FMI o Kirchner: falso dilema
Hay que enfrentarlos a ambos
Viva la Resistencia
El hecho nuevo y más importante de la situación política es el avance de la resistencia que vienen presentando los trabajadores de servicios encabezados por una embrionaria pero muy importante dirección antiburocrática y para la lucha, que tiene en el funcionamiento asambleario su pilar de fortaleza.
Los ejemplos son numerosos: telefónicos, subtes, ferroviarios, docentes de Salta, aeronáuticos, enfermeros del Garraham, del Posadas, del Ramos Mejía y otros hospitales. Es de importancia también que –tras el triunfo en Metrovías– hayan salido a reclamar su inclusión en el convenio los tercerizados compañeros de limpieza y seguridad. El largo conflicto de los trabajadores de la salud en Neuquén demuestra también que estamos frente a un proceso nacional.
Son todas luchas que enfrentan al FMI y al Gobierno, que cuestionan el superávit fiscal basado en 14 años de congelamiento salarial. Además, enfrentan a la burocracia progubernamental de variado pelaje.
El deber categórico de cualquier organización que se proclame del socialismo revolucionario es apoyar este proceso con total lealtad y ningún tipo de aparatismo y/o sectarismo.
Es ese proceso el que alumbra la posibilidad de que lo nuevo que no termina de nacer desde diciembre del 2001 pueda efectivamente hacerlo.
París ya no está de moda como hace un siglo. Por eso no viajan a tirar manteca al techo a la “ciudad luz” los hijos y nietos de estancieros. Pero es una cuestión de moda, no de falta de recursos: la Argentina de los ricos –con el pasaporte de origen que sea– es una gran vaca lechera similar a la que los Anchorena y Gaínza Paz llevaban en barco a Europa para no privarse del sabor de la leche fresca.
Este año, la cosecha de granos llegaría a los 82 millones de toneladas y a cifras incuantificables de ventas al exterior de petróleo y gas (imposibles de medir porque se liquidan en el exterior, sin ningún tipo de gravamen en la Argentina). Van dos años consecutivos de 9% de crecimiento del PBI y se estima un mínimo de 6% para este año, acumulativo sobre lo anterior.
¿Adónde está esa plata?
En parte se la embolsaron los usureros internacionales, el FMI y otros. Y en parte se enriquecieron aceleradamente los mismos que se quedaron con el saqueo de US$-$10.000 millones –virtualmente devaluados– del último megacanje de Cavallo: se embolsaron el dinero y lo fugaron del país.
La plata del crecimiento se desliza rauda por un tobogán que siempre desemboca en los bolsillos de los grandes capitalistas, la mayoría de los cuales no tienen de nacional ni el apellido. Sea donde sea que hayan nacido, son parte y están imbricados con el capital internacional imperialista por mil vías.
Las cifras de la otra Argentina son muy conocidas, pese a que Lavagna y Kirchner sean tahúres de las estadísticas: un 50% de la población, cercana al nivel de pobreza; un 20% o más, está desocupada y subocupada; más de un 50% de trabajadores está en negro con sueldos de $ 400 o 500, o menos; los salarios de los estatales siguen congelados desde hace 14 años…
Es mentira que la Argentina sea un país único: en su territorio coexisten dos, tres o cuatro, o más realidades diferentes.
Sigue la crisis institucional
Cuanto más arrecian las luchas de los trabajadores estatales y de servicios, más razón hay para preguntarse: ¿el Parlamento existe? Si la respuesta es sí, no ha dejado huellas. Salvo la de votar una ley terrorista ordenada por Bush contra todo aquel que tenga barba y pueda ser Bin Laden.
¿Y la Justicia? La Justicia es Menem y Cavallo libres a pesar de ser responsables de la muerte de decenas de miles de chicos, como verdaderos asesinos seriales. Libres también después de haber hecho volar Río Tercero para tratar de tapar el contrabando de armas. Es De la Rúa entrevistado por La Nación como si en vez de haber mandado a matar a los manifestantes, dejando 34 compañeros asesinados antes de huir en el helicóptero, fuera un pacífico padre de familia (el papá de Antonito). Es el silencio completo en el caso García Belsunce. Es la completa impunidad en la causa Amia, y en los asesinatos de Kosteki y Santillán… Como la lista tiende al infinito, digamos que la Justicia es “Cromañón” y sus 193 chicos asesinados.
Y por si fuera poco: la Justicia son los 200 kilos de cocaína que desaparecieron entre el primer y el segundo pesaje de la Policía de hace poco más de un mes.
La balcanización de los partidos burgueses
y la irrelevancia izquierdista
Los burgueses se dedican a intentar “gastar” a la izquierda con el argumento de que “no se une”. Pero ellos están tanto o más divididos.
Frente al sepulcro de la UCR desfilan todos: desde Carrió y López Murphy, pasando por Rosas y algunos gobernadores aliados mayoritariamente a Kirchner, hasta los múltiples pedazos del feudalizado peronismo.
Kirchner aparece como rubio, alto y de ojos azules, por la simple razón de que maneja la caja del Estado y reparte a los diferentes feudos parte de esa caja.
No sólo Alsogaray está en Recoleta y su hija presa por ladrona, sino que la derecha tradicional de muchos años, por ejemplo la UCeDé de la capital federal, sacó en las últimas elecciones la mitad de los escasísimos votos que obtuvo la LSR.
Hay una brutal crisis de representación política. Esto incluye a la izquierda y da márgenes para que Kirchner intente colocarse por encima de la sociedad, sus instituciones y sus partidos, como una especie de árbitro de todo.
Esto incluye también a la burocracia cegetista, “unida” a patadas por el Gobierno para que actúe de colchón frente a las luchas obreras, como demuestra su cúpula frente a la huelga del Garraham. Desde Moyano hasta Rueda, hoy son parte de las instituciones de explotación dominante.
Y no excluye a la de CTA, ATE y Ctera que no logra un “lugar bajo el sol” porque Kirchner no quiere hacer de aprendiz de brujo y arriesgarse a abrir el pluralismo sindical en privados, por donde puede colarse la reorganización de millones de trabajadores hoy esclavizados y completamente desorganizados (sindical y políticamente).
Las tareas en todos los planos
El primer deber que nos cabe es apoyar todas las formas de resistencia al FMI, a Kirchner y a los capitalistas. El segundo es rodear de toda la solidariad posible a estas luchas, como hizo Subtes con su paro histórico de media hora en solidaridad con los aeronavegantes de Lafsa y los trabajadores de la Salud. El tercero es abrir las mayores vías de confluencia posible e ir avanzando en una organización o coordinación lo más amplia y abierta posible que permita abrir un canal de participación no sólo a los dirigentes de las actuales luchas sino a un más vasto activismo sindical y político, nuevo o sobreviviente del naufragio de los ’90.
También hay que encarar el problema político. Se trata de reconstruir a la izquierda que se reclama del socialismo revolucionario, bajo la forma de algún tipo de coordinación y organización que la realidad vaya permitiendo, sin ningún esquema preestablecido.
El l° de mayo es un incipiente primer paso. La vida dirá cuál será el próximo, por el que bregamos. Esta pelea incluye, para nosotros, también las elecciones, si fuera posible llegar maduramente en un bloque hacia ellas. Pero no se agota en esa instancia que el calendario electoral impone. Hay que trabajar seriamente teniendo en cuenta los plazos, pero sin guiarse desesperadamente por ellos.
Estamos seguros de que nada saldrá de una movida de los residuos de aparatos de las izquierdas. El motor clave está en las luchas actualmente en curso y en la vanguardia que está despuntando.
1º de MAYO junto a los luchadores
13.30 horas: ACTO en PLAZA LOREA. A su término, marcha a Plaza de Mayo
1. El origen del 1° de Mayo está en un llamado a la huelga general mundial de la fuerza del trabajo contra la explotación capitalista.
Hoy, como a lo largo de los más de 100 años transcurridos desde aquella heroica jornada de la que participaron centenares de miles de explotados, desde Japón hasta la Argentina, podemos decir que nuestro objetivo como socialistas revolucionarios –necesariamente internacionalistas– es el de ver resurgir ese día de lucha de los explotados contra las clases dominantes y su Estado, en la pelea por un mundo libre de toda cadena.
Todas las importantes luchas que se han venido desarrollando en los últimos meses en la Argentina, marcan un claro enfrentamiento contra el gobierno de Kirchner y contra el capital nacional/internacional (ya que para nada puede hablarse de un capital “nacional” que no sea socio –aun ínfimo o menor– del gran capital internacional). La más alta y acabada expresión de este proceso se ha puesto de manifiesto el miércoles 20 de abril, con el paro de media hora realizado por los trabajadores de Metrovías en solidaridad con los presos de la lucha de Lafsa. Una medida de fuerza de tal característica no podemos rastrearla en la historia de los últimos 30 años de lucha de clases en la Argentina, como mínimo; y rescata las mejores tradiciones del movimiento proletario nacional e internacional desde sus primeros pasos a mediados del siglo XIX.
2. Durante muchos años, no habiendo expresión de ese tipo de luchas –capaces de acaudillar o referenciar a una significativa franja de los explotados (aunque luchas ha habido cotidianamente, aquí y en el mundo)–, los partidos/corrientes políticas que nos reclamamos obreras-revolucionarias-del-proletariado, hemos realizado –algunos entre varios, otros en soledad– muy legítimas y respetables conmemoraciones de aquel primigenio 1° de mayo, aportando nuestra propia evaluación de la situación y las perspectivas de la lucha de clases del momento.
3. Hoy, en la Argentina, estamos asistiendo a un proceso que viene mostrando el surgimiento de una vanguardia obrera que nos pone ante la posibilidad –en este próximo 1° de Mayo– de rescatar ese carácter de lucha proletaria, y no de resignarnos a ser los artífices de una abnegada labor de propaganda –irrenunciable, sin dudas– en solitario frente a las adversidades de la realidad objetiva y las debilidades subjetivas de nuestra clase.
4. La Liga Socialista Revolucionaria se siente feliz y orgullosa de ser parte de estos vientos de cambio que soplan para los explotados en la Argentina, a partir de que sectores decisivos de la producción y los servicios entraron en combate con el capital. Y no sólo mostraron ser capaces de presentar pelea, sino que también se mostraron capaces de ganar. ¿Cómo? ¿Por qué? Porque han venido acumulando, con tenacidad, un paciente trabajo de organización por la base, independientes de y enfrentados con las burocracias socias de las patronales y del Estado, a la par que actuaron con decisión y firmeza a la hora de defender sus reclamos.
5. Muy lejos de este sentir de la LSR, diversas organizaciones de izquierdas –desde quienes se reivindican trotskistas como el PO y el MST, hasta los más acendrados stalinistas como el PCR– reiteran su vieja y gastada lógica de aparatos e intentan reeditar convocatorias cerradas, destinadas a dirimir quién ha podido ocupar mayor cantidad de baldozas en la avenida de Mayo. Así quedó para ellos diseñado el “acto unitario obrero, piquetero y de la izquierda en Plaza de Mayo”, desde el Encuentro del 2 de abril en Filosofía y Letras, donde la lógica de los aparatos hizo que se retiraran, decepcionados, entre 300 y 400 activistas.
6. En ese cuadro, la LSR ha resuelto nuclearse este 1° de Mayo para acompañar y fortalecer el camino emprendido por el cuerpo de delegados de Subterráneos, junto a otros protagonistas de las más destacadas luchas recientes. Consideramos prioritario apoyar este emergente atisbo de formación de una nueva vanguardia de los explotados (en un complejo proceso que combina a viejos luchadores con jóvenes trabajadores que inician su experiencia de lucha y conciencia anticapitalistas y antiburocráticas). Sostenemos la firme convicción de que sin lucha de masas, no hay revolución posible.
7. En consecuencia, invitamos a participar activamente el 1° de Mayo junto a las banderas de la LSR, que sabrán encolumnarse detrás de quienes hoy encarnan la más avanzada expresión de lo que ha podido acumular nuestra clase obrera, acompañándolos en la pelea que también aspiran a dar en este día internacional de lucha contra la explotación capitalista.
reconocer a la CTA como una central?
Está fuera de discusión el derecho de la CTA a ser reconocida como una central, estemos o no de acuerdo con su política. Negarlo, es seguir el método del corporativismo de Mussolini o Franco. En la Argentina, la estatización de los sindicatos y la CGT hace casi seis décadas, tiene fuertes parecidos con aquellos régimenes, aunque no sea igual. El corporativismo de los sindicatos únicos y de la CGT como única central se apoyó en viejos períodos de cierta bonanza y desarrollo económico de la burguesía en la segunda posguerra, y en el desarrollo de de la industria automotriz y otras, en los años sesenta.
Si se quiere referir un hecho donde la burocracia haya jugado cierto rol, hay que remitirse al “Rodrigazo” de junio-julio de 1975. Y esa jugada le permitió cogobernar con Isabel Perón y preparar las condiciones para el golpe militar (al que los “capos” de la CGT ni soñaron con enfrentar, tal como lo demostró lo dicho por su secretario general de entonces, Casildo Herreras, desde Uruguay: “Yo me borré. Casildo se borró… Se-bo-rró”.
Esta misma actitud continuó bajo la dictadura, más allá de alguna acción parcial como el paro del 27 de abril de 1979. Los paros de Ubaldini cuando la dictadura ya estaba en terapia intensiva, no cambiaron nada. Luego, los 13 paros generales contra Alfonsín fueron, en lo fundamental, para preparar el retorno del peronismo al gobierno.
La CGT no hizo nada frente a la hiperinflación, y se dividió cuando asumió Menem. Durante la década de los ’90, y hasta ahora, asistió al desmantelamiento de la mayoría de los sindicatos, salvo estatales, de docentes, transportes y comunicaciones.
La CTA nada tiene de “central roja”, pero puede ser un relativo paraguas bajo el cual podrían impulsar su organización grandes sectores de trabajadores de empresas privadas, hoy carentes de toda cobertura. Un ejemplo destacado son los más de 100.000 compañeros de supermercados, cautivos de Cavalieri S.A., que de lo único que se preocupa es de recibir cheques mensuales de las empresas por colaborar activamente en la superexplotación de los/las trabajadores.
El problema que preocupa al Gobierno excede largamente lo que haga o no la dirección de la CTA. Es que terminar con el unicato de centrales y sindicatos puede abrir una ancha vía para la reorganización de los trabajadores hoy indefensos y encerrados en “cuerpos orgánicos” que no tienen nada de sindicatos obreros y cuyos dirigentes se parecen a los llamados “piel de oveja” que formó la dictadura brasileña hace algunas décadas.
A pesar de que K es bastante amigo de De Gennaro y otros dirigentes de la CTA, no le reconoce la personería porque el Presidente es el dirigente de toda la clase capitalista, que está muy bien así, con el campo libre para esclavizar a los trabajadores y no quieren que se abra ni una rendija que les facilite a sus modernos esclavos organizarse y presentarles lucha.
Jorge Guidobono
REPORTAJE A ROBERTO PIANELLI, DELEGADO DEL SUBTE
“Hay que coordinar sin sectarismos
a los trabajadores que luchan”
En medio del exitoso conflicto que protagonizaron en febrero pasado los compañeros de Subtes, el delegado Roberto Pianelli les explicó por televisión a millones de personas que ahí no sólo se discutían los sueldos de Metrovías, sino el derecho de los trabajadores de todo el país a vivir una vida digna. El 20 de abril, en otro hecho inédito en los últimos 30 años, los subtes pararon por media hora para solidarizarse con las luchas de Lafsa y el hospital Garraham. El próximo 1º de Mayo volverá a marcar un hito en la misma lucha, con un acto unificado de varios gremios combativos y seccionales recuperadas de la burocracia.
