G.P. DE ESPAÑA DE MOTOCICLISMO
CIRCUITO DE JEREZ (CADIZ)
Del 28 de Abril al 1 de Mayo de 2000
Viernes por la mañana:
Amanecía el día con el cielo cubierto por estas tierras castellanas, aunque las ganas por llegar a nuestro destino nos hacían ver el sol más radiante en uno de los días más esperados del año. Cerca de 800 kms. separan Valladolid de Jerez, lo que nos llevó algo más de ocho horas de camino tanto de ida como de vuelta incluyendo claro está, las pertinentes paradas para repostar, comer y visitar el W.C.Los integrantes del viaje fuimos: Luisma con Yamaha Diversión 600 '92, Eduard con Yamaha Fazer 600 '97 y el que lo cuenta, Javier con la ya conocida Kawasaki ZX-10 '90. El primer descanso (200kms.) lo hicimos en Madrid para visitar una tienda famosa por sus importaciones paralelas a precios ganga donde acariciamos algunas de las que pueden ser nuestras próximas monturas. Una vez visto todo y llenos los depósitos continuamos la ruta hasta Valdepeñas, donde se encontraba el primer Oasis (393kms.) Para el que no lo conozca, se llama así a una gasolinera en la que se acondiciona una zona para moteros en la que puedes tomar un refresco, comer unos cacahuetes, limpiar el casco, engrasar la cadena y sobre todo descansar y estirar las piernas. Para los usuarios de la marca verde, osea yo mismo, había también una funda para el casco como obsequio.
Continuamos autovía adelante por la N-IV arropados en todo momento por otras tantas motos y por los cientos de personas que se agolpaban en cada paso elevado para saludar o simplemente vernos pasar. Fue lo más emotivo del viaje: niños, jóvenes, menos jóvenes, abuelos, todos levantaban la mano a nuestro paso. Se nota que hay afición en este país.
El segundo Oasis, de iguales características al primero, se encontraba en las cercanías de Córdoba y fue la última parada antes de llegar a Jerez.
A partir de aquí tuvimos que ir con mucho tiento en el puño y poco nos faltó para tener que empujar al amigo Edu por falta de gasolina. Nada que no se pudiera solucionar después de cuarenta minutos esperando.
Viernes noche:
Tras la recogida de entradas en el circuito y una vez situados y localizado el hostal que habíamos reservado, comprobamos que lo que en principio sería una simple habitación triple, se había convertido en un piso completo de dos habitaciones situado en pleno centro del pueblo. Después de una buena cena y la pertinente ducha, nos dirigimos a la calle principal donde tienen lugar los caballitos, cortes y quemadas típicos que salen por la TV el resto del año.Más allá, en la misma calle, se encontraba un gran escenario preparado por Marlboro en el que "El Pulpo" en labores de pinchadiscos acompañado de unas cuantas niñas monas amenizaban la velada de los allí presentes.
Como era de esperar, no tardamos mucho en retirarnos a reponer fuerzas, el día había sido muy largo... ![]()
Sábado:
Una vez repuestos del largo viaje y tras un opíparo desayuno, nos dirijimos hacia el circuito para ver por fin de cerca a nuestros "ídolos". El atasco en las cercanías del circuito obligaba a los coches a esperar más de una hora para poder llegar, tiempo que se reducía a la mitad yendo sobre dos ruedas. Los entrenamientos no tuvieron mucho interés . ¡Que se lo digan a Luisma!Únicamente el tener a Checa y a Crivi en primera linea de la parrilla nos hizo gritar algo más fuerte. A la salida pudimos ver a algunos pilotos de 500cc. firmando autógrafos para los que conseguían llegar hasta ellos.
Tarde de paseo por el Puerto de Santa María donde este año han colocado en las calles principales unos enormes baches para evitar caballitos y demás acrobacias lo que reducía el espectáculo a las macarradas de los cortes y las ruedas derretidas. ![]()
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Nos cayeron las primeras gotas del fin de semana mientras sentados en la terraza del Romerijo degustábamos unas gambas y unas cañas.
Al anochecer regresamos a Jerez dejandonos ver motorizados por las calles de la villa, participando el menda en el espectáculo de la calle principal con unos sencillos pero contundentes acelerones hasta el corte de encendido que no pasaron desapercibidos para el respetable. Unas cuantas salidas en trio a lo largo de la avenida y a casa.
Tras aparcar, candar y volver a candar las monturas, cenamos unos bocatas en casita y a la temprana hora de las dos de la mañana, nos dispusimos a tomar el pulso a la fiesta. Aguantamos hasta el final en la movida de Marlboro donde nos dieron las cuatro largas.
Allí conseguimos unas bonitas gorras de Checa y Sete que nos acompañaron el resto del fin de semana. Después de fumar, beber, comer y gritar un rato por las zonas de ambiente llegó la hora de retirarse. Daban las siete y pico cuando caíamos rendidos.
