Ofensiva yanqui contra China
Con la guerra en los Balcanes como telón de fondo, y después
de bombardear la Embajada china en Belgrado con un saldo de
cuatro muertos y numerosos heridos Estados Unidos lanzó
una feroz campaña ideológica contra China. La acusó de
espionaje, como si esto no fuera algo que hacen todos los grandes
estados. Los cargos que le imputan son el robo de
información secreta sobre el arsenal nuclear norteamericano.
Según un informe difundido por una comisión bipartidaria del
Congreso estadounidense, los chinos consiguieron, con
métodos típicos de la Guerra Fría, miniaturizar las cabezas
que llevan la carga nuclear y diseñar un misil balístico
intercontinental que será probado este año (La Nación,
26/5/99).
Actualmente, Estados Unidos cuenta con una superioridad nuclear
abrumadora respecto de China. Las relaciones entre los Estados
Unidos y China eran ya muy delicadas y se han deteriorado aún
más con los últimos ataques diplomáticos y con el contundente
bombardeo por error de la Embajada china. La OTAN
afirma que el error se debió a que contaban con un
mapa viejo. Lo viejo es el cuento: ¿quién podría
creer que, contando con armamento de alta tecnología, la OTAN no
cuenta con un mapa actualizado de la región?, parece ser que
cuando tuvieron que dirigir sus misiles hacia los canales de
televisión y demás blancos civiles, dejando como saldo miles de
heridos y muertos, el mapa era el adecuado_
Al mismo tiempo, el presidente Clinton, tratando de no tensar,
más aún, las relaciones internas rectificó su política de
acercamiento a China. Si bien China viene dando acelerados pasos
hacia la restauración capitalista, todavía no ha logrado
afianzarla y genera serias contradicciones con Estados Unidos y
en el seno de éstos.
El informe sobre el espionaje pone en una delicada
situación a la Casa Blanca, ya que seguramente será utilizado
por los republicanos para desprestigiar a Clinton, culpándolo
por las precarias normas de seguridad que permitieron
a China espiar y robar información secreta.
En el plano internacional debilita las negociaciones que viene
haciendo el gobierno norteamericano sobre reducción de armamento
nuclear en los países que no controla, mientras mantiene y
redobla el suyo.
Dentro de todo este enredo, y a pesar de las maniobras políticas
que haya detrás del informe de los diputados norteamericanos, lo
cierto es que Estados Unidos ha lanzado una campaña ideológica
antichina para intentar encubrir su salvaje
¿premeditado? ataque a la embajada.
Con el fin de la guerra contra Yugoslavia y aun estando fresco el
recuerdo del bombardeo, China se abstuvo en la votación en la
ONU, negándose a ejercer su derecho a veto. De esta manera,
allanó el camino para la solución diplomática en
Yugoslavia, a pesar de sus objeciones verbales.
Según declaraciones de Shen Guatang, representante de Beijing
ante Naciones Unidas: Necesitamos la confirmación de que
los bombardeos de la OTAN hayan terminado para que se pueda
adoptar una acción en el Consejo de Seguridad (Clarín,
9/6/99).
A pesar de la posición verbal de China, tanto la ONU como
Washington podían tener la seguridad de que China y Rusia no
utilizarían su poder de veto ante el Consejo de Seguridad para
oponerse a la resolución que autoriza el despliegue de la fuerza
internacional de paz y el retiro de las tropas
yugoslavas de Kosovo, lo cual ya se está llevando adelante.
No obstante, nuevamente el imperio del Norte demuestra ante los
ojos del mundo que bajar la cabeza ante su poderío no hace más
que exacerbar su codicia, en aras de la cual no vacila en apelar
a todo tipo de ofensivas, incluyendo la actual burda denuncia
sobre el espionaje.