Pianelli habló con Bandera Roja sobre las perspectivas de ese encuentro y la necesaria coordinación de las nuevas corrientes sindicales surgidas al calor de la pelea por el salario.
“Nosotros apostamos a un esquema de lucha en frente único de los trabajadores, y a cambiar la lógica de los ’90, donde la representación estuvo por descarte en las organizaciones político-partidarias”, sostuvo Pianelli en la entrevista con Bandera Roja, después de participar de una charla organizada por el Bloque Antiburocrático Socialista Estudiantil (Base) en la Facultad de Ciencias Económicas.
Para el dirigente, “hay que volver a la especie de anarquía que regía en la organización bolchevique leninista, porque lo que destruyó a la izquierda fue el centralismo burocrático que la sigue afectando hoy”.
–¿Hay alguna perspectiva de unidad de los trabajadores que luchan al margen de la burocracia, más allá del apoyo circunstancial?
–Yo veo la necesidad de armar una tendencia político-sindical, más sindical que política, porque así es el proceso que se viene desarrollando. Desgraciadamente el encuentro del 2 de abril (que se realizó en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA) no sirvió para eso. Ahí estuvimos cuatro horas sin que se pudiera empezar a sesionar y se quedaron afuera 400 ó 500 compañeros que son los que más podrían haber aportado al debate, porque son los que están armando movidas en las fábricas chicas y enfrentando a la burocracia. Creo que el accionar sectario de algunas organizaciones nos hace correr el riesgo de que con esta coordinación pase lo mismo que con las asambleas populares. A mí no me duele que me difamen acusándome de sindicalista o de kirchnerista (es el accionar típico de las sectas burocráticas), lo que me jode es que se destruya el trabajo acumulado en tanto tiempo.
–¿Cómo se hace crecer a una tendencia con esas características?
–Hoy, la primera tarea es la recuperación de los cuerpos de delegados y las comisiones internas. Creo que va a ser más difícil recuperar los sindicatos porque durante los ’90 la burocracia ha modificado todos los estatutos para evitar que se presenten listas opositoras. La experiencia que vivimos nosotros nos indica que los trabajadores siempre preguntan qué dice el sindicato. Eso se rompe sólo en los conflictos salvajes, cuando la pelea empieza a ser en contra de la propia burocracia. El nuestro es un caso especial, y aun así nosotros rompimos con esa lógica recién en 2002, cuando quedó clarísimo que la burocracia nos jugaba en contra. Igual la pelea no es escaparse de la burocracia como hace la CTA inventando sus propios sellos, sino enfrentarla en los lugares de trabajo.
–¿Se puede avanzar en una mejor forma de organización en los lugares de trabajo?
–Los que se oponen a la corriente sindical que planteamos nosotros dicen que todo se tiene que discutir en asamblea. Nos chicanean diciendo que no se puede ganar delegados sin vencer completamente a la burocracia en el movimiento obrero industrial. Nosotros decimos que si no se pueden ganar delegados o comisiones internas, mucho más lejos se está de ganar una asamblea y hacer elegir delegados con mandato de base. Hay un fetiche con la democracia que a los burócratas no les hace ni cosquillas, porque en una automotriz te hacen una asamblea general, invitan a hablar al delegado opositor, lo aplauden, y después hacen votar un plan de suspensiones que votan hasta los suspendidos. Las asambleas son realmente democráticas cuando los compañeros toman en sus manos sus propios destinos y las tareas para llevarlos adelante. Es decir, democracia para la lucha. Hoy esto sucede en muy pocos lugares que no cubren los dedos de una mano
–¿Qué van a hacer el 1° de mayo?
–Nosotros vamos a hacer nuestro propio acto con otros trabajadores en lucha (como Zanón, Garraham, etc.) en la plaza Lorea. La verdad es que en la Plaza de Mayo, el 1° no va a hablar nadie porque no nos pudimos poner de acuerdo con varias organizaciones de la izquierda y sus movimientos de desocupados. Se va a leer un documento único en el medio de la Plaza, y las diferencias entre las organizaciones de izquierda no las entiende nadie. En el Subte rompimos un poco con eso al trabajar en frente único, pero la gran mayoría de los grupos de izquierda no ha tenido esa actitud, y por eso se han hecho impotentes. Esto no es como en la época de Tosco, Salamanca y Atilio López, que si hablaban los iba a escuchar todo el mundo. Ahora las organizaciones político-partidarias vienen y dicen: “Si no voy yo, no hay acto. Y además te acuso de sindicalista y kirchnerista”.
–¿Hay algo en común entre las luchas más recientes de gremios como el de ustedes y el clasismo de los ’70?
–No creo. Por las condiciones de superexplotación que vive hoy la clase obrera, esto es más parecido a la militancia de los anarquistas y los socialistas de principios del siglo XX. La persecución y las presiones de la patronal son tremendas en todos los lugares de trabajo, y el que rompe con la burocracia se tiene que cuidar también de las patotas de ellos.
(entrevista: Alba MerquinI)
La huelga de los Docentes de Salta
Conmovió a una provincia y educó a un país
La imponente lucha de los docentes salteños, nos ha mostrado una importante praxis de la cual aprender y sacar conclusiones.
Lo que comenzó como un reclamo salarial terminó siendo un proceso provincial que fue seguido por todo el país y que viene reafirmando una tendencia de las últimas luchas: son procesos que se dan por fuera de las direcciones burocráticas y al mismo tiempo, para ganar, necesitan desbordarlas.
En simultáneo, el aparato mediático de las patronales y su gobierno, han demonizado estas luchas así como lo hacen con los trabajadores del Garraham, de subterráneos, los telefónicos… demonización que inauguraron contra las luchas de los trabajadores desocupados.
Dicen el gobierno nacional y el provincial: “¡Las víctimas son los niños!”, cuando desde hace varias décadas los capitalistas vienen destrozando los derechos sociales del pueblo. Entre ellos, la salud y la educación son los más afectados. Y el Garraham y los docentes salteños son expresiones de resistencia al virulento ataque de los capitalistas.
Este gobierno sostiene el superávit fiscal sobre el congelamiento salarial de los trabajadores del Estado. El retaceo salarial es una política de Estado. “No voy a rifar la provincia”, había declarado a varios medios el gobernador Romero.
Las siete semanas de conflicto terminaron siendo un hecho nacional que, por la fortaleza de la huelga, obligó a una intervención directa del Gobierno (que intentó no quedar expuesto), a través de las simbólicas declaraciones de Filmus desde Alemania. Casi sin proponérselo, los docentes enfrentaron no sólo al gobierno del mafioso Romero sino también a la política económica del gobierno pactada con el FMI.
La excelente definición hecha por los primeros marxistas (en días se aprende lo que no se aprende en años) es completamente aplicable a esta lucha. No sólo se desbordó a la burocracia provincial ligada a la CTA –y, por lo tanto a la Ctera, pasando por encima de Virgilio Choque, secretario general de la Agremiados Docentes Provincial (ADP)– sino que también se enfrentó a las múltiples trampas y presiones para desgatar la lucha. Entre ellas, la de la Iglesia católica, que se ofreció como mediadora siendo que es la patronal educativa más importante después del Estado.
Finalmente, el mismo gobierno provincial debió pedir desesperadamente la intervención del gobierno nacional.
La misma preocupación que tuvo Yasky ante la lucha salteña, es la que tiene Susana Rueda con respecto al Garraham, porque ambas luchas se dan por fuera de los sindicatos legalmente reconocidos. Se podría decir que estamos ante un hecho irreversible que tiene su origen en las jornadas del 19-20 del 2001, donde por ejemplo la CGT no tuvo nada que ver y más bien ese movimiento fue también contra ella. La CTA fue directamente enemiga declarada de las movilizaciones de aquellos días. Los trabajadores han acumulado la suficiente experiencia como para no confiar en la vieja burocracia.
La noche de las tizas, terminó de unir la lucha de los docentes con la simpatía del pueblo salteño, partiendo de su gigantesca decisión de plantarse a pesar de la brutal represión y la no menos brutal campaña mediática contra ellos.
“Recibimos menos plata de lo que pedíamos, pero volvimos con la dignidad más grande”, repetían una a una las maestras, cuya gran mayoría debutaba en la lucha política, sindical y en la práctica asamblearia.
Las masivas asambleas y la contundencia del paro es uno de los fenómenos más genuinos que siguen alimentando los indicios de que estamos ante el surgimiento de nuevos y embrionarios procesos de nuevas direcciones, que van desplazando y dejando sin concenso social a la vieja burocracia sindical, que hoy es parte integral de las instituciones dominantes y de explotación.
Más que preocupado por el dinero que debió poner, el Gobierno tiene su dolor de cabeza debido a este fenómeno que expresa la lucha y al ejemplo que es para todos los trabajadores del país. Éste no es un fenómeno aislado de Salta sino, más bien, un proceso nacional a nivel sindical (que también se confirma en la provincia norteña).
Es parte de la tarea de los trabajadores y luchadores socialistas revolucionarios poder llevar estas expresiones al terreno político, empezando por leer que parte de esta lucha fue contra los aparatos de distinto pelaje, que lleva intrínseca como necesidad la mayor democracia obrera posible y que depende de la disposición para la lucha de los propios trabajadores.
H. Verjádez
Importante paso adelante en la Plaza Julio Cortázar
“Los enfrentamos como un solo paño”
El viernes 8 de abril se acercaron cinco patrulleros con 15 efectivos policiales de la Comisaría 25ª a la placita. Aplicando el artículo 83 del Código Contravencional, decomisaron la mercadería de los cinco artesanos que se encontraban en el lugar, informándoles que el operativo continuaría para toda la feria que funciona el fin de semana.
Lamentablemente, el tiempo nos había dado la razón. La fiscal María del Carmen Giocco había ordenado el desalojo de la feria. La misma feria que un año atrás se organizó y participó activamente en la lucha contra la reforma del Código Contravencional. La que denunció las falsas promesas de los legisladores, como las del macrista Enriquez, que nos decían por los medios de comunicación: “El Código no los va a tocar, porque ustedes son artesanos”.
Pero el Código nos tocó. Lo que no se imaginaban nuestros verdugos era que iban a enfrentarse con un solo paño, que era toda la plaza.
Un paño formado por más de 100 trabajadores férreamente unidos para defender su fuente y su espacio de trabajo. Siguiendo el ejemplo de otras luchas donde la unidad fue prioridad y por eso se lograron conquistas, los trabajadores de la Plaza elegimos ese camino, con el cual logramos forzar la promulgación de una ley que nos permite trabajar “libremente” por un plazo de 90 días.
La movilización acompañada del apoyo de las organizaciones, los vecinos y los comerciantes de la zona fue también una presión para que los funcionarios del Gobierno de la Ciudad dejen de hacer oidos sordos a nuestros reclamos.
Todo esto, y la resistencia realizada durante 72 horas el fin de semana del 16 y 17 de abril, a pesar de estar rodeados de una excesiva fuerza policial (tres camionetas tipo Traffic y dos micros de Infantería “llenos”, una dotación de Bomberos, casi una decena de patrulleros y los infaltables muchachos de civil dentro de la plaza), demostró que el camino de la unidad y la movilización de todos los sectores perjudicados es la forma de doblarle el brazo a los funcionarios que se amparan en el Código nefasto.
Como feriantes de la placita, consideramos que esta lucha debe continuar, no sólo para regularizar nuestra situación en particular, sino hasta lograr que todos los compañeros trabajadores de la vía pública puedan trabajar libremente sin persecuciones.
Cuando hablamos de todos los trabajadores nos referimos a los manualistas, los artesanos, los vendedores y todos aquellos que, marginados por una política donde el trabajo escasea, de acuerdo con su capacidad y posibilidades, luchan por subsistir y brindarles pan y educación a sus hijos.
Esta lucha de hoy es la continuación de la que iniciamos antes de que se apruebe el Código represivo que mantiene como rehenes políticos a los compañeros que siguen en prisión por reclamar pan y trabajo. Por eso hacemos nuestra la voz de ¡LIBERTAD A L@S PRES@S POLITICO@S!
El Código Contravencional es un ataque a las libertades individuales y democráticas de la sociedad.
Primero les tocó a las prostitutas y los travestis. Ahora a los vendedores, artesanos y manualistas.
Y después… ¿a quién?
Roxana-Liliana-Eduardo-Marcela-Elena
(de la Feria de Plaza Julio Cortázar)
A dos años de la masacre de Río Turbio
No hay justicia para el crimen capitalista
que terminó con la vida de 14 mineros.
El empresario-vaciador Taselli, recibió como “premio” hacerse cargo de la liquidación de Parmalat.
Kirchner y el gobierno provincial de Santa Cruz, nada hicieron por el esclarecimiento de los hechos. La dirección nacional de ATE, tampoco.
Justicia para los Mineros: sólo podrá imponerla el pueblo organizado contra los múltiples crímenes capitalistas
La política del Partido Obrero en la Capital
No es una propuesta: es un ultimatum
Mediante una “carta abierta” conocimos una extravagante propuesta del Partido Obrero para las elecciones de Capital. Por su solo intermedio, el PO ofrecía un programa, el suyo, y un método para elegir los candidatos: “internas abiertas de la izquierda y los luchadores”. Claro que esto es imposible de materializar si no se consulta previamente a los presuntos destinatarios del llamado.
Vamos por partes
El programa que el PO resolvió que la izquierda y los luchadores debíamos adoptar, tiene como único punto el llamado a una “Asamblea Constituyente”, rodeado con adornos varios como “que tenga poder” para voltear a Ibarra, etcétera, etcétera.
Podríamos citar extensamente los argumentos con que los dirigentes del PO polemizaban en los ’90 contra los del PTS, que fetichizaban esa consigna, porque los compartimos. El más abarcativo es que la consigna de “asamblea constituyente” era aplicable a regiones carentes de nación y Estado centralizado (como China en 1927-28) pero absurda para la Argentina de un siglo y medio de existencia.
Las experiencias de reformas constitucionales de más de medio siglo demuestran prácticamente que sólo pueden esperarse horrores de ellas en esta etapa del capitalismo. La de Perón de 1949 prohibió el derecho de huelga y la que surgió del Pacto de Olivos de Menem-Alfonsín de 1994 es el bochorno que estamos padeciendo hoy.
Ningún frente de izquierda y los luchadores puede hacerse sobre la base de ese programa de espejitos de colores “democratizantes”, como gustaba repetir Altamira en la época que el PO era una fuerza bastante pequeña pero algunos de cuyos textos deberían releer hoy sus mismos dirigentes.
Y no hace falta iniciar un debate talmúdico con citas de Lenin, Trotsky u otros marxistas, que fueron gigantescos dirigentes revolucionarios pero no profetas bíblicos.
Sobre el método de elección de los candidatos
Hace diez años la LSR firmó un acuerdo con el PO para impulsar una “Conferencia nacional abierta de la izquierda”. Ésta no se concretó, porque la dirección del PO se negó a trabajar por su realización con la izquierda existente, orgánica o no. En consecuencia, la LSR se retiró de la convocatoria, porque había quedado convertida en una parodia montada por el PO, para hacer una conferencia… consigo mismo. Y la LSR no iba a ser parte ni encubridora de ese engaño.
La actual “propuesta” –al margen de que salga o no algún acuerdo superestructural de último momento (difícil pero no imposible dada la crisis general de la izquierda y de su política)–, va a recorrer el mismo camino que el transitado una década atrás.
¿Nada le enseñaron al PO –y a otros– los magros –patéticos– resultados que obtuvo en las elecciones de Capital del 2003?
Cualquier organización que se autoconsidere y actúe como “hegemónica”, demuestra que su máxima aspiración es ser cabeza de ratón antes que cola de león.
