MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
En punto muerto

Estamos en las vísperas de un nuevo aniversario de la rebelión popular del 19-20 de diciembre del 2001. Pero éste no es el único hecho que sucedió hace dos años. También se inició el derrumbe del reinado de la Franja Morada en la UBA, cuando perdió no sólo algunos de los centros de estudiantes más importantes sino también la conducción de la Fuba, a manos de la izquierda y de agrupaciones independientes.

Las últimas elecciones estudiantiles -realizadas en simultáneo en casi todas las facultades a fines de octubre- confirman el camino iniciado en el 2001.

Seis de los trece centros de estudiantes son conducidos hoy por corrirentes de izquierda (Filosofía y Letras, Sociales, Psicología, Ingeniería, Arquitectura y Exactas), lo que hace prever que la Fuba continuará en sus manos. La mayoría de los siete restantes ha quedado en manos de agrupaciones más o menos independientes y del Movimiento Nacional Reformista (Derecho).

Con excepción de Económicas (ver nota aparte), la Franja Morada como tal es un cadáver viviente en la mayoría de las facultades, aunque en muchas se han constituido agrupaciones "independientes" nutridas de ex militantes morados devenidos ahora en Jóvenes K.

Muerto el perro ¿se acabó la rabia?

Muchas corrientes de izquierda han sostenido durante años que el obstáculo para la organización y movilización de los estudiantes era la conducción morada. Razonamiento que lleva -en su lógica- a que la caída de la Franja debería ser la panacea democrática y de lucha del movimiento estudiantil.

Sin embargo, a dos años del inicio del derrumbe morado una primera conclusión queda a la vista: para el conjunto de los estudiantes nada ha mejorado, ni en participación ni en organización.

Los centros de estudiantes dirigidos por la izquierda siguen siendo meros administradores de fotocopiadoras y bares, manteniendo una estructura burocrática en la que la participación estudiantil -más allá de las urnas- es la gran ausente. Los dos últimos congresos de la Fuba, realizados hacia fines de diciembre cuando en las facultades lo que menos se encuentran son estudiantes, son expresiones de la misma lógica.

Hay dos elementos a tener en cuenta para comprender la relativa estabilidad que poseen estas conducciones. Por un lado, aún no se ha constituido ninguna corriente estudiantil de centroizquierda que ocupe el lugar dejado vacante por la Franja, aunque las apariciones de los Jóvenes K en las últimas elecciones pueden ser un comienzo de ello. Por otro lado, no ha habido en estos dos años ninguna irrupción del movimiento estudiantil que demuestre, en la práctica, la inutilidad de estas estructuras y conducciones.

De todos modos, esta estabilidad es frágil, como quedó a la vista a mediados de año en Sociales cuando ganó el centro de estudiantes el ARI -en las elecciones correspondientes al año 2002- con tan sólo un puñado de militantes, sin historia ni presencia en la facultad.

Sin la Franja, los estudiantes siguen siendo los convidados de piedra de las discusiones y decisiones de los centros "rosados" y de "la nueva" Fuba, que siguen sin representar a nadie. Las estructuras burocráticas y los manejos de aparato continúan siendo la constante, porque la esencia de los centros y de la federación no se transforma simplemente con el cambio de su conducción, como muchos creen y quieren hacer creer con el fin de lograr y mantener pequeños espacios de poder en la institucionalidad universitaria.

Y por fuera de las cuatro paredes de las oficinas de los centros y de la federación, la realidad para quienes estudian tampoco ha cambiado en los seis meses de "estilo K".

Proseguir una carrera es cada vez más difícil. Si se tiene trabajo es muy complicado mantener la cursada luego de jornadas laborales de 10 o 12 horas y con salarios paupérrimos. Si no se tiene trabajo, costear los gastos de fotocopias y viáticos es casi un imposible. En el mejor de los casos quien consigue un título sólo puede usarlo para decorar una pared. Y la situación internacional y nacional no hacen prever mejoras en este sentido.

Desde la LSR sostenemos que la única posibilidad real de un cambio de fondo para los estudiantes y la Universidad es a través de la lucha por una transformación revolucionaria del conjunto de la sociedad. Al mismo tiempo, sostenemos que es vital defender todas las conquistas que aún perviven, como la gratuidad y la masividad universitarias.

Para ello es necesario que la organización de los estudiantes sea masiva y democrática, desde las aulas, con delegados por curso, donde todo sea debatido y decidido, con asambleas por facultad y con el conjunto de las facultades. Y en este camino barrer centros y federaciones que de nada sirven a este objetivo.

Que este proceso se desarrolle no depende -en lo fundamental- de la voluntad política de un puñado, sino del grado de movilización y participación del conjunto. Y para ello no hay recetas que valgan.

