Marcha de la Resistencia

“Convocamos a todos a iniciar este milenio en la Plaza de Mayo. Porque en esta Plaza aprendimos a luchar” (Hebe de Bonafini)

Los explotadores festejan su llegada al fin del milenio con el poder en sus manos. Atrás dejan un sendero regado por la sangre de los pueblos expoliados del planeta, desde Rusia hasta México, desde Los Angeles hasta Timor Oriental_ Festejan haber podido sobrevivir al huracán de las más heroicas luchas obreras que llegaron a formar ejércitos, a construir estados, a lograr las más colosales conquistas que jamás conocieron las clases explotadas en la historia de la humanidad. Creen que con ellos termina la historia. Para los pobres, los desposeídos de todo el planeta, dejan la tarea de seguir aportando los muertos que abonen el terreno de su ganancia insaciable. Hijos, familiares y víctimas físicas, sociales, económicas, políticas y culturales de su dominio, les diremos, a las puertas del nuevo siglo: “¡No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!” La izquierda obrera tiene la obligación de cerrar filas el 31 de diciembre junto a las Madres, para enarbolar muy alto las banderas de la lucha obrera como herramienta liberadora de la humanidad en el siglo que se avecina.

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