J. G.
contra los luchadores
Desde el mes de febrero, los distintos sectores que vienen oponiéndose a la política del gobierno de Sobisch en Neuquén vienen sufriendo diversos tipos de amenazas.
Nara Osés y Edith Galarza, titular y adjunta de la Defensoría del Menor y Adolescente, fueron amenazadas de muerte por teléfono, por oponerse a la reforma de la ley 2.302 de Defensa del Niño.
Días después, el secretario general del Sindicato de Ceraministas de Neuquén, Raúl Godoy, su mujer, y el secretario adjunto, Alejandro López, recibieron llamadas en las que amenazaban con asesinarlos. El viernes 4 de marzo fue secuestrada y torturada una compañera de Zanón.
El sábado 9 de abril, el dirigente de Aten (Docentes de Neuquén), Alejandro Castellar, sufrió una balacera contra su casa durante la madrugada, cuando dormía junto a su familia.
Y a ello deben sumarse las amenazas sufridas por el diputado provincial de Patria Libre, Jesús Escobar.
A principios de febrero, el gobierno nacional respondió a las denuncias de los compañeros enviando al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. Pero nada hizo para intentar detener las amenazas y acciones intimidatorias.
Aunque la mayoría de los casos sucedieron en Neuquén, hay que recordar que los compañeros del cuerpo de delegados de Subtes también fueron amenazados y hasta se les hizo escuchar cómo los “servicios” habían grabado sus reuniones.
Ante esa situación los grupos afectados junto a distintos sectores de la población realizaron paros y masivas movilizaciones para repudiar el accionar del antidemocrático y represivo gobernador Sobisch.
Desde la LSR repudiamos enérgicamente todas las amenazas sufridas, y nos solidarizamos con cada uno de los casos. Hacemos responsables de la seguridad e intregridad física de las compañeras y compañeros, como de sus familias, al gobierno de Sobisch y al gobierno nacional. Y llamamos a toda la población a solidarizarse activamente con los compañeros; en primer lugar, colaborando en la difusión de estas noticias para romper con el silencio cómplice de los medios y la censura de los gobiernos provincial y nacional.
Blarouson
En los últimos meses, los medios parecen preocuparse mucho por los problemas de la gente. En particular, por los reales –o inventados– cuando hay trabajadores defendiendo sus derechos.
Así, en pocos meses, han pasado de agitar el terror mediático de que se caería todo el sistema de comunicaciones –por responsabilidad del conflicto telefónico y, en particular, del combativo piso 10 del edificio de Maipú y Corrientes–, a la “sensibilidad activa” ante los pasajeros de Subtes, “convertidos en rehenes” (sic) por la huelga de los trabajadores de Metrovías.
La última campaña de terror mediático está actualmente en curso, y tiene que ver con la lucha del personal del Hospital Garraham. La señora viuda de Noble y otros súbitamente “humanitarios” multimedios se preocuparon de pronto por la salud de los niños y por el peligro que supuestamente el paro significaba para sus vidas.
Este operativo, alentado por el Gobierno y sus ministros, tuvo su máxima expresión el viernes 22 en oportunidad del fallecimiento de un chico que se hallaba internado en el Garraham debido a padecer enfermedades terminales (completamente ajenas al paro). Desde la mañana se organizó una especie de “cadena nacional”, al estilo de la dictadura, por los canales de cable y aire, con un persistente mensaje oral y escrito: “Se suspende el paro - Un muerto”. El canal de cable de la señora de Noble batió todos los récords y mantuvo el cartel muchas horas después de que los trabajadores denunciaran la maniobra y la dirección del hospital declarara que el fallecimiento del chico no tenía nada que ver con el conflicto. Es más, los propios padres del chico hubieran desmentido la infamia. La señora de Noble guardó enseñanzas de su estrecha amistad con el almirante Massera de hace tres décadas.
J. G.
La plata vale más que 193 vidas
Ibarra no se fue ni está preso. No sólo eso: pasaron más de cien días para que la justicia cite a declarar a algún funcionario del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el caso “Cromañón”, y que ordene allanar la comisaría que estaba implicada en el caso. Porque, como era de suponer, los policías de la 7ª y varios inspectores y funcionarios conocían perfectamente que en el boliche (y en casi todos los lugares similares) se quintuplicaba la capacidad de gente permitida y recibían coimas para que “Cromañón” siguiera funcionando “normalmente”.
Desde el poder –su gobierno, su policía y su justicia– se trata de esconder lo evidente: pocas catástrofes como la de “Cromañón” eran tan fáciles de prever y de evitar. Sólo la voracidad de ganancias capitalista y un Estado al servicio de garantizar y proteger esta voracidad, pueden explicar por qué murieron 193 personas. Repasemos sólo algunos datos: el boliche debía estar clausurado por no tener la habilitación anual de los bomberos, la policía de la comisaría 7ª era notificada por los dueños del boliche sobre la cantidad de gente que pensaban recibir (siempre varias veces superior a lo permitido), el Gobierno de la Ciudad –que no lo había inspeccionado en todo el 2004– fue advertido en varias ocasiones de lo inminente de un desastre de este tipo mediante denuncias y hasta por afiches en la vía pública. Efectivamente, pocos días antes de la tragedia aparecieron afiches dirigidos a Aníbal Ibarra en los cuales se advertía sobre una disco ubicada en el barrio de Constitución: “¿Será necesaria una tragedia, que se apilen los cadáveres de la muchedumbre en los escasos medios de salida de Bronco Disco para que usted se digne a actuar y evitar otro Kheyvis?”. Allí también se le planteaba al Jefe de Gobierno: “Usted ha hecho oídos sordos a las cartas documento y denuncias formuladas. Sólo la connivencia dolosa y la profunda corrupción de los funcionarios de su gobierno hacen posible la omisión en los controles y la inevitable clausura del local”.
¡Faltaba avisarles el día, la hora y la dirección exacta!
Los responsables se nos ríen en la cara. Hasta ahora hay sólo dos detenidos: Chabán y su mano derecha, Raúl Villarreal. Es probable que encarcelen a algún funcionario desconocido y que agreguen a la lista a algún par de cabos de la Federal. La justicia, entrelazada por todos lados a los centros de poder, no está dispuesta a avanzar ni un tranco de pollo más allá de lo imprescindible.
Nada muy distinto ocurre en estos días en Paraguay: uno de los dueños del shopping Ycuá Bolaños, Juan Paiva, fue beneficiado con la prisión domiciliaria a pesar de haber dado la orden de cerrar las puertas del establecimiento para que nadie se vaya sin pagar en medio del incendio trágico desatado un año atrás. Fue la mayor catástrofe de ese tipo en la historia de Paraguay: murieron 464 personas, 117 aún están desaparecidas. El lugar, que obviamente nunca había sido habilitado por el Gobierno, tenía innumerables fallas en el sistema de seguridad. Pero, como en el caso de “Cromañón”, la principal fuente de inseguridad provino del Estado que abrió las puertas a la voracidad de los capitalistas, que cierran puertas para no perder una moneda, aun a costa de que mueran centenares de personas.
Aquí y allá, el afán de justicia seguirá dependiendo del grado de movilización y de organización de los familiares y amigos de las víctimas y de la sociedad en su conjunto contra los crímenes de los que privilegian la ganancia por sobre la vida de la gente. Para que no nos sigan cerrando las puertas, todas las puertas.
julio hernández
Todos los que alguna vez leímos la novela de Orwel, donde éste vislumbraba el control absoluto y totalitario de la sociedad futura, nos damos cuenta que el futuro llegó y es tan o más horroroso que el descripto por este autor.
Los mails enviados, recibidos, los sitios visitados, el contenido de los chats, todo lo que se hiciera mediante internet, así como las llamadas por celular, a quiénes se llama y qué llamadas se reciben, cuántos minutos se habla y en qué lugar se encontraba el aparato en el momento de la comunicación, deberán ser datos guardados por los proveedores de estos servicios durante diez años, y enviados a la Side si un juez o un fiscal lo requieren. Así lo disponía la Ley de Telecomunicaciones Nº 25.873 y el decreto presidencial Nº1.653 que la reglamentó. La misma iba a entrar en vigencia a partir del 31 de julio próximo.
La ley fue sancionada bajo el “dolor Blumberg”, la única “iniciativa popular” que tuvo efecto y es la versión criolla del Acta Patriótica, ley sancionada por Bush aprovechando el dolor por los muertos del 11S. En ambos casos, aterrorizaron a la población con la falsa contradicción “seguridad versus privacidad”.
La ley-K era violatoria de varios artículos constitucionales, como el 19, que dice proteger la privacidad de las personas, y el 43 que protege el derecho de habeas data. También, sin facultades para ello, reformaba de hecho el Código Procesal Penal dado que sólo un juez puede emitir la orden de intervenir un teléfono y no un fiscal, y tampoco lo puede hacer sobre el pasado sino a futuro.
Una vez que salió a la luz en los medios, se desató un escándalo y el Gobierno dio marcha atrás. La excusa que dieron los diputados acerca de por qué la aprobaron, fue que se les “pasó” en el paquete de leyes votadas el último día de sesiones ordinarias del 2003. Lo cual es ridículo en sí mismo, pero es mucho menos ridículo que el mensaje enviado a los medios por Kirchner mediante un funcionario: “La ley es una vergüenza”, dijo, obviando que la reglamentación provino, justamente, del Poder Ejecutivo que él comanda.
En sus fundamentos, la ley esgrimía: “La normativa apunta a combatir el delito, particularmente en los casos de secuestros extorsivos y narcotráfico”. Lo único que le hubiese faltado a esa ley sería la complementación con una que obligara a la policía a tomar cursos acelerados de cómo usar una balanza para que no se les esfumen en minutos doscientos kilos de cocaína, o aprender a escanear las valijas que pasan por Ezeiza.
El intento de otorgarle el poder a la mafiosa Side para que guardara bajo llave toda la información de la población, puesta bajo sospecha, no era más que mayor información para los secuestradores y narcotraficantes, dado que son las fuerzas de seguridad (Policía, Gendarmería, Prefectura, etc.) las que están metidas hasta el cuello en estos suculentos negocios.
Éste es el segundo intento del Gobierno de crear una gran base de datos, y poner a toda la población bajo el ojo del Gran Hermano del Norte, mediante los servicios de sus hermanitos porteños. La diferencia con el anterior, es que en vez de hacerlo mediante los recursos del Estado, unificando las bases de datos del Anses, Afip, servicios, etc., esta vez lo intentó hacer mediante empresas privadas, como ya ocurre en Estados Unidos. Allí, el gobierno de Bush contrató empresas que se dedican a recolectar todo tipo de datos. Por ejemplo, si uno va al casino, debe saber que en los minutos que le demande caminar desde la entrada hasta llegar a la mesa de juego, ya se sabe de él qué es lo que consume, el modelo de auto que tiene, el precio de su vivienda y también los gustos de su mujer e hijos.
Otra de las similitudes entre ambas leyes es que ambos parlamentos las votaron sin ninguna discusión, dado que eran de “necesidad de orden público”. No es que este país se parezca en muchas cosas con Estados Unidos, pero el latiguillo de “lucha contra el terrorismo-delicuencia-inseguridad” les es común, porque les es común la barbarie y descomposición institucional capitalista que no reconoce fronteras. Y por ello no hay que descartar que el Gobierno vuelva con un tercer intento, para legalizar lo ilegal y transformar a la población en culpable, hasta que demuestre lo contrario… si la dejan.
Blarouson
Medicina de la UNLP… sin remedio
Las ilusiones duraron poco. La bancarrota del sistema educativo estatal nacional hoy vuelve a mostrarle los dientes a los aspirantes al ingreso en Medicina de la UNLP, aunque no sólo a ellos. Luego de que el “honorable Consejo Superior” resolviera demagógica y formalmente el fin de los cursos restrictivos, la justicia falló en contra; por si faltaba algo, además, para medir los alcances de la llamada “autonomía universitaria”.
Aplicando los informes publicados recientemente en los medios, sólo para Medicina se puede adelantar un pronóstico inequívoco y lapidario: de los 1.300 jóvenes interesados en ingresar a la carrera sólo lo harán 300. De ellos, sólo 60 (el 20%) se recibirán al finalizar la carrera y el resto abandonará en el primer año. Así de simple. Por supuesto, este ejemplo se hace extensivo al resto de las facultades del país.
Cuando Ginés Gonzáles García, el ministro de Salud del gobierno nacional, proponía hace un año reducir drásticamente la cantidad de médicos y psicólogos porque según él sobraban, no hacía más que blanquear en el discurso el lugar que le otorga el capitalismo a todo lo que no genera efectivo. Y la salud y la educación están en la cuenta de pérdidas del estado capitalista, preocupado en cumplirle a los usureros internacionales y nacionales tenedores de bonos de la deuda, a las petroleras, a las privatizadas de los servicios públicos y a esos otros siempre polémicos parásitos de la sociedad: la Iglesia católica y las Fuerzas Armadas a quienes todos les pagamos el sueldo.
En los tiempos del monarca Menem y su colega radical, se hablaba de un plan que liquidaría la educación gratuita y elitizaría las universidades estatales para adecuarlas a un proyecto de país “neoliberal”. Ahora, aunque intentan disfrazar al capitalismo de “humano y nacional”, las cosas siguen igual o peor. Todo esta podrido. Todo el sistema educativo desde la primaria hasta la universidad es de una decadencia irreversible, no sólo en su carencia económica, sino en su nivel cultural, profesional y académico. En Santa Fe metieron a los docentes y estudiantes adentro de un contenedor mientras Kirchner, desde Alemania, los consuela prometiendo un 2% de aumento para el año 2010.
Los exámenes de Medicina de La Plata son claramente restrictivos. El Decano y su séquito de profesores no desconocen el bajísimo nivel de conocimientos incorporados por los egresados del polimodal y la imposibilidad de aprobar ejercicios que son un verdadero jeroglífico para el ingresante medio; y quienes sí logran sortear la prueba lo hacen por haberse preparado durante meses y hasta años pagando profesores particulares. No casualmente muchos señores médicos y profesores de la facultad se ofrecen a “prestar estos servicios” a los estudiantes en sus “academias”.
El Decano aduce falta de presupuesto para sostener tanta cantidad de estudiantes. Algunos padres propusieron, si ese era el problema, pagar una cooperadora para costear los gastos. Mientras tanto, los estudiantes se preparan en su casa para rendir bien en una próxima oportunidad y no perciben ninguna necesidad de organizarse.
En este marco, aparecieron sus “representantes” de la Federación Universitaria de La Plata convocando a realizar marchas en todos lados, aunque los resultados fueron y seguirán siendo magros, porque no hay “aparatos” que puedan reemplazar el protagonismo masivo de los estudiantes. El ingreso irrestricto, a Medicina y al resto de las carreras, deberemos imponerlo en los hechos, con miles de estudiantes organizados y resueltos a no frenarse ante nada. Por la experiencia realizada hasta aquí, podemos afirmar que no hay instancias académicas que sirvan para ganar y sostener una conquista de este tipo. Tampoco podemos debatir el problema del colapso educativo nacional “parte por parte” como si no fuera todo un fracaso.
Hay que organizarse y empezar a debatir todo desde cero, en asambleas, barriendo del medio también a quienes en nombre de “la lucha”, quieran imponernos “modelos” de organización para llevarnos, al fin y al cabo, al punto muerto de los órganos académicos.
Pedro Molina
Una carrera en debate permanente
El inicio de clases en la carrera de Historia de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA comenzó agitado.
Dos asambleas con más de 350 personas, la discusión en la gran mayoría de los cursos, los debates en los pasillos de la facultad, son moneda corriente desde que este proceso se desató. Un proceso vivo y dinámico se está desarrollando.