Lo que sí depende de quienes consideramos que ése es el único camino posible es impulsar con la mayor fuerza posible estas ideas, transformándolas en participación y organización (nuestra participación en las elecciones de Filosofía y Letras -ver recuadro- intenta ser un paso en este sentido).

Una llave para ello es construir una corriente estudiantil democrática, antiburocrática, socialista y revolucionaria que reúna a todos aquellos que estén de acuerdo con alguna de estas ideas, tanto agrupaciones como estudiantes independientes. Y de esta forma impulsar cotidianamente la movilización, la organización estudiantil y la lucha política para encarar en mejores condiciones el momento en que el estudiantado en su conjunto decida salir a dar batalla.

MOLOTE

Recuadro: Un primer paso en Filosofía y Letras

Hacia fines de octubre se realizaron las elecciones para centro de estudiantes. En ellas nos presentamos junto con Democracia Obrera (DO) en la Lista 17, intentando continuar con el camino emprendido en las elecciones del 24 de agosto pasado en la Capital.

El conjunto de las agrupaciones de izquierda se mataron por demostrar que votándolos se resolvían todos los problemas y fue necesaria una lupa para encontrar alguna referencia a algo que excediera las paredes universitarias. En este contexto se inscribió la campaña de la Lista 17, en la que "¡Viva el inicio de la revolución boliviana!" y "Revolución socialista o más militarismo y barbarie capitalista" fueron los ejes que acordamos para trabajar conjuntamente.

Sobre esta base, desde la LSR planteamos que en la "era K" ninguna de las necesidades estudiantiles han sido solucionadas, ni pueden serlo. Marcamos la continuidad en la práctica entre la Franja Morada y "la nueva" Fuba y el centro rosado de Filosofía y Letras. Sostuvimos que ninguna mejora vendrá de las elecciones y que la organización democrática desde las bases es una necesidad también en la universidad.

La campaña que realizamos junto con DO fue modesta, comparada con la del resto de las agrupaciones que sacaron grandes afiches a todo color, inundaron la facultad de volantes y algunas llevaron gente de todos lados para militar o fiscalizar las mesas (desde integrantes de agrupaciones piqueteras hasta militantes del interior). La propaganda de la Lista 17 la llevamos adelante un puñado de compañeros (por turnos, ya que casi todos trabajamos), con un volante y afichetas hechas a mano, por lo que la cantidad de votos obtenida la evaluamos como muy satisfactoria. Creemos que expresa la necesidad y posibilidad de emprender el camino de la construcción de un nucleamiento de estudiantes que compartan los objetivos revolucionarios. Trabajar férreamente en ese sentido es el desafío que tenemos planteado. Así tomarán dimensión los 117 votos obtenidos y este primer paso logrado.


Circo electoral
en Económicas

Franja Morada es historia. Pero no precisamente por haber quedado al margen de la arena política, sino por haber realizado uno de los fraudes más escandalosos de la historia universitaria.

 

Preparando el escenario

Tres semanas antes del escándalo Franja Morada convocaba a una reunión de junta electoral. No tenía ninguna legitimidad para hacerlo, nadie los había votado, estaban usurpando los locales del centro de estudiantes. Teniendo en cuenta los antecedentes fraudulentos y patoteriles de esta agrupación en Económicas, a nadie se le podía ocurrir que una elección armada por ellos iba a ser limpia y transparente.

Los compañeros de la LSR y del BASE, desde un primer momento, salimos a denunciar la maniobra. Sacamos un documento público rechazando esa falsa junta electoral creada por los mafiosos para organizar una elección a su medida. Llegado el momento decidimos no presentarnos y salir a denunciar ante los estudiantes la maniobra mafiosa [ver "Por una verdadera democracia estudiantil"]. Una elección armada por los usurpadores, no era ninguna solución al problema de la usurpación del centro de estudiantes. Y ciertamente no lo fue. Era de esperar que si ellos controlaban la elección, no iban a permitir que surgiera un resultado que no les fuera conveniente. En líneas generales, era predecible que iba a terminar mal.

Sin embargo la TNT y las demás agrupaciones de izquierda (PTS, PO, PCR, etc.) decidieron presentarse. Hacer esto, lejos de resolver algún problema, servía de cobertura a Franja Morada. Esta ya había planteado las reglas del juego (que le daban todo el margen para hacer fraude) y al presentarse las demás listas, aceptaron los naipes marcados por la Franja. Si esto se hizo por ambiciones electorales, éstas han ido por mal camino. Terminaron decorando una de las elecciones más fraudulentas de la historia universitaria; malograron una considerable cantidad de energías, para medirse en un resultado que jamás sabrán verdaderamente cuál fue.

Que comience la función

El primer acto lo protagonizó la banda morada en la sede de San Isidro. Estudiantes que se acercaban a votar encontraban que los morados ya les habían facilitado la tarea y ya habían votado por ellos. Y les salió tan bien que trataron de repetirlo en otras sedes.

