Una noche en sueños ví que con Jesús caminaba junto a la orilla del mar bajo una luna plateada... Soñe que veía en el cielo, mi vida representada en una serie de escenas que en silencio contemplaba... Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando mientras con Jesús andaba como amigos, conversando... Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo pero algo extraño observé y sentí gran desconsuelo... Observé que algunas veces que aquel solo par de huellas se advertía mayormente en mis noches sin estrellas, en las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza cuando el alma necesitaba más consuelo y fortaleza... Pregunté triste a Jesús: "Señor, tu no has prometido que en mis horas de dolor siempre andarías conmigo? "Pero noto con tristeza al reparar en las huellas que en vez de ver dos pares veo solo un par de ellas"... Y Jesús me contestó con ternura y compasión:"Comprendo bien, hijo mío compendo tu confusión... "Siempre te amé y te amaré y en tus horas de dolor siempre a tu lado estaré para mostrarte mi amor... "Mas si ves solo dos huellas en la arena al caminar y no ves las otras dos que se debieran notar, es que en tu hora afligida cuando flaquean tus pasos no hay huellas de tus pizadas porque te llevo en mis brazos"...