La chispa que encendió la mecha fue dada por la crisis en la que se encuentra la Junta Departamental. Las últimas elecciones de representantes arrojaron como resultado un empate entre los sectores aliados al “romerismo” (quienes entre otras cosas aplicaron la LES a partir de la introducción de los planes del Banco Mundial en la Facultad -Fomec-) y el amplio arco opositor pero no por eso coincidente (PO, RyR, La Mariátegui, la minoría de graduados y profesores). Debían elegir un Jefe de departamento, pero no pudieron llegar a un acuerdo en las alturas: es decir, no lograron consensuar entre la oposición un candidato anti-romerista. Ante este empantanamiento, se convoca a una asamblea general de la carrera el 5 de abril. De otra forma sólo estarían notificándonos el nombre del nuevo y flamante jefe de Departamento. En dicha asamblea participaron más de 350 personas (entre estudiantes, docentes y graduados, con amplia mayoría de los primeros). Para nosotros lo positivo de esta primera asamblea era que podíamos discutir de cara al conjunto de la carrera cuestiones que sólo discutían 10 representantes.
Sectores como el PO y RyR , el MST y el PTS proponían resolver en dicha asamblea una solución al problema de acefalía de la carrera (un candidato, una forma de elección, inclusive un programa). La LSR y otros sectores sosteníamos la necesidad de extender la información sobre lo que estaba pasando y el debate sobre las diferentes posiciones que había y las que pudieran llegar a surgir del conjunto de la carrera antes de decidir cualquier cosa. Esta última posición fue la sobresaliente y se demostró en la segunda asamblea general convocada para el 14 de abril. Esta asamblea también contó con un número importantísimo de gente (entre 350 y 400 personas) donde el principal tema de discusión fueron los informes sobre los debates de los cursos.
La asamblea demostró también un profundo repudio a los aparatos de izquierda que, enfrascados en supuestas “toma de poder” de espacios institucionales, querían a toda costa imponer algún mecanismo de elección inminente de autoridades (sea votando una dirección colectiva, de 10 miembros, como quienes proponían la elección directa de algún gurú salvador de nuestros pesares).
Está convocada una tercera asamblea para el 29 de abril próximo. Para nosotros los pasos a seguir tienen que estar orientados hacia la socialización de las discusiones y las múltiples opiniones sobre todos los temas que competen a la carrera (desde las formas de gobierno hasta las condiciones edilicias, pasando por la discusión del plan de estudios, llegando a cuestionarnos toda la carrera).
La masificación de la discusión y de la participación es la única garantía de que todo lo que decidamos sea llevado adelante y no quede en meras proclamas, incluso en designación de autoridades que muchos votan pero pocos apoyan efectivamente (como fue el caso de Sociales, con la elección directa en la carrera de Sociología). Estamos convencidos que esta situación en la carrera de Historia sólo puede sostenerse en la medida que el conjunto de la facultad sea parte orientándonos a un cuestionamiento de la institucionalidad toda.
Pensamos también que forzar las decisiones puede llevar no a un “triunfo” sino a la cristalización de posiciones decididas por fuera de la carrera (determinadas por partidos o agrupaciones, e inclusive grupos de partidos y agrupaciones). Estamos convencidos de que las cosas no cambiarán de fondo si suplantamos una camarilla por otra o si logramos que la institucionalidad elija al candidato o a los candidatos que más nos gusten (por bienintencionados que estos sean). Porque el problema de fondo es el carácter completamente antidemocrático de las juntas departamentales, que no tienen que ver meramente con las personas que las componen ni con supuestos programas “progresistas” o “revolucionarios” sino con su esencia misma: mantener y reproducir el status quo académico. Por ello no pueden ser adaptadas o reformadas para servir a intereses para los que no fueron creadas, salvo superficialmente. Creemos que la carrera tal cual existe tiene más que “algunos problemas” que pueden solucionarse con un par de reformas progresivas. La carrera de historia cuenta con deficiencias estructurales que no se solucionan con parches ni arreglos cosméticos. Pensamos en una crítica profunda de nuestra carrera y de toda la institucionalidad y en eso orientamos nuestro debate y acción.
Más que institucionalizar el proceso, desde la LSR queremos que la agitación que hay en la carrera de historia se expanda como una mancha de aceite a toda la facultad. No queremos votar jefes de departamentos ni direcciones colectivas, queremos que todos tomen la dirección de la carrera en sus manos.
Celeste
EN LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DE LA UBA
Sigue el Matonaje Morado
La Liga Socialista Revolucionaria repudia el hecho ocurrido el pasado 21 de marzo en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Alrededor de las dos de la tarde de ese día, Marcelo Yacobitti, integrante de la agrupación Franja Morada-Nuevo Espacio Participativo, que tiene varias causas abiertas por golpear estudiantes y docentes opositores, reconoció a un estudiante que dos años atrás había sido militante de la agrupación independiente TNT. Lo provocó y lo agredió. Pero, al ver que no podía por sí sólo mantener la pelea, este matonzuelo requirió del "apoyo" de unos cinco empleados del centro de estudiantes que vinieran a agarrar al compañero agredido mientras Yacobitti cobardemente lo golpeaba y le producía puntazos en el brazo.
No es la primera vez que agresiones como esta suceden en la Facultad. Este es el último bastión que le queda en la UBA a la mafia de Coty Nosiglia. Repudiamos a quienes quieren instalar un clima de terror, que tiene su pico en la agresión física pero que incluye limitaciones a la posibilidad de hacer propaganda opositora con rotura de carteles y robo de pertenencias. No debemos permitir que estos matones se conviertan en la triple A del movimiento estudiantil.
GORO
Todos por Florencia
“Desde la Liga Socialista Revolucionaria (LSR) estamos tratando de colaborar en todo aquello que esté a nuestro alcance, en la búsqueda de Florencia.
¡No queremos más jóvenes desaparecidos!
La lucha por un mundo libre de cadenas, está para nosotros inexorablemente atada a la defensa de los derechos de nuestros jóvenes a algo tan elemental como la vida misma.
Con nuestros más sinceros y fraternos deseos de que aparezca Florencia, les enviamos un cálido abrazo solidario a todos sus familiares y amigos,
L. Rubiales (por la LSR)”
Para mayor información y colaborar en la búsqueda de Florencia Pelacci, desaparecida desde el 16 de marzo, podés comunicarte al 4796-3923/5828 o 15-5107-8840
Con Ratzinger, la Inquisición
llegó al papado
La curva del reinado de Wojtyla tuvo su lógica continuación en la elección de su sucesor. El jefe designado para liderar la moderna Inquisición (hasta ahora, sin hogueras), es el correlato perfecto del reinado ultrarreaccionario de Wojtyla. En un sentido amplio, es también la lógica continuidad de la ofensiva reaccionaria que, en todos los terrenos, se viene operando en el mundo desde hace más de un cuarto de siglo con el bloque Reagan-Thatcher-Wojtyla. Es el bloque que dio las estocadas al moribundo “comunismo”, reinstauró el capitalismo (y la barbarie) en esos países en alianza con la vieja burocracia stalinista, barrió en occidente con la propiedad estatal de las empresas y terminó con el “Estado de bienestar” de la segunda posguerra.
En el ámbito del Vaticano, esa ofensiva terminó con las secuelas derivadas de la alianza de Pío XII y la Iglesia con el nazifascismo derrotado en 1945, que obligó al curso renovador de Juan XXIII en 1958 y al proceso del Concilio Vaticano II.
Wojtyla siguió el camino opuesto al de su predecesor (Juan Pablo I), quien en su reinado de un mes insinuó la misma política que el también asesinado –un año antes– Aldo Moro: la política de un sector de la burguesía italiana, de mano tendida hacia los socialdemocratizados “comunistas” italianos. Wojtyla y los sectores que mandaron a una monjita a darle el té mortal a Juan Pablo I eran partidarios de una política contraria: nada de negociar, sino aplastar al “comunismo” (así éste fuera cualquier cosa menos un peligro revolucionario). Y la gestión de Wojtyla fue acorde con su torvo nacimiento.
La prensa amarilla del mundo derrama ríos de tinta para ensalzar la trayectoria del papa muerto. Pero la verdad es otra.
Wojtyla fue, efectivamente, un viajero. Pero un viajero al servicio del imperialismo. Mientras su culto se iba secando en Europa o resultaba ampliamente perdedor frente a las sectas evangélicas oscurantistas, como la de Bush y muchísimas otras.
Wojtyla eligió un rumbo para su reinado absolutista: no se movió de la ruta de la derecha (y esto incluye su tramposo y absurdo reclamo de un capitalismo “con rostro humano”, en los últimos años).
Wojtyla tampoco fue un señor pacifista. Intervino para evitar la inminente guerra de la Argentina, Bolivia y Perú contra Chile porque Estados Unidos temía, con razón, que de esa guerra derivara la revolución en medio continente latinoamericano. Pero no hizo nada parecido frente a múltiples guerras y genocidios: la del Golfo en 1990; el genocidio organizado por el imperialismo francés en Ruanda, que causó un millón de asesinatos; la ocupación de Yugoslavia, donde respaldó al imperialismo y su protectorado sobre los Balcanes. ¡Ah…!, también dijo algunas palabras de condena a la invasión yanqui de Irak, pero nada hizo para que los 1.100 millones de fieles católicos salieran a las calles para condenar y enfrentar ese horror.
Wojtyla intentó “exorcisar” la crisis de su iglesia nombrando más “santos” que ningún otro papa en la historia. Estas santificaciones incluyeron a Pío XII –el papa de Hitler– y a Escrivá de Balaguer –un hombre de Franco– cuya organización, el Opus Dei, pasó de la marginación al centro de la escena vaticana en estos últimos 25 años.
Pero esto no fue suficiente para remontar la crisis. Mucha gente tiene un “santo” conocido pero las iglesias siguen vacías o cerradas por falta de fieles y de curas (algunos se ven obligados a dar misa en seis o siete iglesias, carentes de sus respectivos curas). En los últimos 40 años se redujo a la sexta parte el número de seminaristas y, en numerosos países, la edad promedio de las monjas es de 65 años. Un buen porcentaje de jóvenes de los países pobres se inscriben en los seminarios para poder comer y aprender a leer y escribir, después de lo cual abandonan la carrera, se casan…
¿Quo Vadis Ratzinger?
Los primeros pasos del ex prefecto de la inquisición parecen indicar hacia dónde se dirige Ratzinger: a una continuación y reforzamiento del curso derechista de Wojtyla. Así lo demuestran la ratificación de la plana mayor designada por Juan Pablo II y el hecho de que su primera misa se haya dictado en latín, una lengua muerta no precisamente muy popular, que Juan XXIII abandonó como lengua oficial para tratar de acercar la Iglesia a sus fieles hablándoles en su mismo idioma.
Los religiosos del ala izquierda barrida por el papa polaco –los de la Teología de la Liberación y otros–, no parece que vayan a tener mejor suerte con el alemán. Por el contrario, seguirán cobrando peso las organizaciones de extrema derecha como el Opus Dei (bastión financiero necesario para una iglesia con problemas económicos) u otros reductos oscurantistas cuyo peso crece en desmedro de las órdenes tradicionales.
Visto en perspectiva, este proceso marcha hacia un cisma, una ruptura de la iglesia vaticana, sea de hecho o de derecho o por una combinación de ambas formas. El ensordecedor “ruido mediático” alrededor de la agonía y la muerte de Wojtyla, no puede tapar que estamos frente a una iglesia debilitada por sus competidores, por la apatía de sus fieles y por la ciencia. Es que en plena época del sida, seguir insistiendo en la prohibición de usar preservativos, es una simple apología de la muerte. El resto son palabras.
jorge guidobono
En las vísperas de la muerte del papa Wojtyla(*)
“En primer lugar, me gustaría dejar en claro que no pretendo polemizar con las creencias religiosas de nadie. En la LSR somos completamente respetuosos de los sentimientos religiosos que tenga cada compañero. Lo que propongo que discutamos hoy, es otra cuestión: el problema nada religioso, sino terrenal, del Vaticano.
Frente a la agonía del Papa, creo que debemos manejar la frase de Spinoza: ni reír ni llorar, comprender. De comprender en su sentido más profundo.
Estamos frente a un hecho de importancia mundial, seguramente el más significativo en muchísimos años. Si cualquiera de nosotros intenta ver la televisión argentina, yanqui, española o italiana, se encuentra exactamente con el mismo panorama. Eso quiere decir algo muy categórico: el rol de la iglesia vaticana no es sólo ideológico, sino que es un poder material. No decimos esto por los bienes que posean las iglesias, que siendo muchos son algo secundario, sino porque el Vaticano es un aparato que se construyó en todos los regímenes explotadores por los cuales pasó la humanidad: esclavistas, feudales, capitalistas, “burocráticos”, “socialistas“. En consecuencia, el mundo entero hoy discute si respira o no el señor Wojtyla. Y cuando digo el mundo entero, no estoy exagerando.
La Iglesia católica, hegemónica bajo el feudalismo; sin mayores problemas se convirtió al capitalismo. Tampoco tuvo problemas para sobrevivir e intervenir en los que algunos llamaron “estados obreros”. La Iglesia se “acomodó” en Polonia, por ejemplo, y organizó los más grandes movimientos de masas en ese país. “Solidaridad” (el sindicato que se formó con las luchas de comienzos de los años de ´80 contra el stalinismo) es hija del ahora agonizante papa. Y no era fácil descubrir eso en aquel entonces. Yo personalmente no lo vi. Creí que era el movimiento obrero que levantaba cabeza, pero levantaba cabeza con la iglesia católica detrás (o sea, que mucho no la levantaba).
Segunda cuestión: hubo una lucha muy gorda en la Iglesia durante 25 o 30 años. Existió mucha gente que peleó porque la Iglesia no se fuera a la ultraderecha. Esa gente perdió, y perdió feo. Cualquiera de ustedes puede ver en la película “El Padrino III”, cómo se enlaza la mafia con los curas. Y se enlaza en un sentido muy profundo. Roberto Calvi, del que casi nadie aquí se acuerda, sobre todo porque son muy jóvenes, terminó colgado de un puente por una estafa del Banco Ambrosiano. Son bastante implacables. Nosotros tenemos que tener ese parámetro, no se trata de gente que está jugando. Es gente que juega a matar o morir, sobre todo a matar.
Tercera cuestión: se está terminando el bloque que se armó hace 25 años entre Reagan y el Vaticano. Eso incluyó el asesinato de un papa, Juan Pablo I, y el fraude para que George W. Bush fuera presidente de Estados Unidos en el 2000. Es muy interesante la denuncia que salió hoy, en varios medios, del tipo que baleó al Papa en 1981, Ali Agka. En lugar de decir que lo mandó la KGB, lo que dice es que lo mandaron algunos sacerdotes y cardenales del Vaticano. Son recuadritos minúsculos pero que para mí tienen mucha importancia. Ali Agka no era un empleado de la KGB sino que era un empleado de la oposición vaticana.
Para mí hubo un acuerdo entre el Vaticano y la CIA –o el imperialismo yanqui– con respecto a dos puntos: a) imponer el capitalismo en el este; y, b) “piedra libre” a la Iglesia en Polonia y otros lugares. Y barrer, de paso, los peligrosos rastros de la Iglesia más o menos izquierdista de Juan XXIII –incluida la “teología de la liberación”–, terminar con los jesuitas molestos, negándoles un derecho que tienen desde hace 500 años: el derecho a designar su propio general, que tiene que ver con el origen militar de los jesuitas. Ahora lo nombra el Papa.