Segundo acto, los magos morados hacen aparecer en el escrutinio urnas con cientos de votos franjistas en extraños sobres sin firmar. Todo ante la mirada cómplice de la Inspección General de Justicia, que no hizo absolutamente nada para frenarlos.

Tercer acto, la agrupación Belgrano (aliada con Jóvenes K) aprovechó para hacer un poco de fraude en Consejo Directivo, asegurándose los cuatro consejeros y dejando que sus amigos morados se quedaran con el CECE. El resto de las agrupaciones fueron tristes teloneros de la obra.

El hecho de que Franja Morada haya podido llevar adelante su elección fraudulenta, le permitió -en cierta medida- recomponerse políticamente. Hay gente de la facultad que alcanzó a ver sólo dos cosas: hubo una elección y hubo un resultado, ganó Franja Morada. La escasa difusión del fraude por parte de los medios también jugó a su favor.

De haber sido muchos los que no nos hubiésemos presentado y salido a denunciar lo que ocurría, tanto más difícil hubiera sido a Franja Morada hacer pasar su elección como una elección legítima; tanto más difícil le hubiese sido hacer fraude a espaldas de los estudiantes. Y lo más importante: los estudiantes hubiesen estado advertidos y no engañados con falsas expectativas que, al verse frustradas, colocaron a algunos en la apatía y el distanciamiento de la situación política de la facultad.

Cabe recordar que, actuando en conjunto distintas agrupaciones y estudiantes independientes, el año pasado logramos alertar a los estudiantes sobre la trampa electoral que preparaban los mafiosos. Entonces, la gran mayoría le dio la espalda al fraude y no votó a nadie en su elección trucha. Es cierto que con esto solo no se echa a la mafia de la facultad, pero por lo menos impide que se recomponga y la mantiene aislada políticamente de los estudiantes. Seguiría y, de hecho, hoy sigue planteada la necesidad de que cientos de estudiantes nos organicemos en asamblea para ocupar el espacio que quedó vacío ante la inexistencia de un centro de estudiantes. De consolidarse un movimiento y una metodología así, sería una herramienta fundamental para que de una vez por todas echemos a la mafia de Económicas. Ya empezamos en estos días, denunciando el fraude en la semana siguiente a las elecciones. Se verá el año próximo cómo se sigue.

Porque sigue quedando más que claro que sólo con votos poco y nada se puede hacer.

B
A
S
E
L
S
R

FEDÓN

POR UNA VERDADERA
DEMOCRACIA ESTUDIANTIL

• Por responsabilidad de la Franja Morada que okupó el CECE tras su derrota del 2001y por la indecisión e incapacidad de TNT de concretar la victoria obtenida en las urnas haciéndose cargo del centro, hay un hecho que debe ser denunciado con todas las letras: en todo este periodo no ha existido ningún centro de estudiantes, ni real ni legítimo.
• Ni los usurpadores morados ni TNT hicieron nada para que esta situación contraria a los estudiantes se resolviera. Es más, el fracasado intento de legitimación mediante el fraude del año pasado no hizo más que demostrar que Franja Morada actúa en sentido opuesto.
• Nada de esto se resuelve con una convocatoria hecha a escondidas por los radicales, a espalda de los estudiantes. Carecen completamente de legitimidad para convocar a ninguna elección y sólo pueden sostenerse a fuerza del fraude y la violencia de sus matones.
• Nada de esto cambia porque haya sectores que, o bien engañados, o bien a conciencia estén dispuestos a acompañar esta farsa absolutamente antidemocrática, por más buenas intenciones que digan tener. Su participación legitima esta práctica mafiosa, avalando, contribuyendo y fomentando al fraude radical.
• Los estudiantes del BASE no rechazamos las elecciones en general como forma de expresión de la voluntad estudiantil, pero tampoco creemos que sean la única alternativa de participación. El acto electoral no siempre es sinónimo de democracia, y en este caso es todo lo contrario.
• La democracia en económicas no pasa por buscar el imposible objetivo de tratar de maquillar un poco unas elecciones totalmente desacreditadas, pasa por llamar a todos los estudiantes, sin distinción de banderas, a organizarse para deslegitimar activamente esta estafa y comenzar a sentar las bases para una real organización y representación democrática de todos los estudiantes de la facultad, mediante los mecanismos y las formas de participación que todos creamos convenientes. La legitimidad la da el reconocimiento y el reconocimiento la participación. Hay que empezar a construir un verdadero CECE, que no sea una caja registradora por la que todos se pelean, y que nos permita defendernos y dejar de perder siempre, porque los estudiantes somos los que siempre hemos perdido durante todos estos años con estos "centros-shopping" que no nos representan en absoluto.

Bloque Antiburocrático Socialista Estudiantil
baseecon@hotmail.com
(Facsímil del documento presentado por BASE ante la supuesta "junta electoral".)


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