
cosas, busca en realidad su independencia. Debemos darle cierta libertad y, al
mismo tiempo, estar al pendiente de él. De otra forma se sentirá abandonado y
no querido.
·
Se sentirá seguro para compartir sus intimidades sólo
cuando él lo decida. Al adolescente no se le debe bombardear con preguntas.
·
Es necesario tener paciencia con él: debemos entender que
las vueltas hormonales le impiden controlar su propio carácter.
La mayoría
de los adolescentes predica una visión fatalista: tienen más miedo a vivir que
a morir. Se debe compartir con ellos que la vida, como dijo Irving Berlin, es
un diez por ciento como la hacemos, y un noventa por ciento como la tomamos.
Dentro
de éste, como en muchas instituciones existen reglas; una de ellas es la que de
que si llega la niña o la adolescente a este centro tiene que pasar por lo
menos un años para que pueda salir.
Esto último es porque se tiene un programa para poder ayudar a las niñas
a que salgan de sus problemas.
El
orfanato cuenta con instalaciones:
·
Escuela
·
Salones
·
Sala de computo
·
Iglesia
·
Dormitorios
Todas estas instalaciones han sido donadas
por un comité el cual es constituido por personas que tienen o que pertenecen a
clase Alta y que quieren y están dispuestos a ayudar.