En todos estos años se fue conformando una asociación financiera y mafiosa que tiene como núcleo al Opus Dei, que es el que maneja la Iglesia, junto con otras variantes que posiblemente no sepamos. ¿Saben en qué año nació el Opus Dei? Nació en 1928, fue un apéndice del franquismo durante décadas y décadas y, al mismo tiempo, como era un aparato financiero importante terminó –vía el Banco Ambrosiano y todos los otros negociados–, entronizado en la cúspide del poder. Y con un poder descomunal en todo. El vocero del Papa, Navarro Valls, es un tipo del Opus Dei. Hay un montón de cardenales que son del Opus Dei. Treinta años atrás, el Opus Dei era un fantasma con el que nos pretendían asustar los centroizquierdistas. Pero hoy no es un fantasma, es un monstruo de carne y hueso. Y el Vaticano se transformó en una mezcla de aparato financiero e ideológico en un corrimiento brutal hacia la derecha, simultáneo a su entramado financiero.
Yo escuché hace algunos días a una persona que fue cura, que se llama Dry, hablando de la ultra derecha vaticana, y diciendo que no es la única derecha, sino que es sólo la ultra derecha de la extrema derecha, pero que hay mucha derecha. Y creo que tiene razón. Porque hay una ofensiva derechista global. Se está discutiendo en Estados Unidos, en Italia, si hay que eliminar de los programas de estudio a Darwin y a la teoría de la evolución para volver a “los siete días de la creación”. No es poca cosa eso, no es menos horrendo que lo pergeñado por el hitlerismo contra los judíos como enemigos del mundo, etcétera.
En un sentido, fueron arrinconando a los sectores que hace 40 años eran hegemónicos en América latina. Los movimientos sociales por la liberación eran los que tenían la voz cantante. Fueron en general echados en forma ignominiosa, echados directamente por este señor que está agonizando. Y como tienen oficio, armaron en Brasil el movimiento campesino, los Sin Tierra. Lo armaron ellos porque Wojtyla no les dejó ningún espacio. No hay que olvidar tampoco que la izquierda católica nutrió a la guerrilla en toda América latina, en las décadas de los ’60 y ’70.
Como definición más general, la izquierda de la Iglesia está afuera, callada y sin espacio. Es un hecho nuevo, categórico, impresionante, de los últimos 40 años. No existió eso antes. Desde la muerte de Pío XII –hace 47 años–, nunca estuvo tan arrinconada la izquierda en la Iglesia.
¿Qué dilema tiene por delante la Iglesia? Seguir igual, aun a costa de perder muchos fieles. En La Nación se publicó el debate de un cura jesuita con una laica. El jesuita dice: “Estamos perdiendo muchos fieles, las iglesias están vacías”. Y la laica le responde: “Bueno, pero no hay que decirlo”. Es una realidad.
Hay compañeros que dicen, un poco repitiendo la historia de Pío XII, que se puede venir un giro a la izquierda como fue Juan XXIII. Yo, francamente, no lo creo. A mí, personalmente, me parece que hay dos variantes. Una: que nombren a un tipo muy viejo, que tenga 77 o 78 años para que se muera rápido y así patear la pelota para adelantes. Otra: seguir con una línea de derecha. Obvio que pueden darse las dos juntas.
También está planteado que vayamos, yo no lo descarto, a una especie de cisma (quiere decir ruptura) de hecho o de derecho, que no necesariamente es que un sector diga: nos alineamos con el Vaticano II de 1963, y que otro diga: estamos con las enseñanzas de Juan Pablo II. Ese tipo de cisma puede convivir, pero es un cisma. Quiere decir que hay posiciones irreconciliables.
En lo fundamental, veo esa situación en el corto plazo en el Vaticano. Si ustedes se ponen a pensar, la única cadena mundial de radio y televisión que hay hoy es sobre este señor polaco. Algo quiere decir, uno no se puede hacer el distraído y decir que sólo es un tema “ideológico”. Y tiene que ver con lo que dije antes: es el aparato más importante que los explotadores desarrollaron en 1.500 o 2.000 años, y que tiene continuidad. ¿Ustedes saben lo que son 400.000 curas, monjas, obispos y compañía, pensando en cómo joder a la humanidad? Imagínense 400.000, cuya única actividad es ésa.
Y al mismo tiempo dicen: Dios quiere esto, Dios quiere lo otro... total, como Dios no habla, son ellos los que hablan. Y son cultos, ganan buen dinero, no tienen problemas de vida. Y es muy trágico que nadie en la izquierda argentina diga nada de esto. No es trágico, es patético. Más bien algunos hablan de “los curas por la liberación”... Los curas por la liberación vienen recibiendo garrotes hace más de 30 años y no se levantan, que es lo peor. Entonces uno tiene que pensar con su cabeza. ”
* Extractos del informe de Jorge Guidobono a la Reunión Abierta Mensual de la Liga Socialista Revolucionaria, viernes 1º de abril de 2005.
¿Los únicos curas pedófilos son los norteamericanos?
La iglesia católica es una minoría, no muy significativa, en los Estados Unidos. Sin embargo, es en esa minoría donde se destapan los mayores escándalos de abuso sexual perpetrados por curas, monseñores y cardenales (como es el caso de Law, ex monseñor de Boston que fue trasladado por Juan Pablo II al Vaticano luego de haber encubierto durante décadas a los curas violadores. Fue el encargado de una de las nueve misas de despedida al fallecido papa).
¿Por qué no “saltan” casos similares en las archicatólicas España, Italia, Francia o América latina? Cualquiera que haya estudiado en un colegio católico, sabe que la pedofilia es moneda corriente en ellos.
Entonces, ¿por qué los escándalos sólo surgen en Estados Unidos? La razón es sencilla: no estamos frente a una “cruzada moral”, ni ante la búsqueda de perseguir el “pecado” –que a los autores de esta campaña les importa tanto como nada–. Según coinciden muchos analistas, estamos frente a un operativo relacionado con un gran negocio económico que, en la próxima década, se estima que igualará o superará al de la informática en la década de los ’90. Se trata del desarrollo de la biogenética y la creación y trasplante de órganos genéticamente reproducidos. Diversas predicciones auguran que va a ser un fenómeno de rentabilidad comparable a la de la industria automotriz en el siglo pasado.
Y como, por razones ideológicas que hacen a los mitos y “misterios” que son sostén de la doctrina del Vaticano, éste necesita oponerse a ese tipo de desarrollos, los gigantes pulpos capitalistas que manejan el meganegocio de la salud, salen a desprestigiar a los representantes de la fe católica. Es que si la vida humana es creación de dios, y sólo a él le pertenece, la Iglesia no puede admitir que la ciencia demuestre lo contrario, y lo ponga en práctica.
Por eso estallan y son mundialmente difundidos los relativamente escasos escándalos de los curas pedófilos de Estados Unidos, mientras se silencian los casos infinitamente más numerosos de los curas de Latinoamérica y de Europa.
Y cuando de ganancias se habla, no se salva ni el Vaticano.
Edgardo
El fascismo religioso contra las mujeres y la vida humana
El brutal oscurantismo religioso desatado en Estados Unidos persigue dos objetivos. El primero es barrer con las conquistas democráticas de los movimientos feministas de los años ’60 y ’70 que, junto a la derrota en Vietnam, propinaron un duro golpe al imperialismo y lo obligaron a retroceder. Así, surgió el “plan Carter”, que colocaba a Estados Unidos como “defensor de los derechos humanos” y fueron legalizadas en forma parcial algunas reivindicaciones de las feministas y los gays.
El logro del aborto legal en muchos estados es una conquista que periódicamente la ultraderecha pretende cercenar, atacando clínicas y haciendo todo tipo de terrorismo, incluyendo el ideológico.
Desde hace un cuarto de siglo, se viene operando una contraofensiva, inaugurada por Reagan-Thatcher-Wojtyla-evangelistas y otros especímenes similares. Esta escalada antidemocrática pegó un salto en los últimos 15 años y hoy, por ejemplo, grandes franjas de la juventud estadounidense descartan que su cuerpo les pertenezca para hacer con él lo que les plazca. Y se han impuesto entre ellos comportamientos oscurantistas, como la sucesión de virginades que deben preceder a ambos integrantes de una pareja no consumada en forma previa al matrimonio, como el prerrequisito para acceder al “sagrado sacramento”.
De la mano del oscurantismo religioso la barbarie avanza a velas desplegadas con todo tipo de horrores que, aunque parezcan medievales, se materializan en el siglo XXI.
La lucha contra esta plaga de langostas que invadió al mundo hay que darla en todos los terrenos. No sólo defendiendo a las clínicas que practican abortos legales de los ataques fascistas sino también mediante la lucha política e ideológica para desenmascarar a estos bandidos que dicen defender la vida pero, en plena proliferación del HIV, prohíben el uso de profilácticos.
Además, habría que poner bajo la lupa el origen mismo del sida, para saber si no es el mismo que el de los 3.700 bidones de gripe asiática que se acaban de desparramar por el mundo desde Estados Unidos. Nada indica que el imperialismo tenga ningún prurito moral a la hora de realizar experimentaciones de laboratorio, con gravísimas consecuencias para el mundo.
Su poder letal es más mortífero que el de muchas bombas atómicas juntas, no sólo por las muertes que provoca, sino –sobre todo– por el temor generalizado que reduce poderosísimamente a un mínimo el impulso sexual de muchos millones de personas. Y cientos de millones de jóvenes, en lugar de gritar –como en el Mayo francés– “Abre tu cabeza tantas veces como tu bragueta y tus piernas”, tienen su cerebro y sus sentidos encadenados por el opio oscurantista de las religiones cada vez más retrógradas que acompañan la inexorable decadencia en que ha sumido al mundo la dominación capitalista-imperialista en descomposición.
J. G
El nuevo jefe del Vaticano avala al obispo Basseoto
Conocida la reciente resolución tomada por el flamante papa, consideramos oportuno reproducir la declaración emitida por la LSR en ocasión del 29º aniversario del golpe militar en la Argentina.
“ENFRENTAR A LA DICTADURA OBISPAL
√ El obispo Basseoto llama a tirar al ministro de Salud al mar con una piedra atada al cuello… y no va preso. Es que este personaje, nombrado “obispo castrense”, es parte de la brutal ofensiva oscurantista del Vaticano contra los más elementales derechos humanos. Esta gente tiene el caradurismo de afirmar que “defiende la vida”, cuando promueve la proliferación del HIV al condenar el uso de preservativos, y despliega una verdadera cruzada contra toda forma de anticoncepción.
√ Videla secuestraba, encarcelaba, torturaba y mataba. La barbarie de la jerarquía de los obispos va incluso más allá, porque ellos bendijeron ese genocidio; acompañaron los “vuelos de la muerte” que arrojaban a personas vivas al mar y ahora reivindican lo actuado y pretenden reeditar a la Inquisición prohibiendo todo pensamiento que no acompañe su oscurantismo (no ya que los denuncie).
√ El obispal-totalitarismo habla de “libertad religiosa”. Pero nada de eso hay en la Argentina, ya que hay una religión oficial consagrada en la Constitución, financiada por el Estado, o sea por todos los ciudadanos. Los $5.000 que cobra Basseoto, los $4.000 que cobra su segundo, y los $1.800 que cobra cada miembro de su tropa de 20 curas, los subvencionamos todos (agnósticos, ateos o de cualquier otra religión).
√ Basseoto puede expresarse así, con total impunidad, porque ellos forman parte del Estado nacional. Es imperativo separar a la iglesia católica del Estado. Sin pararnos sobre esa base elemental, las libertades democráticas (incluida la de cultos) son una mentira.
√ La LSR denuncia al gobierno de Kirchner que, en lugar de poner preso al obispo que hace apología del crimen, busca una componenda con los que hoy incitan al crimen coherentes con lo actuado en la dictadura militar; es decir, formando parte del mismo Estado que ellos quieren perpetuar en su carácter genocida y que hoy mantiene tras las rejas a decenas de luchadores populares. ¡Son ellos los que deben estar en prisión!: los militares genocidas y sus aliados de la jerarquía católica.
√ En esto Kirchner hace lo mismo que respecto de Estados Unidos y sus criminales operaciones: cacarea contra sus instituciones pero pone a los soldados argentinos en Haití para “aliviar” a las tropas yanquis. Por eso lo viene a felicitar Donald Rumsfeld hoy.
√ La LSR repudia todo este comportamiento de Kirchner y llama al pueblo trabajador a repudiar la injerencia totalitaria del Vaticano y sus obispos. Y a organizarse para repudiar la barbarie guerrerista de Bush y su ministro Rumsfeld, masacradores de los pueblos de Irak y Medio Oriente. Hoy como ayer, quieren volver a atar una piedra al cuello de los pueblos latinoamericanos. ”
Debates
Políticas de salud y psicoanálisis
PIENSA = ¡CULPABLE!
Convertirse en alguien que pueda ejercer el psicoanálisis no es nada fácil. Muchos son los requisitos para poder llegar a ocupar ese lugar, entre ellos, además de atravesar la facultad, le sigue uno principal, que es el de someterse a un largo análisis psicoanalítico.
Luego de llevar esta ardua tarea, se comienza a circular por diferentes escuelas o grupos, hasta encontrar alguno que nos guste. Durante este período se aprende mucho y, además, uno se va empapando de lo que existe en esta disciplina, de las posiciones políticas (encubiertas o no) de sus publicaciones y de su fin en sí mismo, que cambia mucho dependiendo del grupo o de la escuela.
Pero toda esta experiencia me enseñó a discernir la paja del trigo y agradezco el haberla experimentado porque me permite adoptar mi propia posición ante ciertos eventos que se suceden en la actualidad.
Una de las cosas que me han llamado mucho la atención es que en varias escuelas y grupos psicoanalíticos (sino en todos) se coincide en la postura del no querer adoptar una posición política o el no querer discutir abiertamente sobre ello.
Y más de una vez me he preguntado si es esto posible. Y cuando me pregunto esto recuerdo una frase que Lacan plantea en uno de sus seminarios: “La política no es el goce, pero se puede ver, a través de ella, cuál es el goce del sujeto”.
¿Es posible entonces que un sujeto sea a-político? ¿Es esto posible?
En los últimos tiempos, la ofensiva del presidente de Estados Unidos, George W. Bush (que aquí, en México, se manifiesta en vivo y en directo, día tras día), ha sembrado un miedo y una ideología que remiten a que el que no piense de tal modo queda por fuera del lugar en el que se quiera desarrollar. A eso es a lo que apunta.
Particularmente, con respecto al campo de la salud, últimamente con el tema de la privatización del IMSS (Instituto Mexicano del Servicio Social), este discurso ha afectado a los diferentes sectores, y el psicoanalítico no ha sido la excepción.
Pero esa ofensiva es igual en todas partes. Yo en este caso trato de describir como opera dentro del campo de la salud mental.
Otra cosa grave es que esta tendencia mezcla las ideologías con las políticas de salud, que por alguna razón no se acostumbra dilucidarlas. Porque el psicoanálisis no debería tener una alianza política o de clase, debido a lo que muchos psicoanalistas proclaman.
Pero en este caso no es así. Existe una alianza con la clase burguesa y con los partidos tradicionales mexicanos, que mete su discurso ideológico, clasista, burocrático y perverso de los manejos partidarios, y esto promueve toda una catástrofe para el psicoanálisis en sí, ya que el único destino que le queda es la propia desaparición.
En realidad el sistema capitalista promueve que estas cosas sucedan, para no tan solo apoderarse de un pensamiento y de una práctica (para su beneficio), sino además lucrar con ella. Es imposible separar la salud mental de las perspectivas políticas. Es poco creíble la pureza que se tiende a montar sobre el psicoanálisis. En un mundo como este es muy difícil no tener una posición política y el que dice que no la tiene y adopta lo que se dice llamar “lo normal o lo natural”, se somete a las leyes del capitalismo. No nos dejemos engañar. Estas discusiones vienen desde antes de los ’60. Y parece que el psicoanálisis ha decidido que ser capitalista está bien y que adaptarse a este sistema es lo correcto para lograr el tan anhelado ascenso social (en el caso de la sociedad mexicana) y bienestar.