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Domingo:
Nueve y media de la mañana, por fin el gran día; vaqueros, camiseta, gorra, chubasquero, protector solar y cojín. Lo de cojín es un decir porque realmente era la almohada de la cama de matrimonio donde habíamos dormido esa misma noche, algo es algo. Llegamos sobre las once justo a tiempo de ver el segundo y definitivo comienzo de la carrera de 125cc. en la que Alzamora arrasaría y nos daría la primera alegría de la mañana.A ratos caían cuatro gotas y a ratos picaba el sol, una situación que no era agradable ni para los pilotos ni para el publico allí presente, solo nos quedaba el remedio de ponernos y quitarnos ropa como si de un desfile de moda se tratase.
Tras la carrera de 250cc. que carecía de todo interés para la mayoría de los presentes, comenzó la gran final de 500cc. donde se acentuaría la alternancia de nubes y claros. A diez vueltas del final y bajo una fina lluvia, Kenny Roberts que en ese momento iba primero a más de seis segundos de Checa, creyó que si paraba la carrera ésta se daría por terminada al haber transcurrido más del 75% de la misma, pero para vergüenza suya no fue así ya que aún faltaba una vuelta para llegar a este porcentaje, por lo que los jueces decidieron dar una nueva salida para agotar las diez vueltas restantes. Serían diez vueltas a saco, a vida o muerte. Tras cambiar todos los pilotos de neumáticos y frenos (discos de carbono para correr en seco - hierro fundido para hacerlo en mojado) se inició la segunda manga en la que tras dominar Checa durante nueve intensas vueltas, finalmente se impuso Crivi que remontó desde la mitad del grupo hasta la primera posición a un ritmo imposible para el resto. Desde la tribuna R-9, en la curva Dry Sack al final de la recta más larga en la que nos encontrábamos nosotros, pudimos disfrutar de espectaculares frenadas tanto de Alex como del resto de pilotos siendo las derrapadas de McCoy de lo más vistoso. Allí se cayó Biaggi en el Warm Up.
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Una vez finalizada la prueba con Roberts, Checa y Rossi en el podium, decidimos esperar una hora para evitar los atascos de salida, hora que al final se convirtió en dos llegando al hostal sobre las siete de la tarde bajo una lluvia que a esa hora ya era continua e intensa.
Recogidos los trastos para la mañana siguiente y una vez bien limpios y sequitos, salimos a dar el último paseo por calles jerezanas ataviados con nuestras mejores galas anti-agua para evitar el chaparrón. Decidimos entrar en un Mc Donalds para recuperar el cuerpo, donde casualmente conocimos a tres señoritas con las que acabamos tomando copas hasta las tantas. Un saludo desde aquí para las "scooteristas" más simpáticas de Jerez.
Lunes:
Tuvimos que dormir esa noche con una camiseta de invierno como funda de la empapada almohada. A las nueve de la mañana sonó el despertador y tras comprobar el estado de los vehículos y una vez colocado todo en su sitio, partimos rumbo a casita esta vez no por la autovía sino por la concurrida y entretenida Ruta de la Plata.La primera etapa nos llevó a conocer Sevilla de pasada. Estuvimos por la isla de la Cartuja donde se celebró la Expo 92 y nos hicimos unas fotos en la puerta de entrada a la Feria de Abril.
A las doce y tras repostar unos litros, continuamos el viaje con dirección a Cáceres. El camino sinuoso invitaba a tumbarse más de lo debido pero el asfalto que estaba muy húmedo decía lo contrario. Cuando menos te lo esperabas y en plena tumbada aparecía un charquito en medio de la curva que te hacía sudar de los pies a la cabeza. Eran las dos y cuarto cuando volvíamos a llenar depósitos en Mérida.
En esta villa romana aprovechamos para saciar el hambre. Gazpacho, macarrones, sopa de marisco y carne de cerdo, todo regadito con un buen agua mineral de la tierra. Una vez la tripa llena comenzamos la parte final del viaje que discurrió a través de tierras extremeñas hasta Béjar. De aquí en adelante fue la peor parte del viaje ya que al cansancio acumulado durante el fin de semana se unían las prisas por llegar y además las cortas paradas que hacíamos no servían para estirar el cuerpo. Es lo único malo que recuerdo de todo el camino y es que poco me faltó para comerme un camión que iba delante mio. Está muy claro que el cansancio y la monotonía son los peores compañeros de viaje. Más sustos hubo durante el camino aunque por suerte sin consecuencias.
A las siete y media de la tarde, entrábamos triunfantes en Valladolid por la proeza realizada, con ganas de que llegue el próximo año y si el dinero, las fechas, la novia y el trabajo lo permiten, podamos volver por aquellas tierras del sur donde la moto se convierte en todo un símbolo de identidad y libertad.
Un saludo muy cordial a todos los asistentes y a los que por una causa o por otra quisieron ir pero no pudieron. Quizá el próximo año podamos encontrarnos todos.
# Javi ZX-10 #
Aquí tienes otras pocas fotos del viaje algo desordenadas!
Pasa el cursor por encima de ellas para ver la explicación.