¿Es así? Un sistema de explotación, miseria y pobreza extrema, ¿es un buen ámbito en donde vivir?
Para algunos parece que sí, ya que hay un grupo de “psicoanalistas” (si es que se los puede llamar de esta forma) que han emprendido el camino de la privatización de la salud con el único fin de hacer dinero, llegando a postular una “empresa de psicoanálisis”.
Y no sólo esta posición es la que predomina, ya que va desde la empresa de psicoanálisis privado hasta la explotación de los jóvenes profesionales por los profesionales de más años, con la excusa de que la experiencia se mide en cantidad de años, como si fuera una cuestión de acumulacion cuántica y no de una dinámica dialéctica que se propone alcanzar un lugar que vislumbra esa experiencia. No se trata de una acumulación de saber demostrada en cantidad, es decir, si alguien ejerce diez años sabe más que alguien que ejerce cinco.
Eso es muy relativo y depende de qué haya estado haciendo el profesional en cuestión.
Lamentablemente, éstas son las propuestas que se ofertan en estos tiempos y que muchos se han animado a postular tras la reelección de Bush, quien ha determinado a muchos a tomar estas decisiones, en vez de luchar por un mundo más justo, donde los jóvenes podamos desarrollarnos, sin la necesidad de ser explotados o menospreciados.
En la “era Bush”, ser joven en América latina es llevar una pesada mochila. El diario Clarín sacó una nota titulada “No es nada fácil ser joven en América latina”, el lunes 21 de marzo, en la que describía este problema: desde los jóvenes que no acceden a una educación, pasando por los desocupados y culminando con la fantasía destrozada ya hace varios años de que un título universitario garantiza el futuro.
A esto hay que sumar el agravante de que los profesionales que están insertados, no se jubilan hasta los 80 años, por temor a que sus nietos carezcan de posibilidades y, así, sostienen económicamente a hijos y nietos.
Esto genera una situación desesperante, pero la solución no es ponerse a favor de las políticas de Bush, y pasar a poner una empresa explotadora y ganar dinero. La solución tiene que ser otra; y si no existe, hay que construirla.
En el ámbito en el que me manejo, esta tendencia a volcarse a la derecha por miedo a quedar excluido, es muy notoria y además atenta directamente contra la salud.
También, entre otras cosas, se ha hablado del “psicoanálisis y el mercado”.
Todas estas tendencias me llevan a asegurar que el sujeto no puede ser, ni es, a-político.
Para promover una empresa capitalista de la salud, donde ésta se toma como mercancía, para ganar dinero o pretender que se instale el concepto “salud = mercancía”, se tiene que creer en un concepto de “mercado del psicoanálisis”, que parece no ofender a muchos en estos tiempos que corren aunque defenestre el ABC del psicoanálisis, que se supone que conlleva al DISCURSO del ANALISTA y no el del AMO (que es el que prepondera y domina al sistema capitalista). La única alternativa planteada por los “cerebros posmodernos” es ser co-partícipe (cómplice) de las políticas que el capitalismo ingenia para realizar su máxima obsesión y su fin en sí mismo: la acumulación del capital.
El psicoanalista francés Jean Allouch en su libro La sombra de tu perro (pág. 72) nos dice al respecto: “Un amo no se analiza. Un amo no podría prestarse a los imprevistos a veces desconcertantes de la libre asociación, donde ‘lo que yo quiero decir’ ya no es lo que regula la palabra. En referencia a la formalización lacaniana de cuatro discursos, diríamos: un amo usa el significante llamado ‘amo’ en una posición de agente de su discurso; un amo no podría admitir que un objeto petit a pueda ocupar el sitio de agente”. Este párrafo explica claramente que si se tiene una postura no se puede tener la otra. Es infantil justificarse apelando al carácter abstracto del psicoanálisis, planteando que esa abstracción permite hacer lo que “la época indique”. Eso no es una cuestión de épocas, es una cuestión política y el que la implementa tiene una postura política, aunque se declare a-político.
Pero, como la decadencia capitalista junto a la falta de seriedad y de análisis en algunos de estos casos impera en estos tiempos (cualquiera estaría capacitado aun sin analizarse, para adoptar este lugar y atender pacientes bajo el concepto “salud = mercancía”), queda demostrado que hay muchos que no quieren quedarse atrás en la carrera por pertenecer a la decadencia de la salud mental, con la garantía de ganar dinero, al precio que sea.
Es así como surgen y surgirán los pseudo-psicoanalistas que gozan del discurso del amo y de la muerte con el fin de borrar una práctica que ha revolucionado a la salud mental y al pensamiento humano en el siglo pasado.
Se promueve adquirir el discurso del AMO, del médico psiquiatra (con sus aliados multinacionales, “los laboratorios”), del cual el psicoanálisis freudiano se ha querido separar desde el principio. Ya que esta postura no permite la aparición del sujeto, del inconsciente, porque a través de él es como descubrimos lo más íntimo del ser humano, sus miedos, sus angustias, su dolor. Y así, con ese saber, podemos revertir la posición del sufrimiento.
Pero el “problema” es que esto descalifica a otros discursos, como el de la acumulación porque sí y el de la religión. Ambos, junto con el del ejército, se apoyan en el discurso del AMO que promueve la explotación del hombre por el hombre, posición a la cual no se quiere renunciar porque lo único que importa es obtener más ganancia.
No interesa respetar en el consultorio uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis, que es la posición que el psicoanalista adopta en el dispositivo psicoanalítico, que se adquiere por el atravesamiento del propio análisis, que no es precisamente el discurso del AMO (del saber), sino la del SUJETO SUPUESTO SABER (el no saber).
He aquí la gravedad de los hechos y el por qué de la adquisición masiva de esa postura a-política que muchos suscriben. Porque es la época en la que se promueve que ser exitoso implica ganar dinero y permanecer gozoso de adquirir el lugar del AMO, de la muerte, y del poder.
A imagen y semejanza de Bush (por nombrar al más emblemático).
Pero parece que hay muchos que no saben, que se olvidan o se hacen los desentendidos de que el único amo absoluto es la muerte. Y que querer adquirir ese lugar es gozar de ese modo y así ser parte de la cultura de la muerte.
(desde México) Claudia Urkel
y el origen de la burguesía “nacional”
Faltan casi cinco años para que se cumpla el bicentenario de la “revolución de mayo”. Toneladas de papel, chorros de tinta, historiadores mediáticos, charlatanes de feria, y varios otros, nos inundarán con peroratas sobre el significado histórico del proceso que nos llevaría a la “independencia” y el surgimiento de la “patria”.
Cuando en 1910 se cumplió el primer centenario, la burguesía argentina en pleno auge del modelo agro-exportador, tiró la “casa por la ventana”, grandes festejos, cuando la Argentina era uno de los países mejor considerados en el contexto internacional.
¿Podremos decir lo mismo, cuando se cumpla el bicentenario, cuando se pasó del “granero del mundo” a la deuda externa, la fuga de capitales y más de la mitad de la población bajo la línea de pobreza?
Este paralelo histórico no tiene como intención idealizar aquella Argentina, donde surgía un movimiento obrero que intentó aguar la fiesta del centenario, sino marcar el derrotero de decadencia y dependencia de la burguesía.
Sin embargo, detrás de la máscara patriotera se esconden los intereses que ligan a una incipiente clase dominante argentina de entonces con las necesidades de un mercado mundial capitalista en formación durante la época de surgimiento del imperialismo. Los sectores que fueron hegemonizando el proceso que culminaría con la “independencia nacional” eran la incipiente burguesía comercial porteña y sus diversos aliados. Posteriormente, ya con la declaración de la independencia se fue consolidando un sector de terratenientes saladeristas –que si bien por un lado tenía disputas con los sectores comerciales– tenían fuertes vínculos con el capitalismo colonial británico. Generalmente se “olvidan” en las edulcoradas visiones dominantes que desde muchos años antes de la “Revolución de Mayo”, los sectores comerciantes porteños practicaban el contrabando con los británicos para burlar el endeble monopolio que intentaba establecer la corona española con sus colonias. No es casual que un par de años antes de los sucesos de mayo, los ingleses invadieron Buenos Aires para intentar “legitimar” la libertad de comercio que a pasos agigantados venían reclamando su burguesía industrial que luego de la Revolución Industrial demandaba nuevos mercados.
El contrabando y la estrecha ligazón con las potencias hegemónicas de entonces, es el sello de fábrica de “nuestra” burguesía “nacional”. La crisis del imperio colonial hispánico con la invasión napoleónica le daba una gran oportunidad a Gran Bretaña a acelerar los pasos para desarrollar una integración al mercado mundial de los nuevos países independientes, bajo su influencia colonialista. El proceso de “independencia” latinoamericana no se puede desligarse del ascendente capitalismo colonial británico que en esa etapa buscaba nuevos mercados para su producción industrial y futuros otorgamientos de préstamos de dinero para generar una estrecha dependencia comercial y financiera. Medio siglo más tarde se delinearían los contornos de la futura división internacional del trabajo que tendría formas más acabadas hacia fines del siglo XIX. Para esa época, la Argentina –ya como país independiente y con un estado nacional consolidado– se insertaría de un modo dependiente a través de un capitalismo agro-exportador.
La debilidad de la burguesía es que nació europeizante y por lo tanto, su mirada fue estrecha, producto de los intereses comerciales del puerto de Buenos Aires. El intento de disciplinar al resto de las provincias y el desmembramiento del territorio que formaba parte del virreinato del Río de la Plata establece características que a lo largo de la historia van a imprimir su lógica, incluso a las nuevas fracciones burguesas que irían surgiendo. El desplazamiento de los sectores “jacobinos” que buscaban acelerar un esbozo de integración con otras regiones latinoamericanas y el posterior enfrentamiento con el proyecto de Artigas –sin entrar a desarrollar en este artículo sus límites y alcances– que culminará con la independencia de la Banda Oriental y la conformación del actual Uruguay como estado tapón entre Argentina y Brasil, con la fuerte participación de la diplomacia británica son dos simples muestras de su lógica. Tampoco debemos olvidar que el antiguo virreinato del Río de la Plata incluía Paraguay y el Alto Perú (actual territorio boliviano) que a partir del proceso de mayo de 1810 se fueron independizando de Buenos Aires, al tener intereses contradictorios.
Otro rasgo originario de nuestra burguesía “nacional” es su relación con el Estado. Su manejo de la Aduana y del Puerto le permitió siempre utilizar al Estado en formación como “muleta” para favorecer sus intereses. Su rasgo parasitario, con rasgos comerciales en busca de obtener sus mayores beneficios –como cualquier clase burguesa capitalista–, y su relación con el mercado mundial y su dependencia de los subsidios estatales y el control del aparato estatal es un rasgo que se desarrolló a lo largo de la historia. Posteriormente, las devaluaciones para beneficiar a los exportadores, la “patria contratista” o la “patria financiera”, o la “burguesía nacional” que apoyaba al peronismo del ’45 tuvo, entre otros ejemplos, con diversos matices esa marca de origen: su lógica parasitaria de aprovechar siempre los recursos estatales para “salvarse” económicamente y reproducir sus intereses. Solamente en períodos de crisis mundial del capitalismo (guerras mundiales, crisis del ’30), la burguesía intentó tener ciertas poses autónomas con respecto al mercado mundial, privilegiando el mercado interno, pero esto tuvo patas muy cortas.
La ligazón estrecha con un mercado mundial ávido de alimentos permitió el desarrollo de la Argentina de las vacas gordas y peones flacos. A partir del ’30, ese país empezó a perder mercados, y la misma burguesía intenta como manotazo de ahogado volver a los “mejores tiempos” a través del Pacto Roca-Runcinman. Esa misma burguesía con nuevos sectores apostó a un desarrollo industrial que siguió dependiendo de la renta de la tierra. Incluso, con el peronismo de 1945 la industrialización ligada al desarrollo del mercado interno dependía de la traslación de ingresos del agro hacia la industria. Cuando ese modelo se agotó rápidamente y el propio Perón buscó desesperadamente el auxilio de los capitales extranjeros, que fue permitiendo una mayor transnacionalización de la economía. Años más tarde, con el aumento de la deuda externa, la fuga de capitales, y la mayor integración de capitales, la ligazón con los diversos sectores imperialistas se acentuó.
También, podemos rastrear otra característica inicial en los procesos de “mayo de 1810” que se desarrollará a lo largo del tiempo: la relación con los sectores populares. No hubo un masivo protagonismo en el Cabildo Abierto, ya que los únicos autorizados a participar –además de los políticos y militares– eran los vecinos casados, afincados y arraigados en Buenos Aires (lo que en aquella época se denominaba, la gente decente, es decir, los sectores burgueses). La sociedad era patriarcal y jerárquica, lo que se repetía en las formas de participación política. La participación del “pueblo” era solamente como base de apoyo, antecedente del clientelismo político. Del mismo modo, cuando no podían controlar y disciplinar a la “chusma” de entonces o después a los gauchos, aborígenes o trabajadores ocupados o desocupados, siempre tuvieron a mano la sangrienta represión como herramienta. El reclutamiento forzoso de la época para los ejércitos de entonces preanunciaban rasgos que se extenderían en el tiempo.
En estos tiempos, que se quiere buscar idílicamente la existencia de una burguesía nacional con intereses ligados al desarrollo de un capitalismo “normal” y de defensa de intereses “nacionales y populares”, es bueno refrescar un poco, que no existen atajos para enfrentarse a los intereses dominantes del capitalismo. Las burguesías latinoamericanas nacieron dependientes de un proceso de integración capitalista mundial y tienen límites muy precisos para desarrollar procesos de independencia real en términos económicos y sociales. A lo único que pueden aspirar es a tener algún margen de maniobra que cada vez es más débil y sólo discursivo.
Mariano Gervasio
internacional
el terrorista del planeta
Los carniceros de 100.000 iraquíes, de las torturas de Abu Ghraib y Guantánamo y de los miles de árabes desaparecidos en Estados Unidos, es lógico que condenen a Cuba.
El primer escudero de Estados Unidos en la condena a Cuba es Arabia Saudita, un régimen atroz en todos los terrenos que iguala o supera en todo al talibán, incluyendo la bárbara represión social hacia las mujeres.
¡Qué paladines de los derechos humanos acompañan al mayor terrorista del planeta, George W. Bush!
La Liga Socialista Revolucionaria repudia esta miserable resolución y denuncia a los gobiernos “progresistas” de América latina, como los de la Argentina, Brasil, Paraguay y otros que, con su abstención, posibilitaron esta vergüenza perpetrada por las “Naciones Unidas”.
A quien hay que poner en el banquillo de los acusados no es a Cuba sino al Estado terrorista yanqui. De eso se trata.
La crisis de gobierno abierta por la nueva ley de hidrocarburos y la presentación de la renuncia del presidente Mesa, al fin no aceptada, muestra un país escindido en dos grandes bloques. Esta crisis es el episodio más reciente de la prolongada disputa entre las fuerzas populares y las elites económicas y políticas.
El bloque burgués está compuesto por un frente de organizaciones empresariales y partidos políticos tradicionales de centro-derecha y derecha, que cuenta con el apoyo abierto de la embajada de Estados Unidos. Su base principal se asienta en las regiones de Santa Cruz de la Sierra y Tarija, e impulsan un proceso separatista bajo el disfraz de las “autonomías” regionales, maniobra que les permitiría “blindar” la región y conservar la propiedad de los hidrocarburos y la tierra.
Del otro lado, un amplio frente de organizaciones populares que, en el marco de las últimas protestas de marzo, acordó unirse. Aprobaron como condición de esta unidad un plan mínimo, basado en la propuesta del MAS de Evo Morales sobre la ley de hidrocarburos, que propone gravar de manera inmediata con un impuesto directo del 70% los excedentes económicos que genere la actividad, y un plan máximo: la nacionalización de los hidrocarburos.
Este bloque popular lo integran el MAS de Evo Morales, el Movimiento Indígena Popular (MIP) de Felipe Quispe, la Central Obrera Boliviana (COB) dirigida por el sector minero, la Junta Vecinal del Alto del carpintero Mamani, la coordinadora de Cochabamba y otras organizaciones.
Quechuas, aymaras, guaraníes, diversas etnias, obreros, campesinos, mestizos de las clases medias pobres, se han alineado firmemente. Los movimientos sociales hacen política y legislan desde las calles, los barrios, los campos… Van construyendo un poder popular de base.
No son una multitud amorfa a lo Tony Negri, sino que conforman organizaciones, las experimentan en la autoorganización y la lucha, en la creación de espacios y de autonomía local y de autogestión, han subordinado sus diferencias –que son grandes– y dejado de lado las críticas duras que intercambiaron sus principales dirigentes en aras de una Bolivia distinta.
El punto clave de la discusión hoy es la propiedad pública de los recursos naturales (hidrocarburos, agua y tierra). Otro tema es la incoroporación al sistema político de formas de democracia participativa (instituciones comunitarias de deliberación, rotación de autoridades), e impulsan la próxima convocatoria a una asamblea constituyente que parece contar con el visto bueno de la mayoría de los bolivianos. Es evidente que no se trata de propuestas “radicales”, pero su consecución podría modificar sustancialmente la distribución de la riqueza y reconocería los derechos colectivos indígenas. En un país tan racista y excluyente como Bolivia, para las clases dominantes eso solo constituiría una catástrofe.
Nunca, desde 50 años a esta parte, el movimiento popular tuvo semejante desarrollo. En esta situación de virtual ”empate” cuál será el desarrollo de la crisis estatal no se puede adivinar. Pero al modificarse de cuajo la relación de fuerzas de clases en el convulsionado Altiplano, tarde o temprano de manera reaccionaria o revolucionaria tendrá que modificarse la situación.
El proceso que llevará a un desenlace trasciende las fronteras de Bolivia. El imperialismo está jugando a fondo este partido. Desde la Embajada, al interior del país, apoya y financia los comités cívicos de Santa Cruz y Tarija. Además, cuenta con sus “alfiles democráticos”: Lula, Kirchner, Lagos y compañía, que correrían prestos con todos los recursos disponibles para apagar el incendio, como ocurriera cuando Sánchez de Lozada (el presidente boliviano que sólo hablaba en inglés) tuvo que huir del Gobierno.
En esas circunstancias sucedió un hecho gravísimo, que definiría casi con seguridad una tendencia y que preanunciaba la ocupación de Haití por ”tropas amigas latinoamericanas”. Mientras se publicitaba la mediación amistosa de Kirchner y Lula en la crisis boliviana, en la provincia de Salta, fronteriza con Bolivia, se reunían los jefes militares de Brasil, la Argentina y Chile para discutir “una estrategia militar de crisis” –así le llaman ellos–, y que no es otra cosa que la posibilidad de la intervención lisa y llana.
Ante esta perspectiva, y si la chispa se enciende en el Altiplano, las hogueras populares deberían arder en toda la región en una lucha antimperialista y anticapitalista, que abra varios frentes de combate, para que en un proceso ininterrumpido se vayan borrando las falsas fronteras que las burguesías construyeron luego de la dominación española, y se cuestione seriamente de conjunto el sistema de dominación capitalista.
Llegados a este punto, es conveniente señalar que sería, por lo menos, ingenuo sostener que las reformas profundas que están planteadas sean conseguibles en el marco democrático-constitucional de la legalidad burguesa. Si se plantea así el escenario, se podría suponer que el imperialismo y la burguesía aceptarían dignamente el resultado de la futura constituyente y procederían a suicidarse pacíficamente. Sería un grave error suponer esto, más bien la perspectiva es la contraria.
El proceso de crisis estatal requiere necesariamente plantearse la estrategia de un nuevo poder y una nueva legalidad: la de los explotados y oprimidos de Bolivia. Estrategia que proyecte al movimiento popular a la construcción de un nuevo tipo de Estado, destruyendo como condición el viejo régimen de la ”rosca burguesa”, en una perspectiva socialista continentalista. Estrategia que será seguramente violenta y dolorosa por responsabilidad de la más que segura resistencia que opodrá la clase capitalista.
Roberto M.
Ante la IV CumbrE de las Américas: otra américa es posible
antimperialista y anticapitalista
Un reconocido antropólogo de la Universidad de California dice que no se sabe la fecha exacta del Descubrimiento de América, pero sin duda alguna, se produjo entre los 12000 y 25000 años a.C. (1)
Durante este extenso lapso de tiempo nuestra especie fue conquistando el territorio que va desde Alaska al Cabo de Hornos. Esos primeros grupos humanos –aparentemente sin contacto con el resto del mundo– fueron conformando pueblos, culturas y economías.
Mucho más cerca de hoy, apenas en la década pasada, se cumplieron 5 siglos de la llegada de los europeos al continente. Al aniversario de la Conquista lo recorrieron las más variadas opiniones y especulaciones teóricas e históricas; desde el discurso de la celebración a la más crítica actitud contra la violenta anexión del continente al mundo occidental.
Las formas y métodos utilizados por los conquistadores españoles y luego por los ejércitos nacionales para someter a la población aborigen fueron el exterminio, (Querandíes, Quilmes, Charrúas, Minuanes, etc), persecución y arrinconamiento (Inkas, Tehuelches, Onas, Alakalufes, Yamanas), pero principalmente el viejo orden español, afirmó su dominación en el requerimiento de mano de obra aborigen lo que conllevo al mestizaje étnico y en buena parte cultural.
Cuando las burguesías mercantiles desalojan al poder español, las masas indígenas y mestizas inevitablemente se encontraban involucradas en este proceso, dominado por el latifundio, el comercio, la extracción de minerales y los ejércitos. Se establece así, en el curso del siglo XIX, las bases de la actual organización social y económica de la región. América Latina se conformó en una sociedad de clases. La actual población aborigen y comunidades indígenas integraron esa estructura social.
Los cálculos más prudentes estiman que el Imperio Incaico tenía 10 millones de habitantes, otros datos indican 15 millones. Hoy, sólo en Sudamérica, la población aborigen se calcula en más de 100 millones. Los propios bolivianos dicen que el 82 % de sus habitantes tienen el origen de los primeros pueblos. únicamente la Argentina tiene escasa población indígena aunque con concentraciones importantes en Neuquén y en el Norte. En Uruguay es casi nula.
Esta población, en los últimos años, a partir de reivindicaciones propias a comenzado a delinearse en una serie de movimientos y acciones que la perfila como un sector que puede colaborar como productor de cambios sociales y políticos, lejos de los planteos “indigenistas” que solo pueden devenir en mayor sectorización. Grandes masas de la América India son explotados como mineros, obreros de la construcción, peones del campo, cosechadores, artesanos etc.
Desde los campesinos zapatistas en las sierras de Lacandona a hoy, son numerosas las luchas que han llevado adelante y que sin tener la misma difusión que los primeros, han logrado reconquistar ansiados derechos y lo que es más, nuevas formas de organización y programas reivindicatorios.
En Ecuador la movilización indígena y popular derribó a principios de los ’90 a dos presidentes, marcando un hito de importancia en la lucha contra los planes neoliberales y del capitalismo global. Los aborígenes y campesinos Shuar de la cordillera del Cóndor ecuatoriana reunidos en asamblea recientemente, decidieron enfrentar a las compañias mineras que operan en 3200 km cuadrados de su territorio. Las luchas contra la Texaco movilizan conjuntamente a trabajadores de la petrolera norteamericana y a indios campesinos.
El territorio de la Amazonia peruano-ecuatoriana y sus recursos es defendido conjuntamente por asociaciones indígenas y grupos ecologistas. Los campesinos aymará de la localidad de Ayo Ayo al norte de Bolivia ajusticiaron a uno de los concejales por corrupción. Los mapuches en Chile junto a estudiantes, hace meses que vienen movilizándose por la libertad de presos políticos de esa comunidad, que el presidente Lagos mantiene detenidos en la cárcel de Angol. Seabord Corporation es una multinacional que gobierno salteño mediante, se apropió de 5.000 hectáreas y que los Guaraníes y Wichis reclaman como propiedad comunal.
Bolivia es el paradigma de estas luchas que encabezan aborígenes, trabajadores y jóvenes. La reconversión de los mineros en cocaleros y trabajadores rurales, no fue un problema a la hora de crear nuevas organizaciones que se adaptaran a ese cambio y que suplieran a los tradicionales sindicatos mineros. Varios de los diputados que representan a esas comunidades campesinas fueron elegidos por asambleas y no por los partidos a que pertenecen. Que no se haya podido reducir la extensión de los sembradíos de coca como recomienda la Casa Blanca y el fracaso de la entrega total del gas boliviano a transnacionales hablan positivamente del actual estado de alerta y lucha de los trabajadores y campesinos bolivianos.
Son escasas las situaciones en que los líderes aborígenes hayan traicionado el mandato de sus comunidades. En este sentido como hechos aislado habría que considerar la confianza que expresaron algunos caciques del Ecuador al presidente Lucio Gutiérrez en su intento de crear una Conaie paralela y algunos servicios que se prestan en la OEA y la ONU.
Existen elementos culturales en estos pueblos, que han resurgido. Los indígenas reclaman el carácter colectivo de la propiedad de la tierra porque tanto en su modo de producción como en sus normas de cultura no tiene sentido el individualismo. Esta noción de propiedad, de territorialidad y de pueblo, genera algunos síntomas de inquietud en políticos y diplomáticos que lo ven como un posible contrasentido con las actuales fronteras de los Estados. Si bien estos indígenas se definen por la nacionalidad del país al que pertenecen, a renglón seguido lo hacen por el pueblo del que son originarios (el mismo Evo Morales se autodefine como indio aymara).
El concepto de relación con la naturaleza es diferente y alejado de lo que es la economía de mercado. Existe conciencia que el cambio climático es una consecuencia del desarrollo desproporcionado de los actuales modelos de producción. El capitalismo verde que promueve los monocultivos industriales, soja transgénica y las multinacionales del campo, han sido blanco de las críticas y acciones de los campesinos. El saber indígena sobre la Amazonia brasileña es el más avanzado del mundo. Con la lógica capitalista, los bosques y selvas están condenados a reducirse a su mínima expresión. Fundaciones transnacionales como la WWF entre otras, promueven cultivos con semillas transgénicas con el pretexto de ahorrar espacio permitiendo el desarrollo natural de los campos. La realidad muestra todo lo contrario, cada vez son mayores los territorios ocupados con estas plantaciones y que a su vez desalojan a campesinos y comunidades.(2)
Esta es la historia y el presente, muy distinto a la que nos han contado y querido imponer desde los sectores dominantes. Esto sucede en toda América. Cuando hablamos de las “comunidades indígenas” estamos refiriéndonos a marginados, perseguidos, humillados, explotados durante siglos, que han sido separados de la pertenencia de la tierra, de sus creencias y costumbres y que aún hoy se los sigue exhibiendo como un producto exótico. La historia del indígena es la historia del explotado.
Latinoamérica, Sudamérica, Indoamérica, Amerindia, tantos nombres para un solo territorio: el de los obreros, campesinos, desocupados, indios, negros, blancos o mestizos, jóvenes o viejos; todos hombres y mujeres oprimidos que luchan por otra América.
(desde Mar del Plata) Carlos Mertens
1. Marvin Harris. Manual de antropología general. Alianza editorial. España.
2. WWF. Wild World Foundation.
por Tariq Ali*
Estados Unidos, a diferencia de los imperios de la antigua Europa, siempre ha preferido ejercer indirectamente la hegemonía. Se ha basado en testaferros locales –déspotas uniformados, oligarcas corruptos, políticos dóciles y monarcas obedientes– en lugar de ocupaciones prolongadas y “nation building” (construcción de naciones) con formas cuidadosamente controladas de una democracia elitista, de baja intensidad. Enviaron a los marines y libraron guerras sólo cuando las rebeliones desde la base amenazaron con perturbar este orden.
A pesar del mundo diferente que comenzó su existencia en los años noventa, que requirió un cambio en las prioridades de Estados Unidos y el establecimiento del consenso de Washington, la elite imperial sigue mostrándose alérgica a las ocupaciones a largo plazo. Si durante la Guerra Fría suministraron indiscriminadamente dinero a todas las fuerzas anticomunistas (incluyendo a la actual dirección de Al-Qaeda), los beneficiados del siglo XXI son escogidos con más cuidado. El objetivo es reemplazar lentamente a las elites tradicionales en las antiguas satrapías(1) con una nueva clase de políticos neoliberales genéticamente programados, que han sido entrenados y educados en Estados Unidos. Es la función primordial del dinero destinado a los programas de “promoción de la democracia” en Estados Unidos. Como la lealtad es una mercancía, puede ser adquirida a políticos, partidos, y sindicatos. Y el resultado, se espera, es crear un nuevo estrato de políticos jenízaros(2) que sirvan a Washington.
¿Por qué se ha hecho necesario algo semejante? Porque ante la ausencia de un sistema en el que los beneficios financieros de la inversión extranjera ingresen directamente al tesoro de Estados Unidos, los costos del mantenimiento del imperio tienen que ser financiados en gran parte por las satrapías. El presupuesto militar de Estados Unidos ha alcanzado ya niveles astronómicos. Estados Unidos gasta más dinero en armas que las 15 naciones siguientes en su conjunto. El petróleo iraquí es vital para ayudar a mantener las bases militares de Estados Unidos que ahora existen en 138 países en todo el globo.
De esto se trata en la “promoción de la democracia”. Su variedad más reciente ha sido aplicada ahora en Afganistán e Irak y llegará a Haití (otro país ocupado) en noviembre de este año. Crea una nueva elite, dale fondos y armas para construir un nuevo ejército y déjala que convierta a su país en un lugar seguro para las corporaciones. Las elecciones afganas de 2004, incluso según algunos comentaristas pro-Estados Unidos, fueron una farsa total y el tan ensalzado 73% de participación fue un fraude. Si no hubiese sido así, el pro-cónsul de Estados Unidos no estaría empeñado en reconstruir una nueva alianza con facciones talibán cercanas a la inteligencia militar paquistaní.
En Irak, la participación (según Debka, el sitio extremadamente leal de la inteligencia israelí) se acercó más bien a un 40% y en Basora (subcontratada a Tony Blair) fue de no más de un 32%. Los seguidores de Sistani votaron para satisfacer a su ayatola, pero si no es capaz de asegurar la paz y un fin de la ocupación, ellos también podrían desertar. La única fuerza en la que pueden confiar por el momento son las tribus kurdas. El 36 batallón de comandos kurdos combatió junto a los marines de Estados Unidos en Falluja, pero los jefes tribales quieren alguna forma de independencia (incluso si fuera un protectorado estadounidense-israelí) y algo de petróleo. Si el leal aliado de la OTAN y candidato a la UE, Turquía, veta cualquier posibilidad semejante, los kurdos, también, podrían aceptar dinero de otra parte. La batalla por Irak está lejos de terminar. Simplemente ha entrado a una nueva etapa. A pesar de considerables desacuerdos sobre el boicot de las elecciones, la mayoría de los iraquíes no entregará por voluntad propia su petróleo o su país a Occidente. Los políticos, con o sin barbas, que traten de imponer algo así perderán todo apoyo y llegarán a depender por completo de los ejércitos extranjeros acampados en su país. La resistencia popular continuará. Los tiempos han cambiado. Hay muchos en el norte que tienen dificultades para apoyar a esta resistencia. Los argumentos a favor y en contra son antiguos. En las últimas décadas del siglo XIX, el socialista inglés William Morris celebró la derrota del general Gordon por el Mahdi: “Khartum cayó en manos del pueblo al que pertenece”. Morris argumentó que el deber de los internacionalistas ingleses era apoyar a los que eran oprimidos por el imperio británico a pesar de los propios desacuerdos con el nacionalismo o el fanatismo.
El coro triunfalista de los medios corporativos y estatales de Occidente refleja un solo hecho: las elecciones iraquíes fueron preparadas no tanto para preservar la unidad de Irak sino para restablecer la unidad de Occidente. Ya después de la reelección de Bush, franceses y alemanes buscaban un puente para volver a Washington. Los franceses habían colaborado en la ocupación de Haití sin disenso alguno en los medios franceses. Los alemanes pueden volver a unirse a la jauría. ¿Se sumarán ahora los soldados franceses y alemanes a sus maltrechos colegas británicos, estadounidenses, y mercenarios privatizados en las zonas en conflicto de Irak para sellar esta unidad? Y si lo hacen, ¿objetarán sus ciudadanos o aceptarán la propaganda que presenta la ilegítima elección (el Centro Carter que controla elecciones en todo el mundo se negó a enviar observadores) como justificación para la ocupación? Y si envían soldados franceses y alemanes, ¿se les prohibirá el uso de cámaras digitales para registrar la tortura que sigue ocurriendo en desafío directo de la Convención de Ginebra?
La ocupación de Irak incluyó tanto la invasión militar como la económica, tal como lo había previsto Hayek, el padre del neoliberalismo. La visión esencial del poder imperial estaba firmemente arraigada en la doctrina original. Fue Hayek, después de todo, el primero en promover la noción de ataques aéreos relámpago contra Irán en 1979 y la Argentina en 1982. La recolonización de Irak le hubiera encantado. Desdeñaba el fariseísmo. Los políticos que ocultan sus verdaderos objetivos detrás de palabras hipócritas sobre la “humanidad” lo hubieran irritado sobremanera.
Los seguidores de Hayek en Washington, sin embargo, no predijeron una resistencia en Irak. Tampoco lo hizo la mayoría del mundo occidental, en el que una mayoría de intelectuales, periodistas televisivos y aficionados a la red son tan desilusionados, amargados y cínicos, que creen que todo el mundo es como ellos. No les gusta que haya casos que les recuerden lo contrario. Olvidan que el gráfico de la historia siempre es retorcido. Nunca hay una línea ininterrumpida de progreso. Y así ocurrió que la ocupación de Irak provocó una resistencia. Contrariamente a lo que dice la masa de informes en la prensa occidental, la resistencia NO está dominada por Zarqaui o su microscópica banda. Si fuera así ya habría sido aniquilada hace tiempo. Existe una resistencia popular en Irak, tanto armada como no-violenta. La masa de la resistencia armada consiste de soldados y oficiales desmovilizados, a muchos de los cuales les disgustaba la corrupción y la crueldad de Sadam y su incapacidad de defender al país. A ellos hay que agregar grupos nacionalistas y religiosos que odian la ocupación. La izquierda es débil en Irak porque el Partido Comunista Iraquí apoyó la ocupación y sirvió en el gobierno títere.
El tamaño y la escala de la resistencia iraquí (y, a propósito, existe también en el sur chiita y las células de la resistencia son numerosas en Basora) tomaron al mundo por sorpresa. Los iraquíes fueron como un relámpago, en comparación con la resistencia europea contra el Tercer Reich. En Francia, el régimen de Vichy fue popular entre la gran mayoría. No así en Irak. En Holanda ocupada, la resistencia fue pequeñísima y muy dependiente del apoyo británico. No así en Irak donde la resistencia no recibe ningún apoyo de sus vecinos árabes. En Vietnam, la resistencia nacionalista a los imperios francés, japonés y estadounidense, fue dirigida por el Partido Comunista. En Irak es totalmente descentralizada. En todos los casos mencionados hubo colaboracionistas que trabajaron estrechamente con la potencia ocupante. En Irak no es diferente.
¿Es una resistencia perfecta? No. ¿Cómo podía una resistencia ser agradable cuando la ocupación es tan brutal y horrible? La violencia infligida al pueblo iraquí por la ocupación resulta en una reacción violenta. No fue otra cosa cuando los argelinos combatieron contra los franceses hasta paralizarlos a principios de los años sesenta del siglo pasado. Cuando le preguntaron a un líder de la resistencia argelina por qué atacaban a menudo cafés y mataban civiles, respondió: “Dennos aviones y helicópteros y entonces sólo atacaremos a soldados franceses”.
Durante una primera etapa de la ocupación, los periódicos de Estados Unidos mostraron a jóvenes dándose la mano con los marines en Bagdad. Lo que no dijeron esos periódicos (porque los periodistas no hablaban árabe) era que los niños sonrientes le decían a los marines: “¡Te odiamos, hijo de puta!”. Las fotografías dejaron de aparecer hace tiempo. Muchos niños sonrientes han muerto a tiros.
¿Y los medios, el pilar de la propaganda del nuevo orden? En “Control Room”, un documental canadiense sobre Al-Yazira, una de las imágenes más reveladoras y repugnantes es la de periodistas occidentales empotrados saltando y vitoreando de alegría cuando se anunció la captura de Bagdad. La cobertura de las elecciones en Afganistán e Irak es poco más que propaganda vacía.
Esta simbiosis de política neoliberal y de medios neoliberales ayuda a reforzar la amnesia colectiva que Occidente sufre actualmente. La insistencia en que la totalidad de la política contemporánea está englobada en las categorías esenciales de “amigo” y “enemigo” tiene un historial antiguo. Fue Carl Schmitt, un talentoso teórico legal del Tercer Reich, quien desarrolló por primera vez este concepto para justificar los ataques preventivos de Hitler contra los estados vecinos. Los escritos de Schmitt fueron adaptados por los conservadores locales a las necesidades de Estados Unidos después de la segunda guerra mundial y constituyen actualmente el fundamento del pensamiento neoconservador. Su mensaje es claro: si tu país no sirve a nuestras necesidades es un país enemigo. Será ocupado, sus dirigentes destituidos y se colocará a sátrapas dóciles en su lugar. Pero cuando las tropas se retiran, las satrapías a menudo se derrumban. Ocupación, rebelión, retirada, ocupación, auto-emancipación, es un patrón común en la historia del mundo.
Sólo en el norte, el complejo político-mediático dominante ignora la muerte de más de 100.000 civiles iraquíes. Las vidas iraquíes no interesan a las brigadas de derechos humanos en Occidente. Es esto lo que ayuda a alimentar la cólera contra Occidente en su conjunto. La satanización del Islam ha llegado a tales extremos que ya no hay que contar a los musulmanes muertos. Y la fuente de esta satanización es el gobierno de Estados Unidos, un país inundado de religión: un 95% de los estadounidenses cree en Dios, un 70% en los ángeles, un 67% en el diablo. “El que cree en el Diablo”, escribió Thomas Mann en Doctor Faustus, “ya le pertenece”. Contra el terrorismo de pequeñísimas células islamistas se despliega el todopoderoso terrorismo de estado estadounidense y de sus aliados. Pero David siempre fue más popular que Goliat. Es lo que traté de explicar en mi libro Clash of Fundamentalisms: Crusades, Jihads, Modernity. Durante la mayor parte del siglo XX, el Islam conservador, fue las más de las veces, un apoyo del imperio británico y de su sucesor estadounidense. El Islam era considerado una fuerza social conservadora, que hacía sonar las cadenas de la superstición y del fanatismo para asfixiar hasta el temblor más frágil de revolución social. A Occidente le encantaba tener un aliado semejante. Los tiempos cambian.
Estuve en Brasil la semana pasada en el Foro Social Mundial. En esta época de frustración y derrotas, cuando el adelanto social parece estar encallado en los bancos de arena del consenso de Washington, fue reconfortante escuchar a un líder latinoamericano –Hugo Chávez, de Venezuela– hablando ante una gran multitud de 15.000 participantes y defendiendo la resistencia en Irak. Los Estados Unidos han hecho tres intentos de derribarlo. Han fracasado. “Si tratan por la fuerza, resistiremos como los iraquíes”, declaró. Llamó a establecer un Frente Antiimperialista mundial.
Aún no se ha levantado la cortina sobre los actos principales del drama que es la historia, pero los intermedios e intervalos también están repletos de tensión y conflicto.
En los procesos de Crímenes de Guerra de Nüremberg, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Von Ribbentrop, fue también acusado de crímenes de guerra. ¿Por qué? Porque había suministrado la justificación política e ideológica para el ataque preventivo contra Noruega.
Si se siguiera este precedente en el banquillo de algún futuro tribunal, entonces Colin Powell, Condoleezza Rice, Tony Blair y su gran jefe en la Casa Blanca podrían enfrentar una acusación semejante.
Poco probable, pero deseable.
* Conocido intelectual de origen paskitaní, es uno de los luchadores que encabeza la Stop the War Coalition (Coalición para Parar la Guerra) en Gran Bretaña. Su último libro, Bush en Babilonia: La recolonización de Iraq, se ha convertido ya en un clásico sobre el tema. Éste y otros artículos del autor pueden encontrarse en www. tariqali.org. La versión en castellano fue realizada por Germán Leyenes para “Rebelión”.
1. Provincias de la antigua Persia.
2. Soldados de infantería de la antigua guardia del emperador turco.
ECUADOR: Fuera las manos de la OEA y EE.UU.
Rebelión popular… ¿y después?
La situación de Ecuador es la expresión más acabada del derrumbe que sufren los regímenes capitalistas de los países andinos. Existe un agotamiento estructural: institucional, financiero, político, cultural. Dentro de ese marco, el nacionalismo burgués parece seguir los pasos del fenecido sucre, la moneda abolida que fue reemplazada por el dólar.
La movilización que volteó al presidente Lucio Gutiérrez duró una semana, y el motor fue la traición que hizo de sus promesas nacionalistas, prontamente transformadas en su opuesto proimperialista.
El detonante fue la impunidad que intentó otorgar el Gobierno ordenando a la Corte anular las causas contra los ex presidentes Bucaram y Mahuad, ambos destituidos en el marco de disputas interburguesas y movilizaciones populares.
En el lugar de Gutiérrez asumió el vicepresidente, Alfredo Palacio.
El discurso antimperialista le duró menos que a su predecesor, que había logrado “aguantar” tanto como 27 días. Palacio no pudo aguantar ni una semana: en seis días se borraron hasta las “malas palabras” de su boca.
Por eso, la reunión de la OEA –el “Ministerio de Colonias” de Estados Unidos– ni siquiera mencionó la posibilidad de reconocer al nuevo presidente hasta que, efectivamente, declarase su servilismo: “Si la base de Manta está para combatir el terrorismo y el narcotráfico, Ecuador no la va a tocar… Nunca rompinos relaciones con Estados Unidos… Ecuador va a honrar todos sus compromisos…” (Diario Universo, 26/4/05).
Nada bueno podía venir de la cueva de bandidos de la OEA. El apriete a Palacio, fue hecho mediante una farsa sublevante, encabezada por el embajador peruano que intentó “dilucidar” cuán democrática fue la destitución de Gutiérrez, olvidándose del reconocimiento inmediato que le dio Estados Unidos al golpe que intentó descabezar al presidente Chávez, en el 2002, en la vecina Venezuela.
De “rebelde” a presidente
En el 2000, Gutiérrez, apoyándose en el proceso de lucha popular e indígena, hizo un acuerdo con Vargas, principal dirigente de Conaie, y dio un golpe de Estado, que muchos confundieron con una “revolución”. Tres horas más tarde, recibió el sabio consejo telefónico de Peter Romero (un alto funcionario de la Casa Blanca): “Van a quedar más aislados que Cuba”. Gutiérrez entendió perfectamente y dando muestra de su “valentía” y “antimperialismo consecuente”, cedió el cargo a Noboa, vicepresidente del destituido Mahuad.
En el 2003, Gutiérrez ganó las elecciones con un discurso “antimperialista” con el que logró el apoyo de Conaie, que aportó el gran caudal de votos.
Veintisiete días después de asumir, Gutiérrez viajó a Estados Unidos y entregó la base de Manta, en el marco del Plan Colombia. Luego declaró: “Ecuador quiere ser el mejor amigo y aliado de Estados Unidos”.
A partir de ese hecho, varios ministros provenientes de la Conaie abandonaron el gobierno. La tan cacareada reforma agragaria, ni siquiera logró asomar la cabeza. Y, a pesar del claro debilitamiento de la base social de su gobierno, el otrora “nacionalista” no tomó una sola medida para aliviar las cargas que pesan sobre la población que lo llevó al sillón presidencial.
Por ello, Gutiérrez empezó a tejer alianzas con todos los sectores posibles; entre ellos, los allegados a Bucaram y Mahuad. De allí el intento de impunidad que hizo estallar la caída del Gobierno.
Un signo distintivo del país
El mandato presidencial en Ecuador dura cuatro años. Desde 1996, se sucedieron seis presidentes, de los cuales cuatro no pudieron terminar su mandato.
Las destituciones se dieron en el marco de una gran pelea interburguesa entre Quito y Guayaquil, por el manejo de los recursos del Estado, con el trasfondo de grandes movilizaciones de masas. Tanto el imperialismo yanqui como el europeo tienen sus alianzas con ambos sectores. La pelea por el negocio de las privatizaciones de las empresas públicas, no está ausente del escenario ecuatoriano. Las fracciones burguesas muestran también su debilidad en lograr un acuerdo que estabilice el país.
El acelerado desgaste de los gobiernos en Ecuador marca el agotamiento de los regímenes presidencialistas, de sus instituciones y del nacionalismo burgués.
Asimismo, el resto de la región andina, fundamentalmente Bolivia y Perú, marcan los mismos límites para la gobernabilidad.
La movilización que dio luz verde a la salida de Gutiérrez
La chispa que encendió la mecha fue democrática: no se puede aceptar la impunidad de Bucaram, cuyo último acto heroico fue saquear para sí las reservas del Banco Central.
De la movilización participaron distintos sectores populares, trabajadores, indígenas, campesinos, etc. Tuvieron un rol destacado los estudiantes secundarios y universitarios, que rodearon el palacio de Carondelet, y enfrentaron en la lucha callejera a la Policía y al Ejército. El saldo de la salvaje represión fue de dos muertos y más de 300 heridos.
Las Fuerzas Armadas –que bajo las alas de los diferentes gobiernos habían acumulado un poder económico-político y jugaron de árbitros de la situación política del país– salieron mal paradas después de la represión. La destitución de toda la cúpula de las Fuerzas Armadas y de la Policía, habla del desprestigio ante la población.
Luego del fracaso de los llamamientos a la movilización por parte de los partidos opositores, la población se autoconvocó al grito de “Que se vayan todos”. Los manifestantes apuntaban contra el Gobierno, pero también contra todas las instituciones del régimen y sus funcionarios, contra los partidos políticos del régimen y sus representantes (varios de éstos fueron apaleados por los manifestantes). También atacaron el Palacio de Gobierno y distintas gobernaciones del interior. En ese marco se desarrollaron algunas asambleas vecinales en distintos lugares del país.
Que el pueblo de Ecuador encuentre su salida, depende en gran medida del desarrollo de los organismos populares en la perspectiva de ir creando su propio poder, para enfrentar y aplastar el poder de los capitalistas y de todos sus personeros.
Blarouson